Este artículo se centra en analizar lo que ha contribuido la psicología del desarrollo en nuestra forma de pensar, así como también lo que nos ha proporcionado. Debido a la psicología evolutiva, tenemos un mapa de desarrollo que nos orienta dónde estamos para saber qué viene a continuación. Siendo el origen en la interacción social, presentar retos y proporcionar ayudas se convierte en la razón de ser de la tarea educativa. Para la psicología evolutiva, los límites no vienen con la persona, por tanto nos aleja de los rasgos innatos que implican éxito o fracaso y la de que el profesor transmite y cuenta al alumno que recibe y acumula. Los procesos de enseñanza y aprendizaje se decantan por una imagen dinámica y crecedera de las capacidades de los alumnos para que progresen hasta donde sea posible.
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