Capitalismo, tecnología, precariedad, proletarización: el periodismo digitalizado a través del caso de "El País"

• Autores: Mario Escribano Torres
• Directores de la Tesis: Eva Aladro Vico (dir. tes.), César Rendueles Menéndez de Llano (dir. tes.)
• Lectura: En la Universidad Complutense de Madrid ( España ) en 2024
• Idioma: español
• Tribunal Calificador de la Tesis: Ana Isabel Segovia Alonso (presid.), Joan Pedro-Carañana (secret.), Carlos de Castro Pericacho (voc.), Miguel Álvarez Peralta (voc.), Sonia Núñez Puente (voc.)
• Programa de doctorado: Programa de Doctorado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid
• Materias:
  • Ciencia política
    • Opinión publica
      • Información
      • Medios de comunicación de masas
• Enlaces
  • Tesis en acceso abierto en: Docta Complutense
• Resumen

  • Los periódicos llevan dos décadas sumidos en una profunda transformación tecnológica. Frente a lo que había ocurrido en ocasiones anteriores, esta vez los cambios han afectado a algunos de los pilares de estas empresas, como su modelo de negocio o las condiciones laborales y profesionales de los periodistas. La presente investigación aborda las causas y consecuencias de estos procesos digitalizadores en la prensa escrita, partiendo de una perspectiva general para, finalmente, contrastarla con un estudio de caso sobre El País.

    Para ello, hemos empleado técnicas de investigación mixtas. En concreto, la investigación empírica cualitativa ha sido fundamental, ya que se han realizado distintas entrevistas en profundidad con una docena de profesionales del sector que han trabajado o trabajan para El País, ilustrando así determinados puntos de la historia del periódico. Asimismo, estas se han combinado con el análisis documental y la revisión bibliográfica para completar el estudio.

    Si bien se suele responsabilizar a los procesos digitalizadores de la profesión periodística, lo cierto es que estos no dejan de ser una correa de transmisión que acelera unas dinámicas económicas más profundas y que obedecen a la propia evolución del sistema capitalista. Es el caso de la financiarización y la globalización. Entre sus principales consecuencias, está el auge de las plataformas tecnológicas, que han adquirido un rol dominante en el mundo digital. Son los casos de Google o Facebook, convertidas en las grandes intermediarias a nivel mundial, tanto para el acceso a contenidos como para la distribución de la publicidad.

    Es esto último lo que ayuda a explicar buena parte de las dinámicas desarrolladas por los periódicos en internet, si bien los medios de comunicación y las empresas que los gestionan arrastraban un conjunto de problemas internos desde hacía décadas, como el endeudamiento o la pérdida de credibilidad. Es algo que ha alcanzado incluso a los diarios de referencia, como es el caso de El País.

    A lo largo de las siguientes páginas, analizamos lo ocurrido en el diario de Prisa desde su fundación hasta el año 2020, momento en el que se cambia el modelo de negocio hacia el muro de pago. En este tiempo, el periódico afrontó distintos procesos digitalizadores. El primero fue la sustitución de máquinas de escribir por videoterminales, donde un protocolo de renovación tecnológica garantizó el mantenimiento de los puestos de trabajo que quedaran obsoletos.

    Sin embargo, cuando llegó internet, se tomó la dirección opuesta. En un inicio, era una posibilidad apenas explorada por El País, pero sí por competidores como El Mundo. Mientras, Prisa se centró en hacer inversiones en radio y televisión en todo el mundo, donde destacan las llamadas guerras del fútbol en España. Después, las apuestas por una edición digital tuvieron una serie de vaivenes sin visos de consolidarse.

    La edición digital, de hecho, no se vio como una prioridad hasta la llegada de la crisis económica de 2008. A partir de ahí, los cimientos del grupo se comienzan a resquebrajar, ahogados por una deuda que les dejaba a punto de la quiebra. La respuesta a la crisis pasó por una serie de recortes económicos, que se tradujeron en desinversiones de todo tipo y, también, en despidos. En El País, eso se tradujo en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que se fulminó a una tercera parte de la plantilla.

    Mientras, las plataformas afianzaron su posición de dominio, colocando los cimientos de los que serían los negocios en internet. Para los periódicos, eso supuso la adopción de un modelo de negocio en el que los contenidos se ofrecían de forma gratuita y los ingresos provenían únicamente de la publicidad. De este modo, se propició la precarización profesional y laboral del periodismo, ya que los redactores pasaron a asumir cargas de trabajo cada vez mayores, mientras que los contenidos buscaban rentabilidad inmediata.