La Terapia de Aceptación y Compromiso surge de un modelo de terapias que ha ido evolucionando desde la primera hasta la tercera generación, siendo la terapia conductual (TC) la primera. Para la TC, la conducta es la base, y el objetivo es generar cambios en el comportamiento humano a partir del manejo de contingencias. Para ello, se trabaja sobre el comportamiento observable. Cabe destacar, que el autor más relevante en esta generación fue Skinner (1974), el cual consideraba que la psicología tiene como finalidad estudiar el comportamiento humano, basándose en el conductismo como corriente filosófica. Para este autor, el comportamiento se aprende mediante un proceso de condicionamiento. Esto supuso un gran avance en la psicología, pero tras observar limitaciones en algunas patologías, nació la necesidad de incluir los aspectos cognitivos, dando lugar a las terapias de segunda generación. Estas combinan cognición y conducta, considerando el componente cognitivo como la base de los comportamientos. Es decir, la interpretación cognitiva de una situación puede determinar, o al menos influir, en la conducta del individuo. Se centran en estudiar el comportamiento encubierto. Dicho de otro modo, estudian los aspectos cognitivos, sacando de su foco de estudio, los comportamientos manifiestos. Entre las terapias más conocidas en este ámbito están la Terapia Cognitiva de Aaron Beck (1970) o la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis (1962). A pesar del avance que supuso esta segunda ola, se observaron algunas limitaciones, siendo la principal el control de pensamientos, con el objetivo de reducir el malestar, lo cual implica que el propio paciente debe aprender a modificar sus pensamientos para alcanzar una sensación de calma o bienestar. Ante esta limitación, surge la tercera generación, que se fundamenta en el posicionamiento del contextualismo funcional, lo cual se puede considerar una extensión del conductismo radical de Skinner. Cabe destacar la diferencia de que, en la tercera ola, la unidad central de análisis es el “acto en el contexto”, es decir, la acción en curso situada y con un propósito (Hayes et al., 2013).
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados