El futuro de las áreas turísticas que se encuentran en una fase final de crecimiento o de madurez se presenta incierto ya que, entre otras razones, se caracterizan por tener una demanda saturada del producto tradicionalmente ofertado.
El propósito de este trabajo, es destacar la fidelización de la clientela como estrategia que posibilite la continuidad en el tiempo de destinos turísticos maduros. La lealtad del turista proporciona estabilidad al destino, porque no depende exclusivamente de las entradas de nuevos turistas, sino que se produce un efecto acumulativo (turistas que repiten su estancia) que asegura unos ingresos constantes, garantizando la supervivencia de los destinos.
En este trabajo comentaremos el papel de la fidelización en el caso particular del Puerto de la Cruz (Tenerife), un importante destino turístico que desde hace dos decenios se encuentra en una fase de madurez, reflejado en el estancamiento del número de visitas que recibe.
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