América Latina es considerada la región más desigual a nivel planetario, registrando un coeficiente de Gini de 0,53 a mediados del decenio 2000. Tal situación se encontraba asociada a la implementación de las denominadas políticas neoliberales que revalorizaron a nivel continental el valor del mercado por sobre cualquier determinación del Estado. Las versiones mínimas del Estado y su desfasaje como rol generador de determinados colectivos sociales como, por ejemplo, la educación, parecen haberse modificado entre 2005-2015 permitiendo una disminución de la desigualdad.El objeto central del presente trabajo será observar si resulta importante el factor político en la toma de decisiones para intentar avanzar sobre la problemática de la desigualdad. Para ello se analizará el desempeño de la economía política y sus prácticas direccionadas al desarrollo de los derechos de segunda generación. Interesa en particular estudiar la implementación de la AUH (Asignación Universal por Hijo) en 2009 y sus efectos dirigidos a superar la desigualdad, revisando la incidencia de la misma al interior del sistema educativo, y se ampliará la visión con el Progresar (Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina) de 2014. Ello permitirá evaluar si: a) ¿la cuestión de la desigualdad resulta un condicionante histórico irreversible? b) ¿puede un estado ayudar a mitigar esa desigualdad? c) ¿qué permite concluir la implementación en Argentina de esa política?
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