La libertad de palabra sigue siendo el instrumento único e imprescindible para la comunicación humana. La palabra nos permite conocer al otro, ser conscientes de su individualidad, de sus anhelos, miedos, ideas, aspiraciones, frustraciones, sueños. Todo ello nos conforma como seres humanos y nos convierte en sujetos dotados de una dignidad intrínseca que la palabra debe respetar, y a través de la cual dicha dignidad, se manifiesta. El respeto al otro, la capacidad de entender sus posturas sin compartirlas es la esencia de nuestra sociedad. La libre discusión de ideas, el intercambio de pareceres, el acuerdo sobre la necesidad de la discrepancia es el mecanismo que convierte nuestro sistema de convivencia en un modelo.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados