Madrid, España
La llegada al Mediterráneo occidental de navegantes de origen turco-otomano cambió el ritmo de la historia de esta parte del mar. El corso se profesionalizó a través de estos marinos, que se asentaron en ciudades que convirtieron dicho ejercicio en la principal fuente de ingresos. La situación llevó a Carlos V a iniciar una gran política marítima, cuyo primer éxito se concretaría en el cambio de bando de Andrea Doria. En la década de 1530 se inició el rearme de las flotas, se incrementó el número de efectivos y se atacó los puertos en manos de los corsarios capitaneados por Barbarroja para contener los progresos otomanos en el Mediterráneo. Ya en el reinado de Felipe II, con la gran conflagración hispano-turca, de 1565 a 1574, se establecería definitivamente la frontera entre las dos potencias.
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