Los vinilos en todas sus formas están recuperando su puesto. Aunque juraría que nunca se han ido del todo a lo largo de los años, solo se han modificado mejorándose. Desde el antiguo y conocido Sintasol que muchos hemos disfrutado en nuestra niñez en los baños y cocinas de las casas de nuestros padres hasta la actualidad, con los nuevos pavimentos vinílicos, han pasado muchos años y se han realizado muchos estudios para conseguir una mejor calidad y diseño en los acabados de éste tipo de piezas ↩
Hace unos meses escribí un post sobre como renovar los azulejos de tu cocina o baño gracias a los adhesivos vinílicos sin obras molestas y recibió muchísimas visitas (lo podéis ver AQUI si os lo perdisteis) con lo que he vivido en primera persona gracias a vuestras visitas como éstas soluciones decorativas son muy interesantes a la hora de hacernos la vida más fácil, y las alfombras vinílicas no son una excepción ⇪
Para mí ☞ las alfombras ☜ son elementos imprescindibles en la decoración, consiguen cohesionar y a su vez dividir espacios convirtiéndolos en más acogedores y cómodos. Además su uso ya no solo se centra en las épocas de más frío, es más, se prolonga a lo largo de todo el año. Solo tienen un par de problemas o pequeños defectos, como queráis llamarlos: su limpieza y su durabilidad. Con referencia al primero es obvio que requieren aspiración continua además de limpieza en seco en el tinte por lo menos una vez al año. Y en el segundo punto, está claro que no son eternas y poseen una vida limitada, con lo que se deben tratar con cuidado para alargar su vida. También es habitual que cuanta mejor sea su calidad y acabados, mayor mantenimiento necesitan ➤