Los científicos encuentran difícil predecir el efecto que tendrá el cambio climático sobre los ecosistemas marinos. Sin embargo, algunos grupos de invertebrados (esponjas, antozoos, moluscos, equinodermos, tunicados, y briozoos) responden de forma distintiva a algunas de las variables que frecuentemente se asocian a este. En estos grupos hay especies que durante su crecimiento registran las características físicas y químicas del ambiente donde vivieron y nos informan de los cambios ocurridos en el pasado. Así, el registro fósil y el estudio de especies muy longevas (miles de años)- pueden ayudarnos a saber qué podría ocurrir en el futuro; son los denominados indicadores paleoclimáticos. Por otro lado, el comportamiento de los individuos o de las especies actuales nos da información de lo que está ocurriendo en el presente en el medio marino. En este capítulo hacemos una revisión del uso de estos grupos de invertebrados como paleoindicadores y como indicadores actuales del cambio climático. Entre las respuestas ecológicas que se asocian al cambio climático destacan la alteración en la sucesión ecológica de la comunidad, cambios en la distribución latitudinal de las especies, incremento en el número de enfermedades, así como el establecimiento y dispersión de especies invasoras. Asimismo, el cambio climático también tiene efectos a nivel fisiológico o molecular ya que por ejemplo modifica la capacidad de calcificación de algunas especies. Todas estas respuestas individuales, poblacionales y fisiológicas se podrían usar como indicadores biológicos de alteraciones ambientales derivadas del cambio climático
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