Más allá del papel inicial como meros grupos dedicados a las actividades recreativas, las asociaciones ciudadanas andaluzas de carácter cultural están sumidas estos años precedentes en una evolución de sus cometidos, recuperando sus objetivos estatuarios en un mayor afán por defender aquello para lo que fueron constituidas: la defensa y la difusión del patrimonio cultural. En los casos que se exponen, en varias ciudades de Sevilla y Cádiz, se ejemplifica este nuevo posicionamiento, donde los colectivos ciudadanos sin ánimo de lucro se erigen en defensores del bien común, asumiendo un papel de control permanente hacia las agresiones que acechan al patrimonio cultural local. La ponencia trata de sintetizar las claves de la normativa urbanística, patrimonial y medioambiental que han venido utilizando estos movimientos asociativos para lograr la salvaguarda del patrimonio ante las amenazas a las que se han enfrentado
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