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lunes, 13 de agosto de 2018

ARDERÁS EN LA TORMENTA. John Verdon.

De nuevo, y a pesar de los calores de agosto, volvemos a la carga desde el grupo #SoyYincanera con la reseña del último título protagonizado por el detective David Gurney, un libro que hará las delicias de los amantes de la saga, sin duda alguna, porque Dave es mucho Dave.

Sin más, vamos con los datos técnicos del libro:

Título: Arderás en la tormenta
Título original: White River Burning
Autor: John Verdon
Traductor: Santiago del Rey
Editorial: Roca Editorial de Libros, S.L.
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-16700-72-1
504 páginas
Primera edición: junio de 2018
P.V.P.: 19'90€

Sinopsis (tomada del propio libro)

La tensión ha ido en aumento en White River. El inminente primer aniversario de la muerte de un motorista negro por el disparo de una policía local inquieta a una población económicamente deprimida y racialmente polarizada, enfrentada por discursos incendiarios, manifestaciones airadas y casos de incendios y saqueos.
La situación en White River se vuelve realmente tensa cuando se producen más muertes en lo que parece ser una escalada de venganzas. Sin embargo, cuando Gurney se pregunta por la verdadera naturaleza de todo este baño de sangre y se centra en aspectos peculiares de cada uno de los homicidios, el fiscal del distrito le ordena desvincularse de la investigación.
Obsesionado con los indicios que no corroboran la versión oficial de los hechos, Gurney decide actuar por su cuenta..

Datos sobre el autor


John Verdon trabajó en varias agencias publicitarias en Manhattan como director creativo hasta que, como su protagonista, se trasladó a vivir al norte del estado de Nueva York en un entorno rural. Sé lo que estás pensando fue su primera novela, un éxito mundial. En 2011, Roca Editorial publicó No abras los ojos, que también fue un éxito de crítica y ventas, a la que siguieron Deja en paz al diablo, No confíes en Peter Pan y Controlaré tus sueños. Su serie, que protagoniza el carismático detective retirado David Gurney, es ya un referente del género negro y criminal.



Impresiones sobre el libro

Quizá a la hora de abordar esta reseña no vaya a ser todo lo parcial que se espere de una persona que comenta libros, pero lo que tengo claro a la hora de reseñar es que no voy a imponer mi opinión, dejo claras mis impresiones y mis gustos, pero no pretendo convencer a nadie. ¿Y por qué digo esto? Básicamente porque John Verdon me tiene ganada, me gusta el personaje que ha creado, un policía retirado (o al menos eso es lo que se supone) con un amplio número de casos resueltos a su espalda, que ha abandonado la vida en la gran ciudad para "retirarse", junto a su esposa Madeleine, a una zona de campo, alejado de los problemas y los agobios de la gran ciudad, para "disfrutar" del retiro que se merece. Pero si Dave Gurney tiene algo peculiar es que él difícilmente puede estar sin hacer nada, sus células grises tienen que trabajar, y en eso lo encontramos al principio del libro, "entretenido" en lo que parece ser una excavación arqueológica en sus tierras, llevado por su propia curiosidad. Y en esas está cuando recibe la llamada de Sheridan Kline, el fiscal del distrito, que busca la ayuda de Gurney para desentrañar una serie de acontecimientos que están teniendo lugar en White River, propiciados por el aniversario de la muerte de un hombre negro a manos de la policía y lo que parecen ser los disturbios como respuesta a ese abuso de poder. El asesinato de un policía a manos de un francotirador y las revueltas que este y el anterior hecho están revolucionando las calles de White River hacen que el fiscal pida la ayuda de Gurney, de una forma algo extraoficial, porque Gurney va a investigar pero solo tendrá que dar cuenta al fiscal de sus avances, y conociendo a David y al fiscal, al que ya los seguidores de la serie hemos tenido el "placer" de encontrar en otros títulos, la cosa no iba a acabar tan bien como se esperaba. Entre el equipo encargado de investigar los disturbios que se están dando en la zona destacan Dell Beckert, jefe de policía de White River con grandes aspiraciones políticas y su adjunto y mano derecha Judd Turlock, el alcalde Dwayne Shucker, el sheriff Goodson y Mark Torres, joven policía que está en el cuerpo principalmente para ayudar a los demás, encargado de la investigación en un principio y que pronto comprenderá que Gurney tiene razón en su forma de actuar.

Junto a estos personajes, algunos nuevos en la trama, y a Madeleine, el pilar que sustenta la vida de Gurney y su contrapunto de serenidad, encontramos a Hardwick, un investigador amigo de Dave que no duda en acompañar al personaje en sus pesquisas por muy alocadas que le parezcan sus teorías.

El asesinato de un hombre negro al parecer inocente, por parte de la policía, y la muerte de un policía que un año después controlaba una manifestación a manos de un francotirador ponen al descubierto en "Arderás en la tormenta" una serie de problemas raciales que siguen dándose en EE.UU. a pesar de que se nos vende como un país de oportunidades. Los conflictos raciales salen a la luz en este libro y John Verdon aprovecha estas discrepancias para enfrentar a dos grupos, los supremacistas blancos y los miembros de la UDN, organización esta última que lucha por la defensa de los derechos de la gente de color y cuyos líderes también tendrán un papel relevante como víctimas o verdugos de esta trama que aquí se nos presenta.

El tema de los conflictos raciales en EE.UU. será uno de los tratados en el libro, pero no el único, porque si las novelas de John Verdon se caracterizan por algo es por ser una crítica a la sociedad actual en la que vivimos, con ricos que se aburren con todo y de todo, gentes que luchan por sobrevivir aunque dando importancia a los derechos que les asisten como ciudadanos, a pesar de su color o ideología, el odio que parece pervivir en algunos que no olvidan lo que sufrieron sus antepasados, los policías que ponen por delante sus aspiraciones políticas a su deber de luchar por los ciudadanos, frente a aquellos miembros del cuerpo que están allí por la necesidad de servir, aunque cada vez se sientan más vulnerables y comprendan que su labor tiene cada vez menos sentido, y como punto negativo, la utilización que de las noticias hacen las redes sociales y los programas basura de televisión, a los que no importa la gravedad de lo que cuentan ni sus consecuencias, que solo aspiran a ganar audiencia y a conseguir más publicidad y por tanto más dinero, sin que les importe el efecto que lo que cuentan en sus programas pueda tener en la vida de los que escuchan sus soflamas.

Con "Arderás en la tormenta" descubriremos de nuevo al Gurney al que estamos acostumbrados, aunque quizá la investigación aquí sea más pausada. Cuando los acontecimientos por los que Gurney es contratado parecen tener sentido y las piezas encajan casi a la perfección, Dave se desvincula con su pacto con el fiscal y empieza a investigar por sí mismo, guiado por su instinto, y con el beneplácito de Madeleine, que cosa extraña en ella, quiere que Gurney investigue la muerte de un buen policía que no merecía haber muerto asesinado, porque si a Gurney le hubiera pasado algo ella hubiera querido que alguien tan bueno y honrado como su marido hubiera investigado el caso. El papel de Madeleine en este libro no es tan negativo como puede parecernos en entregas anteriores. Sigue echándole en cara a Gurney que se relacione mejor con los problemas que su antiguo trabajo le plantea que con las personas de carne y hueso que tiene a su alrededor, pero esta vez deja trabajar a Gurney porque se siente identificada con las viudas de los policías y querría que alguien como su marido investigara el fondo de un caso que no es tan sencillo como a priori se presenta si ella estuviera en ese lugar.

