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domingo, 3 de noviembre de 2013

Gándara: “No escribo para vender enormes cantidades de libros, sino para establecer un diálogo con más personas de las que me rodean a diario”

Alejandro Gándara. Copy TS

Alejandro Gándara (Santander, 1957) se convierte en su última obra, Las puertas de la noche, en narrador en primer persona para contarnos una historia de muerte y vida, desesperanza y consuelo. La historia de un maduro profesor de creación literaria casado con una chica joven. Un tipo feliz con su oficio al que en un solo año, cuando cumple los cincuenta, se le muere una alumna y dos amigos. Poco después, nace su hija Iris, la niña que, de alguna forma, le devuelve las vidas que se han ido.

Su editora, Pilar Reyes, afirma que estamos ante un libro sobre la muerte, la vida y el tiempo. Usted dice que habla sobre el consuelo. ¿Qué hay exactamente detrás de Las puertas de la noche?
Exactamente, no lo sé. Es un libro en que el lector tiene mucho que decir. La amplitud de su intervención determina lo que hay en un libro que básicamente trata sobre la vida y sobre sus retos radicales. Y desde luego trata sobre cómo aliviar el dolor y el miedo. Pero yo no lo sé todo y por eso tengo que entrar en diálogo con los otros. Lo que hay que aprender no se aprende ni solo ni en casa.

Tengo entendido que lo hizo para dedicárselo a la hija que iba a tener y que su mujer le reclamó que lo concluyera una vez nacida. ¿No es un poco tremendo regalar a una hija recién nacida un libro sobre la muerte? A lo mejor, digo yo, se hubiera conformado con un cuento…
O con una cuenta de ahorros para que de mayor haga estudios de ingeniería, ya puestos. Me parece a mí que cuando traemos un hijo al mundo le entregamos, junto a su vida, un certificado de mortalidad. El niño aprende pronto que todos nos morimos y no sabe qué hacer con eso (como la mayoría de los adultos, por otra parte). La obligación de quien trae un ser humano al mundo es darle lo necesario para que se enfrente a lo temible, para que escape de la desesperación y de la angustia.

En la novela se habla de lloros, pena, epitafios,  enfermedad, dolor, muerte, angustia, desgracia, agonizantes, desahuciados, tristeza, ausencia, miedo, cementerios, despedidas, responsos… ¿Qué hace un hipocondriaco confeso como usted escribiendo sobre estas cosas?
En realidad, la novela habla de que todas esas cosas no sólo son asumibles, sino de que gracias a ellas somos los que somos, amamos como amamos, nos apegamos a las cosas y a la vida. Si fuéramos inmortales o intocables, seríamos otra cosa y todo tendría otro sentido. En cuanto a la hipocondría, nadie es perfecto.

La obra combina relato autobiográfico y ensayo. ¿Por qué ha elegido esa fórmula?
Porque no son géneros distintos, sino enfoques complementarios. Lo que diferencia a los textos es el tipo de palabra que se utiliza y yo utilizo la misma, lo que se llama palabra sensible, para moverme en esos campos. La filosofía siempre ha procedido de la poesía, y viceversa.

En la obra, su hija Iris le devuelve un poco las vidas de los que han muerto.  También afirma que “el conocimiento sirve para aprender a morir”. ¿Ahí está el consuelo, en los vivos y en el conocimiento?
Con toda seguridad. El miedo corre en paralelo a la soledad y a la ignorancia. La gente a veces sustituye esos procedimientos con alguna especie de dogma o de fanatismo, pero acaba resultando que tienen más miedo que el resto, hasta el punto de que se inmolan de alguna manera.

