La Retórica y la Ética Nicomáquea responden a modelos de análisis distintos. Mientras que en la Retórica Aristóteles analiza las conductas humanas desde el prisma de la causalidad psicológica, en la Ética Nicomáquea estudia dichas conductas según su adecuación a unos criterios morales. Esto ocurre así debido a que los objetivos que trata de alcanzar la ética y los que persigue la retórica difieren entre sí. La habilidad de dominar el arte de la retórica tiene como propósito encontrar los medios de persuasión que comporta cada materia. La forma de alcanzar este fin consiste en conocer bien las disposiciones anímicas del ser humano para poder inclinarlas mediante argumentos persuasivos. La utilidad del arte de la retórica, entonces, reside según Aristóteles en la capacidad de encontrar los medios más adecuados para convencer, o en la «posibilidad de descubrir teóricamente lo que puede producir en cada caso la persuasión»
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados