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Colombia Forestal

Este documento presenta resúmenes de varios artículos relacionados con la investigación forestal en Colombia y otros países. Incluye resúmenes sobre análisis de deforestación en La Macarena antes y después de los acuerdos de paz, series climáticas en anillos de árboles, distribución de muérdago en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, y reducción de emisiones de carbono por deforestación evitada en bosques del Espinal en Argentina.
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Este documento presenta resúmenes de varios artículos relacionados con la investigación forestal en Colombia y otros países. Incluye resúmenes sobre análisis de deforestación en La Macarena antes y después de los acuerdos de paz, series climáticas en anillos de árboles, distribución de muérdago en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, y reducción de emisiones de carbono por deforestación evitada en bosques del Espinal en Argentina.
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24(2) • Bogotá-Colombia • Julio-Diciembre de 2021


IN MEMORIAM SERIES DE CLIMA EN ANILLOS DE Aspidosperma polyneuron
Müll.Arg. Y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
ANÁLISIS DE LA DEFORESTACIÓN EN LA MACARENA, Climate series in rings of Aspidosperma polyneuron Müll.Arg.
ANTES Y DESPUÉS DE LOS ACUERDOS DE PAZ y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
Analysis of deforestation in La Macarena before and after the Ana María Briceño-J. y Jesús Orlando Rangel-Ch
peace agreements
Jully Andrea Forero Riaño, Manuel Francisco Polanco Puerta DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE MUÉRDAGO ENANO EN LA
RESERVA DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA
CAUSALIDAD DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN PINAR Spatial distribution of dwarf mistletoe in Monarch Butterfly
DEL RÍO, CUBA (1975-2018) Biosphere Reserve
Causality of forest fires in Pinar del Río, Cuba (1975-2018) Nancy Martínez-Martínez, José Francisco Ramírez-Dávila,
Mailyvis Ynouye-Francés, Marcos Pedro Ramos-Rodríguez, Fidel Lara-Vázquez, Dulce Karen Figueroa-Figueroa

Revista Colombia Forestal • Vol. 24(2) • Julio-Diciembre de 2021 • ISSN 0120-0739


Luis Wilfredo Martínez-Becerra, Jesús María Cabrera-Reina,
Raúl González-Rodríguez, Armando Duany-Dangel

REDUCCIÓN DE EMISIONES DE CARBONO POR DEFORES- Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales - Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal • ISSN 0120-0739
TACIÓN EVITADA EN BOSQUES DEL ESPINAL (ENTRE Universidad Distrital Francisco José de Caldas
RÍOS, ARGENTINA)
Reduction of emissions by avoided deforestation in forests of
Espinal (Entre Ríos, Argentina)
Silvana María José Sione, Hernán Jair Andrade, Marcelo Germán
Wilson, Leandro Javier Rosenberger, María Carolina Sasal,
Silvia Gabriela Ledesma, Emmanuel Adrián Gabioud
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales
Colomb. For. Volumen 24 Número 2. Bogotá, D.C. Julio-Diciembre de 2021 ISSN 0120-0739
Publicación semestral

Editor Grupo de árbitros del presente número


René López Camacho, Ph.D(c). Alexander Feijoo Martinez, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad Tecnológica de Pereira. Colombia
Ana Francisca González, Ph.D.
Comité editorial Universidad de Pamplona. Colombia.

Andrés Avella Muñoz, Ph.D. Antonio Carlos Batista, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad Federal de Paraná. Brasil.

Camila Pizano, Ph.D. Camilo Andrés Correa Ayram, Ph.D.


Universidad Icesi. Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Colombia.

Carlos Alfonso Zafra Mejía, Ph.D. Georgina Conti, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal. Argentina.

Beatriz Salgado Negret, Ph.D. Jordi Izquierdo Figarola, Ph.D.


Universidad Nacional de Colombia. Colombia. Universidad Politécnica de Cataluña. España.

Esteban Galeano Gómez, Ph.D. Juan Campos Alanis, Ph.D.


Universidad de Alberta. Canadá. Universidad Autónoma del Estado de México. México.
Gestión
Julio Eduardo Beltrán Vargas, Ph.D. Juan Carlos Suarez Salazar, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad de la Amazonía. Colombia.

Olga Patricia Pinzón, Ph.D. Juan Ramón Molina Martínez, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad de Córdoba. España.

René López Camacho, Ph.D(c). María del Rosario Rojas Robles, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Facultad de Medio Ambiente Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
y Recursos Naturales. Colombia. Carlos Le Quesne, Ph.D. Indexación
Universidad Austral de Chile. Chile.
Preparación editorial y diseño Rosven Libardo Arévalo Fuentes, Ph.D.
Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico / Universidad Distrital Francisco José de Caldas Universidad del Tolima. Colombia.

Coordinación editorial-CIDC Comité científico


Fernando Piraquive
Antoine Cleff, Ph.D.
Universidad de Ámsterdam. Holanda.
Corrección de estilo para español
Lorena Niño Catalina Segura, Ph.D.
Oregon State University. Estados Unidos de América.

Corrección de estilo en inglés Felipe Bravo Oviedo, Ph.D.


Universidad de Valladolid. España.
Esteban Galeano Gómez, Ph.D.
Universidad de Alberta. Canadá. Guillermo Trincado, Ph.D.
Universidad Austral de Chile. Chile.
Fotografía de la cubierta Jesús Orlando Rangel, Ph.D.
Leonardo Moreno Giraldo Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
Lugar: Mirador Valle de la Samaria, San Félix, Caldas. Jorge Ignacio del Valle, Ph.D.
Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
Diagramación electrónica y diseño de cubierta Joseph W. Veldman, Ph.D.
Andrés Mauricio Enciso Universidad Estatal de Iowa. Estados Unidos de América.
Pablo Stevenson, Ph.D.
Universidad de los Andes. Colombia.
Sandra Rodríguez Piñeros, Ph.D.
Universidad Autónoma de Chihuahua. México.

Universidad Distrital Francisco José de Caldas, sede Vivero – Avenida Circunvalar – Venado de Oro, Bogotá, Colombia. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Sede Vivero – Avenida Circunvalar – Venado de Oro, Bogotá, Colombia.
Correo electrónico: colombiaforestal.ud@correo.udistrital.edu.co Correo electrónico: colombiaforestal.ud@correo.udistrital.edu.co
Portal web: http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor Portal web: http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor

Atribución-Compartir Igual Atribución-Compartir Igual


Contenido
IN MEMORIAM 5

Artículos de Investigación Científica y Tecnológica

9
Analysis of deforestation in La Macarena before and after the peace agreements
Jully Andrea Forero Riaño, Manuel Francisco Polanco Puerta

CAUSALIDAD DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN PINAR DEL RÍO, CUBA (1975-2018) 24


Causality of forest fires in Pinar del Río, Cuba (1975-2018)
Mailyvis Ynouye-Francés, Marcos Pedro Ramos-Rodríguez, Luis Wilfredo Martínez-Becerra, Jesús María Cabrera-
Reina, Raúl González-Rodríguez, Armando Duany-Dangel

REDUCCIÓN DE EMISIONES DE CARBONO POR DEFORESTACIÓN EVITADA EN BOSQUES DEL


ESPINAL (ENTRE RÍOS, ARGENTINA) 39
Reduction of emissions by avoided deforestation in forests of Espinal (Entre Ríos, Argentina)
Silvana María José Sione, Hernán Jair Andrade, Marcelo Germán Wilson, Leandro Javier Rosenberger, María
Carolina Sasal, Silvia Gabriela Ledesma, Emmanuel Adrián Gabioud

SERIES DE CLIMA EN ANILLOS DE Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. Y Anacardium excelsum 


(Bertero ex Kunth) Skeels 52
Climate series in rings of Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
Ana María Briceño-J. y Jesús Orlando Rangel-Ch

DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE MUÉRDAGO ENANO EN LA RESERVA DE LA BIOSFERA


MARIPOSA MONARCA 65
Spatial distribution of dwarf mistletoe in Monarch Butterfly Biosphere Reserve
Nancy Martínez-Martínez, José Francisco Ramírez-Dávila, Fidel Lara-Vázquez, Dulce Karen Figueroa-Figueroa

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS EDITORIALES Y NORMAS ÉTICAS DE COLOMBIA FORESTAL 82


INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES 85

ARTÍCULOS
DE INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA
Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales–Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor/index

IN MEMORIAM

Eduardo Alfonso Bermúdez Rubiano Gilberto Emilio Mahecha Vega Rubén Darío Moreno Orjuela
“Esto para mí no es un trabajo, “El hombre que podía hablar
“Hacer que las cosas sucedan”
es una vocación” con los árboles”
Crédito de foto: Fundación Yarumo. Jardín
Crédito de foto: Viviana Pinzón Crédito de foto: José Miguel Orozco
Botánico Forestal de Cundinamarca

En este 2021 hemos sufrido la pérdida de tres de temas tan importantes como la planificación del
nuestros queridos colegas, y es por ello que desde desarrollo urbano teniendo como protagonista al
la Revista Científica Colombia Forestal deseamos arbolado. Efectuó Bloqueos y traslados de árboles
honrar la memoria de estos ingenieros que aporta- en varias ciudades del país. Por sus manos pasaron
ron desde diferentes áreas del conocimiento de las árboles de importancia histórica y cultural, como
ciencias forestales a buscar un mejor manejo de el nogal ubicado en la calle 77 con carrera 9a., el
nuestro patrimonio natural. cual cuenta con más de 200 años, siendo uno de
Eduardo Bermúdez Rubiano. Fue de los prime- los árboles más antiguos de Bogotá; la ceiba de
ros Ingenieros forestales en reconocer la impor- Gigante (Huila), árbol insigne del día que se abo-
tancia estratégica de la Amazonia donde efectuó lió la esclavitud en Colombia; el cual fue plantado
recorridos por el Rio Cotuhé y el Churuyaco. Cono- el 5 de octubre de 1851 por el expresidente José
cido cariñosamente como el cirujano de los árbo- Hilario López y que llegó a su fin el pasado 21
les, se destacó en el campo forestal por promover de mayo, los eucaliptos de Hato Grande, la casa
la silvicultura urbana desde 1978, donde adelan- campestre de la Presidencia de la República; los
tó diversos trabajos en elaboración y ejecución de cipreses, del parque El Country, entre otros. Ade-
diseños paisajísticos, tratamientos integrales en el lantó el Plan Maestro Ambiental y Paisajístico del
arbolado urbano, capacitaciones en silvicultura y Parque Ecológico Renacer, contribuyó a la identi-
arboricultura urbana, participó activamente en la ficación de los árboles patrimoniales en Bogotá y
realización de cursos de Paisajismo, Arboricultura durante más de 30 años se dedicó a intervenir y
Urbana, siempre buscando que los profesionales salvarles la vida a cerca de 6000 árboles de la ciu-
forestales estuvieran al día en sus conocimientos dad. Como bien lo expresó Eduardo, a través de su
e incursionaran cada vez con mayor injerencia en escrito: El Rol de la Ingeniería Forestal en el Campo

Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 5-8
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IN MEMORIAM


de la Arboricultura Urbana y el Paisajismo, gracias Adicionalmente, algunas de sus colecciones


a estos aportes se logra que los Ingenieros Fores- sirvieron para la publicación de especies nuevas
tales dejaran de ser “invitados de piedra” en los y fueron nombradas en su honor, como el caso
grandes proyectos urbanos, donde el paisajismo de los “molinillos”: Magnolia gilbertoi (G. Loza-
es un elemento de gran importancia. Eduardo fue no C.) Govaerts y Magnolia mahechae (G. Lozano
Miembro Asociado de la Sociedad Colombiana de C.) Govaerts, o la “ceiba de Mámbita”: Spiroteca
Arquitectos Paisajistas, Gerente del Inderena, tra- mahechae Fern. Alonso. Otro número importante de
bajó en la Corporación Forestal de Cundinamarca ejemplares recolectados por el Profesor Mahecha se
y la Corporación del Valle del Cauca CVC y fue emplearon para la descripción de nuevas especies,
presidente de la Asociación Colombiana de Inge- como el “marfil” Isidodendron tripterocarpum, los
nieros Forestales ACIF. Falleció en Bogotá el 06 de “molinillos” Magnolia magnifolia, Magnolia georgii,
abril de 2021. el “leche miel” Lacmellea abbreviata, el caipe
Gilberto Emilio Mahecha Vega. “El hombre que Orphanodendron grandiflorum y el “barniz de la
podía hablar con los árboles”. Docente, ecólogo y paz” Elaeagia pacisnascis, entre otras. 
reconocido investigador del Jardín Botánico, desde El Profesor Mahecha siempre compartió su co-
1971 fue pionero en la enseñanza de la Dendro- nocimiento de una forma generosa y amplia con
logía en Colombia, aportando valiosa información profesionales de distintas áreas, alumnos, colegas
para identificar especies de plantas a partir de ca- y todo aquel que quisiera saber acerca de los árbo-
racterísticas vegetativas como el tipo de hoja, la fi- les. Su legado e influencia en los estudiantes que
lotaxia, las estípulas y los exudados. Fue fundador formó durante más de cuatro décadas, inculcando
y ex director del Herbario Forestal de la Univer- el amor y el respeto por los bosques y sus habitan-
sidad Distrital Francisco José de Caldas (UDFJC), tes, permanecerá por siempre. Un sentido recono-
siendo el principal colector de la mayoría de los cimiento a quien falleció en Bogotá el 18 de abril
especímenes de esta colección gracias a su labor a la edad de 80 años.
como profesor de Dendrología de varias genera- Rubén Darío Moreno Orjuela. El 07 de mayo fa-
ciones de ingenieros forestales, y a lo largo de sus lleció en la ciudad de Pereira este destacado inge-
60 años de vida profesional siempre buscó cono- niero, quien dedicó 31 años de su vida profesional
cer y documentar la riqueza florística de nuestro a la Corporación Autónoma Regional de Risaralda
territorio. En el año 2002 el Consejo Superior Uni- (CARDER). A través de su trabajo profesional lo-
versitario de la UDFJC reglamentó e instituciona- gró ser un referente para el desarrollo de la Gober-
lizó dicha unidad académica con el nombre de nanza Forestal y el uso sostenible de los bosques
“Herbario Forestal Gilberto Emilio Mahecha Vega” en Colombia, y adelantó bastantes trabajos en los
(UDBC), reconociendo de esta manera su labor y Guaduales, realizando importantes escritos2.
esfuerzo en la consolidación de la colección. Son Lideró importantes iniciativas frente a la gestión
innumerables los escritos adelantados por el Profe- ambiental, participando en diversos proyectos de
sor Gilberto Mahecha, que seguirán siendo herra- cooperación internacional con instituciones como
mientas esenciales en la formación de ingenieros la Organización de las Naciones Unidas para la
forestales y como textos de consulta; muchos de Alimentación y la Agricultura (FAO), el Banco Inte-
estos publicados junto a otros colegas como Luis ramericano de Desarrollo (BID), la Unión Europea
Enrique Acero, Rodrigo Echeverri o Roberto Rodrí- (UE), el Banco Internacional de Reconstrucción y
guez Soto, entre otros1. Fomento (BIRF), el Instituto Forestal Europeo (EFI)
y la World Wild Fund Colombia (WWF por sus
1 Consultar la lista de publicaciones del Profesor Mahecha en la 2 Consultar la lista de publicaciones del Profesor Moreno en la
sección de Referencias. sección de Referencias.

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IN MEMORIAM


siglas en inglés; en español: ʽFondo Mundial para discusión sobre varias problemáticas forestales del
la Naturalezaʼ). país y siempre buscando e impulsando iniciativas
Participó activamente en los proyectos adelanta- que permitieran fortalecer la normatividad, la vigi-
dos en el marco del Forest Law Enforcement Gover- lancia y la Gobernanza Forestal, con la finalidad
nance and Trade (FLEGT) y para el posicionamiento de mejorar las condiciones de vida de quienes de-
de la Gobernanza Forestal en Colombia, logrando penden económicamente de los bosques y practi-
la consolidación de elementos claves para promo- can su aprovechamiento.
ver el aprovechamiento sostenible de los bosques. Por último, permítanme expresar en nombre del
Así mismo, lideró y estructuró el Pacto Intersectorial Comité Editorial de Colombia Forestal, y en el mío
por la Madera Legal en Colombia que promovió el propio, el sentimiento de pesar que nos embarga
establecimiento de la plataforma web Elija madera frente a estas irreparables pérdidas. Sin duda, ex-
legal, mediante la cual se visibilizan las empresas trañaremos a nuestros colegas y compañeros.
forestales que operan de acuerdo a la legislación. Agradecemos al profesor José Miguel Orozco,
Gran parte de su conocimiento lo compar- al Ingeniero German Tovar y al profesor William
tió durante sus años de docencia en la Universi- Ariza por la lectura y enriquecimiento del presente
dad Tecnológica de Pereira (UTP), aportando a la In Memoriam.

René López Camacho


Editor Colombia Forestal

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REFERENCIAS Mahecha Vega, G. E. y Echeverri-Restrepo, R.


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principios y procedimientos para el conoci- ce=1&isAllowed=y
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tino Mutis. ecorregión cafetera. Corporación Autónoma
Regional del Risaralda (CARDER).

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Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales–Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
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Artículo de investigación

Análisis de la deforestación en La Macarena,


antes y después de los acuerdos de paz
Analysis of deforestation in La Macarena before and after the peace agreements

Jully Andrea Forero Riaño1* y Manuel Francisco Polanco Puerta

Forero Riaño, J. A. y Polanco Puerta, M. F. (2021). Análisis de la deforestación en La Macarena, antes y después
de los acuerdos de paz. Colombia Forestal, 24(2), 9-23.
Recepción: 3 de junio 2020 Aprobación: 12 de abril 2021

Resumen Abstract
La presente investigación analizó la deforestación This research analysed deforestation before and after
antes y después de los acuerdos de paz en los terri- the peace agreements in territories of “La Macarena
torios del Área de Manejo Especial de La Macarena Special Management Area” -AMEM-, in the muni-
–AMEM–, pertenecientes al municipio de La Maca- cipality of La Macarena, Meta, Colombia. The me-
rena, Meta. La metodología utilizada permitió com- thodology used compared the change in forest area
parar el cambio de área de bosque de 2015 a 2018 from 2015 to 2018 in the AMEM areas with the
del AMEM, gracias a la aplicación de tres ecuacio- application of three deforestation rate equations and
nes de tasa de deforestación, el cálculo del porcenta- the calculation of the percentage of increase in de-
je de incremento en deforestación y el desarrollo de forestation, as well as the development of surveys.
encuestas. Como resultado, este fenómeno aumentó As a result, deforestation increased in the four areas:
en las cuatro áreas: dos Parques Nacionales Natu- two National Natural Parks –PNN– and two Integra-
rales –PNN– y dos Distritos de Manejo Integrado – ted Management Districts –DMI–, being the most
DMI–, siendo el área más afectada el PNN Tinigua, affected area the PNN Tinigua, with an increase in
con un incremento de deforestación de 1176.1 %, a deforestation of 1176.1 % as a result of different
consecuencia de diversos factores: el contexto histó- reasons: the historical-social context of unsatisfied
rico-social de necesidades insatisfechas y la violen- needs and the violence and absence of state figures,
cia y ausencia de figuras del Estado, que se suman which add to drivers of deforestation such as land
a motores de deforestación como el acaparamiento grabbing as a result of non-compliance with the pea-
de tierras producto del incumplimiento de los acuer- ce agreements.
dos de paz. Keywords: La Macarena special management area
Palabras clave: Área de Manejo Especial de La Ma- –AMEM–, integrated management district, increased
carena –AMEM–, distrito de manejo integrado, in- deforestation, deforestation rate.
cremento de deforestación, tasa de deforestación.

1 Universidad de Manizales, Manizales, Colombia.


* aforero79310@umanizales.edu.co. Autora para correspondencia.

https://doi.org/10.14483/2256201X.16479
Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 9-23
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Análisis de la deforestación en La Macarena, antes y después de los acuerdos de paz
Riaño, J. A. y Polanco Puerta, M. F.

INTRODUCCIÓN el uso del suelo como los resguardos indígenas y los


PNN, aunque han incidido favorablemente en la
El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y conservación, también han sufrido procesos de pér-
la Construcción de una Paz Estable y Duradera, fir- dida de bosque que pone en riesgo los servicios eco-
mado el 24 de noviembre de 2016 entre el Gobierno sistémicos (CONPES 4007 de 2020).
de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias La deforestación, además de ser una de las prin-
de Colombia - Ejército del Pueblo –FARC-EP– con- cipales causas de la pérdida de biodiversidad en los
templa la formalización masiva de la pequeña y me- bosques naturales, es una de las que más genera ga-
diana propiedad rural como posible alternativa para ses de efecto invernadero (Rodríguez, 2007). Apar-
las comunidades asentadas en el territorio; en lo re- te de sus implicaciones frente al cambio climático,
lacionado con el componente ambiental este incluye también genera problemáticas puntuales en los eco-
el cierre de la frontera agrícola y la protección de zo- sistemas circundantes afectando negativamente, por
nas de reserva mediante la recuperación comunitaria ejemplo, a gasterópodos del suelo, disminuyendo así
de bosques (Gobierno Nacional y FARC-EP, 2016). El el contenido de materia orgánica e incrementando
acuerdo marca el punto de partida para la modifica- el PH y la temperatura (Blanco-Libreros et al., 2013).
ción de algunas dinámicas en los bosques de Colom- Como posibles factores que aceleran la deforesta-
bia, que se caracterizan por su alta biodiversidad. ción en Colombia se encuentran el cambio de reglas
Nuestro país, uno de los más biodiversos en el locales de uso del suelo, dada la presencia o ausen-
mundo por km2, es el segundo con mayor biodi- cia de actores armados, y los desafíos en la imple-
versidad a nivel de plantas y el primero en anfibios mentación de los acuerdos de paz (IDEAM y MADS,
y peces de agua dulce (Moreno et al., 2016); ade- 2018). Adicionalmente, los cultivos ilícitos son otra
más, cuenta con un alto número de especies en- causa de este problema (Cárdenas-Torres, 2006).
démicas, 8803 aproximadamente (Moreno et al., Con el fin de cuantificar la deforestación, el Insti-
2019), que lo ubica como uno de los países con los tuto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambien-
mayores endemismos (Andrade Correa, 2011) pro- tales de Colombia –IDEAM– desarrolló un protocolo
ducto de la heterogeneidad interna, dada la suma de procesamiento digital que brinda información so-
de sus componentes climáticos y geográficos. bre la superficie deforestada: una publicación oficial
Sin embargo, la biodiversidad de Colombia se de periodicidad anual (Galindo et al., 2014). Si se
encuentra en decremento a causa de la deforesta- toma esta cifra anual en hectáreas de bosque trans-
ción (Instituto de Investigación de Recursos Bioló- formado y se aplica la tasa anual de deforestación, es
gicos Alexander von Humboldt, 1998, citado por posible identificar los cambios de cobertura forestal
Andrade, 2011) y es considerada como la principal en dos momentos diferentes (Puyravaud, 2003).
amenaza de pérdida de biodiversidad a nivel mun- Para el caso del municipio de La Macarena en
dial (Etter et al., 2006). el departamento del Meta, se observa que conflu-
En el caso de la Amazonía, por ejemplo, como re- yen una alta biodiversidad y una alta deforestación.
sultado de la presión demográfica (Andrade y Castro, Este municipio, además de hacer parte del AMEM,
2012), las actividades económicas de los procesos se encuentra en la zona oriental de la cordillera de
poblacionales han tenido impacto en la degrada- los Andes, en la Orinoquía y la Amazonía, conver-
ción de los ecosistemas naturales (Armenteras et al., giendo en la Sierra de La Macarena, que se presume
2006). Y pese a que el Estado aprobó, con el Docu- fue un centro de dispersión de flora y fauna para el
mento CONPES 4021 de 2020, una Política Nacio- continente (Idrobo, 1984). A lo largo de su historia,
nal para el Control de la Deforestación y la Gestión La Macarena ha sufrido del ciclo llamado coloni-
Sostenible de los Bosques, su diagnóstico indica que zación armada (Espinosa, 2006), aunque también
las figuras de conservación y protección que limitan se destaca por la actividad ganadera, causante de

Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 9-23
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Análisis de la deforestación en La Macarena, antes y después de los acuerdos de paz
Riaño, J. A. y Polanco Puerta, M. F.

Figura 1. Área de estudio: Municipio de La Macarena, ubicado en el departamento del Meta.

Nota: hacen parte de este municipio el PNN Sierra de La Macarena, el PNN Tinigua, el DMI Ariari Guayabero y el DMI Macarena
Sur. También se evidencia un área de bosque continuo en el PNN Tinigua. El DMI Ariari Guayabero es el área con mayor repre-
sentatividad, contando con un porcentaje de ocupación del 70.09 % como se observa en la Tabla 1.

la praderización y que afecta zonas de bosque muy 2015-2016 y 2017-2018 en las áreas del AMEM pre-
importantes (CORMACARENA, 2016). sentes en La Macarena, al aplicar las tasas de defo-
En las áreas boscosas de este municipio la colo- restación, y ii) examinar la relación de los acuerdos
nización y la deforestación están ligadas. Conforme de paz con los bosques en La Macarena.
a lo indicado por Botero-García et al. (2019), para el
AMEM la colonización se inició hacia la década de los MATERIALES Y MÉTODOS
años 30 del siglo pasado; luego se produjo una segun-
da etapa en la década de los 50, resultado de la vio- Unidad de análisis y ubicación
lencia entre liberales y conservadores; posteriormente,
se desarrolló un tercer proceso de colonización en la El estudio se desarrolló en La Macarena, municipio
década de los 80. Cabe resaltar que, sumado a estos que limita al sur y al occidente con el departamen-
procesos, en el territorio hay presencia de grupos ar- to de Caquetá; al oriente, con el departamento de
mados al margen de la ley, como el Bloque oriental de Guaviare; y al norte, con los municipios de Vista-
las FARC-EP con los frentes 40 y 7, y la columna móvil hermosa, Mesetas y Uribe en el departamento del
Luis Pardo (UNODC y MinJusticia, 2015). Meta (Figura 1). En su totalidad, este municipio hace
Por lo anterior, en este trabajo se definió, como parte del Área de Manejo Especial de La Macarena
objetivo principal, analizar la deforestación en las –AMEM–, de gran importancia biológica, ecológica
áreas del AMEM del municipio de La Macarena en- y biogeográfica (Granados-Martínez et al., 2018), re-
tre 2015 y 2018, dos años antes y dos años después conocida como reserva biológica de la humanidad
de los acuerdos de paz, y como objetivos específi- por la Ley 52 de 1948. A su vez, el AMEM está con-
cos: i) determinar si hubo cambio en la tendencia de formado por cuatro Parques Nacionales Naturales
la deforestación en los periodos comprendidos entre [PNN] y tres Distritos de Manejo Integrado [DMI].

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Tabla 1. Hectáreas y porcentaje de ocupación de los DMI y PNN en el municipio de La Macarena.

Porcentaje (%) de ocupación


Área del municipio de La Macarena Hectáreas en el municipio
DMI Ariari Guayabero 743 388.18 70.09
DMI Macarena Sur 38 399.47 3.62
PNN Sierra de la Macarena 12 5425.74 11.83
PNN Tinigua 153 368.31 14.46

Fuentes de información líderes del listado otorgado por la Alcaldía munici-


pal. Las encuestas presentaron tres componentes: 1)
Para aplicar el cálculo de las tasas de deforesta- actividades económicas, 2) uso del bosque natural
ción se emplearon los resultados de cambio de co- y 3) alternativas para la protección de los recursos
bertura obtenidos de la información oficial para naturales.
Colombia, la cual corresponde a la cuantificación
brindada por el IDEAM a escala 1:100 000. Los Técnicas de análisis
productos en raster de la implementación del pro-
tocolo de procesamiento digital de imágenes para La investigación desarrollada tuvo un enfoque
la cuantificación de la deforestación en Colombia, mixto, ya que se realizó un análisis de la pérdida
nivel nacional escala gruesa y fina (Cabrera et al., de bosques en cada una de las figuras ambientales
2011), y del protocolo de procesamiento digital de que componen el municipio (PNN Tinigua, PNN
imágenes para la cuantificación de la deforestación Sierra de La Macarena, DMI Ariari Guayabero y
en Colombia (Galindo et al., 2014), se obtuvieron DMI Macarena Sur) en los dos años previos y los
utilizando imágenes satelitales Landsat 7, Landsat dos años posteriores a la firma del acuerdo de paz;
8 y Sentinel 2 en el software QGIS, que permiti- estos resultados se complementan con el empleo
eron cuantificar las áreas afectadas por este fenó- de técnicas de recolección de información por
meno e identificar los sitios críticos de ocurrencia medio de 23 encuestas realizadas a presidentes de
a nivel espacial durante un periodo determinado. las JAC y a líderes del municipio, y la revisión del
Se realizaron 23 encuestas semiestructuradas contexto social y de los acuerdos de paz firmados
siguiendo la metodología de encuestas empleada en Colombia en noviembre de 2016.
por Carr (2003) en su estudio sobre colonización Respecto al análisis e identificación de los cam-
y deforestación en la Reserva de la Biosfera Maya. bios de cobertura por pérdida de bosque en el mu-
Para el caso del presente estudio el primer segmen- nicipio de La Macarena, se procedió a calcular las
to de estas encuestas fue llevado a cabo de manera tasas de deforestación y su porcentaje de incremen-
presencial el 6 de noviembre de 2018 en la es- to con base en la información suministrada por el
cuela veredal de Getsemaní 1, en el marco de una IDEAM, que corresponde a 9024 polígonos de de-
reunión comunitaria a la cual asistieron represent- forestación en todo el municipio, equivalentes a 43
antes de las veredas Getsemaní 1, Getsemaní 2, La 859.68 ha de bosque intervenido y transformado.
Batalla 2, El Verdugo, El Oasis, El Edén del Tigre y Se emplearon como categorías las cuatro áreas del
El Triunfo, y el segundo segmento, a consecuen- AMEM presentes en el municipio (dos PNN y dos
cia de dificultades de orden público y del estado DMI) y su relación en los dos años previos y los dos
de emergencia declarado a causa del COVID-19, posteriores a la firma de los acuerdos de paz, utili-
se desarrolló a través de encuestas telefónicas a los zando el test no paramétrico de Mann-Whitney para
presidentes de Juntas de Acción Comunal –JAC– y a evaluar la relación del tamaño de los polígonos,

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antes y después de la firma de los acuerdos. Esta (Ecuación 3) y la fórmula de tasa de deforestación
información se contrastó con la observación directa propuesta por Puyravaud (2003) (Fórmula 4):
y con los resultados del procesamiento de las en- 1
2 ( 2− 1)
cuestas, que contaron con tres secciones: la prime- ( )= −1 (3)
1
ra correspondió a las actividades económicas, tipo
1 2
de ganadería y productos agrícolas; la segunda a la ( ). = ( ∗ (4)
2− 1) 1
relación con el bosque natural; y la tercera a las al-
ternativas de mitigación frente al daño ambiental, la Donde:
cual, aunque proponía preguntas abiertas, presentó Td FAO (r) = tasa de deforestación empleada
respuestas reiterativas por parte de los encuestados. por la FAO (1996)
Esta metodología es una variación de la empleada Td P.(q) = tasa de deforestación empleada por
por Monjardín-Armenta et al. (2017). Puyravaud (2003)
Con el fin de evaluar los cambios en deforesta- ABt1 = área bosque momento 1
ción antes y después de la firma de los acuerdos de ABt2 = área bosque momento 2
paz en las cuatro categorías ambientales, se calculó n = diferencia de los años entre el momento t1
la tasa promedio anual de deforestación mediante y el momento t2
la Ecuación 1 (IDEAM, 2002; Ruiz et al., 2011): t1 = año de inicio del momento 1
t2 = año de inicio del momento 2
1− 2
= (1) Adicional a lo anterior, se propuso emplear la
fórmula de incremento porcentual para obtener el
Donde: resultado del porcentaje de aumento en deforesta-
TMAD = tasa promedio anual de deforestación ción, realizando la comparación de los años pre-
ABt1 = área bosque momento 1 vios y posteriores a los acuerdos de paz. Para ello
ABt2 = área bosque momento 2 se utilizó la siguiente fórmula:
n = diferencia de los años entre el momento t1
( 2 − 1)
y el momento t2 % = ∗ 100
1
Para determinar la tasa de deforestación en %/
año se usó la Ecuación 2 empleada por Pozzobon %I.D. = porcentaje de incremento de
y Osorio (2002), la cual expresa el porcentaje de deforestación
área disminuida por año: TMAD t1 = tasa promedio anual de deforesta-
ción en el momento 1
( 1− 2)
= ( )
∗ 100 (2) TMAD t2 = tasa promedio anual de deforesta-
1∗
ción en el momento 2
Donde:
Td = tasa de deforestación por año (%/año) RESULTADOS
ABt1 = área bosque momento 1
ABt2 = área bosque momento 2 Análisis de deforestación antes y después de
n = diferencia de los años entre el momento t1 los acuerdos de paz
y el momento t2
Para el cálculo de la tasa de deforestación se Con las hectáreas y el número de polígonos de bos-
utilizó la fórmula de tasa de deforestación emplea- que natural perdidos de 2015 a 2018, obtenidos
da por la FAO [Organización de las Naciones Uni- de la información oficial generada por el IDEAM
das para la Agricultura y la Alimentación] (1996) para la cuantificación de la deforestación, se

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discriminaron las cuatro áreas del AMEM presen- Con el fin de identificar el área que sufrió más pér-
tes en el municipio de La Macarena y se compa- dida de bosque natural, en la Tabla 2 se detallan
ró el cambio en relación a dos periodos: dos años las hectáreas pérdidas, así como la cantidad de po-
anteriores a la firma de los acuerdos de paz y dos lígonos en las áreas del AMEM presentes en el mu-
años después de la firma, observando lo siguiente: nicipio antes y después de los acuerdos.
En la Figura 2 se presenta la cartografía con po- En la Tabla 2 se observa que aumentaron tanto las
lígonos de deforestación antes y después de los hectáreas como el número de polígonos después de
acuerdos de paz en las cuatro categorías de ma- los acuerdos de paz; sin embargo, no se evidencia
nejo, evidenciando que aumentó la deforestación que dicha relación sea directamente proporcional.
en este municipio después de los acuerdos de paz. Por tanto, se procedió a realizar la prueba del test
a.

b.

Figura 2. a. Deforestación antes de la firma de los acuerdos de paz; b. Deforestación después de la firma de los
acuerdos de paz.

Nota: en las figuras están señaladas las cuatro áreas del AMEM presentes en el municipio: PNN Sierra de La Macarena (1), DMI
Macarena Sur (2), PNN Tinigua (3) y DMI Ariari Guayabero (4).

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Tabla 2. Deforestación de las áreas del AMEM presentes en el municipio en los años previos y posteriores a los
acuerdos de paz.

Áreas de AMEM Antes de los Acuerdos Después de los Acuerdos


Def. Total # Polígonos
Def. (Ha) # Polígonos Def. (Ha) # Polígonos (Ha) Totales
DMI Ariari Guayabero 7565.56 2363 19 555.1 4049 27 121 6412
DMI Macarena Sur 701.39 307 1139.5 250 1841 557
PNN Sierra de la Macarena 249.34 111 478.1 112 727 223
PNN Tinigua 1029.76 302 13 140.9 1530 14 171 1832

de Mann-Whitney-Wilcoxon, en la que se compa- periodos previo y posterior a la firma de los acuer-


raron las medianas de las áreas deforestadas con un dos de paz, como se observa en la Tabla 3, se iden-
resultado de p = 2.2e-16, lo que permite confirmar tificó un aumento drástico de pérdida de bosque
que los polígonos deforestados son de mayor área natural en los años posteriores a los acuerdos.
después de la firma de los acuerdos de paz. El incre- Con base en la Tabla 3, se identificó un au-
mento de perdida de bosque natural en cada catego- mento considerable en la pérdida de bosque na-
ría de manejo del AMEM se observa en la Figura 3. tural después de la firma de los acuerdos de paz.
En la Figura 3 se observa el aumento de defores- Los registros oficiales en los informes anuales
tación después de la firma de los acuerdos de paz, de monitoreo a la deforestación exponen un in-
más visible en el PNN Tinigua y en el DMI Ariari cremento considerable de deforestación en los
Guayabero. años posteriores a la firma de los acuerdos de
Al aplicar las fórmulas de tasa de deforesta- paz con 5238 hectáreas de bosque perdido en
ción y porcentaje de incremento para las cuatro 2016 (IDEAM y MADS, 2017), 114 61 hectá-
áreas del AMEM presentes en La Macarena en los reas perdidas en 2017 (IDEAM y MADS, 2018)

18000
Deforestación (Ha)

13000

8000

3000

-2000
DMI Ariari-Guayabero DMI Macarena Sur PNN Sierra de la PNN Tinigua
Macarena
–AMEM–

Antes de los acuerdos de paz Después de los acuerdos de paz

Figura 3. Relación de áreas deforestadas por categorías de manejo en el municipio de La Macarena, Meta, antes y
después de la firma de los acuerdos de paz.

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Tabla 3. Tasa promedio anual de deforestación –TMAD- y Tasas de deforestación –Td– en las cuatro áreas del
AMEM presentes en el municipio de La Macarena, antes y después de la firma de los acuerdos de paz.

TMAD TMAD Td %/ Td %/ Td FAO Td Fao


  Td P. A* Td P. D* %ID
A* D* Año A* Año D* A* D*
DMI Ariari Guayabero 3782.8 9777.5 1.348 3.581 -0.014 -0.036 -0.014 -0.037 158.5
DMI Macarena Sur 350.7 569.8 1.386 2.315 -0.014 -0.023 -0.014 -0.024 62.5
PNN Sierra de la Ma-
124.7 239.1 0.127 0.244 -0.001 -0.002 -0.001 -0.002 91.8
carena
PNN Tinigua 514.9 6570.5 0.454 5.843 -0.005 -0.060 -0.005 -0.062 1176.1

Nota: A*: antes de los acuerdos de paz; D*: después de los acuerdos de paz.

y 18 680 hectáreas deforestadas en 2018 (IDEAM económicas emanadas de la misma. Debido a esto,
y MADS, 2019). El análisis a nivel de categorías de en la primera sección de las encuestas se buscó
manejo del AMEM del presente estudio permitió establecer qué relación existe entre la población
identificar que las áreas más afectadas correspon- y las actividades económicas, el tipo de ganade-
den a: el PNN Tinigua, que pasó de una tasa me- ría y los productos agrícolas (Tabla 4); la segunda
dia anual de 514.8 ha.año-1 a 6570.4 ha.año-1, lo sección correspondió a la relación con el bosque
que indicó un crecimiento de 1176.1 % en defo- natural (Tabla 5); y la tercera, a las alternativas de
restación, y el DMI Ariari Guayabero, que pasó de mitigación al daño ambiental, sección que, aun-
3782.7 ha.año-1 a una tasa de 9777.5 ha.año-1, lo que proponía preguntas abiertas, evidenció res-
que indicó un crecimiento de 159 % en deforesta- puestas reiterativas por parte de los encuestados.
ción con respecto a la tasa de deforestación FAO Como se observa en la Tabla 4, la actividad que
(r) y la tasa de deforestación empleada por Puyra- más se desarrolla en el municipio de La Macarena
vaud (q). Se evidencia la misma tendencia de in- es la ganadería con un 46 %, seguida de la agricul-
cremento de la deforestación para todas las áreas tura con 34.9 %. El tipo de ganadería que más se
después de los acuerdos. presenta en la zona es de mediana escala con 46
%, y el producto agrícola que se siembra con ma-
Análisis de las encuestas yor frecuencia es la yuca, que representa un 24 %.
Según la Tabla 5, se identifica que la madera
La deforestación está asociada, más que a la para leña es el producto del bosque más usado
concentración poblacional, a las actividades con un 48 %, seguido de madera en bloque con

Tabla 4. Actividades económicas, tipo de ganadería y productos agrícolas en el municipio de La Macarena.

Actividad Respuestas Tipo de ganadería Respuestas Producto agrícola Respuestas


Sección 1 (Actividades

Ganadería 46 % Yuca 24 %
Mediana escala 46 %
económicas)

Agricultura 34.90 % Plátano 22 %


Extracción de madera 8.10 % Arroz 16 %
Pequeña escala 42 %
Infraestructura 4.50 % Caña 10 %
Cultivos de uso ilícito 4.50 % Pasto 4%
Gran escala 12 %
Turismo 2% Otros 24 %

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Tabla 5. Relación con el bosque natural en el municipio de La Macarena.

Empleo de productos del bosque Respuestas Recurso natural afectado Respuestas


Madera para leña 48.35 % Bosque 40.48 %
Sección 2

Madera en bloque 27.55 % Agua 28.57 %


Carne de monte 10.43 % Aire 14.29 %
Hojas para techo 6.80 % Fauna 9.52 %
Frutos alimenticios 6.80 % Suelo 7.14 %

un 27.55 %. Frente al recurso natural afectado por toda la zona del cinturón de transición entre los An-
las actividades actuales, el 40.48 % de los encues- des y la Amazonía. Frente a los resultados de la tasa
tados indicó que el bosque es el recurso más afec- de deforestación FAO (r) y la empleada por Puyra-
tado, seguido del agua con 28.57 %. vaud (q), se evidencia la misma tendencia de incre-
Respecto a la última sección (las alternativas mento después de los acuerdos. En el PNN Tinigua
de mitigación al daño ambiental), en las propues- y los DMI Ariari Guayabero y Macarena Sur se ob-
tas para la conservación de los recursos naturales se servó que la tasa r es ligeramente superior a la tasa
formuló el siguiente interrogante: ¿qué alternativas q, lo que coincide con los resultados obtenidos por
considera que se pueden emplear para la protec- Puyravaud (2003); sin embargo, las tasas de defo-
ción de los recursos naturales? Aunque la pregunta restación obtenidas en el presente estudio son su-
fue abierta, la mayoría de la comunidad encuesta- periores para el PNN Tinigua.
da coincidió en que es necesario implementar pro- Al calcular el porcentaje de incremento en defo-
yectos productivos con maquinaria para los suelos; restación, se identificó que el área más afectada co-
también en la necesidad de aumentar la cobertura rresponde al PNN Tinigua donde la deforestación
mediante la reforestación y la creación de incentivos aumentó 1176.1 %, seguida del DMI Ariari Gua-
para la conservación; en menor medida indicaron yabero con 159 %, el PNN Sierra de La Macarena
que se requiere una política pública de ganadería con 91.8 % y el DMI Macarena Sur con 62.5 %.
intensiva y una adecuada titulación de predios. Estos resultados coinciden con los obtenidos por
Murillo-Sandoval et al. (2020), quienes indicaron
que el incremento en deforestación después de los
DISCUSIÓN acuerdos de paz es más evidente en las áreas prote-
gidas, en especial en el PNN Tinigua. La información
Al calcular la tasa de deforestación se identificó que oficial brindada en los resultados de monitoreo a la
fue superior en todas las categorías de manejo del deforestación para Colombia también reporta que en
municipio de La Macarena en los años posteriores 6 áreas protegidas se concentra más del 80% de la
a los acuerdos; resultados que ratifican la tendencia deforestación del sistema de parques, ubicándose el
de incremento de afectaciones ambientales en co- PNN Tinigua como uno de los tres parques con ma-
berturas naturales presentada por con Armenteras et yor deforestación en La Macarena, siendo el tercero
al. (2019), quienes informan sobre el aumento de más deforestado en 2016 (IDEAM y MADS, 2017), el
incendios tras la desmovilización de la guerrilla en segundo más deforestado en 2017 (IDEAM y MADS,
Colombia en las áreas protegidas evaluadas. Esta 2018) y el primero más deforestado en Colombia en
tendencia persiste en los resultados obtenidos por 2018 (IDEAM y MADS, 2019).
Murillo-Sandoval et al. (2020) acerca del aumento En otros países, a consecuencia de la firma de
acelerado de la perturbación del área boscosa en acuerdos de paz entre diferentes actores armados,

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también se presentó un incremento en la tasa de conflicto socioambiental que, si bien estaba en-
deforestación –al igual que en Colombia–, como marcado en figuras de protección, ahora tiene el
es el caso de Ruanda, República Democrática del agravante de considerar a la Amazonía como suje-
Congo y Sierra Leona, lugares donde se genera- to de derechos.
ron procesos de reasentamiento que terminaron Frente a expuesto por las encuestas, se identificó
acabando con miles de hectáreas de bosque, pues que la actividad que más se desarrolla en el muni-
dichos acuerdos y su puesta en marcha no con- cipio de La Macarena es la ganadería a mediana es-
templaron el medioambiente, provocando así una cala, seguida de la agricultura con cultivos de yuca,
crisis por los recursos y propiciando el surgimiento plátano, arroz y caña, resultados que coinciden
de nuevos grupos armados causantes de más inse- con los presentados por CORMACARENA (2016):
guridad (Borrero, 2017). “en el municipio actualmente se destacan activi-
Para el caso de Colombia, el acuerdo de paz dades de ganadería, ecoturismo, cultivo de plátano,
no consideró los bosques como un factor central yuca, maíz, arroz y cultivos ilícitos” (p. 30). Lo an-
durante el proceso de negociación (Murillo-San- terior confirma la premisa de que la transformación
doval et al., 2020). La consecuencia de esto es que de áreas boscosas es la respuesta de la necesidad
la deforestación, como lo indica Morales (2016), de los pobladores por satisfacer sus necesidades
refleja la idea de que el ser humano tiene poder económicas inmediatas (Ruiz Serna, 2003). Según
sobre la naturaleza, lo que ha impulsado que gru- Carr (2003), existe de igual manera una relación en-
pos al margen de la ley, mediante el empleo de tre la deforestación y la finalidad de establecimien-
colonos agricultores a menudo desplazados por la to de cultivos como el maíz y el frijol o de territorios
violencia, hayan realizado la explotación de nue- para el ganado de res.
vas tierras para el cultivo de coca y la expansión Así, los factores o motores de deforestación
ganadera (Clerici et al., 2018). A lo anterior se su- después de los acuerdos de paz configuraron unas
man las dificultades para el ejercicio de las enti- características particulares a raíz de la ausencia de
dades que tienen como función la administración figuras del Estado y la presencia de grupos al mar-
de los recursos naturales, ya que, como lo indica gen de la ley, lo que se confirmó en el proceso de
(Botero-García et al., 2019), no siempre pueden in- levantamiento de información del presente estudio.
gresar a los territorios los funcionarios encargados A esto se suman las expectativas de titulación expu-
de salvaguardar las áreas protegidas amazónicas. estas dentro de los mismos acuerdos bajo el nombre
Las consecuencias del fenómeno de defores- de “Formalización masiva de la pequeña y mediana
tación radican en el incremento de la fragmenta- propiedad rural”, y la interrelación de algunas ac-
ción, la disminución de las áreas que mantienen y tividades económicas lícitas e ilícitas, como lo indi-
conectan el flujo genético a gran escala y el inter- can Murillo-Sandoval et al. (2020), quienes sostienen
cambio de biodiversidad (Clerici et al., 2018), lo que el narcotráfico está fuertemente vinculado al
cual es particularmente negativo para el municipio acaparamiento de tierras para uso del ganado y pro-
de La Macarena, que hace parte del AMEM, un ducción de coca, actividades que requieren cada vez
área que, sin embargo, ha sido objeto de la más más extensiones. Lo anterior implica una inversión
variada legislación ambiental a fin de protegerla al momento de talar bosques y el ingreso a nuevas
(Espinosa, 2006), por ejemplo con la Sentencia economías, lo que permite deducir que las comu-
4360 de 2018 (Corte Suprema de Justicia, Sala de nidades campesinas no son los actores que prom-
Casación Penal, STC4360-2018, 2018), que ex- ueven la deforestación. Por ello es que en su estudio
horta a todos los entes del Estado a incrementar Molano et al. (2013) resaltan la relación del fenóme-
acciones para contrarrestar la deforestación en el no de colonización con prácticas como el cultivo de
bioma amazónico. Esto, no obstante, agudiza el coca y la presencia de grupos al margen de la ley.

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Un factor que persiste como motor de de- Pago por Servicios Ambientales e incrementar la
forestación es la presencia de vías (Mena et al., cobertura vegetal.
2006; Murillo-Sandoval et al., 2020) que, para el Los programas educativos se complementan con
caso de La Macarena, aparte de realizarse en áreas lo expuesto por Maya (1991), quien indica que es
incompatibles para su desarrollo, es el resultado indispensable encontrar un camino para explicar la
del control ejercido por grupos ilegales (Botero- relación entre el ser humano y el sistema natural,
García et al., 2019). debido a que la naturaleza ya se encuentra inter-
En cuanto a la actividad de cultivos ilícitos, las venida y el hombre no actúa como un individuo in-
encuestas muestran un porcentaje del 4.08 % que dependiente y libre de contacto con lo que lo rodea.
la ubica en el cuarto renglón, después de la ga- No obstante, se hace preciso conocer las dinámicas
nadería, la agricultura y la extracción de madera. propias de la zona y evaluar los cambios en la diver-
De esta manera se evidencia que, al igual que la sidad, midiendo la configuración de agrosistemas y
deforestación, el cultivo de coca es una actividad el grado de conectividad con los hábitats naturales
practicada en el municipio, dado que, conforme contiguos antes de iniciar con cualquier iniciativa
a lo expuesto por Puentes (2019), los cultivos ilí- enfocada a la reducción de la deforestación (León,
citos se concentran en los municipios del sur del 2014). De ahí que González y Riascos (2007) se-
departamento. Si bien las encuestas arrojaron un ñalen la necesidad de encontrar mecanismos para
porcentaje bajo de esta actividad, el Meta y el fortalecer el reconocimiento de las realidades del
Guaviare son regiones que históricamente han territorio y de los actores involucrados.
mantenido una alta concentración de cultivos de Por último, dada la complejidad de la zona estu-
coca (SIMCI y UNODC, 2018) vinculados a acti- diada en términos del componente social y político,
vidades legales e ilegales, al acaparamiento de tie- sumado a que hace parte de una reserva biológica
rras y a la ganadería. de la humanidad, se deduce que los modelos de
Entre las alternativas frente a la deforestación, protección de los PNN y de los DMI no son sufi-
Núñez (1992) reconoce el problema de los cientes para garantizar la protección de ecosistemas
derechos de propiedad e indica que se debe pro- tan importantes como los presentes en el municipio
fundizar en la incorporación del capital natu- de La Macarena. Por tanto, como lo indican Sollund
ral como activos económicos en el país. Por otra et al. (2019), las medidas a tomar para detener las
parte, Minaverry (2013) expone la necesidad de tasas de deforestación deben concretarse antes de
crear programas referidos al manejo de los recur- que continúe la pérdida de más ecosistemas claves.
sos forestales, acompañados de políticas efectivas Así mismo, sería adecuado emplear la conservación
y educación ambiental, estimando que así se re- inclusiva como un mecanismo a ejecutar cuando se
ducirían las tasas de deforestación y mejoraría la presenten conflictos entre las comunidades por el
calidad de vida de las comunidades asociadas a manejo de las áreas (De Pourcq et al., 2017).
los bosques. Por su lado, Ramos y García (2012)
recomiendan que en colegios y escuelas se ge-
neren mayores conocimientos relacionados con CONCLUSIONES
la temática de la deforestación. Otras estrategias
a nivel territorial adelantadas para contrarrestar la En los años posteriores a los acuerdos de paz, en el
deforestación por parte de las entidades encarga- municipio de La Macarena se generó un aumento
das de administrar los recursos naturales en estas de deforestación. Al comparar los dos años previos
áreas, son: abarcar medidas de articulación inter- y los dos años siguientes a la firma de los acuerdos,
institucional entre la corporación ambiental y los se identificó que es oportuna la aplicación de la fór-
PNN, promover estrategias comunitarias como el mula de porcentaje de incremento de deforestación

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Análisis de la deforestación en La Macarena, antes y después de los acuerdos de paz
Riaño, J. A. y Polanco Puerta, M. F.

(%ID) ya que, al estar dada en términos de cober- Especial La Macarena –CORMACARENA. Tam-
tura perdida, evidenció que los cambios en dinámi- bién a Adriana Forero, Sara Lorena Pérez, Die-
cas del territorio como resultado de la firma de los go Barrios, Johan Ramírez, Héctor Fabio Almario
acuerdos de paz repercutieron en la aceleración de (Q.E.P.D.), Andrés Acosta y Lorena Pinzón.
la pérdida de cobertura forestal.
Este proceso acelerado de pérdida de bosque
natural incide directamente en la disminución de CONFLICTOS DE INTERESES
conectividad para el AMEM, así como en una baja
de aportes ecosistémicos. Sin embargo, aunque Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
hay una relación entre la firma de los acuerdos de
paz y la deforestación, esta no es directa, dada la
multiplicidad de factores como la presencia en el CONTRIBUCIÓN POR EL AUTOR
territorio de disidencias de las FARC-EP y el con-
texto histórico-social de necesidades insatisfechas, Los autores son los únicos responsables de la obra
de violencia y de ausencia de figuras del Estado. en todos los aspectos que condujeron a la elabo-
De las cuatro áreas del AMEM presentes en el mu- ración de su publicación. J.F. ideó la investigación,
nicipio de La Macarena, la que ha sufrido mayor pér- llevó a cabo la misma en terreno y realizó el aná-
dida de bosque natural es el PNN Tinigua, donde se lisis de datos de deforestación. J.F. y M.P. contribu-
observa un incremento en deforestación del 1176.1 % yeron a la discusión y comentaron los borradores.
y que tiene como agravante el ser un área protegida
perteneciente al bioma amazónico, sujeto de dere-
chos desde 2018; el DMI Ariari Guayabero le sigue REFERENCIAS
con un incremento de deforestación de 158.5 %.
Este incremento de deforestación en el munici- Andrade Correa, M. (2011). Estado del conocimiento
pio de La Macarena después de los acuerdos de paz de la biodiversidad en Colombia y sus amenazas.
se convierte en una externalidad negativa, más que Consideraciones para fortalecer la interacción cien-
de los acuerdos, de la falta de capacidad de res- cia-política. Revista de la Academia Colombiana
puesta para su implementación. El desmedido uso de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 35(137),
de los recursos naturales evidencia el poco arrai- 491-508.
go por el territorio y resalta problemas coyunturales Andrade, G. I. y Castro, L. G. (2012). Degradación,
que se han presentado históricamente en el área y pérdida y transformación de la biodiversidad con-
que no han sido atendidos de manera adecuada, lo tinental en Colombia: invitación a una interpre-
que deriva en una disminución de aportes ecosisté- tación socioecológica. Ambiente y Desarrollo,
micos del bosque e incrementa la fragmentación en 16(30), 53-54.
esta reserva biológica de la humanidad. Por tanto, Armenteras, D., Rudas, G., Rodríguez, N., Sua, S. y
la deforestación no debe ser vista como un proble- Romero, M. (2006). Patterns and causes of defo-
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Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales–Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
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Artículo de investigación

Causalidad de los incendios forestales en Pinar del Río,


Cuba (1975-2018)
Causality of forest fires in Pinar del Río, Cuba (1975-2018)

Mailyvis Ynouye-Francés1 , Marcos Pedro Ramos-Rodríguez2* , Luis Wilfredo Martínez-Becerra3 ,


Jesús María Cabrera-Reina4 , Raúl González-Rodríguez1 , Armando Duany-Dangel1

Ynouye-Francés, M., Ramos-Rodríguez, M. P., Martínez-Becerra, L. W., Cabrera-Reina, J. M., González-Rodrí-


guez, R. y Duany-Dangel, A. (2021). Causalidad de los incendios forestales en Pinar del Río, Cuba (1975-2018).
Colombia Forestal, 24(2), 24-38.

Recepción: 24 de agosto 2020 Aprobación: 7 de abril 2021

Resumen Abstract
Comprender la evolución de las causas de los incen- Understanding the evolution of the causes of fires
dios permite realizar un trabajo objetivo de preven- allows for objective prevention work. This research
ción. Esta investigación analiza la causalidad de los aimed to analyzing the causality of forest fires in Pi-
incendios forestales en Pinar del Río, Cuba (1975- nar del Río, Cuba (1975-2018). The analyzes were
2018). Los análisis se realizaron considerando carried out considering sub-periods, months of the
sub-periodos, meses del año y vegetación afectada. year and affected vegetation. In the period, 2896
En el periodo ocurrieron 2896 incendios y se que- fires occurred and 51 217.75 hectares were bur-
maron 51 217.75 hectáreas. Los incendios origina- ned. The fires originated by anthropogenic causes,
dos por causas antropogénicas, principalmente las mainly negligence, showed an increasing trend
negligencias, mostraron una tendencia al aumento over time, contrary to what happened in the case of
en el tiempo, contrario a lo ocurrido para el caso de lightnings. This evolution determined that the fire
los rayos. Esta evolución determinó que la época de season changed from March to June in the 1975-
incendios cambiara de marzo a junio en el sub-pe- 1985 sub-period to occur from March to May in the
riodo 1975-1985, y pasara a presentarse de marzo a 2008-2018 sub-period. However, the time when
mayo en el sub-periodo 2008-2018. No obstante, la more fires occur for each individual cause did not
época donde más incendios ocurren por cada causa change during the 44 years analyzed. These results
de forma individual no cambió durante los 44 años will make it possible to improve the forest fire pre-
analizados. Estos resultados permitirán perfeccionar vention work.
el trabajo de prevención de incendios forestales. Keywords: fire season, vegetation fires, fire manage-
Palabras clave: época de incendios, incendios de ve- ment, fire prevention.
getación, manejo del fuego, prevención de incendios.

1 Jefatura Nacional del Cuerpo de Guardabosques, Ciudad de La Habana, Cuba.


2 Universidad Estatal del Sur de Manabí, Carrera de Ingeniería Forestal, Jipijapa, Manabí, Ecuador.
3 Universidad de Pinar del Río, Departamento Forestal, Pinar del Río, Cuba.
4 Jefatura Provincial del Cuerpo de Guardabosques, Pinar del Río, Cuba.
* marcos.ramos@unesum.edu.ec. Autor para correspondencia.
https://doi.org/10.14483/2256201X.16881
Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 24-38
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Causalidad de los incendios forestales en Pinar del Río, Cuba (1975-2018)
Ynouye-Francés, M., Ramos-Rodríguez, M. P., Martínez-Becerra, L. W., Cabrera-Reina, J. M., González-Rodríguez, R. y Duany-Dangel, A.

INTRODUCCIÓN contexto, Flannigan et al. (2013) afirman que en


Canadá las áreas forestales quemadas se duplica-
El clima y el fuego son los conductores primarios rán para 2100, y se prevé que cada temporada de
de la distribución de especies vegetales (Stroh et al., incendios dure 20 días más en promedio. Wu et
2018). El fuego es una perturbación importante que al. (2020), al desarrollar una investigación con el
influye en la composición de las especies, la estruc- objetivo de explorar patrones espaciales y tempo-
tura de la comunidad y la función del ecosistema rales a escala nacional de ocurrencia de incendios
en los bosques (Huang et al., 2019). No obstante, bajo el cambio climático actual y futuro en China,
el cambio climático está aumentando la sequía y la encontraron que, en general, los incendios futuros
actividad de incendios en muchas regiones propen- proyectados bajo escenarios de cambio climático
sas a estos (Sparks et al., 2018), provocando que los tenían distribuciones similares (incendios ubica-
patrones de incendios forestales se vean alterados, dos principalmente en el sur y noreste de China)
probablemente (Wu et al., 2020). El fuego es un ele- en comparación con la línea de base, pero con
mento intrínseco de muchos ecosistemas forestales: valores incrementados de probabilidad de ocu-
da forma a sus procesos ecológicos, determina la rrencia de incendios.
composición de especies e influye en la estructu- Las causas de los incendios incluyen personas
ra del paisaje; sin embargo, los incendios forestales que encienden fuegos con el fin de limpiar tierras
pueden tener efectos indeseables sobre la biodi- para el cultivo, aprovechar la miel de las colme-
versidad y la cobertura vegetal, producir emisiones nas, hacer carbón, cocinar o tratar de mantener el
de carbono a la atmósfera, liberar humo que afec- calor, e incendios provocados y como una forma
te la salud humana, y provocar la pérdida de vidas de resolver disputas (Chinamatira et al., 2016). La
y bienes. Es por ello que ha habido una creciente temperatura, la humedad relativa, las especies arbó-
preocupación por los posibles impactos de la va- reas, la distancia a las vías de acceso (desde la tie-
riabilidad y el cambio climático en los incendios rra agrícola y desde el asentamiento), la velocidad
forestales, pues este puede alterar los factores que del viento, la cantidad de área quemada y el mes,
influyen en la aparición de incendios, la disponibi- son los factores de riesgo que pueden afectar la
lidad y la inflamabilidad del combustible (Herawati ocurrencia de estos incendios (Sevinc et al., 2019).
et al., 2015). Si bien las causas naturales son responsables de
Según Abatzoglou y Williams (2016) y Romps muchos de ellos alrededor del mundo, la mayoría
et al. (2014), en el caso de Estados Unidos estos son causados por el hombre (Hesseln, 2018). En Es-
aumentos han sido causados, en parte, por las tados Unidos, por ejemplo, los incendios causados
prácticas históricas de extinción de incendios y los por el hombre ocupan un nicho ambiental carac-
cambios en el uso de la tierra, aunque el cambio terizado por una menor frecuencia de rayos y una
climático también juega un importante papel, por mayor humedad del combustible que los incendios
ejemplo, en las sequías, la presencia de tempera- causados por rayos (Balch et al., 2017).
turas altas y el aumento de rayos. En este senti- Las causas de estos incendios varían de región
do Abatzoglou y Williams (2016) plantean que en a región. Para tener una estadística confiable es
el oeste de los Estados Unidos el cambio climáti- necesario investigar con ahínco las causas de los
co ha duplicado el área quemada por los incen- incendios y mantener un archivo ordenado a lo
dios forestales durante las últimas tres décadas, en largo de los años (Soares y Batista, 2007). Es muy
comparación con lo que se esperaría basado solo importante que los responsables por el combate a
en la variabilidad natural del clima, y se han pro- los incendios siempre se empeñen en descubrir y
ducido nueve días adicionales de alto potencial de registrar la causa real o más probable del mismo
incendios por año en los últimos 15 años. En este (Soares et al., 2017). La identificación de patrones

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espacio-temporales de ocurrencia de incendios a investigación con el fin de responder la pregunta:


escalas regionales puede brindar información va- ¿cuál ha sido el comportamiento de la causalidad
liosa para optimizar la asignación de recursos en de los incendios forestales en la provincia de Pi-
las estrategias de extinción de incendios forestales nar del Río durante el periodo 1975-2018? El tra-
(Carmel et al., 2009). El conocimiento de las cau- bajo abordó un periodo de 44 años (1975-2018),
sas de los incendios forestales y de los principales dividido en cuatro sub-periodos de 11 años cada
factores de ignición es un paso indispensable ha- uno. También se consideraron causas naturales (ra-
cia políticas efectivas de prevención de incendios. yos), antropogénicas (negligencia e intencionales)
Las causas de los incendios forestales son variadas y desconocidas.
y su distribución difiere entre países, pero también
pueden diferir espacial y temporalmente dentro
del mismo país (Ganteaume et al., 2013). Un buen MATERIALES Y MÉTODOS
conocimiento de los patrones espacio-temporales
de las causas de la ignición de incendios foresta- Caracterización del área de estudio
les es crucial para una política de incendios eficaz
(Curt et al., 2016). La efectividad de la prevención Cuba es la mayor isla de las Antillas, se encuentra
se basa en el conocimiento sobre la probabilidad situada en el Mar Caribe, a la entrada del Golfo
espacio-temporal de ocurrencia de incendios y si de México, y constituye la porción más occidental
los incendios son el resultado de procesos natu- de las Antillas Mayores. Dicha isla tiene una su-
rales o influencia humana. Tal conocimiento se perficie aproximada de 110 992 km2. La provincia
puede usar para desarrollar herramientas y estra- de Pinar del Río, la más occidental de la isla de
tegias más efectivas que reduzcan tanto la proba- Cuba de acuerdo con la Oficina Nacional de Esta-
bilidad de daños como los incendios no deseados dística e Información (ONEI, 2019, 2020), ocupa
(Hesseln, 2018). En Mesoamérica las actividades el cuarto lugar en extensión entre las provincias
humanas representan la principal causa de la ocu- con 8884.51 km2 (8815.27 km2 de tierra firme),
rrencia de incendios, que se deben principalmente representando el 8.09% de la superficie total del
a situaciones de inequidad social, problemas en país. Geográficamente está ubicada en la región
la tenencia de la tierra, limitados niveles cultura- occidental, entre 21°19´ y 22°56´de latitud norte
les y de información, y políticas gubernamentales y los 84°57´y 83°05´ de longitud oeste. Limita al
mal orientadas o desconocidas, así como propues- norte con el Golfo de México, al sur con el Mar
tas que con frecuencia están fuera de un contexto Caribe, al este con la Provincia de Artemisa y al
real (Julio-Alvear, 2009). Según el mismo autor, en oeste con el Canal de Yucatán. La población resi-
los países del Caribe es probable que la causali- dente es de 585 555 habitantes con una densidad
dad radique principalmente en quemas destinadas de 65.9 hab.km-2.
a limpiar terrenos para la agricultura y los asenta- Pinar del Río tiene un clima tropical. En com-
mientos humanos, las negligencias o descuidos, la paración con el invierno, los veranos tienen mu-
intencionalidad para la resolución de conflictos y, cha más lluvia. El clima se clasifica como Aw por
también, los fenómenos naturales. el sistema Köppen-Geiger. La temperatura media
El fenómeno de incendios de las coberturas ve- anual es de 24.9°C. El mes más caluroso del año es
getales es multicausal, altamente dinámico en tiem- julio con un promedio de 27.5°C, siendo febrero
po y espacio, y generador de impactos de alcance el más frío del año con 21.8°C en promedio. En un
variable sobre el medio natural y social (Jiménez et año, la precipitación promedio es de 1353 mm. El
al., 2016). Teniendo en cuenta este planteamien- mes más seco es diciembre, con 36 mm como pro-
to y los antecedentes anteriores, se desarrolló esta medio. En junio la precipitación alcanza su pico,

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con un promedio de 228 mm. La diferencia en la de Ramos (2010), en las que se realizan evaluacio-
precipitación entre el mes más seco y el mes más nes del comportamiento histórico de los incendios
lluvioso es de 192 mm. La variación en la tempera- forestales en lapsos de 10 años. Esto, debido a que
tura anual está alrededor de 5.7°C (Climate-Data. periodos muy grandes pueden cambiar la forma de
org., 2020). recoger las estadísticas y los métodos para la iden-
La provincia de Pinar del Río tiene un patrimo- tificación de las causas. También se consideraron
nio forestal de 461 197.60 ha, de las cuales están cuatro tipos de causas: rayos, negligencias, inten-
cubiertas de bosques 403 741.50 ha, lo cual re- cionales y desconocidas, con base en la clasifica-
presenta un índice de boscosidad del 45.36% si se ción de Ramos et al. (2009). En todos los casos se
incluye la superficie acuosa dentro del área geo- tuvieron en cuenta los elementos metodológicos
gráfica y 47.45% excluyendo esa superficie. Los desarrollados por Ramos (1999), según los cua-
bosques naturales ocupan un área de 289 437.70 les debe encontrarse el porqué de la ocurrencia
ha y las plantaciones establecidas 114 303.80 ha, de los incendios en un contexto espacio-temporal.
siendo la superficie deforestada de 18 212.10 ha En este caso los análisis se hicieron valorando los
y la inforestal de 27 945.90 ha. Existen además cuatro sub-periodos, los meses del año y los dife-
9226.70 ha de plantaciones jóvenes. Los bosques rentes tipos de vegetación.
de Pinus sp. ocupan 129 260.50 ha. Del total del
patrimonio forestal el 84.42% está bajo la admi- Índice de causalidad y media del área
nistración del Grupo Agroforestal, el 5.07% en el quemada por incendio
Establecimiento Provincial para la Protección de la
Flora y Fauna, el 3.60% en las Empresas Tabacale- La determinación del índice de causalidad se rea-
ras, el 2.32% en el Sector Cooperativo y Campesi- lizó con la ecuación 1 (Vélez, 2009).
no, y un 4.59% en otras entidades (Ministerio de la a

1 a ∑
Agricultura, 2018). c.nic
Ic = ∑ 1 (1)
Frecuencia de incendios y área quemada de a 1 ni
1975 a 2018 Donde:
Ic: índice de causalidad; c: coeficiente de peli-
La frecuencia de incendios y área quemada se grosidad específica de cada causa; nic: número de
analizó durante el periodo 1975-2018 y en cuatro incendios de cada causa en cada año; ni: número
sub-periodos: 1975-1985, 1986-1996, 1997-2007 de incendios en cada año; a: número de años.
y 2008-2018. También se analizó desde el punto La peligrosidad específica de cada causa puede
de vista espacial considerando cuatro tipos de ve- medirse por la eficacia para incendiar que cada
getación: Pinus sp., Eucalyptus sp., Casuarina sp. y una tiene, considerando al bosque en condicio-
otras latifoliadas. nes iguales para todas ellas. Los coeficientes de
cada causa fueron: 10 para intencionales, 5 para
Comportamiento periódico, estacional y las negligencias y 1 para rayos y desconocidas, los
espacial de las causas cuales han sido fundamentados por Ramos (1999)
para la provincia de Pinar del Río. La escala de
La evaluación del comportamiento periódico, es- peligrosidad establece que valores menores a 1 in-
tacional y espacial de las causas de los incendios dican peligrosidad muy baja, de 1 a 2.9 baja, de
forestales se desarrolló en un periodo de 44 años 3 a 4.9 moderada, de 5 a 6.9 alta y de 7 a 10 gra-
(1975-2018), dividido en cuatro sub-periodos de 11 ve. La media del área quemada por incendio es el
años cada uno, considerando las recomendaciones resultado de la división del número de hectáreas

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quemadas entre el número de incendios y es un nueve de los 44 años del análisis el área quema-
indicador que expresa la eficiencia del combate. da sobrepasó el promedio (1164.04 ha ± 1992.35;
Figura 1) debido a la ocurrencia durante esos
Obtención y análisis de datos años de grandes incendios que afectaron bosques
de Pinus sp. y Eucalyptus sp. El promedio anual de
Los datos relacionados con los incendios foresta- incendios para el período de estudio fue de 65.61
les referentes al periodo entre enero de 1975 y di- ± 26.50 ocurrencias al año. Con respecto al tipo
ciembre del 2018 fueron facilitados por la Jefatura de vegetación, el promedio anual fue de 972.50,
Provincial del Cuerpo de Guardabosques (CGB) 100.91, 14.30 y 795.74 ha quemadas para Pinus
de Pinar del Río. El procesamiento de la base de sp., Eucalyptus sp., Casuarina sp. y otras latifolia-
datos de incendios forestales de Pinar del Río se das, respectivamente. El 94.98% de la superficie
realizó con el Sistema Integrado para el Manejo de quemada en el periodo analizado corresponde a
Bases de Datos sobre Incendios Forestales (SIMB- zonas de Pinus sp. y Eucalyptus sp. En cuanto a los
DIF) versión 1.2 (Ramos 2002) y el análisis estadís- sub-periodos 1975-1985, 1986-1996, 1997-2007
tico con el programa SPSS Statistics for Windows y 2008-2018 ocurrieron en ellos 509, 707, 790
(version 22.0) (IBM Corp., 2013). Se trabajó con y 890 incendios, respectivamente; a la vez que
un nivel de significancia del 0.05 (P = 0.05) ex- se quemaron 4719.23, 6099.46, 22 278.22 y 18
cepto para el análisis de regresión en el que se uti- 120.84 ha, respectivamente. De un sub-periodo a
lizó un nivel de significancia del 0.01 (P = 0.01). otro aumentó tanto la cantidad de incendios como
La normalidad de los datos fue verificada con la de hectáreas quemadas, con la excepción del últi-
prueba estadística de Shapiro-Wilks. En todos los mo sub-periodo en el que hubo una disminución
casos, cuando los datos se ajustaron a la distribu- para el caso de las áreas quemadas con respecto al
ción normal, la diferencia entre las medias se pro- sub-periodo que le antecedió.
bó con un análisis de varianza, empleando para
la comparación de medias la prueba de Tukey al Comportamiento periódico de las causas
5%. Cuando la variable dependiente no se ajus-
tó a la distribución normal, la diferencia entre las Al analizar la tendencia de las ocurrencias, según
medias fue realizada con la prueba no paramétri- la causalidad durante el periodo 1975-2018 en
ca de Kruskal-Wallis, comparándose los pares de Pinar del Río, los incendios originados por negli-
medias con el empleo de la prueba post hoc de gencias mostraron un aumento significativo en el
Dunn al 5%. tiempo (r = 0.69; P < 0.01). Comportamiento simi-
lar mostró la intencionalidad (r = 0.34; P < 0.01)
aunque con valores menores. Por su parte, las cau-
RESULTADOS sas desconocidas mostraron una notable disminu-
ción (r = -0.49; P < 0.01) y los rayos mostraron
Frecuencia de incendios y área quemada de una leve tendencia a la disminución en el tiempo
1975 a 2018 (r = -0.05; P < 0.01; Figura 2).
Las ocurrencias de incendios para cada una de
En la provincia de Pinar del Río, durante el pe- las causas en los cuatro sub-periodos mostraron
riodo de 1975 a 2018, ocurrió un total de 2896 variación (Tabla 1), lo cual fue comprobado en el
incendios y se quemaron 51 217.75 ha. No se ob- caso de los tres primeros sub-periodos a través de la
servan tendencias para los valores totales anuales prueba estadística no paramétrica de Kruskal-Wallis
de incendios y de áreas quemadas, en ambos ca- (χ² = 31.399; p = 7.005x10-7 en el primer sub-pe-
sos altamente variables, destacando que solo en riodo, χ² = 27.468; p = 5.000x10-6 para el segundo

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Figura 1. Número de incendios (línea continua) y área quemada (barras) en la provincia de Pinar del Río
(1975-2018).

Nota: La línea segmentada indica la media anual de superficie afectada (1164.04 ha.año-1) para el período.

60 Rayos 120
Negligencias
Ocurrencias_de_incendios

Ocurrencias_de_incendios

50 100

40 80
R2 Lineal = 0,481
30 60

20 40

10 20

0 R Lineal = 0,002
2
0
1975

1985

1989

1996

2003

2010

2017

1975

1985

1989

1996

2003

2010

2017

Años Años
14 Intencionales 40 Desconocidas
Ocurrencias_de_incendios

Ocurrencias_de_incendios

12
10 30
R2 Lineal = 0,120
8
20 R2 Lineal = 0,242
6
4
10
2
0 0
1975

1985

1989

1996

2003

2010

2017

1975

1985

1989

1996

2003

2010

2017

Años Años

Figura 2. Tendencias principales por causas de incendios en Pinar del Río (1975-2018).

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sub-periodo y χ² = 25.243; p = 1.400x10-5 para el meses del periodo poco lluvioso (noviembre- abril)
tercero), con un análisis de varianza en el caso del con un máximo en abril, mientras que los incendios
cuarto sub-periodo (F = 23.769; p =6.518x10-7) en originados por rayos son más frecuentes durante los
el que no se consideraron las causas desconocidas primeros meses del periodo lluvioso (mayo-octubre)
pues en este no existieron. En cuanto a una misma con un valor máximo en julio, excepto en el último
causa, a través de los cuatro sub-periodos el análi- sub-periodo que el máximo se presentó en mayo
sis de varianza mostró que en el caso de los rayos con un pico secundario en julio.
no hubo diferencias entre las medias (F = 1.234; p En el caso de los rayos y las negligencias la prue-
= 0.310), lo cual no fue así para el caso de las ne- ba estadística no paramétrica de Kruskal-Wallis
gligencias (F = 13.803; p =2.521x10-6). Según la (Tabla 2) mostró diferencias entre las medias men-
prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis, también suales en los cuatro sub-periodos. Según los resulta-
fueron diferentes las medias obtenidas para cada dos de la prueba de Dunn, los meses cuyas medias
sub-periodo en el caso de las causas intencionales de incendios originados por rayos fueron similares y
(χ² = 9.992; p = 0.019) y desconocidas (χ² = 9.413; a la vez superiores a las de otros meses fueron mayo,
p = 0.009). En este último caso no se consideró el junio, julio y agosto, mientras que las negligencias
cuarto sub-periodo. se concentraron en los cuatro sub-periodos durante
los meses de febrero, marzo, abril y mayo, con la
Comportamiento estacional de las causas característica de que en los dos últimos sub-perio-
dos los valores medios obtenidos para enero fue-
Con respecto a las estaciones o épocas de incen- ron similares a los determinados para alguno de los
dios en Pinar del Río de 1975 a 2018 para cada una meses mencionados anteriormente. En el caso de
de las causas en los diferentes sub-periodos, la dis- los incendios originados de forma intencional, la
tribución de frecuencias a lo largo del año mostró prueba de Kruskall-Wallis demostró que en el pri-
que los incendios debidos a causas antrópicas (ne- mer sub-periodo no existió diferencia estadística
gligencias e intencionales) y desconocidas son sig- significativa entre las medias, mientras que en los
nificativamente más frecuentes durante los últimos otros sub-periodos si existió diferencia estadística.

Tabla 1. Distribución de las ocurrencias de incendios según las causas y los sub-períodos objeto de estudio, sus
valores medios ± desviación estándar (ds) con la respectiva comparación de medias de acuerdo a las pruebas
de Dunn (sub-periodos 1-3; intencionales y desconocidas) y Tukey (sub-periodo 4; rayos y negligencias), y los
porcentajes a través de los sub-periodos en Pinar del Río (1975-2018).

1975-1985 1986-1996 1997-2007 2008-2018


Causas
(No.) (media ± ds) (%) (No.) (media ± ds) (%) (No.) (media ± ds) (%) (No.) (media ± ds) (%)
Rayos 290 26.36 ± 13.44 a(x)
56.97 288 26.18 ± 12.22 a(x)
40.74 373 33.91 ± 11.12 a(x)
47.22 277 25.18 ± 11.23 a(x)
31.12

Negligencias 108 9.82 ± 6.01 b(x) 21.22 226 20.55 ± 8.60 a(x) 31.97 287 26.09 ± 14.76 a(x) 36.33 582 52.91 ± 27.26 b(y) 65.39

Intencionales 7 0.64 ± 1.02 c(x) 1.38 24 2.18 ± 1.88 b(y) 3.39 59 5.36 ± 5.74 b(y) 7.47 31 2.82 ± 2.13 c(y) 3.48

Desconocidas 104 9.45 ± 4.92 b(x) 20.43 169 15.36 ± 8.01 a(x) 23.90 71 6.45 ± 13.01 b(y) 8.99 0 0.00 ± 0.00 0.00

Totales 509 100.00 707 100.00 790 100.00 890 100.00

Nota: a-c medias en las columnas con la misma letra son estadísticamente iguales (P< 0.05). (x-y)
medias en las filas con la misma
letra entre paréntesis son estadísticamente iguales (P< 0.05).

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Aunque estas causas son más difíciles de enmarcar los rayos y las negligencias existen diferencias es-
en unos pocos meses, la mayoría ocurre en el primer tadísticas entre las medias de incendios de cada
semestre del año. Los valores medios mensuales de tipo de vegetación en los cuatro sub-periodos. La
las causas desconocidas fueron estadísticamente di- misma prueba demostró que las medias de los in-
ferentes para los dos primeros sub-periodos e igua- cendios originados en cada tipo de vegetación por
les para el tercero (Tabla 2). El cuarto sub-periodo causas intencionales en el sub-periodo1975-1985
no se analizó pues en el mismo no se reportaron fueron estadísticamente similares, contrario al
incendios por causas desconocidas, que tienen un resto de sub-periodos que fueron estadísticamen-
comportamiento similar al mostrado por negligen- te diferentes. En los dos primeros sub-periodos las
cias e intencionales. Esto ocurre porque todas ellas causas desconocidas mostraron medias diferen-
son, o bien negligencias, o bien intencionales, aso- tes para cada tipo de vegetación, de acuerdo a la
ciadas a las actividades humanas. Los rayos dejan prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis, mien-
una evidencia física fácil de identificar y ocurren tras que en el tercer sub-periodo (1997-2007) no
en otra época. Como se ha visto, los meses en que hubo diferencias estadísticas entre las medias. Si-
habitualmente se presentan los incendios origina- guiendo la prueba de Dunn, la mayor cantidad de
dos por cada una de las causas no han cambiado incendios producidos por rayos correspondió al
en el tiempo, sin embargo, sí lo hicieron los me- Pinus sp. en todos los sub-periodos, mientras que,
ses de mayor cantidad de incendios: si en el primer con respecto a las negligencias durante los dos
sub-periodo (1975-1985) la estación de incendios primeros sub-periodos, los valores más altos de
ocurría durante los meses de marzo a junio, en el incendios se registraron en los bosques de Pinus
último sub-periodo (2008-2018) esto se presentó de sp., y en el último sub-periodo la mayor cantidad
marzo a mayo. se registró en áreas con otras latifolias. En todos
los sub-periodos la mayor cantidad de incendios
Comportamiento espacial de las causas originados tanto de forma intencional como por
causas desconocidas fue reportada en las áreas
En el caso de las ocurrencias de incendios origi- de Pinus sp.
nados por las diferentes causas, según el tipo de De acuerdo con los resultados anteriores, los
vegetación en cada uno de los sub-periodos ob- incendios originados por rayos y negligencias ocu-
jeto de estudio, la prueba estadística no paramé- rrieron en cantidades diferentes en los distintos ti-
trica de Kruskal-Wallis (Tabla 3) mostró que para pos de vegetación durante los cuatro sub-periodos.

Tabla 2. Resultados de la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para la diferencia de las medias mensuales en
las ocurrencias de incendios originados por las diferentes causas, durante cada uno de los sub-periodos analizados
en Pinar del Río (1975-2018).

1975-1985 1986-1996 1997-2007 2008-2018


Causas
(χ²) (p valor) (χ²) (p valor) (χ²) (p valor) (χ²) (p valor)
Rayos 87.426 5.315x10 -14
82.937 3.980x10 -13
89.009 2.606x10 -14
72.404 4.255x10-11

Negligencias 55.676 5.826x10-8 79.226 2.082x10-12 79.762 1.640x10-12 93.605 3.266x10-15

Intencionales 10.522 0.484 21.079 0.033 20.271 0.042 39.542 4.300x10-5

Desconocidas 56.885 3.493x10-8 61.271 5.379x10-9 7.662 0.743 - -

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En el caso de las causas intencionales los valo- DISCUSIÓN


res fueron estadísticamente iguales en el primer
sub-periodo, pero diferentes en los otros tres. Lo El aumento de la actividad de los incendios fores-
mismo ocurrió para las causas desconocidas du- tales obtenido en la provincia de Pinar del Río de
rante los dos primeros sub-periodos. En el caso del 1975 a 2018 coincide con lo reportado por otros
tercer sub-periodo no hubo diferencia estadística autores. Según Álvarez (2001), de 1961 a 1998 la
entre las medias. Independiente de lo anterior, to- evolución temporal en España presenta una ten-
das las causas se presentan en mayor cantidad en dencia creciente, tanto en el número de sucesos
bosques de Pinus sp. como en la superficie quemada. En México, de
acuerdo con Cisneros-González et al. (2018), fuen-
Índice de causalidad y eficiencia del tes oficiales indican un incremento en los últimos
combate según las causas de incendios años en la ocurrencia de incendios y en la super-
ficie afectada. También en los bosques del noroes-
El índice de causalidad obtenido fue de 2.79, 3.58, te del Pacífico, Estados Unidos (Westerling, 2016),
3.39 y 3.88 para los sub-periodos 1975-1985, han aumentado más rápidamente la frecuencia
1986-1996, 1997-2007 y 2008-2018, respectiva- de incendios forestales y el área quemada en las
mente; valores que indican una peligrosidad baja dos últimas décadas. Autores como Bowman et al.
para el primer sub-periodo y moderada para el res- (2017) y North et al. (2015) relacionan el aumento
to. La media del índice de 1975 a 2018 fue de 3.41 en tamaño, gravedad y frecuencia de los incendios
por lo que los dos últimos sub-periodos se encuen- forestales al cambio climático y de uso de la tierra,
tran por encima de la media. El indicador muestra tendencias que hoy continúan.
una tendencia lineal al aumento, explicada en un La investigación realizada permitió evidenciar
74% de la varianza de los datos. la evolución de las causas de los incendios a través
Los valores de área quemada por incendio en del tiempo en la provincia de Pinar del Río, don-
cada sub-periodo son muy variables. No obstante, de el porcentaje de incendios originados por rayos
su tendencia exponencial, aunque explicada solo cambió de 56.97% en el sub-periodo 1975-1985
en el 58% de la varianza de los datos, fue al au- a 31.12% en el sub-periodo 2008-2018. Por su
mento, con valores de 9.31, 7.63, 26.97 y 20.36 parte, las ocurrencias originadas por negligencias
para los sub-periodos 1975-1985, 1986-1996, cambiaron en los mismos sub-periodos de 21.22%
1997-2007 y 2008-2018, respectivamente. a 65.39% y la intencionalidad de 1.38% a 3.48%.

Tabla 3. Resultados de la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para la diferencia de las medias de cada tipo
de vegetación en las ocurrencias de incendios originados por las diferentes causas, durante cada uno de los sub-
periodos analizados en Pinar del Río (1975-2018).

1975-1985 1986-1996 1997-2007 2008-2018


Causas
(χ²) (p valor) (χ²) (p valor) (χ²) (p valor) (χ²) (p valor)
Rayos 34.575 1.498x10 -7
34.861 1.303x10 -7
30.230 1.000x10 -6
32.965 3.276x10-7

Negligencias 24.018 2.500x10-5 22.783 4.500x10-5 25.780 1.100x10-5 22.967 4.100x10-5

Intencionales 4.102 0.251 10.112 0.018 16.467 0.001 17.937 4.530x10-4

Desconocidas 24.486 2.000x10-5 15.262 0.002 4.855 0.183 - -

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Ynouye-Francés, M., Ramos-Rodríguez, M. P., Martínez-Becerra, L. W., Cabrera-Reina, J. M., González-Rodríguez, R. y Duany-Dangel, A.

La evolución descrita coincide con lo obtenido hicieron adecuaciones y se empezó a generalizar


por Ramos et al. (2013) en la misma provincia du- este conocimiento en todo el territorio nacional.
rante el periodo 2002-2011, en el que los rayos En Pinar del Río la evolución de las causas trajo
provocaron el 39.26% de las ocurrencias de in- como consecuencia un cambio en la época de in-
cendios, correspondiendo el resto a causas de ori- cendios debido a que los rayos ocurren con mayor
gen humano tales como fumadores y limpieza de frecuencia durante la época lluviosa (mayo-octu-
terrenos, entre otras. Contrario a lo obtenido en Pi- bre), lo que hace a esta causa más eficiente para
nar del Río para el periodo objeto de análisis, en originar incendios durante mayo y junio, meses
un estudio realizado en Canadá, pese a existir di- en los cuales hay gran cantidad de combustibles
ferencias entre las ecozonas respecto a las tenden- muertos con bajos porcentajes de humedad. Las
cias en el número anual de incendios mayores a 2 negligencias, por su parte, son más frecuentes du-
ha, quizás los patrones más destacados incluyeron rante el periodo poco lluvioso (noviembre-abril),
la tendencia creciente en la ignición de rayos en alcanzando su mayor eficiencia para iniciar incen-
la mayoría de las ecozonas de 1959 a 2018 y la dios durante marzo y abril, meses que están al fi-
tendencia decreciente en la ignición humana en la nal de la época poco lluviosa. Este resultado se
mayoría de las ecozonas de 1981 a 2018 (Coogan corresponde con un estudio realizado en el Distri-
et al., 2020). En Europa cambió la causalidad de to de Lichinga, norte de Mozambique, que mues-
los incendios en el periodo de 1995 a 2010, dis- tra cómo los meses de septiembre y octubre, los
minuyendo los originados de forma intencional últimos de la estación seca, fueron los que regis-
del 71% en el período 1995-1999 al 56% en el traron el mayor número de incendios originados
período 2006-2010; los incendios por negligencia por causas antrópicas en todos los años estudia-
aumentaron del 22% al 33%, mientras que los in- dos (Mbanze et al., 2015). También en Colombia,
cendios accidentales aumentaron del 3% al 6% de durante el transcurso del año, los períodos en los
los eventos con causas conocidas en los períodos que más ocurren incendios de la cobertura vege-
mencionados (Ganteaume et al., 2013). tal son enero-febrero-marzo y julio-agosto-sep-
El hecho de que a partir del año 2002 dismi- tiembre, que coinciden con las fases mínimas del
nuyeran los reportes de incendios originados ciclo de lluvias de diferentes regiones del país
por causas desconocidas, haciéndose cero en el (Pabón-Caicedo, 2011). Este comportamiento está
sub-periodo 2008-2018, se explica por el traba- relacionado con el bajo contenido de humedad
jo que realizaron las brigadas de investigación de del combustible durante la sequía, particularmen-
causas de incendios forestales, creadas en el año te en combustibles vivos (follaje y ramas), que
2006, según Ramos et al. (2009). De acuerdo con desencadena la senescencia de las hojas y su des-
el Cuerpo de Guardabosques (CGB, 2012), antes prendimiento en los bosques de eucaliptos, y da
del año 2002 la determinación de las causas de como resultado un mayor número de cargas finas
los incendios forestales en Cuba se realizaba de de combustible en la superficie, lo que puede au-
manera intuitiva, a partir de la observación, la ex- mentar la tasa de propagación del fuego (Ruthrof
periencia y los conocimientos que sobre el área et al., 2016).
quemada tuviera el investigador. Es desde ese año Coincidiendo con los resultados obtenidos en
que, como parte del perfeccionamiento de esta ac- este trabajo y por los autores citados anteriormente
tividad, se incorpora a este proceso investigativo con respecto a la relación de la época de incendios
el Método de Evidencias Físicas, experiencia que con la época de sequía, también en el Distrito de
llega a Cuba a través de cursos dictados por es- Lichinga, norte de Mozambique, la superposición
pecialistas de España y Chile. Posteriormente, se de las ocurrencias de incendios con las variables

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Ynouye-Francés, M., Ramos-Rodríguez, M. P., Martínez-Becerra, L. W., Cabrera-Reina, J. M., González-Rodríguez, R. y Duany-Dangel, A.

meteorológicas mostró una gran influencia de es- menores precipitaciones, las cuales comienzan en
tas variables en la ocurrencia de incendios, debido, septiembre (Santos et al., 2019). En el Estado de Pa-
principalmente, a los períodos secos prolongados, raná, Brasil, de 2005 a 2010 la mayor cantidad de
reportándose en el 2010 un retraso en la ocurren- incendios ocurrió de junio a septiembre, asociado
cia de incendios dada la temporada de lluvias un esto a que los menores valores medios de precipita-
poco más larga (Mbanze et al., 2015). Al evaluar ción pluviométrica se presentaron durante los me-
las ocurrencias de incendios forestales en el Esta- ses de mayo, junio y agosto (Tetto et al., 2012).
do de Paraná, Brasil, en el periodo 2005-2010, se Con respecto al espacio, tipificado en esta inves-
obtuvo una fuerte correlación entre el número de tigación a través de cuatro tipos de vegetación, unas
ocurrencias de incendios y la precipitación (Tetto causas de incendios no evolucionaron de 1975 a
et al., 2012). Así mismo, al analizar la relación en- 2018, mientras que otras sí. En este contexto, la ma-
tre las precipitaciones y las áreas quemadas en Por- yor cantidad de incendios originados por rayos, de
tugal durante el período 1975-1992, se encontró forma intencional y por causas desconocidas se re-
que las precipitaciones durante el verano producen gistró en los bosques de Pinus sp., mientras que los
un decrecimiento de las áreas quemadas, especial- incendios originados por negligencias pasaron de
mente si estas ocurren en el comienzo de la época un mayor número en este tipo de vegetación duran-
de incendios (Viegas y Viegas, 1994). Estudiando la te los dos primeros sub-periodos, a otras latifolias
relación entre variables meteorológicas e incendios en el último sub-periodo. No obstante, siempre el
forestales en Pinar del Río, Cuba, en los meses de mayor porcentaje de ocurrencias se reportó en Pi-
mayor cantidad de ocurrencias de incendios y áreas nus sp. Coincidiendo con este resultado en Pinar
quemadas se registraron los valores medio más al- del Río, Cuba, y en Monte Alegre, Brasil, durante
tos de la velocidad del viento y los más bajos de la el periodo 1998-2001 se reportaron en Pinus sp.
humedad relativa y de la precipitación (Ramos et porcentajes de 67.03% y 31.62%, respectivamente,
al., 2017). En Monte Alegre, Brasil, y en Pinar del siendo la segunda especie más afectada en ambos
Río, Cuba, la época de incendios está fuertemente lugares el Eucaliptus sp. (Ramos y Soares, 2004).
relacionada con la distribución de la precipitación Resultado diferente fue obtenido en la región del
a lo largo del año. En el caso de Monte Alegre el Maule, Chile, de 1986 al 2012, donde los incendios
45.42% de los incendios ocurrieron durante el pe- se originaron principalmente en zonas de pastizal,
riodo de agosto a octubre, mientras que en Pinar seguidas por matorrales y plantaciones de Pinus
del Río el 56.54% de los incendios ocurrieron en el radiata D. Don. (Díaz-Hormazábal y González,
periodo de marzo a mayo (Ramos et al., 2013). Tam- 2016). También en Portugal y en España correspon-
bién en la región del Maule, Chile, de 1986 a 2012 dió a P. pinaster (5.9%) y Eucalyptus spp. (6.0%) el
la temporada de incendios inició a fines de invier- mayor porcentaje de parcelas del Inventario Fores-
no (agosto) culminando en otoño (mayo). La mayor tal Nacional quemadas para la Península Ibérica. En
parte de la ocurrencia de incendios (84%) y super- Portugal, el 12.0% y el 10.0% de las parcelas que-
ficie quemada (87%) se presenta en los meses esti- madas correspondieron a parcelas de P. pinaster y
vales de diciembre a marzo. El clima en la región de Eucalyptus spp., respectivamente, mientras que
está caracterizado por un período lluvioso invernal en España el porcentaje de parcelas quemadas para
y una estación seca de cuatro a seis meses (entre las mismas especies fue del 34% y del 11%, respec-
octubre y marzo) (Díaz-Hormazábal y González, tivamente (Nunes et al., 2019).
2016). De forma similar, en Londrina, Brasil, y en El aumento del área quemada por incendio de
Pisa, Italia, de 2005 a 2014 la época de incendios 9.31 en el sub-periodo 1975-1985 a 20.36 ha por
se ubicó de julio a septiembre. En ambas regiones, incendio en el sub-periodo 2008-2018, está rela-
julio y agosto se encuentran al final de la época de cionado con la ocurrencia en los últimos 22 años

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Ynouye-Francés, M., Ramos-Rodríguez, M. P., Martínez-Becerra, L. W., Cabrera-Reina, J. M., González-Rodríguez, R. y Duany-Dangel, A.

del periodo objeto de estudio de incendios que a los dos evaluadores anónimos, quienes enrique-
quemaron gran superficie de bosques, como los dos cieron este trabajo con sus sabias recomendacio-
que en 1999 quemaron más de 11 000 ha en total. nes, preguntas y observaciones.
En el período 1989-1996 fue reportado para Pinar
del Río un valor medio de 7.79 ha quemadas por
incendio (Ramos y Soares, 2004), similar al obteni- CONFLICTOS DE INTERÉS
do en esta investigación para el sub-periodo 1986-
1996. Durante el período 2002-2011 la media del Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
área quemada por incendio en Pinar del Río, Cuba,
fue de 18.90, valor similar al obtenido en esta inves-
tigación para los dos últimos sub-periodos y muy CONTRIBUCIÓN POR AUTOR
superior al obtenido para Monte Alegre, Brasil, que
fue de 0.46 ha por incendio (Ramos et al., 2013). M.Y.F y M.P.R.R. idearon la investigación, reali-
En Londrina, Brasil, y Pisa, Italia, durante el periodo zaron el procesamiento estadístico de los datos y
2005-2014 se reportaron valores medios de 1.67 y redactaron el documento. Todos los autores contri-
2.05 ha quemadas por incendio, respectivamente, buyeron a la recolección de los datos y la discu-
(Santos et al., 2019), los cuales son inferiores a los sión, y comentaron los borradores.
obtenidos en esta investigación.

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Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales–Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor/index

Artículo de investigación

Reducción de emisiones de carbono por deforestación


evitada en bosques del Espinal (Entre Ríos, Argentina)
Reduction of emissions by avoided deforestation in forests of Espinal
(Entre Ríos, Argentina)

Silvana María José Sione1* , Hernán Jair Andrade2 , Marcelo Germán Wilson3 ,
Leandro Javier Rosenberger1 , María Carolina Sasal3 , Silvia Gabriela Ledesma1
y Emmanuel Adrián Gabioud3

Sione, S. M. J., Andrade, H. J., Wilson, M. G., Rosenberger, L. J., Sasal, M. C., Ledesma, S. G. y Gabioud, E, A.
(2021). Reducción de emisiones de carbono por deforestación evitada en bosques del Espinal (Entre Ríos, Argen-
tina). Colombia Forestal, 24 (2), 39-51

Recepción: 17 de abril 2020 Aprobación: 7 de abril 2021

Resumen Abstract
Se estimó el carbono (C) almacenado en la bioma- We estimated the carbon (C) stored in the total ae-
sa aérea de bosques nativos del Espinal (Distrito del rial biomass of native forests of the Espinal (Ñan-
Ñandubay, provincia de Entre Ríos, Argentina) y la dubay District, Entre Ríos Province, Argentina) and
reducción de emisiones de CO2 por deforestación the reduction of CO2 emissions by avoided defo-
evitada. Se utilizó la información reportada en el Pri- restation. In this work, it was used the information
mer Inventario Nacional de Bosques Nativos del año reported in the First National Inventory of Native
2007. Los bosques del área evaluada almacenaban Forests from 2007. The forests from the evaluated
a 2007 un total de 54.48 Tg C, con un promedio de area stored a total of 54.48 Tg C, with an average
38.82 Mg.ha-1. En un escenario de deforestación cero of 38.82 Mg.ha-1. In a zero deforestation scenario
a partir del año 2020 se lograría una reducción de from 2020, an emission reduction of the order of
emisiones del orden de 17.7 Tg CO2 para el 2030, que 17.7 Tg CO2 would be achieved by 2030, represen-
representa un 3.7% de la meta nacional propuesta ting 3.7% of the national goal proposed by Argenti-
por Argentina de no superar, al año 2030, la emisión na not to exceeding, the net emission of 483 Tg CO2
neta de 483 Tg CO2 (Contribución Nacionalmente (Nationally Determined Contribution). The Espinal
Determinada). La conservación de los bosques del forests conservation also constitutes a mechanism
Espinal constituye, además, un mecanismo de gran with great potential to generate and commercialize
potencial para generar y comercializar créditos de C C credits according to the standards of the REDD +
según los estándares del mecanismo REDD+. mechanism.
Palabras clave: cambio climático, cambio de uso de Keywords: climate change, land use change, carbon
la tierra, carbono almacenado, conservación, eco- stock, conservation, forest ecosystems.
sistemas boscosos.

1 Universidad Nacional de Entre Ríos (Argentina), Entre Ríos, Argentina.


2 Universidad del Tolima (Colombia), Ibagué, Colombia.
3 Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Argentina.
* silvana.sione@fca.uner.edu.ar Autor para correspondencia.
https://doi.org/10.14483/2256201X.16166
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INTRODUCCIÓN beneficiar a países, comunidades y usuarios de es-


tos ecosistemas. A través de esta estrategia se bus-
Los bosques desempeñan una función decisiva ca que los bosques tengan un mayor valor en pie
para determinar la acumulación de gases de efecto al que tendrían talados, puesto que se crea un va-
invernadero (GEI) en la atmósfera. Al actuar como lor financiero del C almacenado en los árboles
sumideros de carbono (C) absorben el equivalente (García-Idárraga, 2013). Newton y Benzeev (2018)
a aproximadamente 2 000 millones de toneladas de y Pacheco et al. (2018) afirman que los compromi-
dióxido de carbono (CO2) cada año (FAO, 2018). sos de cero deforestación podrían apoyar la con-
El IPCC (2007) estima que los bosques tienen un servación de los bosques y la protección de los
potencial de mitigación de 2.7-13.8 Pg CO2.año-1 medios de vida rurales.
por su capacidad de capturar el CO2 atmosférico En Argentina, el sector forestal cumple un rol
durante el proceso de fotosíntesis, lo que supone primordial para lograr la meta de no superar la
para el año 2050 un almacenamiento potencial de emisión neta de 483 Tg CO2 al año 2030; meta es-
100 Pg C, que representa entre el 10% y el 20% tablecida en la Contribución Determinada a Nivel
de las emisiones de combustibles de origen fósil Nacional (NDC por sus siglas en inglés) en el mar-
previstas para ese año. Frente a este escenario, la co del cumplimiento de los objetivos del Acuer-
deforestación evitada, el manejo sostenible de los do de París. Según el último  Inventario Nacional
bosques nativos y la creación de nuevas áreas fo- de GEI (2017), la deforestación contribuye con el
restales representan importantes acciones a seguir. 14.5% de las emisiones totales del país (Programa
El cambio de uso de la tierra constituye una de Nacional ONU-REDD, 2019). Se estima que desde
las principales causas del cambio global. En las 1935 el país ha perdido cerca del 70% de sus bos-
últimas décadas, la degradación y conversión de ques a un ritmo de 230 000 ha.año-1 entre 1998
los bosques a otro tipo de coberturas ha contribui- y 2002, tasas que resultan mayores al promedio
do significativamente al aumento de las emisiones mundial (UMSEF, 2007). En el extenso territorio ar-
de GEI (IPCC, 2007). A fines de 2015, la 21ª Con- gentino, las causas, tipos y tasas de deforestación o
ferencia de las Partes (COP21) de la Convención degradación difieren según la zona ecológica. Esta
Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climá- situación hace necesario el desarrollo de esque-
tico (CMNUCC) consideró relevante el rol de la mas de intervención a ser abordados por la estrate-
agricultura, la deforestación y los usos del suelo en gia REDD+ y que tengan en cuenta las condiciones
las emisiones de GEI, responsables del 24% de las específicas de cada ecorregión. En este contexto,
emisiones globales (IPCC, 2020). se hace necesario contar con datos sólidos, con-
La estrategia de reducción de emisiones de- sistentes y específicos sobre la cobertura boscosa,
bidas a la deforestación y la degradación de los las emisiones y captura de C de las cubiertas fores-
bosques (REDD+), así como las funciones de la tales, y las dinámicas de deforestación, que deben
conservación, la gestión sostenible de los bosques ser medidos, monitoreados y reportados regular-
y el incremento de las existencias forestales de C, mente (Programa ONU-REDD, 2019).
resultarán cruciales para adoptar medidas a nivel El proceso de pérdida y degradación de los
mundial orientadas a combatir el cambio climático bosques nativos de Argentina condujo al gobierno
(FAO, 2018). La iniciativa REDD+, incluida en las nacional a regular su uso en función de su valor
agendas de la COP13 de la CMNUCC (UNFCCC de conservación a través de la Ley N° 26331/07
2007), busca además dar un vuelco al equilibrio de Presupuestos Mínimos de Protección Ambien-
económico hacia una gestión sostenible de los tal de los Bosques Nativos. La provincia de Entre
bosques para que sus valiosos bienes y servicios Ríos adhiere a esta legislación a través de la Ley N°
económicos, medioambientales y sociales puedan 10284/14, mediante la cual ordena sus bosques,

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pertenecientes a la provincia fitogeográfica del Es- el este y sur de Corrientes, y el noroeste y cen-
pinal. Los principales motores de la deforestación tro de Entre Ríos. La temperatura media anual va-
en esta región son los precios de los productos ría entre 18.8 oC y 20.1oC y la precipitación media
agrícolas, los cambios tecnológicos y el contexto anual oscila entre 1190 y 1270 mm. Los biomas
político y social. Sabattini et al. (2016) han estima- característicos son los bosques nativos semixerófi-
do, para una cuenca representativa del Espinal (En- los, caracterizados por un estrato arbóreo inferior a
tre Ríos), tasas anuales de deforestación del orden 6 m de altura. Prosopis affinis Sprengel (ñandubay)
de 1.07% en el período 2001-2011. y Vachellia caven Mol. (espinillo) son las espe-
Es prioritario cuantificar el C almacenado en los cies arbóreas dominantes (Sabattini et al. 2016).
bosques del Espinal a fin de contribuir en la defi- En Entre Ríos, como producto del avance de la fronte-
nición de estrategias de conservación que garan- ra agrícola, el Distrito del Ñandubay ha experimen-
ticen el mantenimiento de las reservas actuales y, tado una reducción en el área de bosques nativos.
con ello, la provisión de sus servicios ambienta- A principios del Siglo XX, Raña estimó 2 500 000
les. En este contexto, el objetivo de este trabajo fue ha de bosques nativos en la provincia (Muñoz et.
estimar el C almacenado en la biomasa aérea de al. 2005), alcanzando en el año 2007 una super-
los bosques nativos del Distrito del Ñandubay, pro- ficie de 1 404 128 ha (Secretaría de Ambiente y
vincia fitogeográfica del Espinal (Entre Ríos, Argen- Desarrollo Sustentable de la Nación, 2007).
tina) y la reducción de emisiones potenciales de
CO2 por deforestación evitada. Esta información Estimación de la biomasa aérea y el carbono
aportará herramientas clave para estimar los crédi- almacenado en el estrato arbóreo
tos de C potenciales en futuros proyectos REDD+
de la región. Se utilizó la información reportada en el Primer
Inventario Nacional de Bosques Nativos de Argen-
tina (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Susten-
MATERIALES Y MÉTODOS table de la Nación, 2007), específicamente para
el Espinal, Distrito del Ñandubay (Entre Ríos). En
este inventario se define a los bosques de ñan-
Área de estudio dubay (ecosistemas característicos del Distrito del
Ñandubay) como aquellos bosques xerófilos de
El trabajo se realizó en el área de bosques nati- ñandubay (P. affinis) o espinillo (V. caven) donde
vos de la provincia fitogeográfica del Espinal (En- dichas especies presentan un área basal superior a
tre Ríos, Argentina). Estos ecosistemas boscosos 2 m2.ha-1 y constituyen un estrato arbóreo superior
han sido tradicionalmente utilizados para la pro- de densidad variable, dando lugar a formaciones
ducción ganadera de cría bovina, constituyendo la desde abiertas a cerradas. El área basal promedio
base de los establecimientos agropecuarios. La ve- es de 6.1 m2.ha-1. Especies acompañantes pue-
getación presenta síntomas de alteración respecto den ser el algarrobo negro (Prosopis nigra Griseb.
a la vegetación prístina, propios del uso al que han Hieron.), quebracho blanco (Aspidosperma
sido destinados, derivados de los intensos proce- quebracho-blanco Schltdl.) y otras especies xe-
sos de colonización y de extracción de recursos rófilas. Dentro de los Bosques de Ñandubay, en
naturales en la región. función de su fisonomía, el inventario distingue ti-
El Espinal abarca 329 395 km2 y se divide en pos fisonómicos: por un lado, los bosques de ñan-
tres distritos, según sus formaciones vegetales: del dubay-espinillo (predominio de P. affinis o de V.
Ñandubay, del Caldén y del Algarrobo (Cabrera, caven, especies que contribuyen en más del 85 %
1976). El Distrito del Ñandubay se extiende por del área basal total), y por el otro, los bosques de

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Reducción de emisiones de carbono por deforestación evitada en bosques del Espinal (Entre Ríos, Argentina)
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ñandubay-espinillo con otras especies (bosques La distribución de las UMs fue del tipo sistemática,
de mayor densidad arbórea, con un estrato arbó- sobre los vértices de una grilla de 18 x 18 km (Se-
reo constituido por P. affinis o V. caven, que con- cretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de
tribuyen en menos del 85 % del área basal total, la Nación, 2007).
siendo frecuente que estas especies arbóreas xe- Para cada tipo fisonómico se estimó la biomasa
rófilas se entremezclen con otras más hidrófilas). por especie y por hectárea a partir de la ecuación 1:
A los fines del presente trabajo se consideró ade-
más la categoría bosques de ñandubay tipo par- Bi = Vi * GEi * FEBi Ecuación 1
que, reportada como “Otras tierras forestales”
en el inventario, referida a formaciones domina- Donde:
das por P. affinis y V. caven en un estrato herbá- Bi: biomasa aérea de la especie i (kg.ha-1); Vi:
ceo continuo, con valores medios de área basal volumen de la especie i (m3.ha-1); GEi: gravedad
de 2 m2.ha-1 (Secretaría de Ambiente y Desarrollo específica de la madera de la especie i (kg.m-3);
Sustentable de la Nación, 2007). FEBi: factor de expansión de biomasa de la espe-
La información utilizada para la estimación de cie i.
la biomasa aérea y el carbono almacenado la cons- Los valores de gravedad específica utilizados
tituyeron los datos de volumen por especie y total fueron 1050 kg.m-3 para P. affinis, 960 kg.m-3 para
(m3.ha-1) reportados en el inventario nacional para V. caven y 810 kg.m-3 para P. nigra (Atencia, 2003).
cada uno de los tipos fisonómicos descriptos, en la Para otras especies fue utilizado el valor prome-
provincia de Entre Ríos (Tabla 1). Esta información dio de gravedad específica de las cinco especies
ha sido generada a partir de muestreos de cam- acompañantes más frecuentemente presentes en
po, con una intensidad de 23 unidades de mues- estos bosques (720 kg.m-3). Se utilizaron valores
treo (UM) para el Distrito del Ñandubay. Cada UM de FEB de 3.7 para P. affinis (Sione et al., 2019a),
presentaba una superficie total de 1500 m2, con- 4.2 para V. caven (Sione et al., 2020a) y 4.9 para P.
formada por un conglomerado de tres parcelas nigra (Sione et al., 2020b).
circulares de 500 m2. A su vez, cada una de es- La biomasa arbórea aérea (Mg.ha-1) fue calcu-
tas parcelas estaba integrada por dos subparcelas lada como la sumatoria de los valores de biomasa
concéntricas de forma circular: una de 500 m2, en por especie para cada tipo fisonómico. La bio-
la que se registraron todos los individuos leñosos masa se convirtió a C aplicando el valor de 0.47
con dap ≥ 10 cm, y una subparcela de 12.5 m2, (Gasparri y Manghi, 2004; Sione et al., 2019b) y a
en la que se contaron y clasificaron por especie CO2 con la constante estequiométrica de 3.67.
y tamaño todos los renovales con dap < 10 cm.

Tabla 1. Volumen por especie y total (m3.ha-1) para a cada tipo fisonómico de bosques nativos del Espinal (Distrito
del Ñandubay, Entre Ríos, Argentina)

Volumen (m3.ha-1)
Tipo Fisonómico P. affinis V. caven P. nigra Otras especies Total
Bosques de Ñandubay-espinillo 17.54 5.59 - 3.37 26.50
Bosques de Ñandubay-espinillo con
5.84 2.45 10.73 8.28 27.30
otras especies
Bosques de Ñandubay tipo parque 4.38 2.10 - 0.62 7.10

Fuente: Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (2007, pp. 166-168).

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El C almacenado en el estrato arbóreo fue extra- La Aldea Santa María presenta una superfi-
polado a toda el área considerando la superficie del cie total de 10 040 ha, correspondiendo un 17%
Distrito del Ñandubay (Entre Ríos), ocupada por cada (1706.8 ha) a tierras ocupadas actualmente por
tipo fisonómico: Bosques de Ñandubay-espinillo bosques nativos con un alto grado de fragmenta-
(575 753 ha), Bosques de Ñandubay-espinillo con ción. Estos bosques han experimentado, al igual
otras especies (615 639 ha) y Bosques de Ñandubay que el resto del Espinal, un régimen de disturbios
tipo parque (212 736 ha). Finalmente, se calculó el intensos y continuos, tales como procesos de tala
valor medio ponderado de C almacenado (Mg.ha-1) selectiva, deforestación y producción ganadera,
en función de la participación relativa de cada tipo sin un manejo forestal y ganadero planificado.
fisonómico en el área total del Distrito del Ñandubay. Estas actividades han causado la reducción del
área cubierta por bosques nativos y la degrada-
Estudio de caso. Ensayo en Aldea Santa María ción de los relictos de bosques. El 69% de la su-
perficie presenta suelos Vertisoles, de acuerdo al
Además de la información obtenida a partir de los sistema de clasificación Soil Taxonomy (Wilson,
datos del inventario nacional, se efectuó un estu- 2007).
dio de caso en la localidad de Aldea Santa María Allí fue desarrollado un ensayo de campo a es-
(31º37´34´´ latitud S, 60º00´10´´ longitud O), perte- cala de lote. En el año 2012 se realizó un muestreo
neciente al Espinal, Distrito del Ñandubay. Esta lo- aleatorio simple, con seis muestras localizadas en
calidad es un área de conservación obligatoria de lotes ocupados por bosques nativos, los cuales se
suelos de la provincia de Entre Ríos, a la vez que encontraban a una distancia promedio de 2 km.
constituye un Sitio Piloto del Proyecto GEF3623 Estos bosques resultan representativos del área
(PNUD ARG/10/G49-PNUMA 4B85) de Incentivos evaluada respecto al estado de conservación e his-
para la Conservación de Servicios Ecosistémicos de toria de uso, siendo destinados desde principios
importancia global en la Argentina. Resulta de parti- del siglo XX a la actividad ganadera de cría bo-
cular interés la cuantificación del C almacenado en vina. En cada uno de los lotes se estableció alea-
los bosques de este Sitio Piloto a fin de contar con toriamente una parcela de 1000 m2 (100 x 10 m)
herramientas para la valoración del servicio ecosis- en las que se efectuaron mediciones en todos los
témico de captura y fijación de CO2 atmosférico. individuos arbóreos de diámetro basal ≥ 10 cm.

Tabla 2. Modelos de estimación de la biomasa arbórea y volumen aéreo utilizados para cada especie arbórea

Especie Modelo R2 Rango Fuente

Prosopis affinis "ñandubay" Ln(B) = -3.23+2.61*Ln(dab) 0.97 5 <dab< 35 cm Sione et al. (2019a)

Prosopis nigra "algarrobo


Va = 0.049 * dab2.78 0.98 1 <dab< 40 cm Conti et. al. (2008)
negro"

Vachellia caven "espinillo" Ln(B) = -3.70 + 2.83*Ln(dab) 0.97 5 <dab< 35 cm Sione et al. (2020a)

Nota: Ln: logaritmo natural; B: biomasa aérea (kg.árbol-1); dab: Diámetro del tronco a la base (a 30 cm desde el suelo); Va: volu-
men aéreo (dm3. árbol-1).

Fuente: Conti et al. (2018); Sione et al. (2019a; 2020a).

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Las variables medidas fueron: diámetro del tronco (período 2020-2030): un escenario de referencia,
a la base -dab-, a 30 cm desde el nivel del sue- donde se asume que la deforestación se mantiene
lo –d30-, diámetro del tronco a la altura del pecho en una tasa tasa anual de 1.07%, valor estimado
-dap- medidos con forcípula, altura de fuste me- en un área representativa del Espinal (Sabattini et
dida desde la base del tronco hasta la primera bi- al., 2016), con la consiguiente reducción en el al-
furcación, y altura total con vara telescópica. En macenamiento de C y aumento de las emisiones
cada parcela se estimó la densidad absoluta y re- (ecuación 3); y un escenario con proyecto, en el
lativa por especie, calculada esta última como el que se asume que el C se mantiene en la biomasa
porcentaje de individuos de cada especie arbórea aérea al evitarse la deforestación. Cabe destacar
sobre el total de individuos de la parcela. que este análisis no incluye los incrementos anua-
La estimación de la biomasa aérea se realizó les de biomasa ni las emisiones por degradación
aplicando modelos alométricos de volumen (P. forestal, y sólo se limita a estimar emisiones por
nigra) y de biomasa (P. affinis y V. caven) desarro- deforestación.
llados en la región del Espinal (Tabla 2).
100–D
Para individuos con diámetros basales fuera del Ci+1 = Ci * Ci+1 = Ci * –––––– Ecuación 3
100
rango de aplicación de los modelos alométricos, y
para individuos de otras especies arbóreas, la bio- Donde:
masa se estimó a partir de la ecuación 2. Ci+1: carbono almacenado en el año i + 1 (Gg
CO2) en el escenario de referencia, conside-
B = Vf * GE * FEB Ecuación 2 rando el área boscosa total; Ci: carbono alma-
cenado en el año i (Gg CO2); D: tasa anual de
Donde: deforestación (%).
B: biomasa aérea (kg.árbol-1); Vf: volumen La diferencia entre Ci+t y Ci permite estimar
de fuste (m3.árbol-1); GE: gravedad específica de la reducción anual del almacenamiento de C por
la madera (kg.m-3); FEB: factor de expansión de efecto de la deforestación. Se utilizaron los valores
biomasa. medios de C estimados en el presente trabajo para
Estas estimaciones permitieron cuantificar el el área total de bosques del Distrito del Ñandubay
peso seco de cada individuo arbóreo. Y a partir de y para el área boscosa de la Aldea Santa María.
la sumatoria de estos pesos individuales se deter- A partir de esta información se estimaron las
minó la biomasa seca total para cada parcela, que emisiones de CO2 por deforestación (aplicando la
luego fue extrapolada a hectárea. Se convirtió la constante estequiométrica de 3.67) con proyección
biomasa a C, utilizando el procedimiento indicado para el período 2020-2030. Estas emisiones se esti-
anteriormente. Finalmente se calculó la biomasa y maron considerando sólo la biomasa aérea. Cabe
el C almacenado en el área total de bosques de la destacar que, en Argentina, el método de sustitu-
Aldea Santa María (1706.8 ha). ción de bosques por tierras agrícolas consiste en el
volteo de la vegetación, formación de escolleras y
Emisiones de CO2 evitadas posterior quema, no contemplándose el uso de la
madera. Aunque esta madera fuera utilizada, el des-
El valor medio ponderado de C almacenado en los tino predominante es para leña, por lo que también
bosques (Mg.ha-1) se utilizó para estimar las po- se la puede considerar pérdida como depósito de
tenciales emisiones de C, debido a la conversión carbono. La emisión de CO2 se obtiene bajo el su-
de bosques nativos a otro tipo de cobertura (de- puesto de que el 100% de la biomasa deforestada
forestación). Se plantearon dos escenarios para la es transformada en CO2 por combustión y descom-
estimación de estas emisiones potenciales de C posición (Gasparri y Manghi, 2004). Las emisiones

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de C estimadas en este trabajo no contemplan el obtenido a partir de las reservas de C y del área
reemplazo de las áreas deforestadas por otra cober- ocupada por cada tipo fisonómico, resultó de
tura vegetal que capturen CO2 atmosférico, ni las 38.82 Mg.ha-1. En los bosques de Ñandubay-espi-
diferentes tasas de descomposición de la biomasa nillo y de Ñandubay tipo parque la mayor contri-
removida. bución a las reservas de C corresponde a P. affinis
Las estimaciones finales fueron transformadas a (70 y 64.4%, respectivamente), en tanto que P. ni-
Tg y Gg (1Tg= 1 000 000 t; 1 Gg= 1000 t). gra constituye la especie de mayor aporte (47.7%)
en los bosques de Ñandubay-espinillo con otras
especies (Tabla 3).
RESULTADOS
Emisiones de CO2 evitadas

Biomasa y almacenamiento de carbono Al año 2007, el distrito del Ñandubay presentaba


una reserva total de 54.48 Tg C en sus bosques,
Los valores de biomasa aérea variaron según el tipo lo que representa 199.9 Tg CO2 que fueron remo-
fisonómico. Los bosques de Ñandubay-espinillo y vidos de la atmósfera a lo largo de la existencia
los de Ñandubay-espinillo con otras especies presen- de estos ecosistemas. En el escenario con proyecto
taron valores de 96.03 y 88.26 Mg.ha-1, respectiva- se asume que esta reserva de C se mantiene en el
mente. Para los bosques de Ñandubay tipo parque se tiempo, dado que se conserva toda el área bosco-
estimaron valores significativamente inferiores (26.46 sa, evitando así emisiones de C a la atmósfera.
Mg.ha-1). Considerando la superficie ocupada por Las estimaciones efectuadas indican que en el
cada tipo fisonómico se obtuvo un promedio ponde- período 2007-2019 las reservas de C en los bosques
rado de 82.10 Mg.ha-1 para el Distrito del Ñandubay del Distrito del Ñandubay (provincia de Entre Ríos)
(provincia de Entre Ríos). En la Tabla 3 se presenta la se redujeron en 12.11% (6.6 Tg C), lo que equivale
contribución de las especies arbóreas a la biomasa a emisiones del orden de 24.2 Tg CO2 por defores-
total por hectárea, para cada tipo fisonómico. tación (escenario de referencia). En este contexto,
Las reservas de C en los bosques de Ñan- se espera que al 2030 las reservas de C sean de
dubay-espinillo y los de Ñandubay-espinillo con 42.5 Tg C, que resultan 21.9% menor respecto al
otras especies resultaron de 45.29 y 41.88 Mg.ha-1 año 2007. Analizando el período 2020-2030, de
respectivamente, en tanto que los Bosques tipo mantenerse la tasa de 1.07% de pérdida anual de
parque presentaron valores de 12.47 Mg.ha-1. bosques nativos, la reducción de las reservas de C
El promedio ponderado de C almacenado, serían de 4.83 Tg (0.48 Tg C.año-1 en promedio).

Tabla 3. Biomasa aérea total y por especie (Mg.ha-1) y carbono almacenado (Mg.ha-1) para cada tipo fisonómico de
bosques nativos del Espinal (Distrito del Ñandubay, Entre Ríos, Argentina)

Bosques de Ñandubay- Bosques de Ñandubay- Bosques de Ñandubay tipo


espinillo espinillo con otras especies parque
Biomasa C almacenado Biomasa C almacenado Biomasa C almacenado
(Mg.ha-1) (Mg.ha-1) (Mg.ha-1) (Mg.ha-1) (Mg.ha-1) (Mg.ha-1)
Prosopis affinis 68.15 32.03 22.70 10.67 17.04 8.01
Vachellia caven 22.54 10.60 9.86 4.64 8.44 3.97
Prosopis nigra - - 42.58 20.01 - -
Otras especies 5.33 2.66 13.12 6.56 0.98 0.49
Total 96.03 45.29 88.26 41.88 26.46 12.47

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Figura 1. Proyección del almacenamiento de carbono en la biomasa aérea de bosques nativos del Espinal (Distrito
del Ñandubay, Entre Ríos, Argentina) al año 2030, bajo las tasas de deforestación regionales (1.07% año-1). Las
áreas marcadas indican emisiones de CO2 que podrían reducirse por deforestación evitada.

Las emisiones potenciales de C en este período de- dab. En contraste, los menores valores para esta va-
bido a la deforestación serían de 17.7 Tg CO2, que riable correspondieron a V. caven (19.7 ± 1.3 cm).
podrían evitarse si se detuviera la deforestación P. affinis presentó dab promedios de 22.7 ± 4.4 cm.
(Figura 1). Los individuos de P. nigra presentaron los mayores
valores de altura total (6.2 ± 1.1 m en promedio).
Estudio de caso. Ensayo en Aldea Santa María P. affinis y V. caven presentaron alturas menores
(3.9 ± 0.7 m y 4.1 ± 0.8 m, respectivamente).
Los bosques evaluados responden al tipo fisonó- La estructura por clases diamétricas de los bos-
mico de Bosques de Ñandubay-espinillo con otras ques analizados fue heterogénea. El 64% de los
especies, dado que la contribución conjunta de individuos de P. affinis (313 individuos.ha-1) pre-
P. affinis y V. caven al área basal total resulta infe- sentaron un dab inferior a 25 cm. La mayoría de
rior al 85%, oscilando entre 17.6% y 84% en las los individuos de V. caven (85%) registraron dab
parcelas analizadas. inferiores a 25 cm, siendo la clase de 15-19.9 cm
La densidad arbórea media total de los bos- la más abundante (39%). La estructura diamétri-
ques evaluados fue de 528 individuos.ha-1, siendo ca resultó diferente en P. nigra, especie en la que
P. affinis la especie con la mayor densidad relativa, más del 60% de los individuos inventariados te-
seguida por P. nigra y V. caven (59.3; 18.3 y 12.9%, nían dab superiores o igual a 30 cm, con un 27.6%
respectivamente). Prosopis alba, C. ehrenbergiana y de los individuos con dap > 45 cm.
Geoffroea decorticans (Gill. ex Hook. & Arn.) Bur-
kart resultaron especies acompañantes que en con- Biomasa y almacenamiento de carbono
junto representaron el 9.5% de la densidad total.
P. nigra presentó los individuos de mayores diá- La biomasa aérea fue de 84.30 Mg.ha-1, resultando
metros, con valores promedios de 30.0 ± 5.6 cm de similar al valor obtenido a partir de la información

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del inventario nacional para el tipo fisonómico Emisiones de CO2 evitadas


Bosques de Ñandubay-espinillo con otras especies
(88.26 Mg.ha-1). P. nigra y P. affinis contribuyeron En el escenario de referencia, donde se asume que
con el 55% y 32%, respectivamente, mientras que se mantiene la deforestación a la tasa anual simula-
V. caven sólo contribuyó con el 7%. La biomasa da (1.07%), las reservas de C al año 2030 se reduci-
aportada por las especies acompañantes fue de rían un 17.6% respecto a las estimaciones efectuadas
5.4 Mg.ha-1. La mayor contribución de P. nigra a para el año 2012, alcanzando 55.7 Gg. Analizando
la biomasa total obedece a la mayor biomasa indi- el período 2020-2030, la disminución en las reservas
vidual de esta especie, la que resultó significativa- de C sería del orden de 6.3 Gg, por lo que se estima
mente mayor (p<0.05) respecto a las otras especies que en el escenario con proyecto se podría evitar un
(Figura 2). total de 23.2 Gg de emisiones de CO2 a la atmósfera
El C almacenado en la biomasa fue de 39,6 por deforestación evitada (2.3 Gg CO2.año-1).
Mg.ha-1, con una mayor contribución de P. nigra, la
cual resultó estadísticamente similar (p>0.05) a P.
affinis pero significativamente superior (p<0.05) a DISCUSIÓN
V. caven (Figura 2). El C almacenado en la bioma-
sa de especies acompañantes alcanzó 2.7 Mg.ha-1. Winjum et al. (1993) afirman que la biomasa ar-
Las especies de Prosopis y V. caven aportan el bórea de bosques naturales de 12 países, que
93.3% del total de C almacenado en la biomasa. representan aproximadamente el 60% de los eco-
Considerando el área cubierta por bosques na- sistemas boscosos del planeta (incluyendo bosques
tivos (1706.8 ha), las reservas totales de C en la boreales, templados y tropicales), almacena un to-
biomasa aérea son del orden de 67.6 Gg, que re- tal de 137.5 Pg C con una media de 47.4 Mg C.ha-1
presentan 248.1 Gg CO2. y un rango muy variable (15 - 126 Mg C.ha-1).

Figura 2. Biomasa aérea por especie y carbono almacenado en la biomasa arbórea por hectárea en bosques nativos
de la Aldea Santa María (Espinal, Distrito del Ñandubay, Entre Ríos, Argentina). Letras diferentes indican diferencias
significativas entre especies (Test LSD, P < 0.05). Las barras de error indican error estándar.

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En biomas forestales de distintas regiones del prevista en el marco del mecanismo REDD+, se
mundo, Pardos (2010) reportó valores dispares reducirían emisiones del orden de 17.7 Tg CO2
en el C almacenado y los agrupó en tres catego- (1.77 Tg.año-1). La reducción de emisiones por de-
rías: < 100 Mg C.ha-1 (bosques templados y va- forestación evitada en esta región representa un
lores medios de bosques europeos); entre 100 y 3.7% de la meta propuesta por Argentina de no su-
250 Mg C.ha-1 (algunos bosques de coníferas, bos- perar, al año 2030, la emisión neta de 483 Mt CO2
que tropical secundario y sistemas agroforestales) (483 Tg CO2), establecida en su Contribución Na-
y > 300 Mg C.ha-1 (bosques tropicales y bosque cional Planeada del año 2016.
de frondosas europeo). Los valores sensiblemen- En la provincia del Chaco se han estimado
te mayores de los bosques tropicales marcan una valores de emisiones de CO2 por deforestación.
clara diferencia del resto. Este autor considera que A partir de la pérdida de tierras forestales en el año
la estructura de las masas arbóreas, su composi- 2014 (18.563 ha) se estimaron emisiones anuales
ción de especies, los aprovechamientos de madera de 2.97 Tg CO2 (MAyDS, 2017). En Argentina, en
y los agentes destructores bajo los que han estado el marco de la etapa de preparación del mecanis-
sometidos los biomas podrían justificar las diferen- mo REDD+ se han estimado emisiones brutas de
cias encontradas. CO2 por deforestación para cada una de las re-
Los valores de biomasa aérea y de reservas de C giones forestales del país, a fin de estimar el Ni-
estimados en este trabajo para bosques del Espinal, vel de Referencia de Emisiones Forestales (NREF).
Distrito del Ñandubay (provincia de Entre Ríos), re- El NREF fue calculado como el promedio histó-
sultan inferiores a los obtenidos en otras regiones rico de emisiones de CO2 por deforestación para
forestales argentinas. Gasparri y Manghi (2004) el período histórico 2002-2013. En total se emi-
han estimado valores de biomasa aérea que osci- tieron 1.214 Mt CO2 en todo el período histórico.
lan entre 98.8 y 540 Mg.ha-1 (Parque Chaqueño La región del Parque Chaqueño representó la ma-
y Bosques andino-patagónicos, respectivamente), yor proporción de las emisiones totales en toda la
mientras que para las Selvas tucumano-bolivia- serie histórica (86%), mientras que la Selva Misio-
na y misionera estos valores resultan intermedios nera y el Espinal contribuyeron con 5% cada uno,
(173 y 266 Mg.ha-1, respectivamente). Las reservas y la Selva Tucumano Boliviana con sólo el 4%. El
de C para estas regiones varían entre 49.4 Mg.ha-1 NREF resultó de 101.4 Mt CO2 a ser aplicable du-
(Parque Chaqueño) y 270.1 Mg.ha-1 (Bosques andi- rante el período 2014-2018 (Programa Nacional
no-patagónicos). Por su parte, en bosques del Cha- ONU-REDD, 2019).
co Árido, Conti et al. (2014) estimaron que, en su
estado más conservado, la biomasa vegetal aérea
almacena 43.3 Mg C.ha-1. El Parque Chaqueño re- CONCLUSIONES
sulta la región con valores de biomasa y reservas
de C más próximos a los estimados en este traba- Los bosques nativos del Espinal (Distrito del Ñan-
jo. Esto obedece a su similitud con el Espinal, pues dubay, Entre Ríos) almacenaban, al año 2007,
ambas regiones forestales presentan bosques xeró- un total de 54.48 Tg C, con un promedio de
filos caducifolios con especies arbóreas en común. 38.82 Mg.ha-1. Estas reservas de C podrían conver-
Según las estimaciones obtenidas en el presente tirse en emisiones del orden del 17.7 Tg CO2 en el
estudio, si en el período 2020-2030 la superficie período 2020-2030, si las tasas de deforestación se
cubierta por bosques nativos en el Espinal (Distri- mantienen próximas al 1% anual. En este contex-
to del Ñandubay, provincia de Entre Ríos) se in- to, las áreas evaluadas tienen alto potencial para
volucrara en la opción de deforestación evitada ser incluidas en proyectos REDD+, potenciando la

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conservación del carbono en estos ecosistemas y, contribuyeron a la discusión y comentaron las ver-
con ello, apoyando las metas de reducción de emi- siones borradores.
siones del país.
Los resultados obtenidos podrían ser útiles
como estimados de emisiones ex ante en el plan- REFERENCIAS
teamiento de proyectos REDD+. Las estimaciones
realizadas se refieren sólo a emisiones de C por Atencia, M. E. (2003). Densidad de maderas (kg/m3) or-
deforestación, sin incluir la degradación fores- denadas por nombre común. INTI- CITEMA.
tal (aspecto que adolece de vacío de información Cabrera, A. L. (1976). Regiones fitogeográficas argenti-
para bosques en Argentina) ni el reemplazo de las nas. Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardi-
áreas deforestadas por otra cobertura vegetal que nería (2a ed.). ACME. S.A.C.I.
capture CO2 atmosférico. En este sentido, este es- Conti, G., Coirini, R. y Zapata, R. (2008). Funciones de
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do prioritario dar continuidad a investigaciones en (algarrobo amarillo) en un Bosque del Espinal San-
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Conti, G., Pérez-Harguindeguy, N., Quetier, F., Gorné,
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tos y redactaron el manuscrito. Todos los autores IPCC sobre el cambio climático, la desertificación,

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ral]. Universidad de La Coruña. key forest nations. Water Air Soil Pollution, 70, 19-38.
https://doi.org/10.1007/BF01105000

Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 39-51
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Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales–Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor/index

Artículo de investigación

Series de clima en anillos de Aspidosperma polyneuron Müll.


Arg. y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
Climate series in rings of Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. y
Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels

Ana María Briceño-J1* y Jesús Orlando Rangel-Ch1

Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O. (2021). Series de clima en anillos de Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. y
Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels. Colombia Forestal, 24(2), 52-64.

Recepción: 7 de mayo 2020 Aprobación: 9 de abril 2021

Resumen Abstract
Se analizó la dinámica de crecimiento de The growth dynamics of Aspidosperma polyneuron
Aspidosperma polyneuron y Anacardium excelsum, and Anacardium excelsum species that grow in the
especies que crecen en el bosque seco tropical en el tropical dry forest of the Cesar department were
departamento del Cesar. Se utilizaron técnicas den- analyzied. We used dendrochronological tech-
drocronológicas y modelos de regresión (Clench, niques and regression models (Clench, Negative
Exponencial negativa, Logístico y Gompertz). Los Exponential, Logistic and Gompertz). The results
resultados obtenidos muestran que los anillos de A. obtained show that A. polyneuron rings allowed to
polyneuron permitieron construir una cronología de build a chronology of 161 years (1854-2014) and
161 años (1854-2014) y los de A. excelsum de 128 the rings of A. excelsum a chronology of 128 years
años (1887-2014). El crecimiento de A. polyneu- (1887-2014). The growth of A. polyneuron showed
ron mostró una respuesta positiva con la precipita- a positive growth with spontaneous rain in the dry
ción espontánea en los meses secos, mientras que months and A. excelsum with the rainiest months.
A. excelsum la mostró en los meses más lluviosos. Temperature and SOI did not show correlations with
La temperatura y el SOI (Índice de Oscilación Sur) growth. The rings of A. polyneuron and A. excelsum
no mostraron correlaciones con el crecimiento. Los documented local climatic variations, but not global
anillos de A. polyneuron y A. excelsum documenta- as SOI. According to the regression models, the two
ron variaciones climáticas locales pero no globales, species will take more than 100 years to reach the
como el SOI. De acuerdo a los modelos de regresión maximum diameter, so it is necessary to think about
las dos especies tardarán más de 100 años en alcan- the conservation of the species and the avoided
zar el diámetro máximo, por lo que es preciso pensar deforestation.
estrategias para la conservación de las especies y la Keywords: growth rings, tropical dry forest, Colom-
deforestación evitada. bian Caribbean, precipitation, temperature, SOI.
Palabras clave: anillos de crecimiento, bosque seco tropi-
cal, caribe colombiano, precipitación, temperatura, SOI.

1 Instituto de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.


* ambricenoj@unal.edu.co. Autora para correspondencia.
https://doi.org/10.14483/2256201X.16166
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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

INTRODUCCIÓN la lista de especies de las que se ha documenta-


do la manifestación de crecimiento anual de los
El monto anual de la lluvia y su régimen de distri- anillos (Groenendijk et al., 2014; Tomazello-Filho
bución influyen en la composición florística y en et al., 2000, 2009) con importantes implicaciones
la estructura y arquitectura de la vegetación, como para la ecología y el manejo forestal (Stahle et al.,
se ha mencionado en la caracterización de la ve- 1999). Estas estimaciones han considerado la rea-
getación de varias regiones naturales de Colom- lización de modelos matemáticos de crecimiento
bia (Minorta-C. et al., 2019; Rangel-Ch., 2012). de las especies como von Bertalanffy, y en espe-
Bajo un escenario de cambio climático, un des- cial de especies con valor comercial por su im-
mejoramiento en los patrones de lluvia (montos y plicación en el sector maderero (Del Valle, 1997).
régimen de distribución) tendría efectos drásticos Respecto al manejo forestal del crecimiento de las
sobre la vegetación natural y los cultivos agríco- especies, este ha sido descrito mediante modelos
las, especialmente en las regiones secas. Las va- matemáticos en los que la mayoría de los estudios
riaciones en la temperatura superficial del mar en sobre los modelos en el trópico se han concen-
el océano Pacífico, por ejemplo, se manifiestan trado en especies foráneas y nativas cuya made-
en anomalías que afectan la dinámica del clima ra tiene valor comercial (Del Valle, 1997), como
continental, especialmente en la franja tropical es el caso de: Gmelina arborea Roxb., Acrocarpus
(Fedorov y Philander, 2000), donde se producen fraxinifolius Arn., Tectona grandis L.f. (Muñoz et al.,
periodos muy lluviosos con descensos de la tem- 2009), Ochroma pyramidale (Cav. ex Lam.) Urb.,
peratura o periodos con escasas lluvias y aumentos Ochroma lagopus Sw; (Suatunce et al., 2009), Ter-
de la temperatura. Estos fenómenos se denominan minalia amazonia (J.F.Gmel.) Exell, Hieronyma al-
La Niña y El Niño y se les ha asociado al Índice de chorneoides Allemӑo, Vochysia ferruginea Mart. y
Oscilación del Sur (SOI) (Bendix et al., 2011). Vochysia guatemalensis Donn. Sm. (Arias, 2005).
Con base en la información disponible para el En la región del Caribe colombiano, las áreas
último siglo, desde 1970 se ha registrado una ma- con bosque seco tropical se caracterizan porque la
yor cantidad de años en los cuales las condiciones evapotranspiración potencial supera a la precipi-
del fenómeno del Niño están presentes (Berliner, tación durante la mayor parte del año (Rangel-Ch.
2003; Malhi y Wright, 2004). En Colombia la ma- y Carvajal-Cogollo, 2009). Estos bosques, afecta-
nifestación de este fenómeno provoca la disminu- dos por el déficit hídrico, son muy sensibles a los
ción de la precipitación con menor disponibilidad cambios en los montos y en los regímenes de dis-
de agua y periodos intensos de sequía (Rangel-Ch. tribución en las lluvias, y sus condiciones desfa-
y Carvajal-Cogollo, 2009). vorables se agudizan cuando se presentan sequías
Las relaciones entre las variaciones de los pará- severas (Rangel-Ch. y Carvajal-Cogollo, 2009).
metros climáticos, como la precipitación y la tem- Entre las especies arbóreas de importancia por su
peratura, influyen en el crecimiento de las especies dominancia en la vegetación de la zona de estu-
arbóreas. Dicha relación puede ser documentada dio figura Aspidosperma polyneuron Muell. Arg.,
mediante técnicas dendrocronológicas (Hughes, de amplia distribución en Suramérica. En Colom-
2011) que tienen como uno de sus objetivos prin- bia tiene presencia en el Caribe, alrededor de los
cipales la reconstrucción del clima pasado. Una complejos cenagosos de Zapatosa y el Sur del Ce-
condición apropiada para realizar estos estudios y sar, y en la parte baja de la Serranía de Perijá, ex-
analizar las variaciones del clima es la formación tendiéndose en algunos casos al sector norte del
de anillos de crecimiento anuales (Oliveira et al., valle del río Magdalena. Dado que esta especie
2009; Pereyra et al., 2014). Si tomamos el caso de es explotada en exceso por el sector maderero
las regiones tropicales, vemos que ha aumentado para la construcción de vivienda y en ebanistería

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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

para la construcción de muebles y pisos, las po- ácidos, en la textura predominan las condiciones:
blaciones actuales están seriamente amenazadas arcillosa, franco-limosa y arenosa-franca, y el pH
debido a la reducción drástica de su hábitat ori- fluctúa entre 4.1 (muy ácido) y 9.9 (alcalino); ade-
ginal. Es por esto que, dentro del plan de conser- más, la capacidad de intercambio catiónico está
vación y manejo de la especie, la Corporación entre muy baja a baja y son muy bajos los conteni-
Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) la ha dos de Carbono, Magnesio y Potasio (Rangel-Ch. y
categorizado en peligro, pues el 60% de su locali- Carvajal-Cogollo, 2012a).
dad en Colombia ha tenido una explotación inten- El tipo de clima de Valledupar (estación: Aero-
sa (Rodríguez, 2015). Por otra parte, Anacardium puerto Alfonso López, 10°26’N, 73°15’W,
excelsum se distribuye desde Costa Rica hasta 138 m de altitud.), según la clasificación de Thorn-
Brasil y en Colombia desde áreas húmedas en las thwaite, es DS2A’, semiárido con marcada defi-
serranías del Chocó biogeográfico hasta zonas se- ciencia de agua en la época más seca (diciembre
mihúmedas en sectores del Parque Nacional Tayro- a marzo), y megatermal, con un valor máximo
na y los Montes de María (Córdoba). En la región de evapotranspiración potencial (ETP) en marzo
andina, además, forma bosques homogéneos que (Rangel-Ch. y Carvajal-Cogollo, 2012b). El mon-
se establecen en las orillas de quebradas y ríos. Sin to anual de las precipitaciones en la serie de 1970
embargo, debido a que su madera tiene una alta a 2013 fue de 997.2 mm con promedio mensual
demanda para la elaboración de canoas, muebles de 82.8 mm y una temperatura media de 29°C
sencillos, cajas livianas, construcción de viviendas (Figura 1a). El régimen de precipitación es bimo-
rurales, carpintería, ebanistería y pisos, su explota- dal-tetraestacional. Los periodos lluviosos de ma-
ción ha diezmado extensos territorios, como es el yor intensidad van de agosto a noviembre y de
caso en las poblaciones de la Serranía del Darién mayo a junio; los meses de mayor pluviosidad son
y en la región tropical andina (Rangel-Ch., 2012). mayo (169 mm) y octubre (197mm). El periodo
Por lo anterior, esta investigación tuvo como seco de más intensidad va de diciembre a abril,
objetivo: i) analizar el crecimiento radial y su re- con el valor más bajo en febrero (Figura 1b).
lación con las variables climáticas (temperatura y Para el caso de Aguachica (estación: Aguas Cla-
precipitación) y el impulsador climático del fenó- ras, 8°15’N, 73°37’W, 208 m de altitud), según
meno El Niño Oscilación del Sur (ENSO), docu- la clasificación de Thornthwaite, el tipo de clima
mentado en el SOI, y ii) proponer un modelo de es DS2A’, semiárido con deficiencia de agua en
crecimiento radial para Aspidosperma polyneuron la época más seca (diciembre a marzo). El mon-
y Anacardium excelsum en el bosque seco tropical. to anual de precipitación para el periodo de 1974
a 2013 fue de 1364.3 mm con promedio men-
sual de 113.8 mm y una temperatura promedio de
MATERIALES Y MÉTODOS 28.3 °C (Figura 1c). El régimen de precipitación es
unimodal-biestacional. El periodo lluvioso va de
Zona de estudio abril a octubre; septiembre es el mes más lluvio-
so (Rangel-Ch. y Carvajal-Cogollo, 2012b). El pe-
La fase de campo se realizó en la hacienda Río riodo seco va de noviembre a marzo, con el valor
de Janeiro (Valledupar, Norte del departamento más bajo en enero (Figura 1d).
del Cesar, 10°31’04.3’’N, 73°10’38.6’’W) y en el Muestreo. Tanto de A. polyneuron –en la reser-
sector de la Bocatoma (Aguachica, Sur del Cesar, va Río de Janeiro– como de A. excelsum –en la
08°21’11.5’’N, 73°34’46.4’’). En la zona de estu- Bocatoma– se colectaron 45 rodajas basales: este
dio los suelos son moderadamente profundos y número fue considerado porque superaba el valor

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29,5

Temperatura (°C)
Precipitación (m

Precipitación (
1200
29 1
1000
28,5
800
28 1
Series de clima en anillos de Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
600
27,5
Briceño-J. A.M. y Rangel-C
400h, J.O. 27
200 26,5
0 26
1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010
a. b.
250 2500 30,5 30
1800 31

1600 30,5 30,0 29,5

200 2000

Precipitación (mm)
1400 30 29,5 39
Precipitación (mm)

Temperatura (°C)

Precipitación (mm)
1800 31 29,5 2500 30

Temperatura (°C)

Temperatura (°C)
28,5

(mm) (mm)
1200 29,0
1600 30,5 29 150 1500 29,5
1000 28,5 28
2000

Precipitación
1400 30 28,5 39
Precipitación (mm)

800 28,0 27,5


29,5 28 1000

Temperatura (°C)

Temperatura (°C)
1200 100 28,5

Precipitación
600 1500 28
29 27,5 27,5
1000 28
400 28,5 27 500 26,5
27,0
27,5
800 50
200 28 1000 26
26,5 26,5
600 28
0 27,5 26 0 25,5
400 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 0 1971 1979 1981 1989 1991 1999 2001 26,0
26,5
2009
27 500 E F M A M J J A S O N D
200 26,5 26
250 30,5 200 30,00
0 26 0 25,5
c.1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 30,0 d. 1971 180 1979 1981 1989 1991 1999 2001 2009
29,50
200 160
250 30,5 29,5 200 30,00
2500 30 29,00

Temperatura (°C)

Temperatura (°C)
Precipitación (mm)
31
140
(mm)(mm)

30,0 29,0 180


30,5 29,5 29,50
150 28,50
200 160 120
30 2000 29,5 28,5
39
Precipitación

29,00
Temperatura (°C)

Temperatura (°C)
Precipitación (mm)
140 100 28,00
Precipitación (mm)

29,5 29,0 28,0


Temperatura (°C)

Temperatura (°C)
28,5
100
Precipitación

150 80 28,50
29 1500 120 27,50
28,5 27,5
28
28,5 100 60 28,00
28,0 27,0
27,5 27,00
28 100 50
1000 40
80 27,50
27,5 28
26,5
27,5 26,50
60 20
27,0 26,5 27,00
27 0
50500 26,0 40
E F M A M J J A S O N D 0 26,00
26,5 26 E F M A M J J A S O N D
26,5 26,50
20
26 0 0 26,0 25,5
E F M A 1981M J J A S 1999O N D 2009 0 26,00
1971 1979 1989 1991 2001 E F M A M J J A S O N D

30,5 200 30,00


Figura 1. a. Fluctuación interanual de la precipitación estación Aeropuerto Alfonso López, Valledupar; b. Promedio
30,0 180
29,50
29,5
de las160lluvias mensuales para el periodo 1970-2013; c. Fluctuación interanual de la precipitación estación Aguas
29,00
Temperatura (°C)

Temperatura (°C)

140 Aguachica; d. Promedio de las lluvias mensuales para el periodo 1974-2011.


Claras,
Precipitación (mm)

29,0
28,50
120
28,5
Nota:100precipitación (barras azules) y temperatura (líneas negras).
28,00
Las líneas horizontales representan el promedio histórico.
28,0
80 27,50
27,5
60

límite40 de 40 rodajas basales utilizados en otros es- Construcción de las cronologías. Para la me-
27,0 27,00

26,5
tudios20 dendrocronológicos (y por la disponibilidad
26,50
dición de los anillos se utilizó una lupa estereos-
26,0
de muestras
0
E F enM las
A zonas
M J de
J estudio).
A S O Las
N rodajas
D
26,00
cópica AmScope SW-3T24Z acoplada a una mesa
fueron pulidas con lijas de diferente granulometría de medición Velmex TA4021H1-S6, con una pre-
(36, 50, 80 y 120) para posibilitar la correcta visua- cisión de 0.001 mm. Para verificar los errores en la
lización y la marcación de los anillos de crecimien- datación de los anillos de crecimiento se utilizó el
to. Se comprobó que en ambas hubo dificultades programa COFECHA con los estadísticos interco-
para identificar sus anillos de crecimiento, situa- rrelación de la serie (valor crítico 0.32) y sensibili-
ción que ocurre en algunas especies tropicales que dad media (Grissino-Mayer, 2001; Holmes, 1983).
reflejan condiciones climáticas locales y eventos La estandarización de los anillos de crecimiento
ecológicos particulares. Por ello, para determinar se realizó empleando el programa ARSTAN (Cook,
un fechado inicial, se identificaron secciones don- 1985) con una curva exponencial negativa que
de se encontraron anillos estrechos en cada una transforma las mediciones de los anillos en índices
de las rodajas, a los que vinculó con años secos, y de crecimiento. Este programa reduce la variación
mayores amplitudes en los anillos de crecimiento interanual causada por la tendencia biológica de
se relacionaron con años lluviosos. formar anillos más angostos en la senectud y los

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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

disturbios endógenos, y maximiza el porcentaje de (versión 4.3) (Guisande et al., 2014) con los mode-
varianza común en el ancho de los anillos entre los de regresión para variables dependientes cuan-
las series. También se evaluó: el intervalo común titativas mediante funciones no lineales (Clench,
óptimo, que se refiere al mayor período de tiempo Exponencial negativa, Logístico y Gompertz). Al
con el máximo número de series de índices de cre- escoger el mejor modelo se tuvo en cuenta la nor-
cimiento; la correlación media entre radios, entre malidad de los residuos, el mayor valor del coefi-
árboles, dentro de árboles y de cada radio con la ciente de determinación, el menor error estándar
cronología media; la relación señal-ruido, enten- residual y el menor número de iteraciones.
dida como la robustez de la señal común observa-
da entre los árboles que componen la cronología;
y la señal expresada de la población (EPS), que es RESULTADOS
la concordancia con la cronología poblacional,
encargada de cuantificar el grado de representa- Cronologías
ción de la cronología obtenida (Briceño-J. et al.,
2016; Speer, 2010). Aspidosperma polyneuron. De las 45 rodajas, 38
Relación entre el índice de crecimiento y las fueron seleccionadas y 7 presentaron dificultades en
variables ambientales. Se calculó el coeficien- la datación para encontrar el límite del anillo de cre-
te de correlación de Pearson entre las variables cimiento, pues los anillos se agrupaban impidiendo
climáticas con fluctuación mensual y los índices la medición y su seguimiento alrededor de la rodaja
de crecimiento de los anillos. La relación estadís- no fue posible. Se midieron, a su vez, 2 radios por
tica entre el ancho del anillo y las variables cli- cada rodaja. Como resultado, la datación con el pro-
máticas se examinó para el periodo común entre grama COFECHA permitió construir una cronología
la cronología de los anillos de crecimiento y los entre 1854 y 2014 (161 años) con una inter-correla-
datos instrumentales de precipitación y tempera- ción de la serie de 0.46 entre series y una sensibili-
tura. Como el crecimiento en un año dado puede dad media de 0.36. El mayor número de series fue
estar influenciado por las condiciones climáticas 50 a partir de 1955, ya que el 65% de las muestras
del año previo, el periodo de comparación ana- permitió esta amplitud de la cronología; el valor de
lizado comprendió 24 meses (enero-diciembre) EPS se estabilizó en 0.76 a partir de 1894 (Figura 2a).
(Briceño-J., 2017). Esto se realizó con el fin de te- Anacardium excelsum. Se seleccionaron 27 de
ner un registro climático más amplio y poder rea- las 45 rodajas y se descartaron 18 que mostraron
lizar así las comparaciones ambientales con los manchas en las secciones impidiendo la correcta
índices de crecimiento de las especies. visualización y el marcaje de los anillos; además
Para el SOI se calculó la correlación entre el revelaron algunos radios con anillos comprimi-
crecimiento anual y los valores estimados por la dos y radios con leño de reacción. Estas 18 ro-
National Oceanic and Atmospheric Administra- dajas presentaron problemas en la datación, con
tion (NOAA) en un periodo común desde ene- inter-correlación entre la serie por debajo de 0.32.
ro a diciembre usando el programa RWizard La cronología cubrió un periodo de 128 años, de
(Guisande et al., 2014). Se consideraron niveles de 1887 a 2014. La inter-correlación entre series fue
significancia (*, p<0.05; **, p<0.01 y ***, p<0.001) de 0.45 con una sensibilidad media de 0.41.
(Briceño-J., 2017). El mayor número de series fue de 27 a partir
Modelos de crecimiento. Para obtener la fun- de 1992 (100% de las rodajas estudiadas) y el va-
ción matemática que representó el crecimiento lor de EPS se estabilizó en 0.72 a partir de 1995
de las especies, se utilizó el programa RWizard (Figura 2b).

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a.
3,0
3,0

crecimiento
2,5

decrecimiento
2,5

2,0

series
2,0

deseries
anillosde

Númerode
1,5
losanillos

1,5

Número
delos

1,0
1,0
Índicede
Índice

0,5
0,5

0,0
0,0

b.
crecimiento
decrecimiento

series
deseries
anillosde

Númerode
losanillos

Número
delos
Índicede
Índice

Figura 2. a. Cronología de Aspidosperma polyneuron (periodo 1856-2013) en Río de Janerio, Valledupar; b. Cronología
de Anacardium excelsum (periodo 1887-2014) en la Bocatoma, Aguachica.

Nota: el área gris representa el número de series de la cronología y la línea roja el valor del EPS.

Marcha anual de las variables climáticas y la enero tuvo una correlación negativa con significan-
formación de los anillos de crecimiento cia estadística (r=-0.39, p<0.01) y el SOI mensual no
mostró valores significativos (Figura 3a).
Aspidosperma polyneuron. El crecimiento mostró Anacardium excelsum. El crecimiento mostró valo-
valores de correlación positiva (estadísticamente sig- res significativos positivos con la precipitación de octu-
nificativos) con la precipitación de enero (r=0.55, bre (r=0.32, p<0.05) del año previo a la formación
p<0.001), de abril (r=0.34, p<0.05) y de julio (r=0.33, del anillo de crecimiento y con la de marzo (r=0.54,
p<0.05) del año anterior a la formación del anillo de p<0.01) del año de formación del anillo de crecimien-
crecimiento. Por el contrario, las correlaciones fue- to; expresión similar se obtuvo con la temperatura del
ron negativas con noviembre (r=-0.39, p<0.01) y di- mes de octubre (r= 0.32, p<0.05). Con relación al SOI,
ciembre (r=-0.29, p<0.05) del año de formación del los valores de los anillos de crecimiento no mostraron
anillo de crecimiento (Figura 3a). La temperatura de relación significativa (Figura 3b).

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Series de clima en anillos de Aspidosperma polyneuron Müll.Arg. y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

a.

b.

Figura 3. a. Correlación de los índices de crecimiento de Aspidosperma polyneuron en Río de Janeiro, Valledupar;
b. Correlación de los índices de crecimiento de Anacardium excelsum en la Bocatoma, Aguachica.

Nota: las barras azules indican la precipitación del año anterior, las rosadas la precipitación del año actual, las amarillas la tem-
peratura y las negras el SOI.

Modelos de crecimiento de Lilliefors (Kolmogorov-Smirnov). La ecuación


que representó el crecimiento de la especie fue:
Aspidosperma polyneuron. El modelo que me-
jor representó el crecimiento diamétrico acumula- Cr = 196.3 * e–2.8*e
–0.02*t
(1)
do de A. polyneuron fue la función de Gompertz
(Figura 4a). Los coeficientes de la ecuación fueron Donde:
significativos para el modelo (p<0.05), el coeficien- Cr: crecimiento diamétrico acumulado en cm y
te de determinación fue 0.99 y el error estándar de t: tiempo transcurrido en años.
la ecuación fue 6.87, con ocho (8) iteraciones; los Anacardium excelsum. El modelo que mejor re-
datos fueron normales de acuerdo con la prueba presentó el crecimiento diamétrico acumulado de

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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

A. excelsum fue la función logística (Figura 4b). Los DISCUSIÓN


coeficientes de la ecuación fueron significativos para
el modelo (p<0.05), el coeficiente de determinación Los resultados confirman el potencial de las espe-
fue 0.98 y el error estándar de la ecuación fue 20.14, cies tropicales, especialmente de A. polyneuron y
con nueve (9) iteraciones; los residuos del modelo no A. excelsum, para el desarrollo de estudios den-
fueron normales de acuerdo a la prueba de Lilliefors drocronológicos (en extensión, validación y esta-
(Kolmogorov-Smirnov) (p=0.003). La ecuación que dísticos de la cronología). También, la utilidad de
representó el crecimiento de la especie fue: los anillos de crecimiento para documentar la va-
riación climática en el bosque seco, como lo re-
605.3
Cr = –––––––––––– (2) portado en Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) Oken,
1+7.9*e(–0.04*t)
Pseudobombax septenatum (Jacq.) Dugand,
Donde: Annona spraguei Saff. en Costa Rica (Devall et al.,
Cr: crecimiento diamétrico acumulado en cm y 1995), Prosopis pallida (Willd.) Kunth (López-B. et
t: tiempo transcurrido en años. al., 2005) y Bursera graveolens (Kunth) Triana &

a.
595
(mm)(mm)

595
acumulado

446
acumulado

446
diamétrico

297
diamétrico

297
Crecimiento

148
Crecimiento

148

0
0 33 67 100 133
0 Años
0 33 67 100 133

b. 194 Años

194
(mm)(mm)

145
acumulado

145
acumulado
diamétrico

97
diamétrico

97
Crecimiento

48
Crecimiento

48

0
0 42 85 127 169
0 Años
0 42 85 127 169
Años

Figura 4. a. Modelo de crecimiento diamétrico acumulado de Aspidosperma polyneuron en Río de Janeiro,


representado por la función Gompertz; b. Modelo de crecimiento diamétrico acumulado de Anacardium excelsum
en la Bocatoma, representado por la función logística.

Nota: los círculos grises corresponden a los datos y los negros al modelo.

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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

Planch (Rodríguez et al., 2005) en Perú, así como limitan el crecimiento de A. polyneuron: se encon-
Capparis odoratissima Jacq en los bosques secos traron valores negativos en las correlaciones esta-
de la Guajira colombiana (Ramírez y Del Valle, dísticamente significativas, por lo que en años más
2011). cálidos con incrementos de la evapotranspiración
Para A. polyneuron y A. excelsum los valores de y del déficit hídrico es de esperar mayores limita-
la señal común expresada de la población (EPS) fue- ciones. Patrones similares en el crecimiento de los
ron 0.76 y 0.75 respectivamente, resultados simila- anillos de Amburana cearensis (Allemӑo) A.C.Sm.
res al encontrado en Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) del bosque seco en Bolivia (16°9’S, 60°47’W) fue-
Oken (0.7) en un bosque seco tropical de Colombia ron mencionados por Paredes-Villanueva et al.
(Briceño-J. et al., 2016), aunque ligeramente infe- (2015).
riores al valor recomendado ≥ 0.85 (Wigley et al., En el caso de A. excelsum el crecimiento se en-
1984). Otros estudios han mostrado valores más al- cuentra positivamente influenciado por los meses
tos en el EPS, relacionándolo con la intensidad de más lluviosos del año (octubre, un mes típicamente
muestreo 30-40 muestras basales. Sin embargo, el lluvioso) y por marzo, al inicio de la temporada de
EPS es sensible a las particularidades de cada sitio, lluvias. Estos resultados se pueden asociar a la mar-
por ejemplo, valores por debajo de 0.85 pueden cada dependencia que muestra la especie frente a
asociarse a condiciones como pendientes y presión la disponibilidad de agua, así como su adaptación
antrópica (López y Villalba, 2011). De esta mane- a los regímenes de la formación del bosque tropi-
ra el resultado de menor valor de referencia puede cal seco (Rangel-Ch., 2012). La correlación positiva
asociarse a la ocurrencia de incendios forestales, no significativa del crecimiento con la temperatura fue
solo por la prolongación de las sequías en los bos- la de octubre, mes con el valor más bajo de tempe-
ques estudiados, sino por los cambios en el uso del ratura en toda la serie mensual multianual (27.4°C).
suelo para actividades agrícolas y prácticas cultura-
les que han desencadenado procesos erosivos hasta Índice SOI
la desertificación (Díaz et al., 2003). Los anillos de crecimiento de A. polyneuron y A.
excelsum no mostraron correlaciones significati-
Los anillos de crecimiento y las variables vas con el SOI, resultado similar al encontrado en
ambientales Bursera graveolens en un bosque seco del Ecuador
(reserva Catamayo, 4°22’S, 79°90’W) (Pucha-Cofrep
Precipitación y temperatura et al., 2015). Así pues, este resultado refuerza las
Los anillos de crecimiento de A. polyneuron se re- consideraciones sobre el alcance geográfico de los
lacionaron con la precipitación evidenciado un fenómenos climáticos como El Niño y La Niña y sus
crecimiento positivo en la época de inicio de las efectos positivos o negativos sobre el crecimiento
lluvias y durante el periodo seco cuando se pre- de las especies (Briceño-J. et al., 2016).
sentaron lluvias espontáneas, situación similar a
la encontrada en Tachigali myrmecophila (Ducke) Modelos de crecimiento
Ducke en un bosque de Manaus (3°S, 60°W) don- Los resultados de los modelos estadísticos del cre-
de la correlación fue positiva entre el crecimiento cimiento diamétrico de las especies estuvieron ex-
y la precipitación (Ballantyne et al., 2011). La in- presados por la curva logística para A. excelsum en
fluencia positiva de las lluvias durante el periodo Aguachica y por la función de Gompertz para A.
seco encontrado en A. polyneuron se documentó polyneuron en Valledupar. Modelos sigmoidales si-
en especies africanas de Acacia (Gourlay, 1995). milares mostró Machaerium scleroxylon en un bos-
Los valores altos en la temperatura media y que seco tropical en Bolivia (Paredes-Villanueva
la escasa precipitación (por ejemplo, en enero) et al., 2013). Según los resultados, las especies

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Briceño-J. A.M. y Rangel-Ch, J.O.

estudiadas alcanzarán su diámetro máximo (asin- El crecimiento diamétrico máximo que alcan-
tótico) de la siguiente manera: A. polyneuron en zarán Aspidosperma polyneuron y Anacardium ex-
169 años (194 cm) en Valledupar y A. excelsum en celsum en los bosques secos tropicales tardará más
133 años (596 cm) en Aguachica. Otras especies de 100 años.
en bosques tropicales han reportado un compor-
tamiento similar: Cedrelinga catenaeformis (Duc-
ke) Ducke, Cedrela odorata L, Amburana cearensis AGRADECIMIENTOS
(Allemӑo) A.C.Sm y Peltogyne heterophylla M.F.
Silva (Brienen y Zuidema, 2006). Los autores agradecen a Minciencias (Colombia) y
Los análisis efectuados indican que las accio- a la Universidad Nacional de Colombia.
nes extractivas de la madera de estas especies en
los bosques secos tienen como consecuencia que la
recuperación o la restauración en bosques domina- CONFLICTO DE INTERESES
dos por estas especies tardarán entre 133 y 169 años
para que alcancen su mayor diámetro (asintótico). Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Teniendo en cuenta este tiempo, se recomienda
a las entidades gubernamentales poner en marcha
programas de conservación de áreas con parches CONTRIBUCIÓN POR AUTOR
originales de esta vegetación en la región del Ca-
ribe colombiano (Briceño-J, 2017). Así como dete- Los dos autores contribuyeron planificando la in-
ner los procesos de avance de la deforestación de vestigación, ejecutándola y en la preparación del
los bosques secos y la implementación de estrate- manuscrito.
gias de deforestación evitada (Rangel-Ch., 2012).

REFERENCIAS
CONCLUSIONES
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Artículo de investigación

Distribución espacial de muérdago enano en la Reserva


de la Biosfera Mariposa Monarca
Spatial distribution of dwarf mistletoe in Monarch Butterfly Biosphere Reserve

Nancy Martínez-Martínez1 , José Francisco Ramírez-Dávila1* , Fidel Lara-Vázquez1 ,


Dulce Karen Figueroa-Figueroa1

Martínez-Martínez, N., Ramírez-Dávila, J. F., Lara-Vázquez, F. y Figueroa-Figueroa, D. K. (2021). Distribución


espacial de muérdago enano en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca. Colombia Forestal, 22(2), 65-81.

Recepción: 3 de noviembre 2020 Aprobación: 7 de abril 2021

Resumen Abstract
El género Arceuthobium son plantas parásitas de gran The genus Arceuthobium are parasitic plants of
impacto ecológico al ocasionar la pérdida de especies great ecological impact by causing the loss of fo-
forestales; con ello, se ve afectado el hábitat de la ma- rest species, in which it is affected the habitat of
riposa monarca. El objetivo del presente trabajo fue de- the monarch butterfly. The objective of this work
terminar la distribución espacial de muérdago enano was to determine the spatial distribution of dwarf
en Pinus pseudostrobus, mediante el uso de técnicas mistletoe in Pinus pseudostrobus, through the use
de estadística espacial (SADIE y Geoestadística), en 12 of spatial statistics (SADIE and Geostatistics), in 12
parcelas de 4 hectáreas del Santuario Piedra Herrada, plots of four hectares, in the Piedra Herrada Sanc-
ubicado en el Estado de México. Con el Índice SADIE tuary located in the State of Mexico. With the SA-
se determinó la distribución espacial; para el caso de DIE index, the spatial distribution was determined,
la Geoestadística se elaboraron semivariogramas y ma- in the case of geostatistics, semivarygrams, space
pas de distribución espacial, y se realizó la estimación distribution maps and the estimation of the infested
de la superficie infestada. Los resultados mostraron que area were developed. The results showed that mist-
el muérdago presenta una distribución agregada, ajus- letoe presents an aggregate distribution, adjusting
tándose a modelos estadísticos esféricos y gaussianos. to spherical and Gaussian statistical models. Infes-
Las infestaciones no se distribuyen en el 100 % debido tations are not distributed at 100 % because there
a que no presenta una infestación uniforme dentro de is not an uniform infestation within the plots, which
las parcelas, lo que permitirá dirigir medidas de control will allow directing control measures in areas with
en áreas con mayor infestación. greater infestation.
Palabras clave: Geoestadística, haustorios, hospede- Keywords: Geostatistics, haustoria, host, infestation,
ro, infestación, krigeado, planta parásita. Krigeado, parasitic plant.

1 Universidad Autónoma del Estado de México, México.


* jframirezd@uaemex.mx. Autor para correspondencia.
https://doi.org/10.14483/2256201X.17163
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INTRODUCCIÓN Lindl., Pinus pseudostrobus Lindl., Pinus dougla-


siana Martínez y Pinus rudis Endl. (deBruyn et al.,
La Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca se 2015; Hawksworth et al., 2002).
ubica en los Estados de Michoacán y México, y su Estas plantas, al ser pequeñas, dependen com-
área la constituye una superficie total de 56 259 pletamente de su huésped para satisfacer sus de-
ha. El bosque predominante es de clima templa- mandas de soporte físico, carbohidratos, agua y
do con especies como: oyamel (Abies religiosa) y sales minerales a través de sus haustorios (raíces
pinos (Pinus L.). La reserva es una zona primordial modificadas). Así, las infestaciones por muérda-
para la conservación, pues en ella se presenta el go afectan las relaciones hídricas del árbol hués-
fenómeno natural de la migración de la maripo- ped y el intercambio de gases fotosintéticos. Los
sa monarca (Danaus plexippus), quien viaja desde síntomas que muestra el hospedero están relacio-
Canadá, pasando por Estados Unidos, para llegar nados con cambios en la forma, reducción de la
a México (Galindo y Rendón, 2005). Por su par- altura del hospedero, disminución de su volumen
te, las especies del género Arceuthobium son co- con alteración en la calidad de la madera, me-
nocidas comúnmente como muérdago enano (sus nor producción de conos, cantidad y calidad de
principales hospederos pertenecen a las familias las semillas. Además, provoca la susceptibilidad al
Pinaceae y Cupressaceae), y en la Reserva se en- ataque de otras plagas y enfermedades, y eventual-
cuentra presente una de ellas, el muérdago ena- mente, en infestaciones muy severas, la muerte del
no (Arceuthobium globosum Hawksw & Wiens), huésped. Todos estos síntomas, a su vez, se ven
plantas hemiparásitas con un gran impacto ecoló- afectados por la edad del árbol, la competencia, la
gico y económico para especies del género Pinus. calidad del sitio y el clima (Leimu, 2010; Marias et
A. globosum se distribuye desde los 1475 a 3990 al., 2014; Roth, 2001; Varo et al., 2016).
m de altitud y constituye uno de los problemas Por lo anterior, es necesario saber cómo se dis-
más relevantes en la pérdida de cobertura forestal, tribuye y qué tipo de comportamiento presenta
después de insectos descortezadores y de incen- el muérdago enano en la superficie de estudio,
dios forestales (Cházaro et al., 1992; Cibrián et al., a través de mapas de distribución espacial o de
2007; Hawksworth, 1983; Mathiasen et al., 2008; infestación y de semivariogramas, resultados con
Quiñones y Mathiasen, 2010). los cuales se pueden generar programas de mane-
El ciclo de vida del muérdago enano se divi- jo eficaces y eficientes, pues constituyen una he-
de en cuatro fases: dispersión, establecimiento, in- rramienta útil para dirigir las medidas de control
cubación y reproducción. Estas plantas florecen a hacia zonas donde existe mayor porcentaje de in-
partir de 4 a 6 años y sus frutos maduran de 5 a festación. Estos métodos, al tomar en cuenta las
16 meses, liberando sus semillas en una distancia coordenadas geográficas, permiten conocer la ubi-
aproximada de 20 metros; semillas que están cu- cación exacta del muérdago dentro de la zona de
biertas por una sustancia pegajosa llamada visci- estudio, y con ello ayudan a optimizar recursos
na que les permite adherirse a cualquier superficie económicos y a generar una reducción en el im-
de contacto. Son plantas de 17 a 35 cm de altu- pacto ambiental por el uso de agroquímicos, ya
ra que forman agrupaciones globosas con los ta- que las aplicaciones no se realizarían de forma ho-
llos de color amarillo claro o amarillo-verdoso. La mogénea; además, se pueden realizar acciones de
floración ocurre de junio a mayo y la dispersión tipo preventivo con las cuales obtener niveles de
de la semilla de junio a octubre del siguiente año. infestaciones bajas.
Sus hospedantes principales son: Pinus michoaca- Por ello el objetivo del presente trabajo fue
na Mart, Pinus montezumae Lamb, Pinus leiophy- determinar la distribución espacial de muérda-
lla Schiede ex Schltdl. & Cham, Pinus hartwegii go enano (Arceuthobium globosum) en Pinus

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pseudostrobus, en el Santuario Piedra Herrada de Tamaño de la muestra


la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca (Esta-
do de México), mediante el uso de técnicas de SA- Para lograr los objetivos, en la zona de estudio se
DIE y Geoestadística. establecieron, de forma aleatoria en toda el área
del Santuario, 12 parcelas de 4 hectáreas cada
una. Las parcelas presentaron un rango altitudinal
MATERIALES Y MÉTODOS de 2800 a 3200 m de altitud; en dichas parcelas
se encontraron árboles forestales de las especies:
Área de estudio P. pseudostrobus, P. montezumae y P. leiophylla.
Sin embargo, para realizar el presente trabajo, sólo
El presente trabajo se realizó en el Santuario Pie- se muestrearon árboles forestales de la especie P.
dra Herrada de la Reserva de la Biosfera Mariposa pseudostrobus con presencia de muérdago enano
Monarca (Estado de México), ubicado a 25 km de (A. globosum). Se hizo el muestreo de esta especie
Valle de Bravo, situado en las faldas del Nevado de porque era la más abundante y la que más se dis-
Toluca, entre las coordenadas geográficas: Latitud tribuía en toda el área del Santuario.
19°11’18” N Longitud 99°57’32.1” W. (Figura 1) En cada parcela se estableció una malla rec-
Este santuario está constituido por un Bosque con tangular dividida en cuadrantes de 30x30 m cada
árboles forestales de las especies de oyamel y pino, uno, cubriendo cuatro hectáreas. Veinte (20) cua-
así como por una gran cantidad de vegetación de drantes fueron tomados al azar y de cada uno se
especies de flora y fauna endémicas de la región. El consideraron 6 árboles escogidos de forma alea-
paisaje lo componen imponentes montes de más de toria para un total de 120 árboles. Se cuantificó
3000 m de altitud. El sitio de muestreo presenta un el número de muérdagos presentes para cada uni-
clima templado húmedo con abundantes lluvias en dad de muestreo, y cada árbol muestreado fue de-
verano (Cw) según la clasificación de Köppen. bidamente etiquetado con una banda plástica y

Figura 1. Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y el área de estudio Santuario Piedra Herrada (tomado y
modificado de Rendón-Salinas et al., 2018).

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se georreferenció utilizando un DGPS (Differen- para corroborar los resultados obtenidos con el ín-
tial GPS) (Modelo SPS 351. Timble) para obtener dice Ia (Ramírez y Porcayo, 2009).
su ubicación espacial (Ramírez y Porcayo, 2010).
Debido a la altura a la que se encuentra el Análisis geoestadístico
A. globosum, el conteo e identificación se hizo Se obtuvo el semivariograma experimental a partir
con el uso de binoculares (Modelo Vanta). El pe- del valor promedio de A. globosum en cada mues-
ríodo de los muestreos se distribuyó entre agosto treo utilizando el programa variowin 2.2 (Softwa-
y diciembre de 2019 para las primeras 5 parcelas, re for spatial data analysis in 2D. Springer Verlag,
y de enero a julio de 2020 las 7 parcelas restantes New York, USA). El valor experimental del semiva-
(cada muestreo sólo se llevó a cabo por una única riograma fue calculado con la siguiente expresión
vez). Se realizó una exploración estadística de los (Isaaks y Srirvastava, 1989; Pannatier, 1996):
datos originales de las poblaciones de A. globosum
∗ (ℎ) 1 ( )
para cada muestreo con la finalidad de determinar =2 (ℎ)
∑ =1 [ ( + ℎ) − ( )]2 [1]
la normalidad de los datos. Se utilizó para tal he-
cho el coeficiente de asimetría y la prueba de Cur- Donde:
tosis. Con ello se logró determinar que en todos los Ɣ*(h) = es el valor experimental del semivario-
casos la distribución de los datos era normal. grama para el intervalo de distancia h.
N (h) = es el número de pares de puntos mues-
Estadística espacial (SADIE) trales separados en el intervalo de distancia.
Se empleó SADIE (Spatial Analysis by Distance In- z (xi) = es el valor de la variable de interés en el
dices) para explorar si una variable sigue un patrón punto muestral xi.
espacial determinado, ya sea homogéneo, hetero- z (xi+h) = es el valor de la variable de interés en
géneo o aleatorio, y esto se basó en la utilización el punto muestra xi+h.
de índices de distancia. Además, se llevó a cabo Estimación de los parámetros del modelo de
una prueba de permutaciones donde los valores semivariograma. Una vez obtenido el semivario-
de las variables fueron distribuidos al azar en el grama experimental, se realizó el ajuste a algún
espacio. Se utilizó el índice de la distancia para la semivariograma teórico (esférico, gaussiano, ex-
regularidad (Ia) y el índice Ja. El índice Ia es una me- ponencial, etc.) (Englund y Sparks, 1988; Moral,
dida del patrón espacial general para un grupo de 2004). Para ajustar los semivariogramas experi-
datos en un área de estudio determinada. El índice mentales a los semivariogramas teóricos en cada
Ja estima el número de focos de agrupamientos de parcela se utilizó el programa Variowin.
la población de muérdagos índices que determi- Validación del modelo teórico. Una vez que
nan el patrón espacial total (Perry, 1995). los semivariogramas experimentales fueron ajusta-
Para la detección de agregados en el área de es- dos a alguno de los modelos teóricos, la validación
tudio se utilizó el índice de agregación (Ia) que de- de dichos modelos se realizó con el procedimien-
termina la estructura espacial de las poblaciones to denominado “validación cruzada” (Hevesi
de muérdago. Cuando Ia >1 el patrón espacial es et al., 1992). Los parámetros del modelo a vali-
agregado, Ia =1 el patrón espacial es aleatorio y si dar Co (efecto pepita), C+Co (meseta) y a (rango
Ia <1 el patrón espacial es regular. Como en el caso o alcance) se fueron ajustando de forma interacti-
del índice Ia, valores de Ja >1 usualmente indican va (prueba y error) hasta la obtención de estadís-
una muestra agregada, Ja =1 representa datos es- ticos de validación cruzada adecuados. Una vez
pecialmente aleatorios y Ja <1 muestras regulares. determinado el parámetro del modelo, este se va-
De esta manera, los valores del índice Ja sirvieron lida a través de cuatro parámetros estadísticos de

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validación cruzada (Samper y Carrera, 1996). Estos validar los semivariogramas (Sánchez et al., 2011).
estadísticos son: El cálculo de infestación se realizó para cada una
• Media de los errores de estimación (MEE): la de las parcelas de estudio.
MEE no debe ser significativamente distinta de
0 (prueba de t), en cuyo caso indicaría que el
modelo de semivariograma permite el cálculo de RESULTADOS
estimadores no sesgados.
• Error cuadrático medio (ECM): un modelo de se- Análisis espacial por índices de distancia (SADIE).
mivariograma se considera adecuado si, como Los datos obtenidos con la aplicación de los ín-
regla práctica, el valor del estadístico es cercano dices de distancia (SADIE) permitieron conocer el
a cero (Hevesi et al., 1992). índice Ia y Ja. Para el caso del índice Ia el valor más
• Error cuadrático medio adimensional (ECMA): alto, 1.72, se registró en la parcela ocho y el más
la validez del modelo se satisface si ECMA está bajo, 1.35, en la parcela dos. En todos los casos
comprendido entre los valores 1±2 (2/N) 0,5 el índice Ia fue significativamente superior a uno
(Ramírez et al., 2013). (Tabla 1), lo cual define una distribución agrega-
• Otro estadístico adicional que consiste en que el da de la población de A. globosum en las parce-
valor de la varianza de los errores sea menor a la las de estudio. En lo referente al índice Ja el valor
varianza muestral. mayor, 1.24, se dio en la parcela nueve y el más
Nivel de dependencia espacial. Se calculó con bajo, 1.07, en la parcela dos. El índice Ja en todas
el fin de determinar el grado de relación entre los las parcelas también fue superior a 1. Estos resul-
datos de muestreo. El valor se obtiene al dividir tados confirman la agregación de las poblaciones
el efecto pepita entre la meseta y expresando en de muérdago enano dentro de las parcelas y per-
porcentaje su resultado. Si el resultado es menor a miten determinar que la distribución espacial de
25% el nivel de dependencia espacial es alta, si se las poblaciones de A. globosum se concentró en
encuentra entre 26% y 75 % el nivel de dependen- diferentes centros de agregación en las 12 parcelas
cia espacial es moderada y si es mayor al 76 % el de estudio.
nivel de dependencia es bajo (Cambardella et al., La distribución que presenta A. globosum en las
1994; Ramírez y Porcayo, 2009). parcelas se puede apreciar en los mapas genera-
Elaboración de mapas. Una vez que los mode- dos. En ellos se observan varios y diferentes focos
los de los semivariogramas correspondientes fue- de agregación distribuidos en ciertas zonas de las
ron validados, se utilizó el método geoestadístico parcelas (Figura 3). Los resultados obtenidos por el
denominado “krigeado ordinario” para la elabora- método de geoestadística corroboran los datos ob-
ción de mapas de densidad de las poblaciones de tenidos por los índices de distancia SADIE.
A. globosum. Se utilizó dicho método para obtener Con la ayuda de la geoestadística y los datos
la estimación de la densidad de esta parásita en obtenidos de los muestreos fue posible la modela-
puntos donde no se había contabilizado el muér- ción espacial y el mapeo de las poblaciones de A.
dago y así mismo obtener las estimaciones inses- globosum. Los datos se presentaron mediante ma-
gadas correspondientes con valores asociados en pas de infestación para cada parcela. Así mismo,
puntos que no fueron muestreados. Cada estima- se estableció el porcentaje de superficie infesta-
ción obtenida fue representada en forma de mapa da y no infestada y los semivariogramas (Figura 2).
mediante el uso del programa Sufer 9 (2009). La mayoría de los muestreos se ajustaron a mo-
El cálculo de la superficie infestada. Los cálcu- delos teóricos, en donde dos de las doce parce-
los de superficie infestada y no infestada se reali- las (1 y 9) se ajustaron al modelo gaussiano y el
zaron con base en mapas de densidad después de resto se ajustaron al modelo esférico (Tabla 2).

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Tabla 1. Valores de los índices Ia y Ja, y sus posibilidades Pa y Qa en la población de A. globosum.

Parcela Ia Pa Ja Qa
1 1.46 0.009 s
1.10 0.175 ns
2 1.35 0.011s 1.07 0.133ns
3 1.70 0.005s 1.13 0.178ns
4 1.48 0.003s 1.20 0.195ns
5 1.51 0.013s 1.19 0.156ns
6 1.67 0.012s 1.09 0.129ns
7 1.49 0.010s 1.11 0.167ns
8 1.72 0.005s 1.23 0.231ns
9 1.60 0.016s 1.24 0.249ns
10 1.57 0.011s 1.12 0.170ns
11 1.52 0.004s 1.08 0.211ns
12 1.61 0.008s 1.14 0.207ns

Nota: ns: no significativo al 5 %; s: significativo al 5%.

El valor de efecto pepita fue igual a cero en todas distancia máxima hasta la cual existe relación es-
las parcelas. Dicho valor es indicativo de que la pacial entre los datos (Tabla 2).
escala de muestreo utilizada en el presente trabajo Los parámetros estadísticos de validación cru-
fue la adecuada y el error de muestreo fue mínimo zada (Tabla 3) permitieron confirmar los valores
(Tabla 2). de los modelos ajustados al hallarse dentro de los
En todos los modelos se presentó un alto nivel rangos de aceptación matemática, es decir, el ajus-
de dependencia espacial para cada una de las par- te del modelo es adecuado encontrándose dentro
celas (Tabla 2). Los valores de rango se ubicaron del rango permisible. Ahora bien, en los mapas
entre 7.0 m y 20.8 m, correspondientes a las par- elaborados con el método del krigeado ordina-
celas 5 y 11 respectivamente, siendo el rango la rio (Figura 3) se pueden distinguir los diferentes

Tabla 2. Parámetros (efecto pepita, meseta y rango) de los modelos ajustados a los semivariogramas de A. globosum
y el porcentaje de la superficie infestada y no infestada en cada una de las parcelas.

Pepita/meseta S.N.I.
P Modelo Varianza Pepita Rango Meseta D.E. S.I. (%)
(% ) (%)
1 Gaussiano 0.02 0 8.97 0.026 0 Alta 56 44
2 Esférico 0.07 0 9.66 0.025 0 Alta 80 20
3 Esférico 7.04 0 7.7 6.74 0 Alta 78 22
4 Esférico 16.96 0 9.8 14.79 0 Alta 81 19
5 Esférico 0.79 0 7 0.61 0 Alta 55 45
6 Esférico 2 002.12 0 17.59 131.2 0 Alta 85 15
7 Esférico 1 995.22 0 12.8 120 0 Alta 92 8
8 Esférico 671.71 0 17.6 129.6 0 Alta 98 2
9 Gaussiano 363.62 0 12 307.1 0 Alta 86 14
10 Esférico 28.87 0 16 69.75 0 Alta 74 26
11 Esférico 144.67 0 20.8 13.05 0 Alta 87 13
12 Esférico 1 005.38 0 18.4 17.43 0 Alta 47 53

Nota: P: Parcela; D.E: Dependencia Espacial; S.I: Superficie Infestada; S.N.I: Superficie no Infestada.

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Tabla 3. Valores de los estadísticos de la validación cruzada de los semivariogramas obtenidos en los muestreos
de A. globosum: media de los errores de estimación (MEE), error cuadrático medio (ECM) y error cuadrático media
adimensional (ECMA).

Tamaño Media Varianza Varianza de


Parcelas MEE ECM ECMA
muestra muestral muestral los errores
1 121 0.09 0.02 0.07ns 0.01 0.11 1.13

2 121 0.08 0.07 0.11ns


0.05 0.13 1.09
3 121 2.14 7.04 0.10ns 3.92 0.09 1.1

4 121 5,53 16.96 0.14ns 10.32 0.1 1.07

5 121 0.69 0.79 0.08ns 0.51 0.12 1.11

6 121 119.78 2 002.12 0.11ns 1 951.34 0.11 1.09

7 121 340.93 1 995.22 0.13ns 1 2628.1 0.06 1.12


8 121 122.41 671.71 0.10ns
439.02 0.14 1.1

9 121 41.09 363.62 0.12ns 317.18 0.1 1.14

10 121 8.44 28.87 0.06ns 22.95 0.08 1.13

11 121 22.33 144.67 0.09ns 128.65 0.12 1.07

12 121 231.91 20.38 0.010ns 16.72 0.11 1.08

Nota: ns: diferencia no significativa al 5 %.

focos o grupos de agregación de las poblaciones DISCUSIÓN


de A. globosum en las parcelas estudiadas. El co-
lor rojo indica la mayor cantidad de muérdagos Con los resultados obtenidos mediante el análisis
contabilizados en cada caso; por lo contrario, el espacial por índices de distancia (SADIE), fue po-
color blanco indica la ausencia de dicha parásita sible distinguir el patrón espacial de tipo agregado
en la parcela. Para el caso de la parcela 1 hay di- que se guarda en las parcelas, por lo que los índi-
ferentes focos de agregación en la zona sureste de ces Ia y Ja corroboran la distribución espacial de las
la parcela; en el caso de la parcela 2 los focos de poblaciones de A. globosum. El índice Ia determina
agregación están dispersos en casi toda el área de una distribución agregada y el índice Ja indica que
la parcela (Figura 3). En el caso de la parcela 5 se estos se encuentran en diferentes centros de agrega-
presenta infestación en las zonas suroeste y nores- ción. La cantidad de centros de agregación encontra-
te, quedando la zona centro libre de muérdago. das en las parcelas se pueden observar en los mapas
El porcentaje de superficie infestada por A. (Figura 3; Acosta et al., 2017; Ramírez et al., 2013).
globosum en todas las parcelas no alcanzó el 100 El conocimiento de la distribución espacial de A. glo-
%, pues se presentan parcelas con mayor y menor bosum dentro de las parcelas permite focalizar estra-
superficie infestada. La superficie menos infestada tegias de manejo adecuado hacia puntos específicos
se encontró en la parcela 12, con 47 %, y la de de infestación, y por ende, respecto al ahorro econó-
mayor porcentaje de infestación fue la 8, con un mico, debido a que el método a utilizar solo se apli-
98 % (Tabla 2). ca en zonas con presencia de infestación.

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Figura 2. Semivariogramas de la distribución espacial de A. globosum en el Santuario Piedra Herrada para las 12
parcelas estudiadas.

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Figura 3. Mapas de densidad de las poblaciones de A. globosum en el Santuario Piedra Herrada.

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Los índices de distancia SADIE se han utiliza- algún tipo de problema fitopatógeno dentro de las
do con éxito en otros estudios para establecer la parcelas de estudio, ya que los datos que se toma-
distribución espacial de organismos biológicos ron no consideraron su localización georreferen-
como insectos, plantas parásitas y enfermedades. ciada dentro de la parcela.
Ramírez y Porcayo (2009), por ejemplo, realiza- En el caso de Ramírez y Figueroa (2013), quie-
ron estudios de la distribución espacial del muér- nes realizaron estudios sobre modelización y ma-
dago enano (Arceuthobium sp.) en el Nevado de peo de la distribución espacial de Bactericera
Toluca utilizando el método de índice de distan- cockerelli Sulc (Hemiptera: Triozidae) en la papa,
cias SADIE. En sus investigaciones concluyeron en el Estado de México, se utilizaron ambas esta-
que el uso de esta metodología permite determinar dísticas, la clásica y la espacial (Geoestadística).
el comportamiento espacial de las poblaciones de Los resultados obtenidos enfatizaron que la esta-
muérdago enano, y dichos resultados se pueden dística clásica es inconsistente para determinar la
corroborar con ayuda de la geoestadística. ubicación física del insecto y la estadística espa-
Por su parte, Solís y Suzán (2014), en su estu- cial es la más adecuada, pues se pueden generar
dio sobre el análisis de la distribución espacial de mapas de densidad para visualizar la distribución
muérdago (Phoradendron californicum Nutt) en el espacial de las poblaciones. Así, en el presente tra-
sur del Desierto Sonorense, aluden que los resul- bajo el uso de técnicas geoestadísticas permitió
tados de los índices de agregación obtenidos por determinar la distribución espacial de A. globosum
SADIE varían dependiendo del tamaño del cua- bajo una estructura agregada en las 12 parcelas.
drante. El estudio menciona que a mayor tamaño o Los semivariogramas teóricos obtenidos fueron
área los índices incrementan y es posible observar de dos tipos (esférico y gaussiano). Dichos mode-
un patrón agregado más fuerte. Es probable que la los ajustados tienen un 98 % de fiabilidad, por lo
diferencia en el tamaño de las áreas de muestreo que se puede deducir que más del 90% de la varia-
no permita ver la agregación en los sitios más pe- ción total es debida a la dependencia espacial en-
queños, lo cual impide encontrar agregación en contrada en la escala de muestreo utilizada. Esto
las poblaciones. Por lo anterior, habría que deter- es, más del 90% de la variación de la distribución
minar si el tamaño de los cuadrantes en realidad de las poblaciones de A. globosum se logró ex-
juega un papel importante para determinar el nivel plicar por la estructura espacial establecida con
de agregación de A. globosum. Esta metodología los semivariogramas. Además, las funciones esta-
no se llevó a cabo en este estudio; sin embargo, se- dísticas permitieron validar los modelos del tipo
ría muy interesante analizar el tamaño de los cua- esférico y gaussiano de ambas parcelas en las di-
drantes en estudios posteriores. ferentes fechas de muestreo (Acosta et al., 2017;
Ahora bien, para determinar el tipo de distri- Maldonado et al., 2016).
bución espacial de las poblaciones de organis- El modelo gaussiano es indicativo de que el
mos biológicos existen dos métodos: la estadística comportamiento de agregación de A. globosum se
clásica (Índice de dispersión, Índice de Green, da de forma continua dentro de las parcelas, ya
Poisson y Binomial negativa) y la estadística espa- que la infestación de esta planta, con respecto a su
cial (Geoestadística y SADIE). Jiménez et al. (2008) avance, se da entre los árboles vecinos de P. pseu-
a través de la estadística clásica llevaron a cabo el dostrobus. Resultados similares fueron obtenidos
estudio sobre la distribución y mapeo de Curculio por Sánchez et al. (2015) en su estudio sobre el pa-
elephas Gyllenhal en encina (Quercus ilex L.), de trón espacial del carbón de la espiga de maíz y por
lo cual se obtuvo una distribución agregada del Contreras et al. (2017) en su estudio sobre el com-
ente biológico estudiado. Sin embargo, con esta portamiento espacial de Zebra chip y Bactericera
metodología no se puede precisar la ubicación de cockerelli Sulc (Hemiptera: Triozidae) en Solanum

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tuberosum L. en Valles Altos de México. Ambos las zonas. Por lo anterior se tendría que determi-
concluyen que los semivariogramas ajustados a nar que tanto favorecen los factores ambientales
los modelos gaussianos indican que los focos de al desarrollo y la expansión de esta parásita hacia
infestación, tanto de la enfermedad como del in- zonas en las que se han presentado disturbios an-
secto, presentan una expansión continua dentro tropogénicos, ya que quizás actuando sobre ellos
de la parcela respecto a los puntos muestreados. se pueda reducir su presencia en estas zonas. Así,
Esto permite inferir que la existencia de diversos será posible incorporar métodos de control para
factores ambientales favorece su desarrollo hacia disminuir el uso de agroquímicos que en algunos
plantas vecinas. casos resultan ser muy costosos y dañinos.
El modelo esférico indica que las poblaciones Además de indicar las zonas en las que se en-
de A. globosum se presentan en mayor cantidad cuentra distribuida la plaga, los mapas de in-
en ciertas zonas de la parcela respecto al res- festación también determinan el porcentaje de
to de puntos considerados en el muestreo y que superficie infestada en cada parcela de estudio.
los centros de agregación son aleatorios. Posible- Por ello, se pudo comprobar que la infestación en
mente esto se deba al tipo de diseminación, a la las parcelas no se distribuye en el 100 %, habiendo
exposición del sol o a los vientos predominantes. zonas de poca infestación, lo cual permite dirigir
Estudios realizados por Nafarrate et al. (2018) so- de manera eficaz acciones de control. Estos resul-
bre la modelización y mapeo estacional del ín- tados concuerdan con lo reportado por Ramírez et
dice de área foliar en un bosque tropical seco y al. (2011) en el estudio sobre Estabilidad Espacio
Ramírez y Figueroa (2013) sobre la modelización Temporal de la Distribución del Carbón de la Espi-
y mapeo de la distribución espacial de Bactericera ga del Maíz y por Arce et al. (2016) en su estudio
cockerelli Sulc (Hemiptera: Triozidae) en papa en sobre factores bióticos asociados a la distribución
el Estado de México, determinaron centros de espacial de muérdago Psittacanthus calyculatus
agregación en zonas específicas dentro de las par- (DC.) G. Don en un bosque tropical caducifolio
celas de estudio. de México, pues en ninguno de los casos la infes-
En las parcelas se presentó un nivel de depen- tación alcanzó el 100 % del área de estudio, con
dencia espacial alta y un nivel de agregación alto lo cual se pueden dirigir de forma precisa, eficaz
que permiten suponer la existencia de condicio- y eficiente las diferentes medidas de control sobre
nes ambientales favorables al desarrollo y disemi- las zonas específicas, generando beneficios eco-
nación del muérdago. Los resultados concuerdan nómicos y ambientales al aplicar los herbicidas o
con lo obtenido por Ramírez y Porcayo (2010) en los controles mecánicos en estas zonas.
su estudio comparativo de la distribución espacial En el presente estudio se encontró una distri-
del muérdago enano (Arceuthobium sp.) en la la- bución agregada dentro de las parcelas, donde se
dera Norte del Parque Nacional Nevado de Tolu- observaron infestaciones altas a menor altitud y
ca, México. También con lo obtenido por Arce et pendiente. Estos resultados concuerdan con lo re-
al. (2016), quienes determinaron un nivel alto de portado por Varo et al. (2016) en la caracterización
agregación sobre factores bióticos asociados a la de infestación por muérdago enano (Arceuthobium
distribución espacial de Psittacanthus calyculatus globosum Hawksw & Wiens subsp. grandicaule) en
(DC.) G. Don en un bosque tropical caducifolio el bosque de Pinus hartwegii de la cara sur del pico
del centro de México. Por otro lado, Queijeiro y de Orizaba, quienes encontraron que a menor al-
Cano (2015) sugieren que aparte de los factores titud, junto con una menor pendiente, es mayor la
ambientales se deben tomar en cuenta los distur- infestación, pues la altitud y la pendiente van muy
bios antropogénicos, ya que estos favorecen una ligados con la incidencia. Sin embargo, Queijeiro y
mayor incidencia y rebrotes severos posteriores en Cano (2015) en su estudio de dinámica temporal de

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la infestación por muérdago enano (Arceuthobium La conservación de los bosques es importante


globosum y A, vaginatum Willd) en Zoquiapan (Par- para asegurar la continuidad del fenómeno de hi-
que Nacional Iztaccihuatl Popocatepetl), detecta- bernación de las mariposas y detener la degrada-
ron que la infestación es altamente variable entre ción del ambiente natural. La pérdida o deterioro
fechas, especies y sitios debido a que su incidencia de este hábitat representa un gran riesgo para las
se puede ver afectada por sucesos naturales (incen- poblaciones de mariposas monarca debido a que
dios) o antropogénicos (apertura de nuevos cami- tan solo la remoción de algunos árboles modifica
nos y tala de árboles). Aunque Roxburgh y Nicolson las propiedades del microclima. La densidad de los
(2005) enfatizan que los patrones de distribución de árboles y su estructura producen un ambiente espe-
los muérdagos son afectados tanto por la disponibi- cífico de temperatura, vientos y otros factores, y sin
lidad de hospederos adecuados como por el com- estas condiciones favorables las mariposas sufren
portamiento de los dispersores. alta mortandad cuando se presentan heladas segui-
Existen alternativas en las que se tiene mayor das por lluvias, lo que provoca un gran desequilibrio
conocimiento y que pueden proveer métodos ecológico. Dicha conservación, entonces, propor-
efectivos para reducir el impacto de las plantas ciona beneficios económicos (turismo) y ambienta-
parásitas. Los métodos de control más empleados les dirigidos a la conservación de especies de flora y
incluyen el cultural, el biológico, el químico y el fauna. Así mismo, para mantener las relaciones con
manejo silvicultural. En cuanto al control biológi- los organismos y su medio (procesos ecológicos), y
co destacan: Rietman et al. (2005), quienes eva- la conservación de servicios ambientales como la
luaron la eficiencia del hongo nativo Neonectria calidad y cantidad de agua, y la prevención de ero-
neomacrospora como un agente de control bioló- sión y fijación de carbono. Al disminuir la cantidad
gico para Arceuthobium tsugense (Rosendahl) G. de árboles va aumentando la cantidad de dióxido
N Jones. Alvarado et al. (2010), que identificaron de carbono (que no es totalmente absorbido) y en
organismos asociados a síntomas de necrosis y de- consecuencia se va almacenando en la atmósfera,
foliación en follaje, frutos y brotes en dos especies ocasionando así varios cambios climáticos: la acidi-
de muérdagos verdaderos. Arriola et al. (2012), ficación del agua, el derretimiento de los polos por
con su análisis de la presencia de dos especies el aumento de la temperatura, y esto, a su vez, un
de insectos que inducen daño sobre el muérda- incremento del nivel del mar, y en algunas zonas se
go. Vázquez y Madrigal (2005), al utilizar varias presentan sequias.
dosis de etephon en el control de Arceuthobium Debido a la importancia ecológica que repre-
globosum Hawksw. & Wiens. Y Coria et al. (2010), sentan los árboles Marias et al. (2014) realizaron
quienes evaluaron el impacto de tierra de diato- estudios para determinar el impacto del inter-
meas sobre Arceuthobium globosum Hawksw & cambio de gases fotosintético y las porciones de
Wiens subsp. grandicaule en Pinus pseudostrobus isotopos de carbono(C) y oxigeno(O) estables de
Lindl. También se han determinado secuencias es- celulosa en los anillos de los árboles muy infecta-
pecíficas de genes de defensa en Abies religiosa dos y no infectados. Los resultados determinaron
(Heredia et al., 2014) como apoyo en el manejo que en árboles infestados se reduce el intercambio
y control del muérdago enano y los descorteza- de gases fotosintéticos.
dores. En cuanto a las investigaciones de Klutsch El uso de algunos herbicidas en el control del
et al. (2017) y Klutsch y Erbilgin (2018), se encon- muérdago ocasiona fitotoxicidad al hospedante, a
tró que algunas especies de coníferas resisten a los las especies aledañas o al hombre. Algunos her-
ataques de plagas y patógenos, lo que ayudaría a bicidas utilizados son Karmex (Diurón), Esteron
disminuir la muerte de árboles y a la conservación 47M (2,4-D), Gramoxone (Paraquat), Fitoamina
de los mismos en las zonas forestales. (2, 4-D), Tierra de diatomeas, Etephon y Glifosato,

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aunque Gramoxone y Fitoamina son fitotóxicos humana. La dosis de estos herbicidas va de 2 a 4


para el hospedante. El químico más empleado a L/Ha., dependiendo del grado de infestación, y su
la fecha en México ha sido Etephon, producto pro- costo promedio por litro es de 20 y 15 dólares res-
misorio en el manejo y control de Arceuthobium y pectivamente. De esta manera, si se cuenta con la
Phoradendron. Se ha evaluado su efectividad con localización exacta de A. globosum y los porcen-
una dosis de 2500 ppm en diversos hospedantes, tajes de infestación, se pueden tener ahorros con-
comprobando que ocasiona una caída del 100% siderables. En este caso las aplicaciones ya no se
de la porción aérea de la planta parásita sin dañar realizarían de manera homogénea en las parcelas,
al hospedante. Sin embargo, en ninguno de los ca- con lo que se obtendrían beneficios económicos
sos hay eliminación del sistema endófito, por esta y ambientales, pues conocer las áreas que necesi-
razón se desarrollan nuevos brotes aéreos uno o tan un manejo permitiría generar una estrategia de
dos años después del tratamiento, y por lo tanto control más adecuada (Lara et al., 2018).
se reduce la dispersión de la semilla durante un Por tal motivo es de gran relevancia un estudio
periodo superior a cuatro años (Coria et al., 2010). como el realizado en este trabajo, ya que da una
El caso de la aspersión realizada con equipo te- pauta para justificar el uso de las geotécnicas en el
rrestre resulta ser muy efectiva, mientras que en manejo de las poblaciones de A. globosum en zo-
forma aérea es ineficaz. Esto se debe a que la can- nas boscosas. Además, proporciona información
tidad del químico en contacto con el muérdago re- relevante y pertinente a las personas que viven en
sulta ser insuficiente para causarle la muerte. la zona de estudio y a las autoridades respectivas
La aplicación del herbicida es influenciada por para un manejo integrado, responsable, preciso y
la etapa fisiológica del muérdago y la época de oportuno de las poblaciones presentes en este pro-
aplicación. La efectividad es mayor en invierno blema fitosanitario.
porque el hospedante está en reposo y el muér-
dago fisiológicamente activo absorbe el producto
químico y reduce el daño a los tejidos del árbol, CONCLUSIONES
pero en primavera la efectividad no es del todo
segura. Una sola aplicación con dosis adecuada Las técnicas geoestadísticas y el análisis SADIE
logra resultados favorables que van desde la clo- permitieron modelar la distribución espacial de
rosis de hojas, necrosis, defoliación parcial o total, A. globosum en P. pseudostrobus en el Santuario
hasta la abscisión de brotes y finalmente la muerte, Piedra Herrada, presentando un comportamiento
pero solo de la parte aérea de la planta, pues las agregado en cada una de las parcelas experimen-
raíces quedan intactas. tales. Así mismo, se determinó que A. globosum
Al conocer la superficie infestada visualizada no presenta una infestación uniforme en su distri-
en los mapas es posible llevar a cabo una aplica- bución, lo que permitirá un manejo más eficien-
ción dirigida hacia los focos de infestación, y con te y focalizado en las poblaciones de esta planta
ello lograr ahorros económicos y una reducción parásita, ya que causa gran impacto ecológico y
de la contaminación ambiental, al disminuir el uso económico en la pérdida de diferentes tipos de
y la cantidad de herbicidas en el control de esta ecosistemas (áreas naturales, plantaciones y par-
plaga. En la actualidad, en la comunidad de estu- ques). Por ende, los resultados obtenidos sientan
dio se hace uso de dos herbicidas, Etephon y Fitoa- las bases para elaborar un programa de manejo de
mina (2, 4-D), los cuales (en dosis recomendadas) A. globosum que pueda ser de utilidad por las auto-
tienen un efecto contaminante en el suelo, el aire ridades competentes y contribuir a la protección
y el agua, así como efectos nocivos para la salud y conservación de la riqueza forestal; con ello se

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Los autores agradecen al Ing. Julio Hernández Gu- nales Izta-Popo y La Malinche. Entomología Mexi-
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información de campo en la identificación de las Cambardella, C., Moorman, T., Novak, J., Parkin, T.,
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Cada uno de los autores declaró no tener ningún 5800050033x
inconveniente con el manuscrito. Cházaro, M., Huerta, M., Patiño, R. M., Sánchez, R.,
Lomelí, E. y Flores, A. (1992). Los muérdagos (Lo-
ranthaceae) de Jalisco, parásitas poco conocidas.
CONTRIBUCIÓN POR AUTOR Ciencia y Desarrollo, 17(102), 70-85.
Cibrián, D., Vázquez, I. y Cibrián, J. (2007). Muérdagos
Todos los autores planearon y diseñaron la inves- enanos del género Arceuthobium. En D. Cibrián,
tigación, coordinaron y llevaron a cabo el traba- D. Alvarado y S. García (Eds.), Enfermedades fores-
jo en campo, analizaron los datos y redactaron el tales en México (pp. 357-395). Universidad Autó-
manuscrito. noma de Chapingo.
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Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 65-81
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Modelamiento de la productividad de Gmelina arborea Roxb. con base en variables biofísicas y de rodal
Martínez-Martínez, N., Ramírez-Dávila, J. F., Lara-Vázquez, F. y Figueroa-Figueroa, D. K.

Varo, R., Ávila, V. y Heredia, J. (2016). Caracterización Vázquez, I. y Madrigal, S. (2005). Control químico de
de infestación por muérdago enano (Arceuthobi- muérdago enano (Arceuthobium globosum) en re-
um globosum subsp. grandicaule) en el bosque de generación de Pinus pseudostrobus. Revista Cien-
Pinus hartwegii en la cara sur del pico de Orizaba. cia Nicolaita, 41, 68-82.
Teoría y Praxis, 19, 11-31.

Colombia Forestal • ISSN 0120-0739 • e-ISSN 2256-201X • Bogotá-Colombia • Vol. 24 No. 2 • Julio-Diciembre de 2021 • pp. 65-81
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Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales - Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal
revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor/index

DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS EDITORIALES


Y NORMAS ÉTICAS DE COLOMBIA FORESTAL

“Esta declaración ha sido adaptado del documento Responsabilidades de los revisores


para procedimientos y estándares éticos elaborado
por Cambridge University Press, siguiendo las di- § Contribuir de manera objetiva al proceso de
rectrices para un buen comportamiento ético en evaluación de los manuscritos sometidos a
publicaciones científicas seriadas del Committee consideración en la revista Colombia Forestal
on Publication Ethics (COPE), International Com- colaborando, en forma oportuna, con la mejora
mitte of Medical Journal Editors (ICJME) y World en la calidad científica de estos productos ori-
Association of Medical Editors (WAME)” ginales de investigación.
§ Mantener la confidencialidad de los datos su-
Responsabilidades de los editores ministrados por el editor, el comité editorial o
los autores, haciendo correcto uso de dicha in-
§ Actuar de manera balanceada, objetiva y justa formación por los medios que le sean provistos.
sin ningún tipo de discriminación sexual, reli- No obstante, es su decisión conservar o copiar
giosa, política, de origen, o ética de los autores, el manuscrito en el proceso de evaluación.
haciendo correcto uso de las directrices pro- § Informar al editor y al comité editorial, de ma-
nunciadas en la Constitución Política de Co- nera oportuna, cuando el contenido de una
lombia en este aspecto. contribución académica presente elementos
§ Considerar, editar y publicar las contribuciones de plagio o se asemeje sustancialmente a otros
académicas únicamente por sus méritos acadé- productos de investigación publicados o en
micos sin tomar en cuenta ningún tipo de in- proceso de publicación.
fluencia comercial o conflicto de interés. § Informar cualquier posible conflicto de inte-
§ Acoger y seguir los procedimientos adecuados reses con una contribución académica por
para resolver posibles quejas o malentendidos relaciones financieras, institucionales, de cola-
de carácter ético o de conflicto de interés. El boración o de otro tipo entre el revisor y los
editor y el comité editorial actuaran en con- autores. Para tal caso, y si es necesario, retirar
cordancia con los reglamentos, políticas y pro- sus servicios en la evaluación del manuscrito.
cedimientos establecidos por la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas y particular- Responsabilidades de los autores
mente en el Acuerdo 023 de junio 19 de 2012
del Consejo Académico, por el cual se regla- § Mantener soportes y registros precisos de los
menta la política editorial de la Universidad y datos y análisis de datos relacionados con el
la normatividad vigente en el tema en Colom- manuscrito presentado a consideración de la
bia. En todo caso se dará a los autores oportu- revista. Cuando el editor o el comité editorial
nidad para responder ante posibles conflictos de la revista requieran esta información (por
de interés. Cualquier tipo de queja debe ser motivos razonables) los autores deberán sumi-
sustentada con documentación y soportes que nistrar o facilitar el acceso a esta. Al momento
comprueben la conducta inadecuada. de ser requeridos, los datos originales entrarán

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DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS EDITORIALES Y NORMAS ÉTICAS DE COLOMBIA FORESTAL


en una cadena de custodia que asegure la con- o en los casos donde se considere necesario re-
fidencialidad y protección de la información tirar el manuscrito del número publicado.
por parte de la revista.
§ Confirmar mediante una carta de originalidad Responsabilidad de la Universidad Distrital
(formato preestablecido por la revista) que la
contribución académica sometida a evaluación § La Universidad Distrital Francisco José de Cal-
no está siendo considerada ò ha sido sometida das, en cuyo nombre se publica la revista Co-
y/ò aceptada en otra publicación. Cuando par- lombia Forestal y siguiendo lo estipulado en el
te del contenido de esta contribución ha sido Acuerdo 023 de junio 19 de 2012 del Consejo
publicado o presentado en otro medio de di- Académico, por el cual se reglamenta la Po-
fusión, los autores deberán reconocer y citar lítica Editorial de la Universidad, se asegurará
las respectivas fuentes y créditos académicos. que las normas éticas y las buenas prácticas se
Además, deberán presentar copia al editor y al cumplan a cabalidad.
comité editorial de cualquier publicación que
pueda tener contenido superpuesto o estrecha- Procedimientos para tratar un
mente relacionado con la contribución some- comportamiento no ético
tida a consideración. Adicionalmente, el autor
debe reconocer los respectivos créditos del Identificación de los comportamientos no
material reproducido de otras fuentes. Aquellos éticos
elementos como tablas, figuras o patentes, que § El comportamiento no ético por parte de los
requieren un permiso especial para ser repro- autores del cual tengan conocimiento o sea in-
ducidas deberán estar acompañadas con una formada la revista, serán examinados en prime-
carta de aceptación de reproducción por parte ra instancia por el Editor y el Comité Editorial
de los poseedores de los derechos de autor del de la revista.
producto utilizado. § El comportamiento no ético puede incluir, pero
§ En aquellas investigaciones donde se experi- no necesariamente limitarse, a lo estipulado en
mente con animales se deben mantener y ase- la declaración de buenas prácticas y normas
gurar las prácticas adecuadas establecidas en éticas de la revista Colombia Forestal, la regla-
las normas que regulan estas actividades. mentación de la Facultad del Medio Ambiente
§ Declarar cualquier posible conflicto de in- y Recursos Naturales y la Universidad Distrital
terés que pueda ejercer una influencia inde- Francisco José de Caldas en esta materia.
bida en cualquier momento del proceso de § La información sobre un comportamiento no
publicación. ético, debe hacerse por escrito y estar acompa-
§ Revisar cuidadosamente las artes finales de la ñada con pruebas tangibles, fiables y suficien-
contribución, previamente a la publicación en tes para iniciar un proceso de investigación.
la revista, informando sobre los errores que se Todas las denuncias deberán ser consideradas
puedan presentar y deban ser corregidos. En y tratadas de la misma manera, hasta que se
caso de encontrar errores significativos, una adopte una decisión o conclusión exitosa.
vez publicada la contribución académica, los § La comunicación de un comportamiento no éti-
autores deberán notificar oportunamente al co debe informarse en primera instancia preferi-
editor y al comité editorial, cooperando pos- blemente al editor de la revista, en consecuencia
teriormente con la revista en la publicación de al comité editorial o al comité de publicaciones
una fe de erratas, apéndice, aviso, corrección, de la Facultad del Medio Ambiente. En aquellos

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DECLARACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS EDITORIALES Y NORMAS ÉTICAS DE COLOMBIA FORESTAL


casos donde los anteriores actores no den res- Resultados (en orden creciente de gravedad,
puesta oportuna, deberá informarse el compor- podrán aplicarse por separado o en
tamiento no ético al comité de publicaciones de combinación)
la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. § Informar a los autores o revisores donde parece
§ La queja sobre un comportamiento no ético por haber un malentendido o mala práctica de las
parte del Editor o el Comité Editorial de la revis- normas éticas.
ta deberá ser informado ante el comité de publi- § Enviar una comunicación oficial dirigida a los
caciones de la Facultad del Medio Ambiente y autores o revisores que indique la falta de con-
Recursos Naturales de la Universidad Distrital. ducta ética y sirva como precedente para buen
comportamiento en el futuro.
Investigación § Hacer una notificación pública formal en la
§ La primera decisión debe ser tomada por el que se detalle la mala conducta con base en
editor, quien debe consultar o buscar el ase- las evidencias del proceso de investigación.
soramiento del Comité Editorial y el Comité de § Hacer una página de editorial que denuncie de
Publicaciones de la Facultad del Medio Am- manera detallada la mala conducta con base
biente, según el caso. en las evidencias del proceso de investigación.
§ Las evidencias de la investigación serán mante- § Enviar una carta formal dirigida a las entidades
nidas en confidencialidad. de afiliación institucional de los autores que
§ Un comportamiento no ético, que el Editor a su vez respaldan o financian el proceso de
considere menor, puede ser tratado entre él y investigación.
los autores sin necesidad de consultas adicio- § Realizar correcciones, modificaciones o de ser
nales. En todo caso, los autores deben tener la necesario retirar el artículo de la publicación
oportunidad de responder a las denuncias rea- de la revista, clausurando los servicios de ind-
lizadas por comportamiento no ético. exación y el número de lectores de la publica-
§ Un comportamiento no ético de carácter grave ción e informando a la institución de afiliación
se debe notificar a las entidades de afiliación de los autores y a los revisores esta decisión.
institucional de los autores o que respaldan la § Realizar un embargo oficial de cinco años al
investigación. El editor, en consideración con autor, periodo en el cual no podrá volver a pu-
la Universidad Distrital, debe tomar la decisión blicar en la revista.
de si debe o no involucrar a los patrocinadores, § Denunciar el caso y el resultado de la inves-
ya sea mediante el examen de la evidencia dis- tigación ante las autoridades competentes, en
ponible o mediante nuevas consultas con un caso que el buen nombre de la Universidad
número limitado de expertos. Distrital se vea comprometido.

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INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES

La revista Colombia Forestal publica contribucio- del Comité Editorial respecto a la inclusión de las
nes originales en diferentes temáticas del campo modificaciones solicitadas al autor. Cuando el ma-
forestal y del medio ambiente, con especial énfa- nuscrito es aceptado para publicación, los autores
sis en la República de Colombia. La revista está deberán firmar una declaración de originalidad y
dirigida a un amplio público a nivel nacional e in- una autorización de los derechos de publicación y
ternacional, especialmente a profesionales direc- reproducción del manuscrito y de la inclusión en
tamente relacionados con el manejo de recursos bases de datos, páginas web o páginas electróni-
naturales renovables. cas, nacionales o internacionales. Cada autor reci-
birá tres (3) ejemplares del volumen en el cual se
Selección y evaluación de los manuscritos publica su artículo.
sometidos para publicación
Tipos de artículo
El proceso de evaluación de un manuscrito consta
de una preselección y revisión general por el Comi- Las contribuciones de los colaboradores de la re-
té Editorial, seguida de una evaluación doblemen- vista Colombia Forestal podrán corresponder a
te anónima solicitada a pares especialistas en cada uno de los siguientes tipos de artículos:
tema. Una vez realizada la evaluación por parte Artículo de investigación: manuscrito que pre-
de los pares académicos, los autores recibirán el senta de manera detallada los resultados originales
respectivo concepto, el cual puede ser aceptado, de proyectos de investigación, siguiendo la meto-
aceptado con modificaciones menores, aceptado dología científica, los cuales representan aportes
con modificaciones mayores o no aceptado. En importantes a las ciencias forestales y del medio
aquellos casos en que el manuscrito sea aceptado ambiente.
con modificaciones, el autor recibirá también las Artículo de revisión: manuscrito resultado de
sugerencias y comentarios realizados por los eva- una investigación en el cual se analizan, sistema-
luadores. Los manuscritos que no se ajusten a la tizan e integran los resultados de investigaciones
temática de la revista y aquellos que no sigan en publicadas, proporcionando información relacio-
su totalidad las instrucciones para los autores serán nada con los avances y las tendencias de desarro-
devueltos sin pasar por el proceso de evaluación. llo científico y tecnológico. Los artículos deben
Los autores contarán con máximo un mes de presentar una cuidadosa revisión bibliográfica de
plazo, a partir del envío de las evaluaciones, para por lo menos 50 referencias, provenientes de ar-
hacer los ajustes del caso y enviar de nuevo la ver- tículos científicos en un 70 %, como mínimo. Los
sión corregida del manuscrito al editor de la revis- artículos de revisión preferiblemente serán solici-
ta, acompañada de una carta explicativa en donde tados por el editor general de la revista a un espe-
se detallen los ajustes incorporados. El Comité Edi- cialista del tema.
torial verificará la incorporación de los cambios al La revista también podrá incluir una sección de
manuscrito y si lo considera pertinente la enviará Notas y Comentarios, con notas de interés técnico
de nuevo al par evaluador para su concepto. La sobre conferencias, seminarios, foros, programas
decisión final sobre la publicación del manuscrito de investigación, extensión, educación y comen-
estará sujeta a la conformidad del par académico y tarios sobre nuevos libros o revistas.

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INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES


Instrucciones para preparación de debe ser separado del título principal por medio
manuscritos de dos puntos seguidos (:). El primer título debe
corresponder al idioma original de la publicación
El manuscrito, escrito en español o en inglés, no y debe escribirse en letra mayúscula. El segundo
debe exceder de 30 páginas tamaño carta, escritas título debe ser escrito en letra minúscula. Los nom-
a doble espacio incluyendo texto, tablas, figuras y bres científicos utilizados en los títulos se deben
anexos. El texto debe escribirse en letra Times New escribir en letra minúscula itálica, para los dos tí-
Roman, tamaño 11, alineado a la izquierda o sin tulos, además deben incluir el autor del nombre
justificar. científico, escrito en letra minúscula normal (por
En la primera página del manuscrito se debe ejemplo: Podocarpus oleifolius D. Don ex Lamb.)
indicar el título del artículo, los nombres com- Resumen: este aparte debe representar una
pletos del autor o autores y en nota al pie de pá- síntesis del trabajo. Es necesario que incluya una
gina, el nombre de la institución de afiliación del breve alusión al objetivo de la investigación, la
autor, dirección postal y correo electrónico (pre- metodología utilizada, los resultados y la impor-
feriblemente institucional). En el pie de página tancia de los hallazgos, en ese mismo orden. Los
también se debe indicar el autor encargado de la puntos clave de cada una de las secciones del ar-
correspondencia. tículo deben verse reflejados en el resumen. No se
Luego del encabezamiento del artículo con los deben utilizar abreviaturas ni citas.
respectivos títulos en español e inglés (o inglés y es- Introducción: este texto debe estar limitado al
pañol cuando se trate de un manuscrito en inglés), objeto de estudio, la definición del problema, la
debe ir un título corto, un resumen en español y justificación del estudio y sus objetivos. Puede pre-
un abstract en inglés, de no más de 150 palabras sentarse un breve marco teórico, siempre y cuando
para cada uno. También se deben incluir mínimo esté directamente relacionado con el problema de
tres y máximo diez palabras clave y keywords, en investigación.
lo posible diferentes a las mostradas en el título y Materiales y métodos: en esta sección se debe-
que reflejen el contenido del manuscrito y sean rá incluir información asociada con el área donde
apropiadas para motores de búsqueda. Las pala- se desarrolla la investigación (localización, infor-
bras clave deben ir ordenadas alfabéticamente y mación climática, entre otros). Además, debe in-
las keywords deben corresponder en orden a la cluir las técnicas y materiales de trabajo para la
traducción de las palabras clave. Se recomienda captura de información y el procesamiento y aná-
usar tesauros de ciencias naturales en agricultura, lisis de datos, incluyendo los recursos de software
biología, forestería y medio ambiente. utilizados.
El contenido principal de los manuscritos de un Resultados: esta sección debe presentar los re-
artículo de investigación debe incluir las siguientes sultados obtenidos, con base única y exclusiva-
secciones en forma secuencial: Introducción, ma- mente en la metodología planteada. Las tablas y
teriales y métodos (incluye área de estudio), resul- figuras asociadas deben ser coherentes a lo escrito
tados, discusión, conclusiones, agradecimientos y y responder a los objetivos de la investigación.
referencias bibliográficas. En los manuscritos de Discusión: en esta sección se confrontan y ar-
revisión no se requiere especificar las secciones de gumentan los resultados del estudio realizado con
objetivos, materiales y métodos y resultados. los resultados reportados por otros investigadores
Título: presenta de manera concisa el tema tra- en la literatura académica que abarquen la temá-
tado en la investigación, no debe exceder 15 pa- tica de análisis.
labras y se debe evitar el uso de puntos seguidos Conclusiones: esta sección debe presen-
y guiones. En caso de presentar un subtítulo, este tar los principales hallazgos encontrados por la

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INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES


investigación, así como las implicaciones de la 1. Artículos de revistas. Apellido del autor, ini-
publicación en la temática específica de estudio. cial(es) del nombre. Año entre paréntesis. Título del
Agradecimientos: debe presentar de manera artículo. Nombre completo (no abreviado) de la re-
sucinta las principales instituciones financiadoras vista, volumen y número (entre paréntesis), rango de
del proyecto, entes cooperantes y demás actores páginas. Cuando se trate de dos o más autores, luego
que incidieron en el desarrollo de la investigación del apellido e inicial(es) del nombre del primer au-
y elaboración del artículo. tor, seguido por una coma se coloca el apellido del
Referencias bibliográficas: El formato de Co- segundo autor y la(s) inicial(es) del(os) nombre(s), y
lombia Forestal se basa en las normas APA (6ta edi- así sucesivamente, separándolos con comas.
ción), con modificaciones tanto para la creación
como para la estandarización de citas y referen- Ejemplos:
cias bibliográficas en los manuscritos. Las citas en Páez, F.E. (1983). Un nuevo registro de planta para
el texto se ordenan cronológicamente cuando se Colombia. Lozania, 5, 32- 46.
trata de más de una fuente y deben corresponder Mendoza, H. y Ramírez, B. (2001). Dicotiledóneas
en su totalidad a las referencias en la sección de de La Planada, Colombia: Lista de especies. Bio-
referencias bibliográficas. La separación entre el ta Colombiana, 2, 123-126.
autor y el año se debe realizar mediante el uso de Dey, D., Royo, A., Brose, P., Hutchinson, T., Spe-
coma (,) y la separación entre citas se debe hacer tich, M. y Scott, S. (2010). An ecologically based
con un punto y coma (;). approach to oak silviculture: a synthesis of 50
years of oak ecosystem research in North Ameri-
Ejemplos: ca. Colombia Forestal, 13(2), 201-222.
- Según Castro (1945) y González y Ruiz (1996),
- … (Castro, 1945, 1975; González y Ruiz, 1996; 2. Libros. Apellido del autor, inicial(es) del(os)
Ramírez et al., 2009). nombre(s). Año entre paréntesis. Título del libro.
Ciudad: Nombre de la Editorial. Número de pági-
Se debe usar et al., para citar publicaciones de nas. Si se trata de un libro colegiado, pero no un
más de dos autores y a, b, c, d, etc., para distinguir capítulo específico, como autor se utiliza el nom-
entre varios trabajos del mismo autor y año. bre del editor o editores seguido de (ed.) o (eds.).
Cuando se trate de dos o más autores, luego del
Ejemplos: apellido e inicial del nombre del primer autor, se-
- Como mencionan Parrado-Rosselli et al. (2007, guido por una coma se coloca el apellido del se-
2007a, 2007b). gundo autor y la(s) inicial(es) del(os) nombre(s), y
- ... (Parrado-Rosselli et al., 2007, 2007a; López y así sucesivamente, separándolos con comas.
Ferreira, 2008, 2008a).
Ejemplos:
Las referencias en la sección de referencias Krebs, J. (1978). Ecological methodology. New York:
bibliográficas deben ordenarse alfabéticamen- Harpers y Row, Publisher. 166 p.
te según el apellido del primer autor y cronoló- Mahecha, G., Rosales, H., Ruiz, G. y Mota, P. (2008).
gicamente para cada autor, o cada combinación Las propiedades mecánicas de la madera de tres es-
de autores. En esta sección se deben escribir los pecies forestales. Bogotá: Editorial Manrique. 134 p.
nombres de todos los autores, sin usar et al. Los
nombres de las publicaciones seriadas deben es- 3. Capítulo dentro de un libro. Apellido del au-
cribirse completos, no abreviados. Siga el siguien- tor del capítulo, inicial(es) del(os) nombre(s). Año
te formato: entre paréntesis. Título del capítulo. En inicial(es)

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INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES


del(os) nombre(s) del editor y apellido (ed. o eds.). diferentes grados de intervención antropogénica
Nombre del Libro (pp. seguido del rango de pági- de los bosques de tierra firme del Parque Nacio-
nas). Ciudad: Nombre de la Editorial. Cuando se nal Natural Amacayacú, Amazonas-Colombia
trate de dos o más autores: luego del apellido e (Trabajo de pregrado, Ingeniería Forestal). Bogo-
inicial del nombre del primer autor, seguido por tá: Universidad Distrital Francisco José de Cal-
una coma se coloca el apellido del segundo autor das. 90 p.
y la(s) inicial(es) del(os) nombre(s), y así sucesiva- Pitman, N. (2000). A large-scale inventory of two
mente, separándolos con comas. Amazonian tree communities (Ph.D. thesis) Dur-
ham: Duke University, Department of Botany.
Ejemplos: 220 p.
Suárez, R.L. (1985). La familia Melastomataceae.
En M.R. Téllez y L.J. Torres (eds.). Los arboles de 5. Software. Autor(es). Año entre paréntesis.
la Costa Atlántica (pp. 187-195). Lima: Editorial Nombre del software. Ciudad: Nombre de la insti-
Pulido. tución u organización que desarrolla el software.
Prentice, I.C. (2001). The carbon cycle and atmos- ISBN, Dirección URL de contacto.
pheric carbon dioxide. En J.T. Houghton, Y. Ding,
D.J. Griggs, M. Noguer, P.J. van der Linden, X. R Development Core Team. (2008). R: A langua-
Dai, K. Maskell y C.A. Johnson (eds.). Climate ge and environment for statistical computing.
Change 2001: The Scientific Basis (pp. 135-237). Vienna: R Foundation for Statistical Computing.
United Kingdom-New York: Cambridge Univer- ISBN: 3-900051-07-0, Recuperado de http://
sity Press. www.R-project.org.

4. Documentos de grado. Se debe evitar el uso Figuras y tablas


trabajos y tesis de grado. Se recomienda, utilizar y
referenciar las publicaciones en revistas arbitradas Las figuras (fotos, mapas, ilustraciones y gráfi-
derivadas de dicho trabajo. De ser estrictamente ne- cas) deben incluir en la parte inferior la respec-
cesario, estos documentos se deben citar de la si- tiva leyenda numerada en orden secuencial que
guiente manera: Apellido del autor, inicial(es) del(os) explique detalladamente el contenido (usar letra
nombre(s). Año entre paréntesis. Título del documen- tamaño Times New Roman, 10 puntos). Las figu-
to de grado (por ejemplo tesis doctoral, trabajado de ras deben incluir el título de los ejes (con inicial
pregrado), seguido del programa de graduación (por mayúscula) centrado y las unidades de medida. La
ejemplo Ingeniería Forestal, M.Sc., Ph.D). Ciudad: letra de todas las graficas debe ser Times New Ro-
Nombre de la institución que publica o afiliación man, en un tamaño apropiado para impresión. Si
institucional del documento. Número de páginas. en cada figura hay más de un panel, utilice letras
Cuando se trate de dos o más autores, luego del ape- minúsculas (a, b, c) para designar cada uno. Uti-
llido e inicial del nombre del primer autor, seguido lice color en las figuras, recuerde que la publica-
por una coma se coloca el apellido del segundo au- ción será online. Envíe las figuras en formato jpg
tor y la(s) inicial(es) del(os) nombre(s), y así sucesiva- o .tif con una resolución mínima de 300 dpi y un
mente, separándolos con comas. ancho mínimo de 1200 pixeles.
Las tablas deben estar acompañadas de la le-
Ejemplo: yenda en la parte superior que explique detalla-
González-M., R. (2010). Cambios en la distribu- damente el contenido (usar letra tamaño 10), sin
ción espacial y abundancia de la palma Bombo- líneas verticales y solo tres líneas horizontales. Las
na (Iriartea deltoidea Ruiz & Pav., Arecaceae) en tablas y figura (máximo 5 de cada una) deben estar

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INSTRUCCIONES PARA LOS AUTORES


citadas en el texto y si el manuscrito es aceptado por un punto (ejemplo: 0.5, no 0,5), las cifras de
para publicación, deben enviarse en archivo apar- los miles se agrupan de a tres, comenzando por la
te, una por cada hoja, primero todas las tablas y derecha, con un espacio entre cada grupo, en nú-
luego todas las figuras. meros de cinco o más cifras (15 000). Los números
En los casos excepcionales en los que se incor- de cuatro cifras se escriben todos juntos (1500, no
poren figuras o tablas, tomadas de otra publica- 1 500). Para porcentajes y grados utilice símbolos
ción, se debe tener autorización por escrito del(os) (ejemplo: 15 %, no 15 por ciento).
propietarios de los derechos de copia y reproduc- Posición geográfica: escriba siempre en minús-
ción, así como citar la fuente. La Revista Colom- cula los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste),
bia Forestal entenderá que todas las figuras y tablas exceptuando cuando se usen las abreviaturas (N, S,
son originales y responsabilidad de los autores, E, W). Las coordenadas geográficas se deben con-
salvo en los casos que se envíe la notificación es- formar de la siguiente manera: grados (º); minutos
crita en la que se certifique lo contrario. Figuras y (’); segundos (’’); latitud (norte, sur o N, S)–grados (º),
tablas con cita fuente serán eliminadas en el caso minutos (’), segundos (’’); longitud (este, oeste o E,
que los autores no envíen esta certificación. W). Ejemplo: 04°12’11.5” latitud norte–78°24’12”
longitud oeste). La altitud geográfica se debe expre-
Nomenclatura, abreviaturas, siglas y unidades sar en m de altitud y no en m.s.n.m. o msnm.

Nombres científicos: el nombre completo en Envío


latín (género y epíteto) debe mencionarse comple-
tamente para cada organismo la primera vez que El(los) autor(es) debe(n) cargar los archi-
se aluda en el texto, desde la sección de introduc- vos directamente en el aplicativo: http://revistas.
ción, (por ejemplo: Protium heptaphyllum (Aubl.) udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor/about/sub-
March.), posteriormente deberá mencionarse tan missions#onlineSubmissions, para lo cual previa-
solo la letra inicial en mayúscula del género y el mente deben crear un usuario como autor y seguir
epíteto completo (ejemplo: P. heptaphyllum). Se las instrucciones del aplicativo. El archivo de texto
debe corroborar la correcta escritura de los nom- debe estar en formato Word y no superar 3 mb; asi-
bres en latín, así como los autores; para esto se re- mismo, se debe numerar consecutivamente todas
comienda utilizar las bases especializadas como las líneas del manuscrito. Las figuras y tablas de-
W3-Trópicos (http://mobot.mobot.org/), The In- ben estar incorporadas al final del manuscrito. Los
ternacional Plant Names Index (http://www.ipni. archivos originales de cada figura y tablas en alta
org/), The Plant List (http://www.theplantlist.org/). resolución solo se requerirán cuando el manuscri-
Abreviaturas: se debe usar letra cursiva en to haya sido aceptado para publicación; en este
abreviaturas como e.g. i.e. et al. No utilice cursiva caso, una vez sean solicitados se deben subir en el
en los términos sp., cf. y aff., ni en los nombres de aplicativo como ficheros adicionales.
los autores. Las siglas y acrónimos se deben des-
cribir la primera vez que se mencionen en el tex- Información adicional
to (ejemplo: Organización de las Naciones Unidas
-ONU); posteriormente, solo se debe usar la sigla Para información adicional o consulta sobre las
o el acrónimo. instrucciones a los autores, visite la dirección
Unidades de medida: las unidades utilizadas http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/col-
deben seguir los siguientes parámetros: Sistema In- for/index o escríbanos a la siguiente dirección de
ternacional de Unidades: ha, km, m, cm, mm, h, correo electrónico colombiaforestal.ud@correo.
min, s, kg, g. Las cifras decimales deben separarse udistrital.edu.co.

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GUIDELINES FOR AUTHORS


GUIDELINES FOR AUTHORS

Colombia Forestal publishes original contributions Types of article


in forestry, renewable natural resources and the en-
vironment, with special emphasis on the Republic Colombia Forestal accepts the following types of
of Colombia. The journal is aimed both nationally article:
and internationally at professionals involved in the Research Article: This is a manuscript that pre-
management of renewable resources. sents in a detailed way the results of original re-
search projects, following scientific methodology
Selection and evaluation of manuscripts that also represents an important contribution to
forest science or to the area of renewable natural
The process of manuscript evaluation involves resources.
short listing and general revision by an Editorial Revision Article: This is a manuscript based on
Committee followed by evaluation by specialist the results of published or unpublished studies that
peers. Peer reviewers will assign a status for each have been integrated to provide information rela-
manuscript: approved, approved with some minor ted to a particular theme. The articles must include
modifications, approved with major modifications a careful bibliographic revision of at least 50 refe-
or not approved. In cases in which a manuscript is rences. Revision articles will preferably have been
approved with some modifications the author will solicited by the general editor of the journal to a
receive the suggestions and comments made by specialist in the topic.
the reviewers. The journal also includes a Notes and Com-
The authors will be given a maximum of one ments section, which can include notes of tech-
month to make the corrections required including nical interest about conferences, fora, research,
the day in which the manuscripts are returned with communication or education programs, as well as
the reviewers comments. The revised manuscript reviews of new books or journals.
must then be sent to the editor of the journal with
a letter explaining the adjustments made. The Edi- Preparation instructions
torial Committee will verify incorporation of the
changes to the manuscript and if they consider it The manuscript must not exceed 30 (thirty) pages
necessary it will be returned to the peer reviewer letter sized, double spaced including the text, ta-
for further evaluation. bles, diagrams and appendices. The text must be
The final decision on publication of the ma- written in Times New Roman font, size 11 and alig-
nuscript will be made by the peer reviewer and ned to the left.
the Editorial Committee. If the document is appro- The first page of the manuscript must indicate
ved for publication the authors will be required to the title of the article, the full name of the author
sign a declaration of originality and an authoriza- or authors with a footnote indicating author affilia-
tion of the rights of publication and reproduction tion, postal address and email. In the footnote the
of their manuscript, as well as the inclusion of it author for correspondence must be indicated.
in databases, web sites or any electronic pages, After the heading of the article with the titles
national or international. Each author will receive in Spanish and English, a short running head title
three copies of the volume in which their article is must be written, followed by an abstract in Spanish
published. and one in English each of which can be up to 150

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GUIDELINES FOR AUTHORS


words. A minimum of three and a maximum of ten Discussion: interpret the results of the study and
key words must be included, preferably different compare with results reported in previously publi-
from those used in the title but that also reflect the shed relevant literature.
content of the article and that may be appropriate Conclusions: present the main findings of the
for search engines. project and the implications for the study area.
The main content of all the manuscripts except Acknowledgements: state the institutes that pro-
revision articles must have the following sections vided finance for the project along with the indi-
arranged in the sequence indicated: Introduction, viduals that helped with the development of the
Materials and Methods, Results, Discussion, Con- study and the production of the paper.
clusions, Acknowledgements and Bibliographic Bibliographic References: follow the format
References. In addition to the appendices, tables laid out in the 6th edition of the APA with some
and diagrams must be included. In revision articles modifications. References in the text must be or-
it is not necessary to specify the objectives, mate- ganized chronologically and must directly corres-
rials and methods or results sections. pond to those cited in the section Bibliographic
Title: this should concisely state the subject of the References.
study and should not exceed 15 words. Avoid the
use of colons and hyphens but if a sub-title is neces- Examples:
sary this should be separated from the main title by - According to Castro (1945) and González and Ruiz
a colon. The main title should be written in upper- (1996),
case and the sub-title in lower-case. Scientific names - (Castro, 1945; González and Ruiz, 1996; Ramírez
should be written in lower-case italics and should et al., 2009).
include the author written in normal lowercase (for
example Podocarpus oleifolius D. Don ex Lamb.). The letters a, b, c, d, etc. must be used to dis-
Abstract: the summary must be a short synthe- tinguish different articles by the same author in the
sis of the text. This includes a brief mention of the same year.
objectives of the research, the methodology, the
results and the importance of the findings in that - As mentioned by Parrado-Rosselli et al. (2007,
order. The key points of each section must be re- 2007a, 2007b).
flected in the summary. Abbreviations and quotes - Parrado-Rosselli et al. (2007, 2007a; López and Fe-
should not be used. rreira, 2008, 2008a).
Introduction: this should be limited to the ob-
jectives of the study, definition of the problem and References must be ordered alphabetically accor-
justification for the study. A brief theoretical fra- ding to the last name of the first author and chrono-
mework can be given only if it is directly related to logically for each author or combination of authors.
the research problem. The names of all the authors must be written.
Materials and Methods: include information on The names of journals must not be abbreviated.
the geographical area of the study (locality, climatic Use the following format:
data etc.). Also include information on the techniques 1. Journal Articles: Last name of the author, ini-
utilized, the study material and the method of analy- tial(s) of the name. Year. Title of the Article. Full
sis, including which software resources were used. name of the journal, volume and number (in brac-
Results: present the results on the basis of the kets): range of pages. When there are two or more
methodology indicated in the previous section. Ta- authors, the last name and initial of the name of
bles and associated figures should directly respond the first author, must be followed by a comma, and
to the objectives of the investigation. then by the initial(s) with period of the name of the

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GUIDELINES FOR AUTHORS


second author followed by the last name and so author, followed by the last name and so on, sepa-
on, using commas to separate them. rating them with commas.

Examples: Examples:
Páez, F.E. (1983). Un nuevo registro de planta para Suárez, R.L. (1985). La familia Melastomataceae. En
Colombia. Lozania, 5, 32- 46. M.R. Téllez and L.J. Torres (eds.). Los arboles de
Mendoza, H. and Ramírez, B. (2001). Dicotiledóne- la Costa Atlántica (pp. 187-195). Lima: Editorial
as de La Planada, Colombia: Lista de especies. Pulido.
Biota Colombiana, 2, 123-126. Prentice, I.C. (2001). The Carbon Cycle and At-
Dey, D., Royo, A., Brose, P., Hutchinson, T., Spetich, mospheric Carbon Dioxide. En J.T. Houghton, Y.
M. and Scott, S. (2010). An ecologically based Ding, D.J. Griggs, M. Noguer, P.J. van der Lin-
approach to oak silviculture: a synthesis of 50 den, X. Dai, K. Maskell and C.A. Johnson (eds.).
years of oak ecosystem research in North Ameri- Climate Change 2001: The Scientific Basis (pp.
ca. Colombia Forestal, 13(2), 201-222. 135-237). United Kingdom-New York: Cambrid-
ge University Press.
2. Books. Last name of the author, author ini-
tial(s). Year. Title of the book. Name of the editorial 4. Senior projects or unprecedented publi-
house. City. Number of pages. If it is a collegiate cations. Last name of the author, initial(s) of the
book but not a specific chapter, the name of the name(s). Year. Title of the Senior Project or unpre-
editor(s) is used as the name of the author followed cedented publication. Type of publication.
by (ed.) or (eds.). When there are two or more au- Name of the institution or company that publi-
thors the last name and initial of the name of the shes the document. City. Number of pages. When
first author, should be followed by a comma fo- there are two or more authors, the last name and ini-
llowed by the initial(s) with period of the name of tial of the name of the first author should be followed
the second author followed by the last name and by comma, followed by the initial(s) of the name of
so on, separating them with commas. the second author with period, followed by the last
name and so on, separating them with commas.
Examples:
Krebs, J. (1978). Ecological methodology. New York: Examples:
Harpers and Row, Publisher. 166 p. González-M., R. (2010). Cambios en la distribución
Mahecha, G., Rosales, H., Ruiz, G. and Mota, P. espacial y abundancia de la palma Bombona
(2008). Las propiedades mecánicas de la made- (Iriartea deltoidea Ruiz & Pav., Arecaceae) en di-
ra de tres especies forestales. Bogotá: Editorial ferentes grados de intervención antropogénica de
Manrique. 134 p. los bosques de tierra firme del Parque Nacional
Natural Amacayacú, Amazonas-Colombia (Traba-
3. Chapter within a book. Last name of the au- jo de pregrado, Ingeniería Forestal). Bogotá: Uni-
thor of the chapter, initial(s) of the name(s). Year. versidad Distrital Francisco José de Caldas. 90 p.
Title of the chapter, number of pages. Last name of Pitman, N. (2000). A large-scale inventory of two Ama-
the editor and initial(s) of the name(s) zonian tree communities (Ph.D. thesis) Durham:
(ed). Name of the book. Name of the editorial Duke University, Department of Botany. 220 p.
house, City. When there are two or more authors
or editors the last name and initial of the name of 5. Software. Author(s). Year. Name of the software.
the first author should be followed by a comma, Name of the institution or organization that develo-
the initial(s) with period of the name of the second ped the software. City. ISBN. URL address of contact.

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GUIDELINES FOR AUTHORS


Example: written in italics as should abbreviations e.g. i.e. et


R Development Core Team. (2008). R: A language al. Do not use italics with the terms sp., cf. or aff.,
and environment for statistical computing. nor with the names of authors. Acronyms should
Vienna: R Foundation for Statistical Computing. be written in full the first time that they are mentio-
ISBN: 3-900051-07-0, recuperado de http:// ned in the text, for example, United Nations (UN),
www.R-project.org and thereafter use just the acronym or initials.
Units of Measurement: follow the International
Figures and tables System of Units: ha, km, m, cm, mm, h, min, s, kg,
g. Decimals should be separated by a point (e.g.
Figures (photos, maps, illustrations and graphs) 0.5 and not 0,5), while units of thousand should be
must include in the reverse side the correspondent separated by a space (e.g. 28 000 and not 28,000).
label numbered in sequential order that also exp- For percentages and degrees utilize symbols rather
lains content detail (font size 10). Graphs must in- than words (e.g. 15 %, not 15 percent).
clude the title of the axis centered (with the initial Geographic position: write north, south, east
in capital letter) together with the units of measu- and west in lower-case or use upper-case when
rement. The font of all the graphs must be Times using abbreviations (i.e., N, S, E and W). Geogra-
New Roman, at an appropriate size for printing. phical coordinates should be written as degrees (º),
If in each illustration there is more than one pa- minutes (‘) and seconds (‘’) latitude (north, south
nel, lower case (a, b, c) must be used to designate or N, S) followed by degrees (º), minutes (‘) and
each one. Use color in illustrations. Send the illus- seconds (‘’) longitude (east, west or E, W), (exam-
trations in the following formats: .jpg or .tif with a ple: 04°12′11.5″ north–78°24′12″ west). Altitude
minimum resolution of 300 dpi and a minimum should be stated in metres without using the ab-
width of 1200 pixels. breviation a.s.l.
Tables must be included with the legend explai-
ning in detail the content (font size 10) placed abo- Instructions for submitting the document
ve. The table should be without vertical lines and Manuscript may be uploaded using the following
with only three horizontal lines. The tables and link: http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/col-
illustrations must be quoted in the text and must for/about/submissions#onlineSubmissions. It will be
be sent in a different file, one on each sheet, first necessary to create an author user id before con-
all the tables and then all the illustrations. tinuing with the instructions. The file must be sent
Nomenclature, abbreviations, acronyms and in Word format or something compatible. The fi-
units Scientific names: the name in Latin (genus and gures and diagrams must be uploaded as separate
specific epithet) must be written completely for each files with their corresponding labels. The original
organism the first time it is mentioned in the text (e.g. document with the illustrations will be required
Protium heptaphyllum) and thereafter the initial of only after the document has been accepted for its
the genus must be written with a capital letter fo- publication.
llowed by the complete specific epithet (e.g. P. hep-
taphyllum). Names in Latin and authors should be Additional information
corroborated by referring to specialist databases such
as W3-Trópicos (http://mobot.mobot.org/) or The Inter- For additional information or details regarding au-
national Plant Names Index (http://www.ipni.org/). thor instructions visit http://revistas.udistrital.edu.co/
Abbreviations: The writing of scientific names ojs/index.php/colfor/index or write to the journal at
of plants or animals (genus and species) must be colombiaforestal.ud@correo.udistrital.edu.co

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Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales
Colomb. For. Volumen 24 Número 2. Bogotá, D.C. Julio-Diciembre de 2021 ISSN 0120-0739
Publicación semestral

Editor Grupo de árbitros del presente número


René López Camacho, Ph.D(c). Alexander Feijoo Martinez, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad Tecnológica de Pereira. Colombia
Ana Francisca González, Ph.D.
Comité editorial Universidad de Pamplona. Colombia.

Andrés Avella Muñoz, Ph.D. Antonio Carlos Batista, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad Federal de Paraná. Brasil.

Camila Pizano, Ph.D. Camilo Andrés Correa Ayram, Ph.D.


Universidad Icesi. Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Colombia.

Carlos Alfonso Zafra Mejía, Ph.D. Georgina Conti, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal. Argentina.

Beatriz Salgado Negret, Ph.D. Jordi Izquierdo Figarola, Ph.D.


Universidad Nacional de Colombia. Colombia. Universidad Politécnica de Cataluña. España.

Esteban Galeano Gómez, Ph.D. Juan Campos Alanis, Ph.D.


Universidad de Alberta. Canadá. Universidad Autónoma del Estado de México. México.
Gestión
Julio Eduardo Beltrán Vargas, Ph.D. Juan Carlos Suarez Salazar, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad de la Amazonía. Colombia.

Olga Patricia Pinzón, Ph.D. Juan Ramón Molina Martínez, Ph.D.


Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Colombia. Universidad de Córdoba. España.

René López Camacho, Ph.D(c). María del Rosario Rojas Robles, Ph.D.
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Facultad de Medio Ambiente Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
y Recursos Naturales. Colombia. Carlos Le Quesne, Ph.D. Indexación
Universidad Austral de Chile. Chile.
Preparación editorial y diseño Rosven Libardo Arévalo Fuentes, Ph.D.
Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico / Universidad Distrital Francisco José de Caldas Universidad del Tolima. Colombia.

Coordinación editorial-CIDC Comité científico


Fernando Piraquive
Antoine Cleff, Ph.D.
Universidad de Ámsterdam. Holanda.
Corrección de estilo para español
Lorena Niño Catalina Segura, Ph.D.
Oregon State University. Estados Unidos de América.

Corrección de estilo en inglés Felipe Bravo Oviedo, Ph.D.


Universidad de Valladolid. España.
Esteban Galeano Gómez, Ph.D.
Universidad de Alberta. Canadá. Guillermo Trincado, Ph.D.
Universidad Austral de Chile. Chile.
Fotografía de la cubierta Jesús Orlando Rangel, Ph.D.
Leonardo Moreno Giraldo Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
Lugar: Mirador Valle de la Samaria, San Félix, Caldas. Jorge Ignacio del Valle, Ph.D.
Universidad Nacional de Colombia. Colombia.
Diagramación electrónica y diseño de cubierta Joseph W. Veldman, Ph.D.
Andrés Mauricio Enciso Universidad Estatal de Iowa. Estados Unidos de América.
Pablo Stevenson, Ph.D.
Universidad de los Andes. Colombia.
Sandra Rodríguez Piñeros, Ph.D.
Universidad Autónoma de Chihuahua. México.

Universidad Distrital Francisco José de Caldas, sede Vivero – Avenida Circunvalar – Venado de Oro, Bogotá, Colombia. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Sede Vivero – Avenida Circunvalar – Venado de Oro, Bogotá, Colombia.
Correo electrónico: colombiaforestal.ud@correo.udistrital.edu.co Correo electrónico: colombiaforestal.ud@correo.udistrital.edu.co
Portal web: http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor Portal web: http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/colfor

Atribución-Compartir Igual Atribución-Compartir Igual


Vol. 24(2) • Bogotá-Colombia • Julio-Diciembre de 2021
IN MEMORIAM SERIES DE CLIMA EN ANILLOS DE Aspidosperma polyneuron
Müll.Arg. Y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
ANÁLISIS DE LA DEFORESTACIÓN EN LA MACARENA, Climate series in rings of Aspidosperma polyneuron Müll.Arg.
ANTES Y DESPUÉS DE LOS ACUERDOS DE PAZ y Anacardium excelsum (Bertero ex Kunth) Skeels
Analysis of deforestation in La Macarena before and after the Ana María Briceño-J. y Jesús Orlando Rangel-Ch
peace agreements
Jully Andrea Forero Riaño, Manuel Francisco Polanco Puerta DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE MUÉRDAGO ENANO EN LA
RESERVA DE LA BIOSFERA MARIPOSA MONARCA
CAUSALIDAD DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN PINAR Spatial distribution of dwarf mistletoe in Monarch Butterfly
DEL RÍO, CUBA (1975-2018) Biosphere Reserve
Causality of forest fires in Pinar del Río, Cuba (1975-2018) Nancy Martínez-Martínez, José Francisco Ramírez-Dávila,
Mailyvis Ynouye-Francés, Marcos Pedro Ramos-Rodríguez, Fidel Lara-Vázquez, Dulce Karen Figueroa-Figueroa

Revista Colombia Forestal • Vol. 24(2) • Julio-Diciembre de 2021 • ISSN 0120-0739


Luis Wilfredo Martínez-Becerra, Jesús María Cabrera-Reina,
Raúl González-Rodríguez, Armando Duany-Dangel

REDUCCIÓN DE EMISIONES DE CARBONO POR DEFORES- Publicación de la Facultad del Medio Ambiente y Recursos Naturales - Proyecto Curricular de Ingeniería Forestal • ISSN 0120-0739
TACIÓN EVITADA EN BOSQUES DEL ESPINAL (ENTRE Universidad Distrital Francisco José de Caldas
RÍOS, ARGENTINA)
Reduction of emissions by avoided deforestation in forests of
Espinal (Entre Ríos, Argentina)
Silvana María José Sione, Hernán Jair Andrade, Marcelo Germán
Wilson, Leandro Javier Rosenberger, María Carolina Sasal,
Silvia Gabriela Ledesma, Emmanuel Adrián Gabioud

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