Hay mucha sinceridad en esa voz en primera persona que nos presenta al protagonista, su gemelo, como un tipo que siente el impacto de las muertes de una ex alumna y dos amigos, pero no la pérdida que comporta. Es decir, alguien que rehúye algo tan ineludible como el duelo. ¿Cobardía o instinto de supervivencia?
Estupidez, más probablemente. La cobardía nos devuelve el miedo multiplicado y no hay instinto de supervivencia alguno en la necesidad de huir, pues las cosas nos acaban alcanzando: de la vida no hay quien escape. En cuanto al duelo, dice usted que es ineludible. Sin embargo, por psicología y por cultura, la gente lo elude de mil formas distintas. No es tan fácil hacerlo.

Su protagonista dice: “este libro se escribirá porque algo ha cambiado ya, porque algo está cambiando, porque algo, al final, habrá cambiado”. ¿Qué ha cambiado? ¿Acaso ha encontrado “la paz inesperada del que conjura el miedo mirándole a los ojos”?
Simplemente, prestando atención a los procesos de cambio, tanto radicales como cotidianos, ya sean muerte de seres queridos o despedidas y mudanzas, ayuda a marcar los tiempos, a saber que el tiempo está ahí y que nosotros cambiamos con el tiempo. En nuestra cultura, que carece de ritos, los individuos hacen tránsitos sin darse cuenta y es frecuente el caso de un viejo que se ve como si fuera joven o de alguien que atraviesa las épocas de su vida sin enterarse. La mayoría somos una especie de ancianos rockeros con mentalidad adolescente.

Usted confiesa ser un escritor minoritario. ¿Le extraña con novelas tan peculiares como Las puertas de la noche, en la que además se utilizan palabras como feérica, perícopa, reptiliano, lacedemonio, hipóstasis, células eucariotas, gerenio o propiocepción?
No me extraña, ya que he sido el primero en confesarlo. Ahora bien, todas esas palabras vienen en el diccionario (o debieran venir) y no exceden el nivel de bachillerato (otra cosa es el bachillerato que haya hecho cada uno). Si no se sabe lo que dicen, se buscan y ya está. Pero hasta ahora el texto lo han leído personas de variopinta condición y no se han parado demasiado en ese tipo de palabras para las que, por otra parte, no hay muchos sinónimos. Aprender no está tan mal.

Tiene usted cierta malquerencia hacia la crítica. ¿Por qué?
Si usted quiere, podemos llamarla crítica. Yo lo que observo es más bien un género reseñístico que nos inunda (salvo clavadas excepciones) y que habla ex cátedra de su propio gusto, como si su gusto lo siguiera alguien. Le falta formación, información y curiosidad intelectual y de la otra.

Usted ha contado que hace mucho tiempo que le cuesta escribir y que, en realidad, cuando se puso a escribir este libro no quería hacerlo. ¿Por qué lo hizo entonces? ¿Por qué escribe?
Personalmente, no escribo para vender enormes cantidades de libros, sino para establecer un diálogo con más personas de las que me rodean a diario. El medio cultural de nuestro país no lo permite por razones diferentes que van de lo educativo a lo informativo. Y conste que el medio no tiene culpa de nada. La culpa es mía por insistir.

Su protagonista hace una durísima reflexión sobre el oficio. ¿Baraja la fuga como Rulfo o Salinger? ¿De verdad se ve a usted mismo como a uno de esos Bartlebys o escritores del No…?
Por suerte, no me considero únicamente escritor, ni nunca me lo he considerado. No necesito escapar de ninguna condición, ya que hay muchas cosas de las que no quiero huir. Están mis clases en la Escuela Contemporánea de Humanidades, mis hijos, mis amigos, la sierra de Gredos y los montes de Liébana, el vino de Rioja, los jardines barrocos, la selección española de fútbol… ¿Adónde podría ir si me faltan esas cosas? Por lo demás, yo soy un escritor del Sí; a diferencia de la cultura española, que es una cultura del No.