"- A mí me resulta muy útil ponerme en el lugar del criminal. Mirar el mundo desde su punto de vista. Y lo hago estudiando todo lo que ha hecho. Me sumerjo en sus preparativos, en la ejecución de su plan, en sus probables pasos posteriores. Eso me da una idea de cómo piensa, de cómo toma decisiones. Pero esta vez no está funcionando."
"- Soy un escéptico por naturaleza. Así funciona mi mente."
"Por naturaleza, Gurney tendía a ir adonde le arrastraba la curiosidad sin preocuparse mucho de los refuerzos. Las peculiaridades y las incoherencias le llamaban la atención, despertando su deseo de examinarlas incluso en condiciones que habrían hecho vacilar a otros." 

He dicho al principio que no soy objetiva, porque me gusta la forma de escribir de Verdon y me gusta el personaje que ha creado, aunque solo me lo presente en sus tierras, pendiente de una pequeña excavación que está haciendo que ejercite sus células grises, o al cuidado de sus gallinas. Me gusta la forma de narrar del autor, y disfruto con la sencillez del personaje y sobre todo me gusta que las conclusiones de los casos no se saquen de una chistera. Como lectores asistimos a toda una serie de pruebas, de pros y contras, de forma que tenemos la solución ahí, descartando como hace Gurney a unos y a otros, porque las pequeñas cosas son importantes y todo tiene que encajar, y John Verdon hace que su trama encaje, de eso no hay duda. Nos podremos llevar una sorpresa más o menos grande en cada historia, pero lo que está claro es que personalmente disfruto con cada una de ellas, y las páginas, a pesar de que pueden parecer excesivas, vuelan entre las manos del lector. Quizá no soy objetiva, porque el personaje me tiene ganada desde el principio, y no puedo dejar de imaginarme que algo del autor hay en el personaje, pero lo haya o no, yo sin duda disfruto con su inteligencia y estoy segura que volveré a retomar la saga si hay nuevas entregas. De eso estoy segura.

En el blog, aunque he leído toda la saga protagonizada por Dave Gurney, solo he reseñado dos de las novelas. Os dejo el enlace por si os animáis a conocer algo más del protagonista. Nos leemos.

- Deja en paz al diablo
- No confíes en Peter Pan


lunes, 31 de agosto de 2015

No confíes en Peter Pan. John Verdon.

Se acaba el mes de agosto y se acaba el reto del mes del thriller, pero yo como siempre, con reseñas pendientes para publicar, porque todo hay que decirlo, leer he leído mucho.
El título que hoy presento gustará sobre todo a los seguidores de la saga de Dave Gurney, y debo decir que yo me encuentro entre ellos. Aunque son libros de los que quizá no recuerdes todos los pormenores de la historia, en el momento de su lectura se agradecen y se disfruta con ellos. El libro del que hoy os hablo es el cuarto de la saga, y debo reconocer que he disfrutado tanto con él como con la lectura de los libros anteriores, porque a mí personalmente sí me cae bien el personaje protagonista. Sin más, vamos con la reseña:

Datos técnicos del libro

Título: No confíes en Peter Pan
Título original: Peter Pan must die
Autor: John Verdon
Traducción: Santiago del Rey y Javier Guerrero
Editorial: Roca Editorial
Formato: Tapa blanda
1ª edición: noviembre de 2013
3ª edición: diciembre de 2013
ISBN: 978-84-9918-625-2
519 páginas



Sinopsis (trasera del libro):

Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor, y las consecuencias han sido terribles; se perdieron vidas y hubo carreras profesionales afectadas. Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney. Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo. Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos jefes presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas. Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua, pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Muy pronto Gurney se encuentra enfrentándose a un fiscal sin escrúpulos, un detective completamente corrupto, un jefe mafioso extrañamente amable y un famoso criminal griego, Petros Panikos, Peter Pan, un hombre menudo que esconde un insaciable apetito por el asesinato. Todo por alguien que, después de todo, puede que sea realmente culpable...


Argumento e impresiones sobre el libro

Ya he escrito más arriba que soy seguidora de la serie, y que de momento he disfrutado con ella, así que pocas pegas puedo ponerle al libro que hoy comento. John Verdon me ha captado desde el principio, porque a pesar de haber entrado tarde en el mundo de la literatura, lo ha hecho de la mano de un personaje, Dave Gurney, con el que disfruto: investigador retirado, muy inteligente, capaz de discernir todos los ángulos y posibilidades de cualquier problema, y que mantiene un halo de culpabilidad en lo concerniente a su vida privada, que hace que se enfrente a la muerte sin que parezca importarle su vida. Suelen resultar atrayentes estos investigadores que arrastran con ellos un pasado y que resultan melancólicos y parecen buscar el peligro. Así es Dave, un hombre que pese a llevar retirado tres años del Departamento de Policía de Nueva York, se ha enfrentado a la muerte en los últimos dos años, como si buscara que lo mataran, en opinión de su mujer, Madeleine. La vida que Dave lleva retirado en un ambiente rural  al norte del estado de Nueva York  no le satisface tanto como Madeleine querría, así que cuando Jack Hardwick propone a su amigo Dave que le ayude a revisar un antiguo caso apenas se lo piensa. Dave Gurney comparte con Jack un historial de experiencias cercanas a la muerte y una deuda que saldar, porque su labor fue muy importante para resolver el caso del Buen Pastor, historia desarrollada en el libro anterior.

Jack, despedido por sus superiores, trata de hacerse un nombre como investigador privado, y decide reabrir casos célebres de la justicia que se han cerrado mal. Convence a Dave para investigar el caso Spalter. Kay Spalter, condenada a cadena perpetua por el asesinato de su marido Carl Spalter, un hombre rico metido a político, en Long Falls, sigue en la cárcel, aunque las pruebas contra ella eran débiles. Fue acusada de disparar contra él mientras asistía al entierro de su madre, dejándolo en silla de ruedas, aunque Carl finalmente murió durante el juicio. El sistema había atacado a Hardwick y él ahora iba a atacar al sistema, demostrando sus errores; esa sería su revancha, pero necesitaría la ayuda de Dave, que accede porque se siente en deuda con él. Las consecuencias de reiniciar esta investigación serán graves para todos los participantes.

Partiendo de una premisa clara, y teniendo en cuenta la amistad y el sentimiento de deuda que Dave tenía hacia Jack, accede a investigar el caso. Una mujer inocente puede haber sido condenada con pruebas fabricadas por un policía corrupto. Para desentrañar el caso y demostrar si Kay Spalter es o no culpable de la muerte de su marido (algo que a Jack parecía no importarle, centrado solo en demostrar que el juicio no había sido justo), Dave Gurney decide visitar los escenarios del caso y retomar información sobre los miembros de la familia Spalter, una viuda que tenía un amante y un motivo para desear la muerte de su marido, una hija drogadicta fruto de una relación anterior que saldría económicamente beneficiada de la muerte de su padre, y un hermano, Jonah, un ángel comparado con Carl, que también podía tener motivos para el asesinato de su hermano, ya que necesitaba dinero para ampliar la obra religiosa a la que se dedicaba. Carl era para muchos un demonio metido ahora a político, y su trato con la mafia también pudo costarle la vida. Son varios los frentes abiertos que Dave habrá de investigar, poniendo en peligro su vida, algo que no parece importarle por el sentimiento de culpa que arrastra tras la muerte del hijo que tuvo con Madeleine y de la que se siente responsable. La pericia de Dave al analizar todas las pruebas y sus reflexiones sobre las conversaciones mantenidas con los implicados en la muerte de Carl parecen apuntar a un asesino en serie como posible responsable del delito. Al principio del libro, en un prólogo de un par de páginas, el lector entra en contacto con un oscuro personaje que tiene algo que ocultar, y del que retomaremos la información hacia la mitad del libro, convirtiéndose en personaje principal de la trama y sus actos en artífices de toda la emoción que hace que quieras devorar el libro (peligran las vidas de los investigadores y quieres saber quién es en realidad ese al que llaman Peter Pan).

La investigación lleva a Gurney a lo de siempre, un mano a mano con el criminal, un duelo a muerte solo ante el peligro, enfrentándose esta vez a un asesino peligroso, experto en situaciones difíciles del que el lector no tendrá demasiado conocimiento (se van lanzando pinceladas a lo largo del libro, pero no se sabe bien cuál es el motivo que mueve al asesino, aparte del económico y su propia maldad). Petros Panikos, un sicario griego de escasa estatura, conocido como Peter Pan o el Mago, obsesionado por el control, será el rival al que tendrá que enfrentarse Dave, aunque los motivos para el asesinato de Carl constituirán una sorpresa para el lector que Gurney, con su sagacidad, será capaz de descubrir. La resolución del caso no resulta rocambolesca, el autor nos da pistas para que descubramos qué pasó y con su prosa e imaginación mantiene el ritmo hasta el final, y eso se agradece en un thriller.

El libro, estructurado en cuatro partes, conserva el ritmo a lo largo de sus sesenta y dos capítulos no demasiado extensos, y la historia que en ellos se narra mantiene el suspense, a pesar de partir de la base de la investigación de un caso cerrado hace tiempo. Los que seguimos la saga hemos visto que los personajes han evolucionado, conocemos más a fondo el motivo por el cual Dave actúa de forma impulsiva en algunos casos, lo vemos mejor relacionado con su hijo Kyle, con el que antes apenas hablaba, y parece que entendemos mejor a Madeleine, la actual mujer de Dave, que lo aparta a la vida rural para alejarlo de los problemas. Las descripciones a lo largo del libro son bastante amplias, y lejos de dar una sensación de lentitud a la trama, ayudan a conocer mejor el entorno rural en el que Dave vive con su mujer, la cárcel donde cumple condena Kay, el cementerio donde dispararon a Carl... Descripciones y diálogos hacen que avancemos en la historia queriendo saber qué pasó en realidad y qué consecuencias puede tener la investigación para el propio Dave y su familia.

Si hay que ponerle un pero al libro, quizá se centre en el personaje de Peter Pan. Vamos sabiendo poco a poco cosas de él, a modo de pequeñas pinceladas, por lo que él mismo va diciendo y por lo que cuentan de él los que en algún momento se han cruzado en su camino. Sabemos que es alguien camaleónico, obsesionado con el control y con ser el mejor, e intuimos que algo pasó en su niñez que le afectó de tal manera que le hizo convertirse en lo que es, pero ¿por qué ha dejado el autor tantos cabos sueltos en este personaje? ¿Qué ha pasado realmente con él en su vida? ¿Por qué actúa de la forma que lo hace? Esto es lo que menos me ha gustado del libro: si en el caso de Gurney vamos conociendo cada vez más qué motivos le mueven a actuar sin miedo, el personaje de Peter Pan ha quedado, a mi modo de ver, incompleto, me hubiera hecho falta un apéndice final que explicara algún aspecto de su pasado, porque la lectura del libro me ha dejado con dudas. Con todo, recomiendo dedicarle unos días a esta trama porque hay que reconocer que el autor tiene bastante imaginación y sabe dejar el listón alto. Personalmente he disfrutado con la historia, y seguro que si John Verdon se decide a escribir otra entrega del detective retirado Dave Gurney, sin duda acabaré leyéndola.

Si os interesa echar un vistazo a los datos biográficos del autor, así como a la reseña que hice de su anterior libro, "Deja en paz al diablo", solo tenéis que pinchar en el siguiente enlace.

Y vosotros, ¿habéis leído algún título de la saga?

¡Nos leemos!

martes, 21 de agosto de 2012

John Verdon: Deja en paz al diablo.

John Verdon es un escritor norteamericano de thriller. La fama como escritor le vino tras la publicación de su primera novela, Sé lo que estás pensando (Think of a number). Durante 32 años trabajó en el mundo de la publicidad desempeñando varios cargos ejecutivos hasta su jubilación. Cuando se retiró se mudó con su mujer a un pueblecito del estado de Nueva York, al igual que hace el personaje de sus novelas, el detective retirado Dave Gurney. Al éxito de su primera novela le siguió No abras los ojos, que Rocaeditorial publicó en 2011, siendo también un éxito de crítica y ventas.
Seguidores en Twitter: @JohnVerdonSpain
#dejaenpazaldiablo y Facebook: Sé lo que estás pensando.


La novela que comentamos hoy "Deja en paz al diablo" es la tercera obra de este autor, que sigue con el hilo conductor de la vida del personaje principal de los dos anteriores títulos, el detective retirado David Gurney.

Título original: Let the Devil Sleep

© 2012, John Verdon
Primera edición: junio de 2012
© de la traducción: Javier Guerrero
Editado por Roca Editorial de Libros, S.L.
ISBN: 978-84-9918-494-4
495 páginas.

Sinopsis: Nada es nunca lo que parece. Y menos si David Gurney está involucrado.
Dave Gurney, detective de 48 años, lleva seis meses sin hacer nada, el tiempo que hace que resultó herido en el desenlace de su último caso, el asesinato de Jilliam Perry. Apenas puede reincorporarse a la normalidad de la vida diaria, lo domina la hostilidad, no la serenidad. Se había encontrado al borde de la muerte; le habían disparado tres tiros a bocajarro y había estado en coma. Nunca le habían gustado demasiado las armas, pero tras esto no olvidaba su cartuchera en el tobillo para su Beretta calibre 32.
Su esposa, Madeleine, con la que vive en una finca rural a las afueras del pueblo de Walnut Crossing, en los Catskills (aunque ellos eran de Nueva York), está preocupada por él, puesto que le han diagnosticado síndrome de estrés postraumático, y nada parece alegrarle, hasta que la llamada de una vieja amiga le hace volver a investigar.
Connie Clarke, la periodista que había creado la fama de superpoli de Dave se pone en contacto con él para que ayude a su hija Kim Corazon, que como proyecto de final de carrera está preparando una miniserie documental para la televisión sobre víctimas de homicidios, centrada en las familias, pues trata casos sin resolver. La serie se llama "Los huérfanos del crimen".
Lo que Connie quiere en realidad es que Dave revise el trabajo de su hija y la guíe en cómo relacionarse con los familiares de las víctimas. Kim ha centrado todo su proyecto en las víctimas del Buen Pastor, un asesino en serie al que nunca atraparon, que disparaba a conductores, un caso de hacía 10 años, de la primavera del 2000.
En parte por hacerle un favor a Connie y en parte por aburrimiento, Gurney acepta. Esto no será más que el principio. Sin poder ponerle coto a su curiosidad, y necesitando resolver cada una de las incógnitas que se le presentan, Dave Gurney se verá arrastrado a una investigación para descubrir la verdadera identidad del asesino, volviendo a poner en peligro su vida y la de los que le rodean.
Según Kim, para comprender qué es de verdad el asesinato, hay que hablar con las familias de las víctimas. Esa teoría es la que ha impresionado al productor Rudy Getz, de la cadena televisiva RAM, que ya había tratado ampliamente el caso en su momento. Tendrá que reunirse con los familiares para ver cómo se sienten en realidad y no todos reaccionarán positivamente. Contando con la ayuda de Dave, no será el único problema al que tendrá que enfrentarse, puesto que Kim parece sufrir en su propia casa el acoso de un antiguo novio, Robert Meese, conocido como Robert Montague, y la policía cree que en realidad son invenciones suyas.
A medida que se adentran en el caso, Dave encuentra lagunas en la forma en que se llevó a cabo la investigación inicial del caso del Buen Pastor. Para acceder a los informes originales cuenta con la ayuda de Jack Hardwick, investigador jefe de la policía del Estado de Nueva York, que también resultó herido en el último caso investigado por Dave.
Los responsables de la creación de perfiles del FBI centraron su búsqueda en un varón que atacaba en las carreteras que iban a parar a zonas residenciales a conductores de Mercedes negros a los que disparaba en la sien con balas de una pistola de gran tamaño, la Desert Eagle, y parece que por el manifiesto que envió en su momento actuaba movido por el odio a los que poseían riquezas, a los que trataba como codiciosos. Los reportajes de Kim van a mover conciencias, y el propio Dave Gurney va a dar un nuevo giro a la investigación, ayudado por las conversaciones que mantiene a lo largo del libro con los distintos protagonistas.
Dave, casado en segundas nupcias con Madeleine, con la que tuvo un hijo que falleció, mantiene una especial relación con su esposa; ella es el punto de lucidez en su vida, y más ahora que pasa por una difícil situación personal tras el anterior caso. Tiene un hijo de su anterior matrimonio, Kyle, con el que parece mantiene las distancias, aunque este libro hace que nos acerquemos más al aspecto humano del protagonista (en el fondo padre e hijo no son capaces de demostrarse lo que sienten el uno hacia el otro) y de los que le rodean.
Las conversaciones mantenidas con los diferentes familiares de las víctimas hacen que el libro se siga bien, y a medida que vas conociendo detalles sobre ellos quieres descubrir la verdadera personalidad del asesino en serie.
Para tratar de investigar las lagunas del caso, Dave debe enfrentarse con los anteriores investigadores, que por supuesto no verán con buenos ojos que se discuta su investigación, y con los actuales, puesto que la emisión del programa de Kim traerá consecuencias.
Una baza importante en la investigación será el personaje de Max Clinter, un detective fuera de servicio que quedó enredado en el último asesinato del Buen Pastor, al que culparon de negligencia, por no evitar que éste escapara. La emoción está garantizada hasta el último momento, y si tenéis tiempo, es un libro que se lee de tirón (en mi caso, un par de días).

Aunque el libro es el tercero de la saga, que cuenta con los mismos protagonistas, puede leerse sin haberse iniciado en la lectura de los anteriores, puesto que el autor cuenta cosas del personaje y su entorno, y de cómo ha evolucionado. Si desde el primer libro ya se presenta al protagonista como alguien independiente, no acostumbrado a compartir sentimientos ni ideas con su entorno, quizá para protegerlos, ahora se incide mucho más en esto, pero el haber resultado herido en el anterior caso le hace abrirse más al mundo y a los que le rodean. Su mujer es el complemento perfecto, porque con sus ideas le ayuda de alguna forma, y su carácter más abierto le hace bien. Desde el primer título se sabe que Dave tiene un hijo de su anterior matrimonio, al que parece gustarle el lujo, las marcas, pero que no parece tener mucha relación con su padre. En este libro, el hijo visita al padre, y hay un acercamiento, una admiración hacia su persona. Lo malo de estos dos personajes es que les cuesta decirse lo que sienten.
La descripción de los paisajes es bastante completa, y puedes imaginar el entorno en el que se desarrolla la obra. Al mismo tiempo, al tratar el tema de un asesino en serie puedes pensar que estás asistiendo a la visualización de un episodio de Mentes criminales. Al mismo tiempo, alguno de los giros en la forma de afrontar la investigación te trae al recuerdo The ABC Murders (El misterio de la guía de ferrocarriles), de Agatha Christie, pero es una opinión personal.
Personalmente, me gusta el estilo de Verdon, puesto que sus libros se leen bien y dejan buen sabor. Me gusta Gurney, porque se nos presenta (sobre todo en este último libro) con sus miedos, y aunque parece algo reservado y que no comparte todo lo que pasa por su cabeza, arriesga su vida por llegar a la verdad. Además, ¿quién no conoce a alguien demasiado reservado?.
Si se publica un cuarto libro, intentaré hacerme con él.
Como siempre, si no habéis leído nada de Verdon, recomiendo que se empiece la lectura por el principio, puesto que así te haces una mejor idea de los personajes, y el primer título Sé lo que estás pensando es altamente recomendable, por su originalidad.

¡Hasta una próxima entrada!