Cada experiencia vivida nos transforma. Dejar fluir es dejarnos sorprender, es recibir con amor lo que el universo tiene preparado, es aceptar en vez de luchar, y aunque represente un reto, es una acción que nos permite ser libres y vivir desde el amor dejando los miedos a un lado y recibiendo gratamente. Practicando la aceptación, conectando con el presente, abriéndose a lo inesperado y meditando son algunas de las acciones que podemos ejecutar para dejar fluir.