Esta disertación se refiere al estatus y sentido de los conceptos que constituyen el lenguaje de la filosofía de acuerdo a la fenomenología hermenéutica. La noción de indicación formal es la que da dirección a la comprensión del problema de la conceptuación filosófica, según las lecciones de Heidegger antes de la publicación de Ser y tiempo. Nuestra meta ha sido explorar ese recurso categorial y metodológico de la fenomenología hermenéutica cuya tarea es exponer las estructuras de la facticidad de una manera no objetivante ni teórica.
La posibilidad de elaborar un lenguaje filosófico no objetivo remite en este trabajo a la interpretación de Heidegger del logos apofántico aristotélico, en un primer momento, así como a los orígenes de la fenomenología. Los rendimientos de Investigaciones lógicas de Husserl, principalmente en lo que se refiere a la intuición categorial, constituyen una parte importante de esta disertación.
Ha sido necesario considerar también la intencionalidad - estructura de las vivencias, de acuerdo con Husserl - como lo que posibilita una modalidad predicativa de la experiencia. Desde esta perspectiva fenomenológica los juicios, en su carácter sintético, suponen la aparición de un nuevo tipo de objetividad en las vivencias. La presente disertación hace un examen de la intuición, en su modo categorial predicativo, destacando su dimensión formal y no meramente perceptual. La caracterización que desarrolla Husserl en torno al conocimiento establece, además, una estrecha relación entre intenciones significativas y cumplimiento intuitivo. Aunado a esto, se hace un examen de la modalidad ideatoria de la intuición categorial y si puede incidir en el lenguaje filosófico. El objetivo de la abstracción ideatoria es alcanzar una explicación fenomenológica de la posibilidad de una percepción estricta de lo universal. Los actos categoriales tanto sintácticos como abstractivos implican, así, la idea de cumplimiento que todo conocer requiere basado en un concepto lato de intuición.
Se sostiene que la intuición categorial es un fundamento filosófico de primer orden para la indicación formal. De ahí que sea posible hablar fenomenológicamente de un nuevo modo de comprender el lenguaje filosófico a partir del primer Heidegger. Esto nos ha conducido a la caracterización de la filosofía como interpretación y explicitación de la experiencia de la vida fáctica desde sí misma. Los modos en los que pueden expresarse fenomenológicamente las estructuras de la facticidad se cristalizan, en el proyecto de Heidegger, bajo la figura de categorías indicativas. En suma, la manera en que estas formas expresivas hablan de aquello que les incumbe, la existencia, es originaria y preteorética.
El concepto de indicación formal - inspirado en los resultados de Investigaciones lógicas respecto a la intuición categorial y en la diferencia fenomenológica entre generalización y formalización que Husserl expone en Ideas - se refiere estrictamente hablando a la estructura de la facticidad históricamente configurada. El sentido de lo formal que opera en la "indicación formal" habla de lo dado fácticamente, destacando el carácter tanto referencial como ejecutivo de la existencia y no sus contenidos supuestamente objetivos.
Finalmente, consideramos que es precisamente en la existencia donde las indicaciones formales encuentran cumplimiento. La situación es lo que llena fenomenológicamente la indicación formal. El mundo, plexo de significatividad histórica, permite que el lenguaje de la filosofía hermenéutica pueda ser comprendido ejecutivamente como un verdadero eco de la existencia. La vida, desde su propio estar dándose, posibilita que categorialmente se desarrolle un decir fiel a lo que se refiere. La noción de indicación formal abre la pauta para comprender que la existencia puede cuestionarse filosóficamente a sí misma y responder a esas indagaciones indicativa y propiamente.
Palabras clave: Filosofía, Teoría del concepto.
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