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lunes, 23 de agosto de 2010
DLXXVII: Carrera al sol
Recuerdo aquellos tiempos de libros prestados y desafíos tan inconducentes como jugarle esa carrera al sol que se filtraba por la rendija de mi ventana, ya con ojos orientalizados, con el fin último e impostergable de leerte de corrido. Renglón tras renglón, descubrirte se hacía insoportablemente cruel. Cruel por la lejanía, por esa física distancia ante semejante cercanía. Esa misma que, tanto como el amor, desgarra el pecho sin hacerlo veramente, sin bendecirnos con la extremaunción, librándonos así a toda una vida de incertidumbre, soñándote conmigo y sabiéndote aún ajena. El desafío no era al sol, el desafío era a tu abrigo, a tus brazos como tenazas enalteciéndome -y anidándonos- en un amor inclaudicable. Te leo repetida y me enloquezco por sentirte. Por apretar esos dedos una vez más, por rozar bajo la frazada del invierno nuestros cuerpos con tan poco miedo, con tan pocos límites. Quiero jugarle una carrera al sol, y ganarle por añares. Ser la liebre que, sin pausa, cierra el libro y sigue leyendo. Ahora otra historia, una cierta. Una con vos.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
21:36
jueves, 4 de febrero de 2010
CDLVIII: Los Vagabundos del Dharma
"Y me prometí que iniciaría una nueva vida.
Vagabundearé con una mochila,
seguiré el camino puro."
Jack Kerouac
Vagabundearé con una mochila,
seguiré el camino puro."
Jack Kerouac
Los Vagabundos del Dharma es la biblia metafísica de los hippies. Es el punto de partida de una nueva forma de vivir, más cercana a la naturaleza, que concibe la vida como un viaje impredecible que enajena la cómoda seguridad burguesa que tan pocas respuestas otorgaba a los jóvenes de la patria del consumo. Kerouac y sus amigos son pre hippies, son quienes produjeron el renacimiento de San Francisco. En este libro se lee como vivían los beatnicks, entre fiestas interminables en las que hacían lecturas de poesía, improvisadas como el jazz, en las que se embriagaban con vino y algo de marihuana, y se desnudaban para bailar en rondas alrededor de fogatas. Pero no todo era fiesta, los pre hippies eran más arriesgados que los hippies. Kerouac, como un monje errante del extremo oriente, casi un mendigo, busca la vida como si fuese un puente, sin construir una casa sobre ella.
Mucho antes que los Beatles visitaran al Maharishi, mucho antes que Osho visitara California, Kerouac, impulsado por su amigo Gary Snyder, descubre el budismo y los pasos que da ascendiendo una montaña son constantes metáforas hacia el encuentro del Dharma, la rueda de la verdad budista que todo hombre puede hacer consciente. Era un camino espiritual desconocido en Occidente, una puerta que abrió a un conocimiento que hoy vemos mercantilizado en los gimnasios de Yoga y las visitas del Dalai Lama. Kerouac profetiza una revolución de las mochilas, miles y hasta millones de jóvenes con mochilas y subiendo a las montañas a rezar, todos ellos lunáticos zen que andan escribiendo poemas que surgen de sus cabezas sin motivo y siendo amables y realizando actos extraños que proporcionan visiones de libertad eterna a todo el mundo y a todas las criaturas vivas.
Esta nueva forma de vida exigía una nueva forma de escribir, más espontánea, sin caer en juegos intelectuales. Kerouac escribió este libro en 1958, en apenas once días.
"Vagabundos del Dharma negándose a seguir la demanda general de la producción de que consuman y, por tanto, de que trabajes para tener el privilegio de consumir toda esa mierda que en realidad no necesitan y que siempre termina en el cubo de la basura una semana después."
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Texto original, acá.
Chispa: Sole, gracias!
Publicado por
Mauro Fernández
a las
15:11
lunes, 6 de abril de 2009
CCXXIX: Instrucciones para leer un libro o escribir el propio
Lame suavemente la yema de tus dedos. Acaricia con dulzura celestial, el dócil y siempre filoso vértice inferior de la página. Acompaña con lealtad incomparable, el viaje que esa pequeña hojita emprende por tu gracia, hacia el olvido y su condena. Recuéstala como acostarías un ángel del que hoy eres anfitrión. Tómala con firmeza con tu pulgar, presiónala fuertemente, y pese a su insistencia por reencontrarse contigo o tu necesidad de volver a contemplar su belleza, déjala atrás. Sólo así podrás seguir leyendo. Sólo así podrás seguir viviendo.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
9:00
jueves, 4 de diciembre de 2008
CXII
"Buscada" de Laura Giussani es un libro atrapante, porque es más que un libro. Son jirones de una realidad histórica, arrancados de la memoria y plasmado ante nuestros ojos para siempre.
Mi percepción, aquí:
Este libro me devolvió el hambre literario. Venía aletargado y desperté. Días me bastaron para meterme en la más mágica urdimbre cultural e histórica Argentina. Sentir el espíritu de Lili hacerse carne. Sentir una eterna juventud que no tiene por qué acabarse. Militancia constante, incluso en su trabajo, en su intimidad. Eso la hizo única. Eso nos transmite y nos hace creer. La Lili que supo ser Pepa, es la que algunos soñadores vemos enaltecida por su pureza. La que nos devuelve la vehemencia intransigente, incluso cuando tenemos el culo cómodo y calentito en algún caserón de la calle Conesa.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
7:00
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