En la novela hay constantes referencias a la Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH), que dirige. ¿Autopromoción necesaria en estos momentos difíciles? ¿Cómo están capeando la crisis?
Por suerte, la ECH no necesita promoción y, de hecho, apenas la hace. Mi agradecimiento o mi publicidad se relaciona más bien con una deuda contraída con quienes han hecho posible este libro y que me han permitido estudiar y enseñar lo que yo quisiera, más allá de lo que pudiese demandar una posible clientela. Por otro lado, la ECH es una Fundación y se terminará el día en que los patronos decidan no continuar. Entre sus propósitos no está únicamente la enseñanza, también está la investigación. Pudiera darse el caso de que me quedara solo investigando y eso no cambiaría nada.

Para más información, consulta el blog de Alejandro Gándara: El escorpión

jueves, 26 de septiembre de 2013

Vintage

La escritora Marta Sanz presenta esta tarde en Madrid su poemario Vintage, publicado por Bartleby Editores. Será a las 20.00 horas en Función Lenguaje (calle Dr. Fourquet, 18 bis). En el acto estarán presentes la autora, José Ovejero y Manuel Rico.

Como anticipo os dejo estas breves líneas de presentación escritas por nuestra firma invitada de hoy:

MARTA SANZ

Vintage es un poemario sobre la memoria. Sobre una memoria no reducida a objeto de consumo. O sobre la memoria como un vestido viejo. Vintage son palabras que no se reciclan, sino que contradicen el deber ser de la poesía. Por la exageración del mucho decir o del no decir casi nada. Palabras imperfectas e inarmónicas que no pretenden entrar bien por el oído ni ser “bonitas”. Palabras de la realidad y del poema que se dicen en voz alta y no sirven de consuelo para nadie.

Vintage aborda la memoria personal y algunas voces de esa memoria colectiva que forma parte de cada uno de nosotros. Pasado, niñez, maduración.La transformación del cuerpo y la sexualidad. Las historias ajenas que son la propia historia. La memoria de las cosas que no se han vivido y, sin embargo, se recuerdan. La memoria del ADN histórico, cultural y familiar. El ejercicio de la memoria como experiencia de dolor y la pérdida de la memoria como enfermedad y punto de partida de la soledad y del miedo. La memoria de una mujer.

Una poesía escrita desde la intuición revolucionaria de que a veces hay que romper con todo.

La memoria
es
un hilo
frío.

El borde
de una hoja
de papel
que me rasga
las yemas
de los dedos.

miércoles, 24 de abril de 2013

Vargas Llosa publicará su nueva novela, 'El héroe discreto', en septiembre de 2013

El 12 de septiembre de 2013 Alfaguara publicará, en lanzamiento simultáneo en todo el ámbito de la lengua castellana, el nuevo libro de Mario Vargas Llosa, que lleva por título El héroe discreto.

La novela cuenta la historia paralela de dos personajes: el ordenado y entrañable Felícito Yanaqué, un pequeño empresario de Piura que es extorsionado e Ismael Carrera, un exitoso hombre de negocios, dueño de una aseguradora en Lima, quien urde una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes que quisieron verlo muerto. Viejos conocidos del mundo vargallosiano aparecen en estas páginas: el sargento Lituma y los inconquistables, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, todos moviéndose ahora en un Perú muy próspero.

Ambos personajes son, a su modo, discretos rebeldes que intentan hacerse cargo de sus propios destinos, pues tanto Ismael como Felícito le echan un pulso al curso de los acontecimientos. Mientras Ismael desafía todas las convenciones de su clase, Felícito se aferra a unas pocas máximas para plantar cara al chantaje. No son justicieros, pero están por encima de las mezquindades de su entorno para vivir según sus ideales y deseos.
 
Un libro lleno, por lo visto, de humor, en clave de melodrama, que ocurre en el pujante Perú actual, donde Piura y Lima ya no son espacios físicos, sino reinos de la imaginación poblados por los personajes de Mario Vargas Llosa
 
 

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Si me lo regalan los Reyes, que venga con ticket regalo (II)

Lo digo aquí para que conste a todos los efectos: he leído las primeras páginas y tengo claro que no quiero que los Reyes me traigan Una vacante imprevista, de J.K. Rowling.  Harry Potter me cogió vieja y ahora que Salamandra acaba de poner a la venta la primera novela para adultos de J.K. Rowling, he experimentado una regresión infantil que desaconseja la lectura de esta historia “de un imaginario pueblecito del sudoeste de Inglaterra donde la súbita muerte de un concejal desata una feroz pugna entre las fuerzas vivas del pueblo para hacerse con el puesto del fallecido”.


