Entre el verano de 1936 y la primavera de 1937 se fija la línea del frente aragonés. En paralelo, se conformaron a ambos lados de la misma, dos órdenes sociales y políticos diametralmente opuestos. De un lado, en la zona franquista, una vida pública enteramente militarizada, en la medida en que estaban en manos del Ejército todos los resortes de un poder que extendió el control militar a toda la población. Del otro, en la zona republicana, un primero precario y luego “más disciplinado” orden revolucionario. Entre sus realizaciones destacaban la colectivización de la tierra, los comités revolucionarios locales y, desde octubre de 1936, el Consejo de Aragón.
Revolución y contrarrevolución: dos proyectos políticos y sociales enfrentados
págs. 6-15
Un Aragón militarizado: la articulación de la retaguardia franquista
págs. 17-27
El Aragón republicano: guerra y revolución
págs. 53-61
págs. 28-35
págs. 36-47
Cretas: la colectivización de un pueblo aragonés (1936-1938)
págs. 62-75
págs. 76-85
Miguel Ponte y Salvador Allué: dos puntales del Aragón franquista
págs. 48-51
Joaquín Ascaso: primer presidente aragonés del siglo XX y gobernador libertario de Aragón
págs. 88-93
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