El gran arqueólogo Joseph Déchelette se sirvió frecuentemente del ejemplo de Bibracte para definir, en torno al 1900, los grandes asentamientos fortificados que caracterizaban la organización del territorio céltico “lateniense” a finales de la Edad del Hierro. La reanudación de las investigaciones a gran escala en el yacimiento a partir de los años 1980 invita a considerar a Bibracte como un testimonio singular de las importantes transformaciones que afectaron la Europa templada a partir de finales del siglo II a. C.; transformaciones que se saldarían finalmente con la inclusión de una parte del mundo céltico en la órbita de Roma. En el artículo, se incluye un mapa con el territorio de la civitas de los eduos con sus principales centros habitados, así como una planta del yacimiento de Bibracte y fotografías de las excavaciones allí realizadas.
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