Considerando el lenguaje literario como posibilidad de decir y denunciar la realidad, de escuchar las voces de los protagonistas del drama actual de la migración y de acercarnos a su profunda y dolorosa dimensión humana, propongo el análisis de la figura del migrante en el cronotopo de la frontera en tres cuentos del escritor mexicano Eduardo Antonio Parra: «Piedra del río», «El caminante» y «En la orilla». La frontera como no-lugar, espacio que literariamente se multiplica en símbolos y metáforas, geográficamente se ubica, en el caso específico de los textos elegidos, en el norte de México, considerado territorio que tiene una historia y condiciones distintas a las del resto del país. Se evidencia el efecto del espacio en los personajes, así como la importancia de la frontera como reflejo de sus habitantes. Parra incursiona en la idea del tiempo cíclico, del tiempo mítico en el que se desvanece la frontera entre pasado y presente de la narración; y lo hace a través de una escritura realista que no solo desvela la vulnerabilidad del migrante y su condición de víctima de un sistema violento de capitalismo, sino que nos lleva a reflexionar sobre el horrorismo de la actual condición humana.
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