La región de Bahía de Bandera, ubicada en la costa sur de Nayarit, que cuenta con una amplia extensión de cerca de 100 kilómetros de litoral, ha llamado la atención de capitales nacionales e internacionales para instalar consorcios hoteleros y residenciales así como servicios complementarios turísticos. En este caso en particular, los desarrollos en su mayoría son controlados por el denominado fideicomiso Bahía Banderas, mediante la construcción de fraccionamiento turísticos-habitacionales en tierras originalmente ejidales que han sido expropiadas a las comunidades originales, lo que ha desencadenado un acelerado proceso de urbanización sin el adecuado planeamiento urbano y territorial, lo que ha agudizado en forma alarmante el desequilibrio ecológico de la región y ha afectado a los residentes originales que han sido expulsados de forma definitiva de las tierras que les pertenecían y a las cuales tenían un apego, pues predominantemente se dedicaban a la pesca, la artesanía y el comercio en pequeña escala.
Este proceso de expulsión ha exacerbado la marcada diferenciación social y espacial del Área Metropolitana de Puerto Vallarta, Jalisco y Nuevo Vallarta, Nayarit, cuyos proceso y efectos han sido poco estudiados, este trabajo expone el caso concreto del Megaproyecto turístico conocido como Four Seasons Punta de Mita Resorts, que se edificó en la población conocida como Corral del Risco en Punta de Mita, Nayarit, cuya construcción implicó el desplazamiento y expulsión de los antiguos pobladores los cuales aún no aceptan ese proceso de reubicación al que fueron sometidos, para cerrar con algunas reflexiones en torno a la importancia de la gestión urbana participativa como mecanismo para disminuir los efectos sociales y espaciales que provocan los desarrollos inmobiliarios de este tipo en ciudades turísticas costeras.
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