Thorsten Krömer, José G. García Franco, Tarin Toledo Aceves
Las epífitas vasculares son plantas que crecen sobre otras plantas, principalmente en las copas de los árboles. Incluyen especies de aráceas, bromelias, helechos, orquídeas y peperomias, entre otras. Son un componente importante de los bosques húmedos tropicales por su contribución a la riqueza de especies y biomasa, y además tienen un importante papel ecológico. Su existencia depende de los árboles hospederos y de las condiciones microambientales, por lo que son particularmente sensibles a los cambios ocasionados por las perturbaciones antrópicas; numerosos estudios muestran una drástica disminución de la riqueza de epífitas en la vegetación secundaria. Debido a estos atributos, las epífitas en general son consideradas buenas indicadoras de la calidad de sus hábitats. En México, las plantas epífitas alcanzan su mayor riqueza (ca. 30% de las especies) y abundancia en los bosques mesófilos de montaña. Diversos estudios han demostrado que los acahuales y los agroecosistemas de café bajo sombra albergan menor abundancia y número de especies de orquídeas y helechos que los fragmentos de bosque, y presentan especies más resistentes a la perturbación que se pueden incluso ver favorecidas por condiciones de humedad reducida y mayor insolación. Estos resultados indican que la riqueza o abundancia de las epífitas vasculares en general, así como algunas familias y géneros en particular, pueden ser utilizadas como bioindicadoras eficientes de la calidad de sistemas naturales. Sin embargo, la evaluación de la estructura y composición de la comunidad epífita puede ofrecer información aún más completa sobre los efectos de diferentes tipos, frecuencias e intensidades de perturbación.
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