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El autoritarismo populista y la corrupción: el caso de la República de Macedonia

  • Autores: Nano Ružin
  • Localización: Balkania, ISSN-e 2530-9676, ISSN 2172-5535, Nº. 7, 2016 (Ejemplar dedicado a: Macedonia del Norte, monográfico), págs. 175-195
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • Populist Authoritarianism and Corruption: The Case of the Republic of Macedonia
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Desde la caída del Muro de Berlín en 1989 y el colapso de la Federación Yugoslava en la década de los noventa, los países de los Balcanes occidentales emprendieron el camino de la democratización, el pluralismo político, el mercado libre, y la expansión de la sociedad civil, poniendo fin a los apparatchiks comunistas, la dictadura del proletariado, el culto a los líderes del Partido Comunista, el poder ilimitado del Estado, el populismo socialista, la anatematización de los enemigos internos y externos, la censura de los medios de comunicación y la burguesía roja. Desafortunadamente la corrupción –un término normalmente reservado para los países capitalistas, a pesar de la extensión de la práctica del soborno en los Estados socialistas– ha hecho también su aparición en estas nuevas democracias. Los escasos episodios de corrupción "descubiertos" en la época comunista focalizaron la crítica en los pequeños apparatchiks del Partido o en el mundo de los negocios, visto como "enemigo" de la clase obrera y el socialismo. Al inicio de la transición se pensó ingenuamente que todos los "demonios" del sistema comunista desaparecerían, pero se ha visto que no sería así.

      Hoy en todos los Balcanes reina el espíritu del populismo y la manipulación de las multitudes, y la demagogia de los políticos enriquecidos por el autoritarismo y los sofisticados sistemas de corrupción. El caso de Macedonia es a este respecto muy significativo. El líder del VMRO-DPMNE Nikola Gruevski, que ganó las elecciones parlamentarias en 2006 y todavía mantiene el poder, comenzó su mandato promoviendo una guerra contra la corrupción para la que incluso contrató a la ex fiscal rumana Monika Macovei, a fin de servir como asesora anticorrupción de su gobierno. Pero el descubrimiento por la oposición de una amplia red de escuchas telefónicas organizada por el Ministerio del Interior han puesto de manifiesto la dimensión de la corrupción del actual gobierno de Gruevski.

      Los dirigentes de la Yugoslavia comunista eran apenas unos aprendices en comparación con la magnitud de la corrupción de la élite del poder actual. Algunos proyectos como Skopje 2014, las carreteras construidas por empresas chinas, o el asunto Actor han revelado la existencia de un importante tráfico de influencias en beneficio de los políticos y las empresas que financian el partido en el poder. Enfrentada a desafíos de esta envergadura, el sistema judicial de Macedonia no ha sido capaz de emprender un solo procedimiento legal por corrupción contra los miembros del Gobierno. Por esa razón, la comunidad internacional ha estimulado la creación de una Fiscalía Especial con el mandato de iniciar un procedimiento judicial sobre la corrupción de la elite política, tal y como se ha acreditado en los registros de escuchas telefónicas.

      Las patologías del poder político, tales como el populismo autoritario, van de la mano de la corrupción. ¿Cómo luchar contra ésta? En primer lugar, mediante un control institucional y no institucional sobre el poder, es decir, mediante la aplicación de un sistema de frenos y contrapesos. En un segundo nivel, con el análisis minucioso y experto de las fuentes de corrupción. Y en un tercer nivel, con la cooperación regional e internacional para cambiar el punto de vista de la lucha contra la corrupción y la creación de una metodología de lucha contra la misma.

    • English

      After the fall of the Berlin Wall in 1989 and the collapse of the Yugoslav Federation in the 1990s, the countries of the Western Balkans embarked upon the path of democratization, political pluralism, the free market, and the expansion of civil society, putting an end to Communist apparatchiks, dictatorship of the proletariat, worship of Communist Party leaders, unlimited state power, socialist populism, anathematizing internal and external enemies, censorship of the media and the red bourgeoisie. Unfortunately, corruption - a term normally reserved for capitalist countries, despite the widespread practice of bribery in socialist states – has also made its appearance in these new democracies. The scant episodes of corruption "discovered" in the communist era focused criticism on the small apparatchiks of the Party or on the business world, seen as the "enemy" of the working class and socialism. At the beginning of the transition it was naively thought that all the "demons" of the communist system would disappear, but it has been seen that this would not be so.

      Today, in the Balkans, the spirit of populism and the manipulation of crowds reigns, and the demagogy of politicians is enriched by authoritarianism and sophisticated systems of corruption. The case of Macedonia is very significant in this regard. VMRO-DPMNE leader Nikola Gruevski, who won the parliamentary elections in 2006 and still maintains power, began his mandate by promoting a war against corruption, for which he even hired former Romanian prosecutor Monika Macovei to serve as an anti-corruption advisor of his government. But the discovery by the opposition of a large network of wiretaps organized by the Ministry of the Interior have revealed the extent of corruption of the current Gruevski government.

      The leaders of communist Yugoslavia were barely apprentices in comparison to the magnitude of the corruption of the current power elite. Some projects such as Skopje 2014, the roads built by Chinese companies, or the Actor case have revealed the existence of significant influence trafficking for the benefit of politicians and the companies that finance the party in the power. Faced with challenges of this magnitude, the Macedonian justice system has not been able to undertake a single legal procedure for corruption against the members of the Government. For that reason, the international community has encouraged the creation of a Special Prosecutor's Office with the mandate to initiate a judicial proceeding on the corruption of the political elite, as it was evidenced by wiretapping records.

      The pathologies of political power, such as authoritarian populism, go hand in hand with corruption. How to fight against it? First, through institutional and non-institutional control over power, that is, through the application of a system of checks and balances. On a second level, by the meticulous and expert analysis of the sources of corruption. And, at a third level, for regional and international cooperation to change the point of view of the fight against corruption and the creation of a methodology to fight against it.


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