Evaluar genéticamente un animal es averiguar cúal es su valor genético (heredable) para aquellos caracteres en los cuales estamos interesados. En otras palabras, estimar qué parte del valor fenotípico es atribuible a los genes presentes en un animal concreto. La importancia de este conocimiento radica en que, según el valor genético del toro, transmitirá más o menos genes a la siguiente generación. En efecto, puesto que un individuo transmite a su descendientes la mitad de sus genes, es evidente que una gran parte de la producción de los hijos dependerá del genotipo del padre que los haya transmitido y el resto dependerá de la madre y del medio ambiente en que viven.
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