En un mercado tan competitivo como el actual, es fundamental lograr la fidelidad del cliente, lo que es factible conseguir a través de la satisfacción del mismo con los productos/servicios que obtiene de la empresa. En el caso de no sentirse satisfecho con la oferta que dicha empresa le ofrece, el consumidor tiene varias posibilidades, desde no hacer absolutamente nada, manteniendo un comportamiento totalmente pasivo hasta interponer una demanda judicial contra la empresa/distribuidor, pasando por la comunicación negativa a otros miembros del mercado y por la presentación de una reclamación en las entidades públicas o privadas habilitadas al respecto.
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