Ante todo disculparme por haber estado dos semanas desconectada del Blog. Un viaje postergado durante casi año y medio a nuestra casa de Madrid, el tiempo que ha durado el estado de alarma, ha copado por completo mi tiempo¡ Muchas reuniones familiares y con amistades, muchas cosas que hacer en la casa casi en abandono (ni os podéis imaginar cuantas) trámites, papeleos, arreglos del coche que ya no se podían retrasar más y visitas, muchas visitas emocionantes y muy esperadas, me han tenido muy entretenida y apartada de mis publicaciones, algo que iré retomando tras este impas en el que, a pesar de la entrada inminente del verano, intentaré mantener ❤
Y acostumbrada como he estado durante todo este tiempo a la terraza de gran tamaño de la casa de la playa, regresar a Madrid y ver mis pequeños balcones totalmente arruinados por el paso de todo este tiempo y la falta de cuidados, me ha hecho regresar a la realidad y lo más habitual que con suerte disfrutamos en las grandes ciudades: un balcón que al final se convierte en un pequeño tesoro donde dar rienda suelta a la imaginación ↩
Y es que los balcones tienen un encanto muy especial si consigues sacarle el partido justo para habilitarlo y convertirlo en un espacio donde poder pasar estupendas noches de verano. El color, las plantas, el mobiliario de un tamaño adecuado que no consuma exceso de espacio, pueden transformar una zona que en principio no es excesivamente amplio, en un estupendo oasis urbano. Todo depende de ti¡ ☜
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