Gerona, España
La representación de escenas sexuales, ya sean mitológicas, de creencias populares o simplemente de pornografía, eran un hecho corriente y no ofensivo, per se, a ojos de los romanos. Sin embargo, esto no quiere decir que todas tuvieran la misma consideración, puesto que el concepto de obscenidad e incluso de pornografía se asociaba a cierto estatus social y cultural. En general, las clases altas y adineradas elegían las escenas mitológicas, ya fueran estas más o menos sexuales, por su contenido “cultural”, mientras que las clases populares eran mucho más explícitas y crudas en sus repertorios. En ambos casos, y específicamente en las pinturas murales, no había una especialización temática de talleres eróticos, sino que era el comitente quien elegía, según el público al que iba dirigido, la temática a representar.
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