J.M. Lozano Llanos, Susana Suárez Seoane, Estanislao de Luis Calabuig
Los incendios son una perturbación determinante de la estructura y dinámica de muchos sistemas ecológicos, entre los que se encuentran los paisajes de la cordillera Cantábrica. En el Noroeste de la península Ibérica, la alta frecuencia de incendios es un problema ambiental que debería abordarse desde un punto de vista espacialmente explícito y multiescalar, caracterizando la relación entre la vegetación y el fuego mediante el análisis del riesgo de incendios, la delimitación de zonas quemadas y el estudio de la recuperación vegetal tras la perturbación. Este es el objetivo de este estudio en tres espacios naturales del oeste de Castilla y León.
Como primer paso, se generó una cartografía de incendios (mayores de 5 hectáreas) utilizando imágenes de los satélites Landsat 5 y 7. A continuación se abordó la estimación del riesgo de incendios de manera espacialmente explícita, siguiendo un enfoque uniescalar (mediante regresión logística) y pluriescalar (árboles de clasificación). Por último, se evaluó la recuperación vegetal tras el fuego utilizando los índices espectrales (derivados de las imágenes Landsat) considerados en los análisis anteriores. Primero, para valorar numéricamente la relación entre esos índices y el estado de la vegetación, se realizó un muestreo de campo de varios parámetros estructurales de la vegetación. Después, se analizó la evolución de los valores de los índices tras el fuego en función de la recurrencia de incendios a las escalas de observación de pixel y mancha.
El uso de imágenes de los sensores Landsat permitió caracterizar a varias escalas el patrón espacial generado por los procesos de perturbación-regeneración debidos al fuego, La cartografía de zonas quemadas obtuvo una fiabilidad total del 88% y permitió caracterizar el régimen de fuego para las zonas de estudio. Los modelos de riesgo de incendio generados tuvieron una fiabilidad del 70%, lo que indica su validez como información auxiliar para la identificación de zonas conflictivas que permita el diseño de medidas preventivas. Los índices espectrales fueron útiles para detallar el patrón espacial estructural de riesgo que definen las variables ambientales "estáticas” (a la escala temporal del estudio): la topografía, la accesibilidad y el tipo de vegetación predominante. La pendiente fue la variable más determinante a las escalas espaciales más groseras, mientras que a escalas más finas son necesarias más variables para estimar la probabilidad de ocurrencia de incendios. En todos los casos las correlaciones entre parámetros estructurales muestreados en campo e índices espectrales fueron significativas, excepto con la riqueza de especies, lo que sugiere su validez para la monitorización del estado de la vegetación. Tanto a nivel de paisaje como de pixel, se identificaron tres fases en la dinámica de los valores de los índices: (i) aumento intenso y rápido en los dos primeros años tras el luego, (ii) aumento gradual y lento entre el tercer y octavo año y, posteriormente, (iii) equilibrio dinámico. En la zona de estudio, la recurrencia de incendios no afectó a la capacidad de regeneración.
It addresses the study of fire from a spatially explicit multi-scale view, characterizing the relationship between vegetation and fire risk analysis by fire, zoning and the study of burned vegetation recovery after disturbance. This is the aim of this study into three natural areas of western Castilla y León.
As a first step, we generated a map of fires (more than 5 hectares) using satellite images Landsat 5 and 7. Then addressed the fire risk assessment of spatially explicit way, using an approach of logistic regression and classification trees. Finally, we assessed vegetation recovery after lire using spectral indices (derived from the Images Landsat) considered in the previous analysis.
The use of Landsat images at various scales allowed us to characterize the spatial pattern generated by the disturbance-regeneration process due to fire, the mapping of burnt areas received a total reliability of 88% and allowed to characterize the fire regime for the study areas. The fire risk models generated had a reliability of 70%, indicating its validity as auxiliary information to identity hot spots that allow the design of preventive measures. Spectral indices were useful for detailing the spatial pattern of risk that defines structural environmental variables “static”(on the timescale of the study): topography, accessibility and vegetation type. The slope was the most decisive coarser spatial scales, while at finer scales are more variables needed to estimate the probability of occurrence of fires. In all cases the correlations between structural parameters sampled in the field and spectral indices were significant, except for species richness, suggesting its validity tot monitoring the state of vegetation. At both the landscape and pixel, identified three phases in the dynamics of the values of the indices: (i) increased intense and rapid in the first two years after the fire, (ii) gradual and slow increase between the third and eighth year and thereafter, (iii) dynamic equilibrium. In the study area, the recurrence of fires did not affect the capacity for regeneration.
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