Resumen de La inteligencia artificial, los consumidores y el futuro del automóvil: vehículos autónomos
- español
La industria automovilística está viviendo unos momentos de grandes cambios, tanto por la llegada de nuevos sistemas de propulsión, así, los vehículos eléctricos, como por la aparición de nuevas compañías, especialmente de origen chino. Esta tormenta perfecta se completa con el desarrollo de la tecnología de conducción autónoma, impulsada por la conectividad y el uso de la inteligencia artificial. Por ello, deben analizarse, desde un punto de vista jurídico, las implicaciones de la conducción autónoma y su posibilidad de implementación en la actualidad y en el futuro, así como la legislación en materia de inteligencia artificial y los problemas para los consumidores —todos nosotros, en esencia— que deberán acostumbrarse a un tipo de automóvil totalmente distinto al que existe en la actualidad. Las consecuencias serán de un profundo calado jurídico, pero también económico o sociológico, pues existen zonas rurales o más despobladas que apenas disponen en la actualidad de una buena cobertura de telefonía móvil, lo que dificulta la implementación de tecnologías como el GPS, suponiendo una mayor complejidad para la conducción autónoma. Estos problemas podrían solventarse con la adopción de sistemas de inteligencia artificial, cuya regulación todavía está debatiéndose en la Unión Europea, pero sobre la que habría que ir perfilando ya las líneas clave de la misma
- English
The automotive industry is undergoing moments of great change, both due to the arrival of new propulsion systems, such as electric vehicles, and the emergence of new companies, especially of Chinese origin. This perfect storm is complemented by the development of autonomous driving technology, driven by connectivity and the use of artificial intelligence. Therefore, it is necessary to analyze, from a legal perspective, the implications of autonomous driving and its feasibility for implementation in the present and future, as well as legislation on artificial intelligence and the challenges for consumers —all of us, essentially— who will need to adjust to a completely different type of car from currently existing one.The consequences will have profound legal implications, as well as economic or sociological ones, as there are rural or less populated areas that currently have little to no coverage of mobile phone networks, which hinders the implementation of technologies such as GPS, posing greater complexity for autonomous driving. These issues could be addressed through the adoption of artificial intelligence systems, the regulation of which is still under discussion in the European Union, but for which the main principles should already be outlined