INTRODUCCIÓN: Tras el confinamiento domiciliario acontecido con la nueva enfermedad SARS-CoV2, ha sobrevenido un cambio respecto al uso de nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) aumentando la exigencia visual en etapas susceptibles al desarrollo de defectos refractivos.
Estudiamos cómo el confinamiento domiciliario y el uso de TICs hubieran podido influir en la distribución de defectos refractivos infantiles.
MATERIAL Y MÉTODOS: Se realizó un estudio epidemiológico analítico trasversal incluyendo una muestra de conveniencia de 244 niños en 2 grupos independientes: los que sufrieron confinamiento domiciliario (n=113) y los que no (n=131). Se recogieron antecedentes personales y familiares, tipo de colegio, horario escolar, actividades extraescolares, uso de TICs y tareas escolares. Se exploró la refracción bajo cicloplejia. Posteriormente se examinó la distribución de defectos refractivos en ambos grupos.
RESULTADO: La distribución de defectos refractivos en el grupo que sufrió el confinamiento mostró menor número de niños emétropes y mayor número con astigmatismo.
CONCLUSIONES: El confinamiento domiciliario tras el Covid-19 y los cambios en la educación escolar y familiar respecto al uso de TICs pudieran haber supuesto una mayor exigencia visual en pleno proceso de emetropización infantil. En nuestro estudio observamos menos niños emétropes y más con astigmatismo después del confinamiento, lo que en un futuro pudiera derivar en un incremento de casos de miopía.
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