En enero de 1929, dos anarquistas españoles, Francisco Ascaso y José Buenaventura Durruti, rechazados en toda Europa y para quienes la justicia española y también la Argentina solicitaban la extradición, fueron admitidos como exiliados en Bruselas. No era la primera vez que lo intentaban. Pero en esta ocasión fue la definitiva, aunque la policía belga impuso una condición que no deja de ser sorprendente: que cambiasen su nombre. Permanecieron en Bruselas hasta abril de 1931, cuando se instauró la Segunda República en España
In January 1929, two Spanish anarchists, Francisco Ascaso and José Buenaventura Durruti, rejected throughout Europe and for whom the Spanish justice and also Argentina requested the extradition, were admitted as exiles in Brussels. It was not the first time they tried. But this time was the definitive, although the Belgian police imposed a condition that is not surprising: to change their name. They remained in Brussels until April 1931, when the Second Republic was established in Spain
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