Las montañas ofrecen diversidad geológica y climática por altitud o exposición de sus vertientes; en nuestra latitud, la bajada de agua y fertilidad propicia el bosque sujetador del suelo coluvial junto con los pastos y unos herbívoros que lo renuevan todo multiplicando la vida edáfica. El hombre lo domina todo y su cultura tradicional armonizó con ese funcionamiento natural dirigiendo la eficiencia de la rica biodiversidad. Los autores aplican esas ideas a unos montes del norte peninsular (Pirineos, Sistema Ibérico y montañas del centro-oeste), describen sucintamente su estructura paisajística y concluyen que la gestión ambiental debe tener en cuenta la ecología de montaña, para conseguir un desarrollo sostenido.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados