Astrologia - Tratado Italiano Luhli
Astrologia - Tratado Italiano Luhli
Astrologia - Tratado Italiano Luhli
OGIA DE LLULL
1. Genera/idades
Las ideas astronomicas de R a m o n Llull han sido objeto de un cicrto nti-
mero de trabajos durante los ultimos treinta afios. De entre ellos destacare los
articulos publicados por V E R N E T (1951-52 y 1979), la edicion y estudio de
la Nova Geoinetria, que contiene numerosos pasajes de interes astronomico,
por M I L L A S (1953), el importantisimo estudio de YATES (1954) y otros tra-
bajos debidos a M I L L A S (1962) y P E R E I R A (1973 y 1976). Ahora bien, no
disponiamos hasta hace muy poco de una edicion de ninguna de las dos versio-
nes conservadas (latina y catalana) del Tractat d'Astronotnia que hoy pode-
mos leer en el texto preparado por Jordi G A Y A , con la colaboracion de Lola
BADIA (1981). Logicamente esta publicacion viene a facilitar enormemcnte
la tarea t a n t o de los interesados por las ideas Iulianas como de los estudiosos
de la historia de la astronomia y asi vemos que tanto Gaya (en G A Y A - B A D I A ,
1981, p p . 205-212) como, muy recientemente, BONNER (1983) han hecho apor-
taciones al tema del lugar que ocupa el Tractat dentro del conjunto de la obra
Iuliana. A h o r a bien si cualquier pensador —y eso es particularmente cierto en
el caso de Llull— puede ser objeto de multiples lecturas, quizas no resulta inu-
til el que, siguiendo las huellas de mis maestros Millas y Vernet, intente hacer
algunas consideraciones sobre el Tractat (y sobre algiin otro texto luliano) des-
de el p u n t o de vista de un historiador de la astronomia. Pretendo suavizar,
en la medida de lo posible, dos afirmaciones muy provocativas dc Jordi Gaya,
refiriendose al Tractat: " a m b prou feines trobarem una observacio que ens
posi en contacte a m b els extensos coneixements sobre la materia que es tenien
a 1'epoca" y " L ' h i s t o r i a d o r de la cicncia, cn qualsevol cas, no trobara cn cls
textos lul.lians massa materials per a Pespeculacio".
200 J. S A M S O
Al sugerir, mas adelante, los posibles ecos de las ideas de Llull en el Tra-
tado de Astrologta atribuido a Enrique de Villena, mencionare ciertos topicos
astrologicos que son comunes al Tractat y al texto del pseudo-Villena. Por el
m o m e n t o me limito a senalar que el Tractat no solo se refiere a los signos sino
tambien a los decanos, esto es a las treinta y seis divisiones de diez grados cada
una que se encuentran en la Ecliptica de 360°: no obstante Llull solo menciona
explicitamente los tres decanos del signo Aries ( G A Y A - B A D I A , 1981, p . 219).
Asimismo indicare que el Tractat alude a los " a s p e c t o s " a los que denomina
cospectu o asguardainent en biax, e.xpresion esta liltima que traduce un termi-
no arabe ya que, en esta lengua, el verbo nazara significa tanto " m i r a r " c o m o
"estar en aspecto c o n " . Los asguardatnents en biax o " m i r a d a s al b i e s " de-
bieran ser aspectos distintos de la conjuncion o la oposicion, o sea el trigono,
la c u a d r a t u r a y el se.xtil. No obstante, el a p a r t a d o que trata de estos aspectos
( G A Y A - B A D I A , 1981, p p . 299-301) solo menciona explicitamente la oposi-
cion.
De hecho, por mas que el m e t o d o de Llull tiene caracter general y no se
indica en el Tractat que sea preciso un tratamiento especifico de los distintos
tipos de aspectos, cl autor parecc interesarse de manera muy especial por el
analisis de las conjunciones planetarias. De esta manera dedica un largo apar-
lado de su obra ( G A Y A - B A D I A , 1981, pp. 277-299), al analisis de todas (?)
las conjuncioncs posibles en los cuatro primeros signos zodiacales. En rcali-
dad solo analiza 28 conjunciones para cada signo de acuerdo con el esquema
siguiente:
Aries: 1. Saturno
2. Saturno-Jiipiter
3. Saturno-Jtipiter-Marte
4. Saturno-Jiipiter-Marte-Sol
5. Saturno-Jiipitcr-Marte-Sol-Venus
6. Saturno-Jiipiter-Marte-Sol-Venus-Mercurio
7. Saturno-Jupiter-Marte-Sol-Venus-Mercurio-Luna
206 .1. SAMSO
8. Jupiter
9. Jupiter-Marte
10. Jupiter-Marte-Sol
11. Jupiter-Marte-Sol-Venus
12. Jupiter-Marte-Sol-Venus-Mcrcurio
13. Jupiter-Marte-Sol-Venus-Mercurio-Luna
14. Marte
15. Marte-Sol
16. Marte-Sol-Venus
17. Marte-Sol-Venus-Mercurio
18. Marte-Sol-Venus-Mercurio-Luna
19. Sol
20. Sol-Venus
21. Sol-Venus-Mercurio
22. Sol-Venus-Mercurio-Luna
23. Venus
24. Venus-Mercurio
25. Venus-Mercurio-Luna
26. Mercurio
27. Mercurio-Luna
28. Luna
Combinaciones Llull
Monarias 7 7
Binarias 21 6
Ternarias 35 5
Cuaternarias 35 4
Quinarias 21 3
Senarias 7 2
Septenarias 1 1
TOTAL 120 28
4. Astronomia
Ningiin texto astrologico suele estar totalmente ayuno de materiales as-
tronomicos o, de modo mas general, de caracter cientffico, y cl Tractat no cons-
tituye una excepcion. De este m o d o vemos en el la aparicion de una nueva re-
ferencia a la briijula que enriquece las que ya se han senalado en otros textos
lulianos ( G A Y A - B A D I A , 1981, p . 250, lin. 1103-1111). Encontramos tambien
referencias a los periodos sidereos apro.ximados de los planetas, formulados
de m o d o muy similar a los que aparecen en los tratados de c o m p u t o contem-
poraneos (cf.p.ej. M A R T I N E Z G A Z Q U E Z - S A M S O , 1982, p p . 51-52 y 61).
En efccto, podemos e.xtractar los siguicntes datos de la descripcion que da el
Tractat de los siete planetas ( G A Y A - B A D I A , 1981, p p . 223-233):
208 .1. S A M S O
c
rra que el Sol. Solo Y a q i i b b . Tariq discrepa ya que considera
que Venus, Sol, Marte y Saturno son del mismo t a m a n o .
— El Sol es mayor que Marte ( G A Y A - B A D I A , 1981, p . 261, lin.
1505): c o m o en el caso anterior, afirmacion concorde con Pto-
lomeo y con el ms. Marsh 621.
— El Sol es m a y o r q u e S a t u r n o ( G A Y A - B A D I A , 1981, p. 316, lin.
3309-3321): aqut la afirmacion de Llull concuerda con Ptolo-
meo pero no con las otras dos fuentes. Resulta curioso senalar,
aqui, que Llull parece apuntar confusamente al argumcnto quc
he utilizado antes al referirme a los diametros aparentes y las
distancias geocentricas del Sol, la Luna y Venus: " E n c a r a que
si Saturnus era major que lo Sol, per so car as pus luyn a la
tera, lo Sol no aparia mes major que Venus, Mercuri e la L u n e " .
En conjunto, pues, afirmaciones que, salvo en un caso, parecen derivar
de la tradicion ptolemaica.
Un tercer p u n t o a subrayar son las vagas referencias que Ptolomeo hace
al astrolabio y a las tablas astronomicas. EI primero es el instrumento que,
en la iconografia medieval, aparece siempre asociado a la figura del astrologo,
dado que con el se puede, facilmente, determinar el ascendente y dividir las
casas. Las tablas astronomicas suelen utilizarse, por otra parte, para detcrmi-
nar las posiciones planetarias en un m o m e n t o determinado y, de este m o d o ,
poder levantar cl horoscopo. Llull es consciente de la utilidad de ambos ins-
trumentos de trabajo pero no se interesa en exceso por el tema con el que en-
trariamos en una problematica muy concreta, radicalmente distinta de la de
indolc general que constituye el objeto propio del Tractat. De esta manera las
rcferencias al astrolabio y tablas no pasan de ser meras alusiones (cf. G A Y A -
BADIA, 1981, p . 313, lin. 3218-3220, y p . 320 lin. 3459-3461) y no crco en
absoluto que, como sugiere M. P E R E I R A (1976, p p . 196-199), Llull este alu-
diendo al Almanach de Guillaume de Saint Cloud, a s t r o n o m o que estaba acti-
vo en Paris por estos a n o s . T o d o ello no implica el que nuestro autor no tuvie-
ra conciencia dc las aplicaciones de estos instrumentos: Lola Badia me senala
un pasaje dc la Doctrina pueril ( S C H I B , 1972, p p . 170-171) cn el que Llull
describc confusamente el uso del astrolabio para determinar la altura de una
torre, tema que esta presente en Eiximenis ( M O N R E A L , 1971, p. 53 n. 75)
y que dio motivo a un sonado fracaso de Enriquc de Villena ante los muros
de Balaguer ( M I L L A S , 1960).
