Las familias juegan un papel muy importante en el desarrollo del estudiante y es por ello que Rafael Bisquerra al hablar de la orientación e intervención psicopedagógica, la entiende como “un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con objeto de potenciar el desarrollo humano a lo largo de toda la vida” (1998). En esta misma línea Boza, Toscano y Salas (2007) determinan que los roles de un orientador pueden ser diversos y de igual forma lo constata Boza (2003) determinando las múltiples funciones de los orientadores.
La familia es el contexto primario en el que nos desarrollamos como individuos y la escuela en sus diversas etapas educativas es uno de los segundos contextos de desarrollo, Palacios y Rodrigo (2002) hablan de familia como un contexto de desarrollo y socialización y de realización personal ligado a la adultez humana y a las etapas posteriores de la vida. Es por ello que tanto la familia como los centros educativos deben trabajar colaborativamente fortaleciendo la triangulación familia-estudiante-centro.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados