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miércoles, 25 de julio de 2012

Los diez mandamientos de Braceli para hacer una buena entrevista

Rodolfo Braceli es un periodista argentino con una visión y práctica ajena los dictados de los “maestrudos” y sus manuales sobre el oficio. En Escritores descalzos esboza su particular método para lograr que “el entrevistado suelte la chaveta del autocontrol, salga de ese traje que lo mantiene dentro de lo políticamente correcto o de la simulación de lo políticamente incorrecto”. A continuación reproduzco alguna de las recomendaciones que da a los periodistas para afrontar, con éxito, las entrevistas:
    Conversar, no interrogar. “Conversando se llega más lejos, más hondo, que interrogando”.
    - Escuchar al entrevistado. “Para conversar, escuchar. […] éste es el punto: la matriz de las preguntas. […] Cuidado, mucho cuidado con convertirnos en esclavos de los interrogatorios preparados. Porque en esos casos renunciamos a uno de los cinco sentidos. Nos volvemos sordos. Sordos y ciegos, en realidad".
    - No seguir al pie de la letra el cuestionario. "Que las preguntas previamente elaboradas no nos impidan escuchar a ése que queremos descalzar”.
    - Involucrarse. “Dicen los maestrudos […] que el entrevistador debe mantener distancia, no involucrarse con el entrevista. Al caraxus y al carajo con eso”.
    - Buscar la cerradura de los personajes supuestamente inalcanzables. "¿Cómo se hace para conseguir una entrevista imposible? “[…] con fe, con paciencia y con imaginación, porque todos los personajes, aún los más inalcanzables, tienen una cerradura. La cuestión es encontrar la llave de cada cerradura”.
    - Las preguntas güevonas son importantes. “De vez en cuando hay que dejar de ser tenores y relajarse y permitirse hasta una pregunta güevona. Ésa, la alevosamente tonta, nos puede deparar hallazgos que serán elementos desencadenantes […]”.
    - Cuidar el clima. “[…] amasar el clima es fundamental. Por eso, especial cuidado con el cómo, con el cuándo, con el dónde de las preguntas”.
    - Poner el corazón. “[…] no olvidar el corazón tampoco. ¿Para qué el corazón? Para mirar con el corazón, para adivinar con el corazón”.
    - Respiración. “¿Qué más no le puede faltar a un reportaje? No le puede faltar respiración. Para eso hay que ir por la madre de la sintaxis, es decir, se trata de superar el cuestionario durante y se trata de mucho más de desgravar literalmente después". […]
    - Poesía. "En esa respiración no visible, subcutánea, latente, se aloja con frecuencia la poesía del reportaje. ¿La poesía? Si, carajo, la poesía ”.
    - Documentación. “[…] es mandamiento prepararse concienzuda, minuciosamente para el abordaje del personaje, conocer su historia, sus dichos, lo que hizo y deshizo…”

martes, 15 de mayo de 2012

Escritores descalzos

Rodolfo Braceli
Clave Intelectual. Madrid, 2012
197 págs. 15 €

Rodolfo Braceli es, entre otras muchas cosas, un periodista de talento con una visión y práctica del oficio heterodoxa, ajena los dictados de los “maestrudos” y sus manuales.

Gracias a su particular método, que esboza en el último capítulo de este libro, logra que “el entrevistado suelte la chaveta del autocontrol, salga de ese traje que lo mantiene dentro de lo políticamente correcto o de la simulación de lo políticamente incorrecto”. Y eso es, precisamente, lo mejor de Escritores descalzos.  La forma en que Braceli descalza –es decir, desnuda- a los siete escritores (y dos personajes más) que aparecen en estas "conversAcciones". Cómo rastrea no su tinta literaria, sino esa otra tinta que se nutre de olores, comidas, miedos o supersticiones.

Entre los personajes radiografiados se encuentran Gabriel García Márquez, Ray Bradbury y Woody Allen. También algún no escritor, como Norah Borges, hermana de Jorge Luis, a quien se aproxima para saber cómo era Borges “en la tinta de los años de su niñez, adolescencia y juventud”. Pero el capítulo más brillante es, quizá, el que dedica al autor argentino. Extracta conversaciones mantenidas con él desde 1965 hasta 1983, revelando no ya a los dos Borges reconocidos por el escritor, sino al tercero, esa “especie de inquilino atroz” que profería barbaridades (“Yo no entiendo cómo alguien puede sentirse orgulloso de ser vasco… Los vascos me parecen más inservibles que los negros, y fíjese que los negros no han servido para otra cosa que para ser esclavos”).

martes, 24 de abril de 2012

Cinco razones para aborrecer a Borges

Foto del escritor Jorge Luis Borges en el Hotel Beaux, en 1969.
Fotógrafo: Pepe Fernández.
                                                                         
El periodista y escritor Rodolfo Braceli entrevistó en varias ocasiones a Jorge Luis Borges. En Escritores descalzos, incluye extractos de esas entrevistas y recoge algunas de las opiniones por las que, incluso aquellos que rendimos pleitesía literaria al Borges escritor, aborrecemos al Borges persona.

Aquí van cinco razones por las que, personalmente, ‹‹el Sumo Ciego›› me parece un ser aborrecible:

• Borges consideraba “razonable que por motivos políticos se mate a otros hombres”.
En una de sus entrevistas, Braceli le preguntó, para llevarlo a un territorio concreto, si por ejemplo consideraría aceptable el asesinato de Pablo Neruda si estuviera vivo (cuando hizo esta entrevista, ya estaba muerto). Borges respondió: “Por supuesto. Además, Neruda también justificaba la muerte, como yo. Desde el momento que era comunista, apoyaba las muertes que producían los rusos”.

• Se mostró muy elogioso con Pinochet.
Lo calificó de salvador de la patria, prócer americano…