Un hueso de caballo recogido en la Cartuja de Sevilla hace 4o años ha sido el protagonista de un proyecto del gobierno de EEUU. En 2003 se publicó en la revista 'Science' un artículo sobre el origen de los actuales caballos norteamericanos donde este hueso, datado por radiocarbono 14 en el año 1703 y determinado por técnicas genéticas de la raza cartujana, fue clave. Un equipo de genéticos realizó el estudio del genoma de los equinos actuales norteamericanos, recopilando casi 300 huesos de todo el hemisferio norte conservados en yacimientos posteriores a la conquista de América, el tiempo en el que comenzó el trasiego de animales desde Andalucía. El resultado del análisis genético ha sido que esos caballos actuales de Norteamérica están emparentados con este otro cartujano. Asunto resuelto. Este simple y escueto resultado fue el trabajo de varios años de decenas de investigadores. Se demuestra que las Ciencias Experimentales son fundamentales para el estudio histórico de cualquier cultura. No hace mucho alguien me dijo: "Tanto trabajo para tan escasa información". A lo que añadí: "Y tan contundente".
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