Además, recelo de las novelas que tienen un “sorprendente desenlace final”, de los escritores multimillonarios y de los personajes distinguidos con la Orden del Imperio Británico, así que, por favor, por favor: si tiene que venir, que sea con ticket regalo.

Segunda no-petición de Reyes: NO quiero La vida iba en serio, de Jorge Javier Vázquez. Ya sé que ha vendido 200.000 ejemplares en seis semanas, pero si tiene Sabor a él, no lo quiero, gracias. Bastante tenemos ya con sus Sálvames y las cosas que tiene que decir por la tele, para que ahora se ponga literariamente estupendo para advertirnos que La vida iba en serio. Si fuera Boris, pase. Viendo de él, paso.

Pd: aprovecho para recordaros mis otras tres no-peticiones, que no me fío. 
Y, ¿tú? ¿Cuáles son los libros que no te gustaría que te regalaran estas Navidades?
 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Si me lo regalan los Reyes, que venga con ticket regalo (I)

Como complemento a mi carta literaria a los Reyes Magos, y dado que a menudo ignoran mis preferencias y van por libre, inicio una pequeño listado de los libros que no deseo en ningún caso. Solo intento evitar que, con tanto polvorón y copita, se hagan esos líos tan monumentales que suelen hacerse.

Uno de mis traumas es que a los catorce años me trajeron
...Y al tercer año, resucitó, de Fernando Vizcaíno Casas. Era un best-seller en 1978 y supongo que pensaron que, si le gustaba a tanta gente, también me gustaría a mí, que leía tanto. Mis padres estuvieron a punto de tener que llevarme a terapia, pero logré superar este episodio solita. Mi filiación republicana data de entonces.
Así pues, relaciono a continuación algunos de los libros que no quiero en ningún caso y si por error recibo alguno de ellos, por favor, por favor, que venga con ticket regalo. Casi todos son novedades:


Obras completas de Joseph Ratzinger, volumen XI
: «Teología de la Liturgia», «La infancia de Jesús», J. Ratzinger / Benedicto XVI. He vivido estupendamente sin los volúmenes I al X. Sobreviviré sin el XI, muchas gracias...







La cocina pop de el comidista
, de Mikel López Iturriaga. Este tipo tan simpático empieza a resultarme empalagoso y cargante. Como para probar su cocina pop…
 
   
 

Princesa Letizia, de María Teresa Campos. Ver párrafo dos de esta entrada: soy republicana. En realidad, no me convencen ni los Reyes Magos… aunque si traen libros que no sean los de esta lista, me haré la tonta.

Y, ¿tú? ¿Cuáles son los libros que no te gustaría que te regalaran estas Navidades?

 
 

viernes, 21 de septiembre de 2012

'Hablar solos', la nueva novela de Andrés Neuman, llega a librerías el 3 de octubre


Me acaba de llegar información sobre una novedad que pinta bien. Alfaguara publica el 3 de octubre Hablar solos, la última novela de Andrés Neuman. Por lo que cuenta la editorial, la novela navega entre tres voces solitarias: la de Lito, la de Mario y la de Elena. Y nos presenta tres aventuras paralelas:

- la de Mario y Lito, padre e hijo de diez años, quienes emprenden juntos un decisivo viaje en un camión a través de una geografía que parece localizada en la imaginaria frontera entre España y Latinoamérica.
- La de Mario en solitario, que hace memoria y repasa su vida, a la vez que nos describe cómo vive desde la cama del hospital la certeza de su muerte.
- Y la aventura de Elena, esposa y madre, que se embarca en una experiencia límite, tanto sexual como literaria, en un desesperado intento por mantenerse a flote.