Encro 9 h
Febrero 10 h Diciembrc
Marzo 11 h Noviembre
Abril 12 h Octubre
Mayo 13 h Septiembre
junio 14 h Agosto
Julio 15 h Agosto
— cos M / 2 = tg tg
(para M = maxima duracion del dia exprcsada
en grados
= latitud del lugar
= oblicuidad de la Exliptica)
. i
r.s. 9
5° 5° + 76° = 8 1 "
t.v. I0 a
4° 4° + 81" =85°
x.y. IL' 3° 3"+ 85" = 88°
z.t. 12 a
2° 2"+ 88" = 9 0 "
TABLA I
altura del sol en la primera media hora despues del orto y en la liltima media
hora antes del ocaso seran iguales con lo que el esquema de alturas se repetira,
a la inversa, antes y despues del mediodia.
La interpretacion anterior esta perfectamente de acuerdo con algunos pa-
sajes de la descripcion de Llull quien habla, por ejemplo de un circulo con vein-
ticuatro lineas: " i n alio circulo sunt XXIIII linee, ad significandum horas per
ipsas sicut a. que significat primam mediam h o r a m diei, et ultimam mediam
horam que est in occasu s o l i s " . A h o r a bien, si seguimos leyendo, el esquema
logico anterior se destruye ya que a la primera hora no le corresponde solo
el simbolo a. sino tambien el b. y encontramos en el texto de Llull: " b . signifi-
cat secundam horam mediam matutinalem et penultimam mediam horam diei".
Et sic de aliis horis suo m o d o , quoniam a. est media hora in ascendendo et
b. alia media hora in descendendo sunt a . b . de mane una hora que est prima
diei et in descendendo sunt alia hora que est ultima hora d i e i " . Tenemos, pues,
un esquema un tanto absurdo en nuestras latitudes en el que transcurren docc
horas entre el orto del sol y su paso por el meridiano, asi como otras doce ho-
ras entre el mediodia y el ocaso. Esta interpretacion puede, por otra parte, apo-
yarse en otros pasajes del texto en los que se afirma: " O p o r t c t quod isti gra-
dus dividantur secundum dies artificiales, cum ad diem competant XC secun-
d u m regionem Ethiopie, in qua dies artificialis in mense junii habet XXIIII
h o r a s " . Parece, pues, que Llull al hablar de Etiopia esta pensando en cl Ecua-
dor y que ha confundido el E c u a d o r con el P o l o , ya que, a una latitud de 90°,
el dia dura efectivamente veinticuatro horas el dia del solsticio de verano (refe-
rencia al mes de Junio).
Dejemos de lado estas contradicciones. Lo unico claro es que, efectiva-
a
mente, la hora 12 corresponde al mediodia. A h o r a bien, Llull nos da una me-
dida en grados correspondiente a cada una de las docc horas. Estos grados for-
man una progresion aritmetica decreciente de razon 1(13°, 12°, 11°, 10°...2°).
Dos son las interpretaciones posibles de esta serie:
a) No se trata de alturas del sol sino de la sombra proyectada por el sol
en cada hora al incidir sus grados en un gnomon de 12 digitos. El cuadrantc
estaria provisto de un c u a d r a d o de sombras, muy usual en estc tipo dc instru-
mentos, con el que podriamos medir automaticamente el valor de la cotangcn-
te de la altura del sol. Si esta interpretacion es la correcta, tendriamos enton-
ces que la cotangente de la altura meridiana para el dia del solsticio dc verano
seria de:
2 digitos = o 1 6 6 7
12
A esta cotangente le corresponderia una altura meridiana del sol dc 80;30°
a p r o x i m a d a m e n t e . Ahora bien, d a d o que el dia del solsticio dc verano:
= 90° + m — h = 90° + 23;30° — 80;30° = 33°
que puede corresponder a una localidad del Norte de Africa.
