La demanda de restauraciones estéticas, por parte de nuestros pacientes, en el sector posterior, hace que en ocasiones la amalgama de plata, de la que todos conocemos el buen resultado y funcionamiento en boca, sea rechazada y coloquemos un material con unas características de resistencia inferiores, o que allí no esté indicado por las fuerzas que deberá soportar. Esta clara tendencia está en continuo crecimiento por múltiples razones y no debería sustentarse únicamente en motivos cosméticos, sino también en análisis serios de función y durabilidad.
durante años, hemos empleado amalgama, composites y cerámicas de laboratorio para grandes restauraciones. Pero hace ya cinco años empezamos a interesarnos en las reconstrucciones de cerámica, asistidas por ordenador en su diseño y tallado (CAD-CAM), sabiendo que reunían propiedades deseables para una restauración.
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