El adjetivo patognomónico, del griego παθογνωμονικόν, derivado de πάθος (enfermedad) y γνώμη (juicio, decisión), se utiliza en el diagnóstico médico o psicológico para calificar a aquellos signos clínicos (manifestaciones comprobables por el especialista) o síntomas (manifestaciones percibidas subjetivamente por el paciente y de las que informa al especialista) que, si están presentes, aseguran que el sujeto padece un determinado trastorno o enfermedad.

Este paciente presentó al tercer día preeruptivo manchas de Koplik, indicativas del comienzo del sarampión. En las etapas prodrómicas o iniciales, un signo patognomónico de la aparición del sarampión es la erupción, en la mucosa de las mejillas y la lengua, de estas manchas de color rojo brillante, de forma irregular, a menudo con un centro de color blanco azulado.

Definición

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Las obras clásicas de patología y técnicas de diagnóstico diferencial establecen además una distinción entre «signos patognomónicos» y «signos característicos» de una enfermedad: Pueden faltar algunos de estos últimos, pero de estar presente un signo patognomónico se confirma el diagnóstico de la enfermedad.[1]​ Visto de otra forma, es un signo que, cuando aparece, es determinante para el diagnóstico, aun en ausencia de otros.

En medicina

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En el diagnóstico clínico propio de la medicina, la presencia de signos clínicos patognomónicos es un claro indicador de que se trata de un síndrome o enfermedad ya descrito y conocido, para el que se conoce algún tratamiento a seguir o una forma de abordaje.

En psicología y psiquiatría

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En contraste con el modelo médico, en psicología clínica o en psicopatología resulta controvertido afirmar el carácter «patognomónico» de un síntoma.

De igual modo, en psiquiatría, los signos patognomónicos son escasos o discutibles. Así por ejemplo, no se puede decir que una determinada alteración perceptiva o cognitivo-lingüística asegure la presencia de la esquizofrenia. Los pretendidos signos patognomónicos no cumplen siempre su rol en el diagnóstico diferencial para la identificación correcta de la enfermedad o trastorno mental y la consecuente elección e implementación de una terapia que llevaría al éxito del tratamiento.

Referencias

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  1. Chomel, A.F. Traducción de Antonio Sánchez Bustamante (1843), Tratado completo de patología general, Madrid, p. 350 .