A S T R O N O M I A Y A S T R O l . O G I A DE LLULL 213
Con lo que tendrfamos una localidad situada sobre uno de los tropicos.
Si pensamos en el tropico de Cancer que pasa por el Sur de Egipto, cerca de
Asuan, nos encontramos en una zona muy proxima a Etiopia, por mas que
esto se encuentra, evidentemente, en contradiccion con mi hipotesis anterior
scgiin la cual Llull habria confundido el Ecuador con el P o l o .
Sea cual fuere la interpretacion que se prefiera, parece claro que la obra
dc Llull contiene uno de los escasos textos hispanicos que estudian y tabulan
cl problema de la determinacion de la hora en funcion de la altura dcl sol.
4° Sequedad 2° 4° 1° 3"
4° Calor 4° 3° 2° 1"
cucntra cn Avcrrocs (Evcn Ruiz). Ahora bien, dejando de lado el hecho de quc
parccc que el uso dc la progrcsion aritmetica 1, 2, 3, 4 fue atribuida, u n t a n t o
abusivamcntc, por Arnau de Vilanova y la tradiccion posterior a Averroes
( M c V A U G H , 1975, p p . 69-70), csta claro quc ni Llull ni cl pseudo-Villena se
refieren al mismo problema quc Arnau: cn el caso de este liltimo sc trataria
de la cuestion suscitada por al-Kindi sobrc la relacion quc existe entre la gra-
duacion de un mcdicamente y el efecto quc producc cn cl paciente. Nada tiene
esto que vcr con los planteamientos de Llull y cl scudo-Villena que, como he-
mos visto, son identicos.
Senalemos, por liltimo, con muchisimas dudas, quc cxiste otro posible pa-
ralelismo cntrc Llull y el seudo-Villena. Estc liltimo utiliza el niimcro 10 ( -
1 + 2 + 3 + 4) para establecer iina progresion geomctica que presida el tama-
iio del Universo. Asi si el radio dc la esfera de la ticrra cs /', cl dc la csfera
dcl agua sera 10 r, el de la esfera del airc 102 r, cl dc la csfcra del fueco
r y asi succsivamente hasta llegar al radio dc la esfcra dc las estrellas fijas quc
11
scria dc W r ( C A T E D R A - S A M S O , 1983,'p. 33). Ls posible que cn la Nova
Geotnetrict se aluda a un proccdimicnto similar para calcular cl lamaho dcl Uni-
vcrso ( M I L L A S , 1953, p p . 75-76) a u n q u c cn csic liltimo caso no sc utiliza, cvi-
dcntemcnte, una progresion geomctrica dc basc 10.
6. Conclusiones
Crco que las paginas interiorcs pucdcn rcsuhar dc mayor interes para los
cstudiosos dcl lulismo quc para los historiadores dc la astronomia. No rcsulta-
ra nucvo para nadic el dccir quc Llull no aporta gran cosa a la astronomia
dc su tiempo y que sus conocimicntos sobrc la matcria no estaban a la altura
de SLI epoca. Pcse a ello, algunas dc sus idcas derivan claramcnic dc la cultura
astronomica quc lc rodeaba y su m c t o d o , basado en la devictio, para interpre-
lar un horoscopo pretende resolvcr un problema rcal al quc tambien se habia
a p r o x i m a d o el rey Alfonso con cl Libro cle las Cruzes. En cste sentido Llull
es representativo y ticnc un indudable interes para la historia dc la astrologia.
En este trabajo he intentado realizar una valoracion dcl Tractat, desdc cstc punto
de vista, asi c o m o sugerir posiblcs interpretacioncs dc algiin pasaje dc la Nova
Geoinetria. Por otra parle he t r a l a d o tambicn dc schalar la posiblc influcncia
del pcnsamiento de Llull sobre cl Tratado del scudo-Villcna, una obra cscrita
en la primera mitad del siglo XV. Es posible que las idcas dc Llull sc hubicra
difundido, en los mcdios propiamente cientificos del siglo XV, mas dc lo que
habitualmentc se crce. Anloni Ricart no ticne por que ser un caso cxcepcional.
A S T R O N O M I A V ASTROI.OGIA DE LI.UI.I. 217
JULIO SAMSO
(Universidad de Barcclona)
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L 'oeuvre cTAntoine Ricart medeein catalan du XV 'siecle. Contribution u
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