La casa representa para Klas Anshelm un lugar de refugio, pero también de contacto con lo que le rodea. Vivió y trabajó durante cincuenta años en Lund, en una casa con jardín extenso, reflejo de su manera de entender la vida y la arquitectura que la acoge. A finales de los años 60, el ayuntamiento ensanchó la calle en la que vivía. La obra afectó a su jardín delantero, y el equilibrio, largamente construido, se perdió. Anshelm inicia la búsqueda de un nuevo lugar donde vivir y trabajar. Un proyecto muy personal prácticamente desconocido incluso para sus colaboradores más cercanos. La casa soñada de Arendala. Nunca se construyó. De carácter reservado, rara vez escribió sobre su obra y, a pesar de que la prensa seguía de cerca su trabajo, casi nunca concedió entrevistas. La documentación de su archivo nos permite reconstruir el proceso de proyecto y desvelar los intereses que dan sentido a la arquitectura. La casa soñada materializa esa visión amplia de la vida que tenía Anshelm, donde las distintas partes, familia, trabajo y tiempo libre se unen en un conjunto indivisible, continuo, con un sentido único. Una obra discreta, enraizada profundamente en lo que le rodea que reestablece el vínculo original entre hombre y arquitectura, arquitectura y naturaleza.
For Klas Anshelm, the house represents a place of refuge but also of contact with his surroundings. During 50 years he lived and worked in Lund, in a single one house with a large garden. A house which reflected his particular way of understanding life, and the architecture embracing it. In the late 1960s, the street where he lived was widened by the city council. This intervention affected his front garden and with it, the balance achieved during many years was lost. Anshelm begins then to search for a new place to live and work, the dream house of Arendala. It was never built. Anshelm’s archive allows us to reconstruct the journey of this project and reveal the real meaning behind the architecture of a man of reserved nature, who rarely wrote about his work or gave interviews, but strong ideals. The dream house gave shape to Anshelm’s vision of life, where the different elements, family, work, free time, are bound together in a indivisible, continuous and unique whole. A life to be lived in a discreet house, deeply rooted in its context, recovering the original link between Man and Architecture, between Architecture and Nature.
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