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Resumen de Indisolubilidad matrimonial y segundas nupcias civiles de los bautizados

Eberhard Schockenhoff

  • La práctica de excluir de los sacramentos a los cristianos casados en un segundo matrimonio civil, suele apoyarse en dos argumentos: el primero se basa en las palabras de Jesús sobre el divorcio (Mc 10, 8-9), consideradas la prueba bíblica más importante de la indisolubilidad del matrimonio. El segundo argumento, partiendo del hecho de no ser posible disolver un matrimonio unido ante Dios entre bautizados, saca consecuencias referidas a su situación vital. Muchas personas experimentan en su segundo matrimonio los valores morales consustanciales al matrimonio: fidelidad, fiabilidad, disponibilidad para ayudarse en la alegría y la tristeza, en la felicidad y el dolor, y responsabilizarse juntos de los hijos. Después del fracaso del primer matrimonio, la segunda unión permite la convivencia estable de la nueva pareja. En estos casos la Iglesia se niega a ofrecer el reconocimiento moral y habla de situación “irregular”, “adulterio constante” o “mantenimiento pertinaz de un pecado grave”. El canon 915 CIC/1983 se limita a establecer que no se debe excluir a nadie de la comunión, si no se aferra obstinadamente a un pecado mortal. Sin embargo, la doctrina papal (Juan Pablo II, Familiaris Consortio) y el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2384) hacen un juicio teológico sobre el ámbito de aplicación de una norma canónica.


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