Es pensar en las velas e imaginarte de inmediato una cenita romántica, un momento inspirador o una sobremesa después de una cena en el jardín en grata compañía que además nos transporta a una clara y agradable noche estival. Es lo que tiene su dulce y cálida luz, que nos saca esa vena romanticona que todos llevamos dentro y que nos dibuja una sonrisa en los labios ☺
Su suave color amarillento y el tenue brillo que desprende al estar encendida, consigue como nadie que todos parezcamos bajo su luz de lo más atractivo al ocultar cualquier imperfección de nuestra piel, creando un ambiente mitigado por sus destellos titilantes y temblorosos, con lo que usarlas en una mesa para un momento especial o una celebración exclusiva como una boda nocturna, aporta siempre un aire elegante y mágico. Además está claramente influido por el poder que el fuego tiene sobre la vida, ya que eso es lo que precisamente representa: la luz y la vida ❤
La palabra vela procede del latín candere que significa brillar, y en occidente la luz de las velas siempre ha tenido un poder y un significado muy profundo. Desde siempre encendemos velas cuando queremos pedir algo a un poder sobrenatural, las usamos para meditar, para buscar una guía y encontrarnos con nosotros mismos, también para disfrutar de momentos de silencio por el aire intimista que transmite o bien para compartir un momento íntimo con nuestra pareja. Siempre está ligada a momentos muy espirituales y por lo tanto aporta personalidad y sensualidad al espacio donde decidas usarlas. Siempre son un acierto ✺
Gardening Take