In this essay we propose to demonstrate that illness is a driving force of the dramatic action insofar as the image of a social body dangerously attracted to the abysses of morbidity and vampiric self-destruction is progressively installed in the text. Far from considering Don Gutierre as the only sick person in the play, we will see that each character is characterized by his own pathology, except for Don Enrique, whose exceptional vitality in this dramatic biotope makes him the key pathogenic agent in the unleashing of the disease
En este ensayo nos proponemos demostrar que la enfermedad constituye un motor de la acción dramática en la medida en que se instala progresivamente en el texto la imagen de un cuerpo social peligrosamente atraído hacia los abismos de la morbidez y de la autodestrucción vampírica. Lejos de considerar que don Gutierre es el único enfermo de la obra, veremos que cada personaje viene caracterizado por su propia patología excepto don Enrique cuya vitalidad excepcional en este biotopo dramático le convierte en agente patógeno clave del desencadenamiento de la enfermedad.
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