Hay seis edificios malagueños separados por un espacio temporal de cuatro siglos, pero que están unidos formalmente: la mansión en calle Gaona, que perteneció al Mayorazgo de Buenavista y que fue erigida por Baltasar Francisco Guerrero Chavarino, quien en 1706 pudo encargar su construcción a Felipe de Unzurrunzaga; el Jardín Privado del Palacio Episcopal de Málaga, promovido en 1783 por el obispo Molina Lario y construido por el arquitecto turolense José Martín de Aldehuela, y el Jardín privado del Prior en el Convento de la Victoria, posiblemente realizado en el siglo XVII; las Casas de Félix Sáenz de Málaga, el hotel América Palace de Sevilla y el Pabellón de Málaga en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla del año 1929, diseñados estos tres últimos por el arquitecto malagueño Fernando Guerrero Strachan. Tanto el hotel América Palace como el Pabellón fueron realizados entre 1928 y 1929 para la Exposición Ibero-Americana de Sevilla, inaugurada en el mes de mayo del año 1929. Los dos primeros edificios tienen un elemento común, que aparece también el Pabellón de Málaga: un patio jardín, que se constituye en el núcleo central de la construcción.
Cuando Guerrero Strachan diseña el Pabellón de Málaga se inspira en los dos únicos modelos de patio jardín, que se conservaban en la ciudad de Málaga: el Jardín Privado del Palacio Episcopal y el Patio del Palacio de la calle de Gaona.
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