Queda rastreada y demostrada, en el capítulo anterior, la tentación totalitaria del PSOE, que anida en sus propias raíces ideológicas y asoma, sin apenas disimulos, en su horizonte. ¿Significa esto que el PSOE es, para nuestro análisis, un partido totalitario? No hemos dicho tal cosa. En esa ideología, y en ese horizonte, el PSOE juega peligrosamente con dos caras: la democrática, que se ofrece sobre todo en vísperas electorales, en programas concretos y en tácticas de atracción, y la totalitaria, que emerge, no siempre bien enmascarada, del trasfondo ideológico y los comportamientos políticos, si no queremos reducir a simple caricatura las habituales equiparaciones del PSOE con el Movimiento Nacional.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados