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Alba

El documento narra la historia de un príncipe encarcelado llamado Tian Xiao y una mujer herida llamada Yu Yao que es arrojada a su celda. Tian Xiao intenta conversar con Yu Yao y ayudarla con su herida, pero ella se muestra fría y rechaza su contacto.
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Alba

El documento narra la historia de un príncipe encarcelado llamado Tian Xiao y una mujer herida llamada Yu Yao que es arrojada a su celda. Tian Xiao intenta conversar con Yu Yao y ayudarla con su herida, pero ella se muestra fría y rechaza su contacto.
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Alba

by xxxkiyo

Traducción del inglés al español

Título original:
Autor:
Año: 2013
Estado: Finalizado (9 capítulos)
Estado de traducción: Finalizado
• Estado de edición: Finalizado
Traducción chino-inglés: Meraki Translations

Raws: http://www.jjwxc.net/onebook.php?novelid=1820214

© Jiu Lu Fei Xiang


Introducción

Desde que tiene memoria, el antiguo Príncipe Heredero no ha visto la


luz del día. Todo lo que tiene es esta prisión y a sí mismo. Un día, a una mujer herida
es arrojada a su lado en la celda y, a partir de ese momento, se desarrolla una
extraña relación entre una mujer fría y supervivencialista y un príncipe bondadoso.
Capítulo 1

La luna creciente era como un gancho: sus plateados hilos de luz


penetraban un agujero circular y la oscura prisión. Una figura usando un áspero cilicio
estaba acurrucada en la esquina de la celda, su mirada vacía y desenfocada
permanecía sobre el parche de luz plateado en el suelo. Afuera, una brisa parecía
soplar, pues los pétalos rosados flotaban por todos lados. La fría prisión en medio del
bosque era casi hermosa.
¿Afuera... era primavera?
Su mirada fija comenzó a girar levemente, clavada en el agujero redondo sobre él
donde una fina verja de acero bloqueaba parte de la luz de la luna en el cielo
nocturno. Pero de repente, sonidos de pisoteo se abrieron paso en la quietud mortal
que no había sido rota durante varios años. La fina verja de acero–cuyas secciones
transversales eran tan gruesas como su pulgar–se abrió lentamente. Sus pupilas
negras finalmente reflejaron la luz de la luna.
Sin prestar atención, Tian Xiao se centró en la puerta y se levantó con lentitud.
¿Había sido abierta? ¿Estaban a punto de dejarlo ir? Dio pasos inestables hacia la
puerta, pero inmediatamente una figura negra fue arrojada a la celda de la prisión sin
ninguna muestra de piedad. La verja fue cerrada sin lástima una vez más. Los
sonidos de los pasos que vinieron del exterior se desvanecieron lentamente.
Tian Xiao se quedó mirando perplejamente a la chica de negro en el suelo. Por la
forma en que su pecho aún se movía débilmente, pudo saber que todavía estaba viva.
No había visto a una persona viva en mucho tiempo. Medio distraído, medio
curioso, se agachó junto a la chica. Parecía tener una herida extremadamente severa.
A pesar de que no podía ver manchas de sangre en su ropa, la sangre acuosa se
escurría lentamente sobre el suelo. Tian Xiao extendió su mano pálida, mas antes de
que pudiera tocarla, la chica de repente capturó su palma y se levantó. Tian Xiao solo
sintió que una inmensa fuerza lo tumbaba cuando su cuerpo de repente se hundió en
el suelo. La chica lo había empujado hacia abajo y estaba controlando sus
movimientos. Inmediatamente después de eso, su cuello pronto se enfrió cuando una
daga fue empujada contra su tráquea. Con solo un poco de fuerza, podría perder la
vida.
Tian Xiao la miró perplejo. La figura de la chica era demasiado delgada. Cuando la
luz de la luna se proyectó sobre su espalda, por lo que pudo ver, la chica era como
una diosa adorada en un santuario. Su cabeza emitía luz. Movió la mano, queriendo
tocar la cara de la chica, pero fue inmediatamente retenido otra vez. Con una tos
ahogada, unas gotas de sangre cayeron desde la comisura de su boca al costado de la
cara de Tian Xiao. Un arco escarlata y sinuoso se dibujó sobre su cara pálida. Una
vista horrible.
—¿Quién eres?
Los ásperos y pesados jadeos de la chica se estrellaron sobre la cara de Tian Xiao,
trayendo consigo el distintivo aroma de la chica. Tian Xiao no pudo concentrarse por
un instante.
Recordó que hace muchos años atrás, en el distrito de las mujeres en el palacio, su
Madre Imperial también lo había abrazado dentro de su ensangrentado abrazo y lo
había persuadido: "¡Tian Xiao, no tengas miedo!".
Si no hubiera conocido a esta persona hoy, jamás hubiera recordado esos
antiquísimos recuerdos.
—El antiguo Príncipe Heredero. —La voz de Tian Xiao sonó áspera debido al largo
tiempo de desuso—. Tian Xiao.
Ya había pasado tanto tiempo, y no se había sentido así cálido desde...
Tian Xiao cerró los ojos lentamente, algunos pétalos rosados flotando para caer
sobre su rostro. Pensó, las flores de durazno afuera deben ser extremadamente
conmovedoras, brillantes y hermosas...
Capítulo 2

Al mediodía del día siguiente, con una cuerda, alguien entregó un


poco de comida y agua por el agujero. El sonido alarmó a la chica que descansaba
sobre el cuerpo de Tian Xiao. Un fulgor asesino destelló velozmente por sus ojos y
agarró su daga con fuerza una vez más.
Tian Xiao no tenía miedo. Dijo en voz baja: —Has despertado.
La mirada de la chica cayó sobre su rostro brillante, y solo entonces se dio cuenta
de lo inapropiadas que eran sus posiciones. Tosió dos veces, y su cuerpo se volteó
mientras se acostaba a su lado. El cuerpo de Tian Xiao había estado presionado
durante toda una noche, entumecido y dolorido de pies a cabeza. Sin embargo, no
dijo ni una palabra y se sentó, tomando la comida que le habían dado y comenzó a
comer, haciendo exactamente lo que hacía a diario.
Después de que se llenó el estómago, echó un vistazo y se dio cuenta de que la
mujer en el suelo lo estaba mirando fijamente. Tian Xiao lo pensó por un momento y
sintió que probablemente le había dado hambre, pero que era incapaz de moverse en
lo más mínimo. Tomó su platillo y recogió silenciosamente un poco de comida con sus
palillos y se la puso en la boca, llegando incluso a alimentarla.
La mujer quedó sorprendida, pero no rechazó sus intenciones amables. Abrió la
boca y se comió todo. Una persona alimentaba en silencio a la otra, mientras que la
otra se comía todo en silencio. La demostración exponía una armonía originada de la
mutua falta de interacción humana hasta este momento. Después de que terminó su
comida, la mujer no dijo ninguna palabra de agradecimiento. Pero, Tian Xiao estaba
mirando el cuenco vacío distraídamente. Entonces, de repente comenzó a reír. Parecía
que no se había reído en mucho tiempo, ya que su sonrisa era algo rígida y
temblorosa. Aun así, la expresión en sus ojos hizo que la mujer se quedara
boquiabierta.
—¿De qué te ríes?
Tian Xiao no respondió a sus palabras. En cambio, usó los dedos y limpió
suavemente la esquina de su boca, casi como si estuviera aprovechando la
oportunidad de acariciar los bordes de su labio. Las cejas de la mujer se arrugaron,
como si le disgustara en extremo que otras personas la tocaran. Con un movimiento
de su mano, se quitó de encima la mano del hombre. Este solo movimiento hizo que
la sangre y energía vital en su mente gorgotearan. Después de jadear durante un
largo rato, se las arregló para decir, —No me toques.
El dorso de su mano se había hinchado por el golpe de la mujer. Sin embargo, casi
como si Tian Xiao no pudiera sentir el dolor, comentó: —Puedes moverte. —La mujer
frunció el ceño, y luego escuchó más—. Te puedes mover.
Durante los innumerables días y noches, todo en este lugar había estado
mortalmente quieto. Al principio se había sentido ansioso, pero después de haberse
vuelto insensible a todo, la quietud mortal de este lugar lo hacía sentir como si su
cuerpo hubiera sido despojado de sus raíces, dejándolo silente también: nunca se
movía, nunca hablaba, y estaba vivo, pero había olvidado para qué vivía. Pero ahora,
verla le había hecho sentir que Dios le estaba demostrando que tenía que vivir para
que así pudiera dejar una huella en la vida de otras personas. Incluso si era una
pequeña huella, era suficiente.
—¿Cómo te llamas? —Tian Xiao preguntó en voz suave, sin importarle que esta
persona acabara de golpearlo.
La chica cerró los ojos, e ignoró fríamente su pregunta.
Tian Xiao no se enfadó. La mujer a su lado se abrazó las piernas, vigilándolo. En
tanto su pecho jadeaba incesantemente, sus manos le picaban por tocarla, pero el
dolor del dorso de su mano le hacía temer actuar precipitadamente. Por lo tanto,
volvió a preguntar, —¿Cómo te lastimaste?
Incapaz de obtener una respuesta, Tian Xiao sintió que su charla había sido
activada. De vez en cuando, hacía una pregunta: "¿De dónde eres?", "¿Por qué te
encerraron aquí?", "¿No es grave tu herida?". Vinieron una tras otra hasta que la
mujer abrió los ojos y lo fulminó ferozmente con la mirada.
Tian Xiao la miró sin miedo, sus ojos llenos de brillantes rayos de luz. Un
sentimiento de impotencia se levantó indescriptiblemente en el corazón de la mujer.
—Cállate.
Al darse cuenta de que a la mujer no le agradaba oírlo hablar, la brillante luz en
sus ojos se volvió un poco sombría. Pero cuando vio que había comenzado a sangrar
de nuevo tras agitar la mano hace un momento, sus dedos se torcieron
inconscientemente en tanto se acercaba a hurtadillas. Con cuidado, agarró la esquina
de su túnica, y dijo: —Tu herida está sangrando.
Sus pálidos dedos sobre su ropa de color negro oscuro formaron un duro contraste.
La mujer estaba al límite de su paciencia mientras se sentaba. Se movió demasiado
rápido, sorprendiendo a Tian Xiao y soltándola de inmediato. Se abrazó la mano,
como si temiera que la mujer lo golpeara otra vez.
La mujer lo miró por un largo rato, y luego se levantó con dificultad y caminó hacia
la pared antes de sentarse y recostarse sobre ella. Parecía haber levantado una fría e
indiferente muralla a través de sus acciones, rechazando el acercamiento de todos. El
abandonado Tian Xiao se quedó dónde estaba, atolondrado. Luego se acercó
lentamente junto a la mujer que estaba abrazando sus piernas y mirándolo.
Sus respiraciones se entrelazaron en la oscura celda. Los labios de Tian Xiao se
curvaron una vez más, y después de un momento, en verdad comenzó a reír
tontamente.
—¿Qué es lo que realmente quieres hacer? —Extremadamente irritada, la mujer
habló.
—¿Cómo te llamas?
—Yu Yao.
—Yu Yao, estás sangrando.
Las venas sobresalían de la frente de Yu Yao. —Lo sé.
Los dedos de Tian Xiao estaban inconscientemente inquietos. —Puedo ayudarte a
detener el sangrado. Sé cómo ayudar a las personas a curar sus heridas.
¿El antiguo Príncipe Heredero había sido encarcelado en este tipo de lugar, y
conocía el arte de la curación? Yu Yao quedó un poco atónita mientras consideraba
sus habilidades cognitivas. Sin embargo, no siguió preguntando. Las experiencias de
este Príncipe Heredero no tenían nada que ver con ella. Mientras sobreviviera, podría
hacer lo que quisiera, y eso era suficiente.
Capítulo 3

Permitió que Tian Xiao la ayudara a curar la herida. Tian Xiao se


sintió muy feliz. Se agachó junto a Yu Yao y le bajó la ropa para poder ver su
hombro. No fue tímido al mirar el cuerpo de una mujer, sino que en su lugar, tocó sus
hombros blancos con curiosidad. Cuando vio a Yu Yao mirándolo con desagrado, se
detuvo discretamente y le echó un vistazo a la herida en su hombro.
—Tanta sangre... —murmuró esto en voz baja, casi como si se hubiera asustado.
Yu Yao estaba a punto de decir: Si no puedes curarme, entonces no te me acerques,
¡cuando Tian Xiao de repente aprovechó la oportunidad para estampar su boca sobre
su herida empapada en sangre!
Los cálidos labios succionaban suavemente su herida mientras sentía un ligero
pinchazo y un curioso entumecimiento dentro de su cuerpo. Yu Yao quedó tan
impactada que sus ojos se abrieron en demasía. Después de su impacto, no pudo
contener su furia. Lo empujó a un lado, pero debido a que sus hombros habían
ejercido demasiada fuerza, más sangre comenzó a manar de la herida. Preguntó
fríamente: —¿De verdad quieres morir?
—Te estoy ayudando a curar tu herida. —Tian Xiao, que había sido empujado al
suelo, se sintió algo agraviado—. Cuando era pequeño, y accidentalmente me corté el
dedo, mi Madre Imperial me ayudó a curarlo así.
Yu Yao estaba tan enojada que no pudo decir ni una palabra. Pero cuando lo
pensó, cuando la dinastía anterior se había extinguido, el antiguo Príncipe Heredero
solo tenía seis años. Justo después de que aprendió a hablar, fue arrojado a una
prisión. Su carácter era como el de un niño, entonces, ¿cómo entendería cómo curar
una herida?
—No te vuelvas a acercar a mí, de lo contrario no me culpes por ser violenta.
Tian Xiao asintió y se sentó, abrazando sus piernas. Su mirada vacía todavía fija en
ella. Yu Yao le hizo la vista gorda y se volvió a poner la ropa. Cerró los ojos y se
durmió otra vez.
Cuando se despertó en medio de la noche, Yu Yao de repente se sintió
extremadamente cálida. Su frente se sentía como si estuviera a punto de volar en
fiebre, como si estuviera hirviendo. Al principio, Tian Xiao se abrazaba las piernas
mientras yacía acurrucado en el suelo durmiendo, pero cuando un viento fresco sopló
en la prisión y lo despertó, volvió en sí aturdidamente. Después de frotarse los ojos,
vio que la cara de Yu Yao estaba goteando sudor frío. Su respiración era áspera y
pesada cual fuerte viento.
—¿Yu Yao? —llamó su nombre. Al no recibir una respuesta, vacilante se movió a su
lado—. ¿Cómo estás?
—No... me toques —carraspeó Yu Yao, mas ya no tenía la energía para empujar a
Tian Xiao a un lado. Tian Xiao se sintió incómodo y, por un momento, fue incapaz de
hacerle frente a la situación. Bajó la ropa de Yu Yao otra vez, y vio que la herida en
su hombro se había inflamado. Comenzó a entrar en pánico—. ¿Estás a punto de
morir? —Al igual que su Madre Imperial...
La respiración de Yu Yao movía su cabello. Tian Xiao apretó los dientes y decidió
que no importaba si lo golpeaba o no. Puso la boca sobre su hombro, medio
chupando, medio lamiendo, usando su saliva para lavar su herida. La extraña
sensación en su hombro hizo que Yu Yao luchara por concentrarse. Se volteó y vio la
cabeza enterrada en su hombro. Con gran esfuerzo, susurró: —Libidinoso...
Pero estaba usando todo lo que tenía para salvarla. Si este tipo de herida tuviera
veneno dentro... Yu Yao no entendía por qué este Príncipe Heredero la trataría tan
bien, al igual que no entendía cuán profundo podría ser el miedo a la soledad para
alguien que había vivido en este lugar durante diez años.
Al día siguiente, Yu Yao seguía débil, pero su fiebre había disminuido un poco. Su
conciencia también se había despabilado bastante. En el momento en que abrió los
ojos, vio dos ojos inyectados en sangre mirándola fijamente. Sin importar lo calmada
que solía estar, su asombro aun así la hizo inhalar un poco.
—¿Estás mejor ahora? —La voz ronca de Tian Xiao transmitía cansancio en ella. No
había dormido durante toda la noche, sino que pasó todo el tiempo mirando fijamente
a Yu Yao. Temía que, si no estaba atento, esta mujer no se despertara nunca más.
El hombro de Yu Yao seguía dolorido. Su ropa estaba demasiado sucia, por lo que
Tian Xiao no la ayudó a ponérsela de nuevo. Después de escuchar la pregunta de Tian
Xiao, recordó la cálida sensación en su hombro anoche y su rostro se enrojeció de
inmediato. Levantó la vista hacia el agujero redondo en el cielo, y respondió
fríamente: —Sí.
Después de un largo período de silencio en la prisión, Yu Yao pareció estrujar dos
palabras entre sus dientes, —Muchas gracias... —Pero después de haber esperado
durante mucho tiempo, aún no había escuchado la respuesta de Tian Xiao. Echó un
vistazo, y descubrió que Tian Xiao ya estaba acurrucado en el suelo, durmiendo.
Este hombre... era realmente como un niño.
Capítulo 4

Yu Yao mantenía un registro de cuánto tiempo había estado en esta


celda tallando marcas en la muralla. Cinco días, diez días. Estaba siempre esperando
en silencio, esperando que alguien la salvara.
Mientras tanto, durante este período de tiempo, Tian Xiao pensaba que la entendía
completamente ahora. Todas las noches se dormía junto a ella en tanto se daban
calor mutua y maravillosamente. Todos los días le hacía incesantes preguntas y decía
tantas palabras hasta el punto de que nunca dejaba de hablar. Y entonces, un día, Yu
Yao estaba tan aburrida que comenzó a responderle en una o dos oraciones, mas la
mayoría de las veces, Tian Xiao era el único que hablaba. Después de unos abatidos
días recientes, Yu Yao comenzó a absorber lentamente las palabras que Tian Xiao le
hablaba, a diferencia del pasado. Finalmente, también respondió las preguntas que le
hacía.
En este lugar, intentaron matar el tiempo juntos.
—¿Por qué te arrojaron aquí? —Una noche, Tian Xiao le preguntó con curiosidad a
Yu Yao.
—Por una misión.
—¿Qué misión?
—Matar gente. —Su tono fue frío, haciendo que Tian Xiao se asustara tanto que
comenzó a temblar. Después de un rato, preguntó vacilante—. ¿Fallaste y te
atraparon?
—No. —Tian Xiao no era una clase de enemigo, por lo que no lo mantuvo
desinformado—. He venido aquí como cebo. Esto significa que después de que mi
compañero termine su misión, definitivamente vendrá a salvarme. —Pero después de
que terminó, Tian Xiao inmediatamente se arrojó sobre ella desde donde estaba
sentado y la agarró por la muñeca—. ¿Te vas a ir?
Su tono desolado hizo que pareciera que estaba a punto de comenzar a llorar.
Yu Yao se lo sacó de encima inmediatamente. No tuvo la oportunidad de comenzar
a hablar de nuevo cuando la verja de acero sobre ellos de repente produjo un suave
repiqueteo. Los dos levantaron la vista y vieron que la prisión realmente había sido
abierta desde afuera. —Yu Yao, es hora de irnos. —El hombre de afuera era
indiferente.
No pensó que vendrían tan rápido o tan casualmente. Sus ojos titilaron de un lugar
a otro, y luego miró a Tian Xiao, quien ya había quedado mudo por todo lo que estaba
sucediendo. Una súbita pizca de indecisión atravesó su corazón. Ella... se iba, pero
¿qué pasaría con él? Quizás había retenido demasiado de su tiempo cuando otra chica
afuera la llamó: —Yu Yao, ¿qué estás haciendo? ¡Vámonos! —Cuando dijo esto,
asomó la cabeza por el agujero—. Whoa, en tan poco tiempo, ¿cuándo tuviste tiempo
para recoger un pequeño amante?
Tian Xiao se puso más nervioso mientras agarraba su brazo con fuerza. Sus
nudillos ya pálidos se volvieron más blancos.
Yu Yao no se movió. Sus heridas aún no se habían sanado, pero podía sacarse de
encima fácilmente a Tian Xiao. Pero ahora no podía moverse... No tenía el corazón
para moverse.
Tian Xiao dijo que ya había pasado diez años aquí. Quería escuchar las historias de
su vida afuera, mas nunca le había contado antes. El corazón de Yu Yao de repente
estalló en imprudencia. —¿Quieres salir? —preguntó con calma—. Puedo llevarte.
La chica que miraba quedó impactada. —¿Estás loca? ¿Asumirás la responsabilidad
de todas las cosas que sucederán si traemos con nosotros a un hombre que no
conocemos?
Yu Yao asintió sin prisa. —Asumiré la responsabilidad —miró fijamente a Tian
Xiao—. ¿Irás?
Puedo salir... Tian Xiao miró hacia el agujero redondo, el cual estaba siendo
bloqueado por la cara de una chica. Pero la luz de la luna exterior aun así penetraba
el agujero y entraba. ¿Podía irse? Se dio la vuelta y miró a Yu Yao. —Quiero salir.
—Bien. —Yu Yao sujetó la mano de Tian Xiao y caminó debajo del agujero
redondo. A la chica le dijo—. Su Wen, súbelo primero.
Su Wen quedó estupefacta. —¿No estabas bromeando? —miró hacia atrás—. Qing
Jue, ¿qué crees que deberíamos hacer?
La persona de afuera permaneció en silencio por un momento, pero el hombre
llamado Qing Jue aún dijo secamente: —Hazle caso.
Fue sacado del agujero hacia el mundo exterior. Mientras estaba de pie sobre la
tierra, Tian Xiao miró a la luna, su expresión un poco aturdida. Yu Yao y las otras tres
personas organizaron sus pertenencias y se prepararon para irse, pero [Yu Yao] se
dio la vuelta y vio a Tian Xiao contemplando la luna llena. Su pálido rostro blanco
ahora estaba un poco ruborizado. Yu Yao frunció el ceño. —¿Qué pasa?
Tian Xiao se dio la vuelta, y sus ojos negros revelaron una brillante luz que Yu Yao
nunca había visto antes. Sonrió tontamente, como si fuera un niño que había recibido
el caramelo más dulce. —Yu Yao, la luna está tan cerca.
Yu Yao se sobresaltó y su corazón se apretó mientras murmuraba, —Sí.
Capítulo 5

Esa misma noche, después de escaparan de la Prefectura de Miyagi,


los cuatro se sentaron alrededor de una hoguera con diferentes expresiones. Qing Jue
tenía una cara impertérrita mientras continuaba alimentando el fuego con leña. Tian
Xiao miraba fijamente la llama que se levantaba y seguía produciendo jadeos de
admiración. Yu Yao lo toleraba, venas saliendo de su frente, mientras que Su Wen
tenía una cara de desagrado mientras fulminaba a Tian Xiao con la mirada. —¿Y?
¿Qué vas a hacer con él?
Qing Jue interrumpió: —Abandónalo —levantó la vista y pareció ordenarle a Yu Yao
con los ojos—. Sacarlo ya fue una excepción. No podemos permitir que regrese con
nosotros.
—Sí, lo sé. —Yu Yao bajó la cabeza—. Pero mañana no volveré con ustedes, chicos.
Quiero ir primero al sur.
Después de que la dinastía anterior hubiera sido aniquilada, el antiguo Príncipe
Heredero mantuvo a raya a los emperadores de esa época. Algunos de los miembros
restantes de la antigua familia real establecieron una pequeña corte en el sur, donde
sobrevivían ilegalmente en la Nación Fu.
Después de que ambos escucharan las palabras de Yu Yao, quedaron un poco
conmocionados. Qing Jue la miró con desaprobación. Su Wen dijo: —¿Quieres
mandarlo a la pequeña corte del sur? ¿Qué pasa si te derriba con un poco de veneno?
¿Quieres ser tan buena con él?
Yu Yao negó con la cabeza. —No voy allí específicamente para llevarlo. En esa
zona, no completé una de mis misiones. Primero tengo que perseguir a una persona
allí y matarlo antes de que pueda regresar al Líder de Secta y reportarle mi misión.
La Secta del Viento Nevado siempre enviaba a sus miembros con una misión. Una
misión incompleta significaba que no tenían permitido regresar. Esta vez, Yu Yao se
había ido con la misión de matar a alguien. Pero su único intento de asesinato a esa
persona no había tenido éxito. Esa persona había escapado hacia el sur, y Yu Yao de
casualidad se encontró con Qing Jue y Su Wen. Al ver que necesitaban ayuda, había
entrado en el palacio para actuar como cebo. Quién sabía que después de que saliera,
traería esta carga junto con ella...
Al escuchar las palabras de Yu Yao, los dos no preguntaron más.
Su Wen se volteó y vio que Tian Xiao seguía mirando las llamas de la hoguera, y
preguntó en voz baja, —¿Realmente vas a ir con él al sur?
¡Por supuesto... que no!
Yu Yao palmeó impacientemente la mano a Tian Xiao, y dijo con severidad:
—Después, cuando lleguemos a un cruce en el camino, tú caminarás por el lado
izquierdo y yo caminaré por el lado derecho. Tú ve a buscar a las personas en el sur
que quieren revivir la dinastía, y yo haré mi misión. ¡No me molestes!
En la mañana del segundo día, después de despedirse de Qing Jue y Su Wen, Yu
Yao y Tian Xiao se pusieron en marcha en el camino del sur. Solo habían estado
caminando durante la mitad del día, pero Yu Yao seguía enojándose con Tian Xiao
porque seguía probando su paciencia. Cada vez que veía algo, exclamaba con
admiración. Las flores son tan bonitas, los árboles son tan bonitos, el camino
serpenteante es tan bonito. El cielo azul y las nubes blancas parecían un paisaje único
para él. Incluso un pequeño arroyo fue capaz de hacer que lo mirara durante mucho
tiempo. Lo peor era que tenía que seguir sosteniendo la mano de Yu Yao. Sin
importar lo que dijera, no la soltaba, pero Yu Yao no tenía tiempo que perder.
Cuando se detuvieron en el cruce del camino, Yu Yao no miró de reojo a Tian Xiao
y comenzó a irse. Pero después de caminar solo dos pasos, escuchó pasos detrás de
ella.
Tian Xiao no había hecho ejercicio en mucho tiempo, así que era un poco lento
cuando caminaba. Sin embargo, no se había quejado en lo más mínimo. Persiguió
apresuradamente a Yu Yao. Acababa de ser regañado, por lo que su corazón estaba
lleno de quejas. No se atrevía a hablar, pero tampoco se atrevía a molestarla. Solo
podía quedarse detrás de ella lastimosamente mientras sus ojos negros se mantenían
sobre ella.
Detuvo sus pasos, y Yu Yao respiró hondo. Justo cuando quería explicarle su
razonamiento a Tian Xiao y hacer que dejara de seguirla, Tian Xiao dijo
inmediatamente: —Me equivoqué. No te enojes.
Como asesina, nadie nunca consideraba su estado de ánimo. Tampoco entendía
qué era ser considerada, pero en este momento, casi podía entender el miedo de Tian
Xiao. Había estado separado del mundo durante diez años, y ahora que volvía a estar
cara a cara con él, no podía evitar sentir todo tan vivido. Sin embargo, tenía más
miedo de que estuviera infeliz. Tenía más miedo de que... lo abandonara.
Los dedos de Tian Xiao comenzaron a inquietarse. —No me abandones, y no me
ignores.
El corazón de Yu Yao–que siempre había sido frío–estaba empezando a ablandarse,
haciéndola incapaz de decir algo para obligarlo a irse.
Como sea, pensó Yu Yao. En cualquier caso, ambos se dirigían hacia el sur. Solo
viajaría con él por un tiempo más.
Capítulo 6

En las últimas etapas de la primavera, el clima se volvía más cálido a


medida que se acercaban al sur. También llovía más seguido, lo que hacía que el
clima se humedeciera más.
En un puesto de té junto al camino de correos, Tian Xiao abrazó su taza de té y
bebió una gran cantidad de un solo trago. Chasqueó los labios, frunciéndolos un poco.
Mientras bebía su té alegremente, Yu Yao fruncía el ceño con una expresión grave.
Sus oídos escuchaban atentamente y lograron identificar una mesa cercana de
personas que decían, —Hace diez días, se dijo que un criminal importante escapó de
la capital.
—¡Exactamente! El segundo día, los guardias imperiales invadieron toda la ciudad
buscándolo. Ah, escuché que el Emperador incluso dio un decreto imperial,
ordenándoles a todos los condados que arrestaran al criminal si lo encontraban.
¿Quién creen que se escapó?
—Quién sabe. En cualquier caso, la dinastía del norte no puede controlar la zona
del sur. Si viene aquí, ¿cómo podrá el Emperador moverse como desee?
Yu Yao se alisó suavemente los labios y tomó un sorbo de su té. Su mente seguía
corriendo en tanto pensaba en lo que acababan de decir. La corte, desde luego, no
haría ningún movimiento importante en el sur, pero si realmente encontraran al
criminal que había escapado, sería suficiente para que algunos guardias imperiales
importantes y ocultos hicieran un movimiento. Solo había recuperado el 70-80% de
su fuerza, esto era suficiente para sustentarla por ahora, pero si en verdad se
encontrara con un habilidoso experto con una energía interna extremadamente alta,
probablemente no sería capaz de resistir. Por lo tanto, parece que tendrían que
cambiar su ruta a los caminos más pequeños...
—Yu Yao. —Tian Xiao la llamó. Yu Yao acababa de levantar la cabeza cuando el
dedo de Tian Xiao le tocó las cejas, comenzando a ludirlas—. Estás frunciendo el
ceño.
Después de estar juntos todo el tiempo, Yu Yao ya se había acostumbrado al
toqueteo de Tian Xiao. Permitió que sus dedos alisaran sus cejas, y luego dijo: —¿Has
descansado lo suficiente? Deberíamos ponernos en marcha ahora.
Después de mirarla por un momento, dijo: —¿Ya hemos llegado al sur? —Al ver a
Yu Yao asentir con la cabeza, continuó—. Entonces, ¿estás a punto de ir a completar
tu misión? —Sin esperar una respuesta, agarró inmediatamente la mano de Yu Yao y
dijo—. ¡Iré contigo! No sigas pensando en mandarme a otro lugar, ¿de acuerdo? No
me gustan otras personas. Solo me gustas tú.
La abrupta confesión se lanzó al corazón de Yu Yao como una flecha. Casi pudo
escuchar el sonido de su corazón latiendo. La sangre se disparó en su rostro,
haciendo que sus mejillas se enrojecieran. Tosió y luego abrió los ojos, viendo una
mirada ambigua de un camarero que venía a llevarse las tazas de té.
—Aiya, este joven caballero de verdad ama sinceramente a su pequeña esposa.
¿Por qué la pequeña esposa tiene que mandar a su esposo a otro lugar?
Las personas a su alrededor dijeron cosas como esta, haciendo que el corazón
lleno de agravios de Tian Xiao se estrellara. —¡Sí! ¡No me mandes a otro lugar! No
quiero dejarte, y no quiero ir a ningún Fu ni a ninguna nación... —habló rápido y Yu
Yao no tuvo tiempo de detenerlo. Después de que el camarero escuchara estas
palabras, un brillo asesino destelló en sus ojos. Yu Yao lo miró de inmediato,
desenvainando su espada velozmente. Un relámpago pareció explotar entre las hojas,
y con un "ding", la espada de Yu Yao se frotó contra la daga del camarero, las chispas
saltaron.
Tian Xiao quedó abrumado por la conmoción. Yu Yao volteó la mesa con el pie y
arrastró la mano de Tian Xiao mientras comenzaba a correr. —¿Estás parado allí
como tonto esperando la muerte?
El camarero gritó a todo volumen, —¡Son ellos!
El resto de las personas que se habían estado escondiendo saltaron
inmediatamente y los clientes restantes se dispersaron enseguida. Yu Yao trajo a Tian
Xiao consigo, pero Tian Xiao no podía correr con rapidez, por lo que lo regañó:
—¡Eres un chico, y eres tan inútil!
Tian Xiao no intentó defenderse. Sabía que era una molestia. Hace diez años, los
soldados habían entrado a la fuerza en el palacio, y ahora estaba siendo perseguido
por personas que intentaban matarlo... Pero ahora no quería ser inútil y quería
proteger a Yu Yao. Por lo tanto, Tian Xiao de repente dijo: —Yu Yao. Y-yo... iré con
ellos. —Había corrido hasta quedarse sin aliento—. De esta manera, ya no te
perseguirán más.
Eso era cierto. Abandonar a Tian Xiao era la mejor opción que tenía. Tian Xiao no
estaba relacionado con ella de ninguna manera, y durante todo el camino hasta aquí,
ya le había causado suficientes molestias. Si hubiera sido el pasado, ya lo habría
abandonado hace mucho tiempo. Pero Tian Xiao no podía ir. No sabía por qué, pero
algo en su corazón le decía que Tian Xiao no podía ir y tenía que salvarlo.
Porque... inconscientemente había comenzado a odiar verlo lucir tan derrotado.
Capítulo 7

Después de que se toparan con un bosque espeso, Yu Yao arrastró a


Tian Xiao hacia unos densos arbustos donde se escondieron. Había muchas personas
tras ellos, y los pies de Tian Xiao no eran ágiles, por lo que incluso si seguían
adelante como si su vida dependiera de ello, solo serían atrapados. Por lo tanto, bien
podrían esconderse en una zona oculta y esperar la oportunidad de hacer su
movimiento.
Se habían quedado en los silenciosos arbustos durante un rato cuando el sonido de
los pasos se hizo cada vez más fuerte. Yu Yao lo pensó, luego le susurró a Tian Xiao:
—Escóndete aquí. No te muevas. Iré a alejarlos de aquí...
Antes de que pudiera terminar, Tian Xiao le sujetó la mano. —¡No!
Yu Yao arrancó su mano del agarre. —No podré correr tan rápido si vienes
conmigo. Aunque su habilidad en artes marciales es alta, su qinggong[1] no será
necesariamente tan fuerte como el mío. Iré a alejarlos, tú puedes esperarme aquí.
Cuando regrese, definitivamente vendré a buscarte.
Tian Xiao todavía la miraba fijamente. Yu Yao juró: —¡Si te estoy engañando,
entonces definitivamente tendré una muerte miserable! —Solo entonces, Tian Xiao la
soltó suavemente. Sin embargo, justo cuando Yu Yao estaba a punto de irse de
nuevo, aun así, fue capaz de retrasarla, pues logró ponerse frente a ella. Sacó la
lengua y le lamió el labio, diciendo—. He arruinado tu inocencia tanto en la prisión
como ahora. ¡En el futuro, solo puedes ser mi esposa! ¡Debes volver y encontrarme!
De lo contrario... de lo contrario... —Tuvo que pensar durante un largo rato—. ¡De lo
contrario no me casaré contigo!
Yu Yao se quedó meditabunda durante mucho rato. Pero, cuando escuchó que los
pasos se acercaban aún más, apretó los dientes y asintió mientras saltaba.
Sin embargo, en el momento en que saltó hacia adelante, una afilada flecha dividió
el aire. Yu Yao se torció en el aire, logrando esquivar la flecha. Una segunda flecha
vino enseguida, y debido a que Yu Yao aún no había logrado un punto de apoyo
firme, tuvo que esquivar esta flecha lo mejor que pudo. Una línea roja apareció en su
rostro. La cara de Tian Xiao palideció, y casi como si él hubiera sido el pinchado,
brincó y corrió apresuradamente hacia el lado de Yu Yao.
Una tercera flecha se apuntó a la espalda de Yu Yao. Cuando se dio cuenta de que
Tian Xiao se había precipitado a sus espaldas, escuchó el sonido de una flecha
entrando en el hueso. Tian Xiao no dijo una palabra mientras yacía en el suelo, la
flecha en su pecho casi penetrándolo por completo. Yu Yao miró hacia atrás y solo
sintió que su corazón se enfriaba.
Por qué...
¿Cuándo lo había tratado lo suficientemente bien como para hacerla merecedora
de su trato?
Claramente siempre había querido deshacerse de él. Nunca lo había tratado bien,
entonces, por qué...
Yu Yao se agachó para examinar las heridas de Tian Xiao. Fue herido de gravedad,
por lo que necesitaba tratamiento de inmediato, pero...
En medio del bosque, pasos rotos comenzaron a sonar por todas partes a su
alrededor. El corazón de Yu Yao pensó en silencio sobre lo que sucedería si no pudiera
escapar... En medio de su conflicto interno, un repentino silbido sonó, y desde más
lejos, pudo escuchar sonidos de conmoción.
No había pasado otro momento cuando los sonidos del combate cuerpo a cuerpo
comenzaron a surgir en todas partes. Yu Yao abrazaba al inconsciente Tian Xiao
mientras esperaba silenciosamente el resultado. Porque ahora, además de esperar,
no podía hacer nada más.
Más tarde, muchas personas parecieron llegar, y también parecían estar
extremadamente familiarizadas con esta zona. Los sonidos del combate cuerpo a
cuerpo solo duraron poco tiempo antes de que se volviera a calmar. Después de que
terminó, un hombre usando una armadura ligera se acercó para echarles un vistazo.
Entonces, alguien detrás de él dijo: —Rápido, deja que el jefe vea.
Los crujientes pasos en el bosque se acercaron lentamente mientras varios cientos
de hombres con armadura ligera rodeaban a la pareja. Alguien gritó: —¡El jefe ha
llegado! —Todos salieron silenciosamente del camino, y crearon una ruta para esa
persona. Un anciano arrugado se acercó, vistiendo una túnica azul. Sus pasos se
tambalearon impacientes. Cuando vio a Tian Xiao en los brazos de Yu Yao, lágrimas
cayeron inmediatamente de los ojos del anciano—. ¡Príncipe Heredero! ¡El Príncipe
Heredero de la Nación Wu! —cayó de rodillas e inclinó la cabeza en un saludo—. ¡La
voluntad del cielo ha permitido que el Príncipe Heredero regrese! ¡Esta es nuestra
gran fortuna! ¡Tenemos la esperanza de vengarnos por nuestra nación! ¡Tenemos
esperanza! —Sus gritos hicieron que los miles de hombres cayeran de rodillas con la
cabeza inclinada y gritaran: "Le damos la bienvenida respetuosamente al Príncipe
Heredero! ¡Tenemos esperanza!".
Con perplejidad, Yu Yao miró a su alrededor, sus ojos se posaron en la cara de
Tian Xiao una vez más. Supo que este hombre ya no sería el mismo niño que alguna
vez había sido.

Glosario:
[1] Qinggong: Habilidades de ligereza. Es la sección de artes marciales que hace
que el cuerpo sea más ligero, que uno pueda moverse más rápido, saltar más alto,
caminar sobre agua, etc.
Capítulo 8

Su Wen la persiguió y le preguntó: —Entonces, ¿solo les entregaste a


ese idiota y luego regresaste sola y acongojadamente?
—Esta fue la mejor elección que pude haber hecho para los dos. —Yu Yao frunció el
ceño—. ¿Quién regresó acongojadamente recién?
—¿Eres tonta? Salvaste a su Príncipe Heredero, así que ¿por qué no los estafaste y
cobraste algo de dinero?
—Hice un intercambio con él. Me ayudó a completar mi misión. —Yu Yao no habló
más con Su Wen, y se dio la vuelta para irse.
En una habitación completamente vacía, en total silencio, de repente no pudo
evitar rememorar los días en que Tian Xiao hablaba interminablemente a su lado.
Frunció el ceño, odiando el silencio de la habitación, y abrió la ventana para ver de
casualidad los agudos ángulos de los lotos expuestos en el estanque. Se desanimó
una vez más cuando pensó en Tian Xiao. Si viera esta escena, ¿cómo sería su
expresión? Ese bonito par de ojos definitivamente estaría abierto de par en par con
conmoción, y sus labios probablemente estarían llenos de elogios.
Yu Yao bajó la mirada, sintiendo que tal vez padecía de alguna enfermedad. Ya
había regresado a la Secta del Viento Nevado hace un mes, pero en este mes, sin
importar lo que estuviera mirando, la cara de Tian Xiao siempre aparecería ante sus
ojos. Ya lo había visto feliz, emocionado, agraviado, y lo había visto cuando dijo que
le gustaba...
Su corazón se apretó mientras cubría su corazón. ¿Qué le pasaba? Estaba
preocupada por su vida en el sur, temía que fuera amedrentado. Después de que sus
heridas se sanaran, y después de que supiera que lo había abandonado, ¿lloraría?
¿Estaría triste?
Realmente quería verlo...
Pero ahora se había convertido en un verdadero Príncipe Heredero, por lo que
probablemente no pensaría en casarse con ella como su Consorte Imperial. Yu Yao no
supo por qué de repente recordó su viaje al sur. En ese momento, Tian Xiao le había
dicho que quería mirar con ella las florecientes flores de primavera, la lluvia de
verano, las hojas de otoño y la nieve del invierno. En aquel momento, a pesar de que
había mostrado desdén ante la idea y se había negado, su corazón realmente quería
ir, su corazón realmente quería estar junto con Tian Xiao para mirar esas cosas... Yu
Yao sonrió burlonamente. ¿Con qué estaba fantaseando ahora?
Sus vidas nunca volverían a cruzarse.
—Yu Yao, el Líder de Secta te ha llamado. Parece que hay una misión. —Afuera,
una discípula entregó su mensaje. Yu Yao asintió y preparó su estado de ánimo antes
de ir al Gran Salón de la Secta del Viento Nevado.
Cuando escuchó la misión, Yu Yao se quedó sorprendida por un largo tiempo y su
lengua se resbaló. —¿Por qué?
Como asesina, esa pregunta ni siquiera debería surgir, jamás. Como el Líder de
Secta que asignaba misiones, no había intención de responder a su consulta. Sin
embargo, el hombre enmascarado sentado en el asiento de honor habló. —Aunque ni
siquiera sé quién es el cliente, tengo mis especulaciones. Además del Emperador
actual, la única persona que querría matarlo es el Príncipe Jing An, pues está
bloqueando su camino. —El Príncipe Jing An era un marqués de la dinastía anterior.
Según la antigüedad, era probablemente el tío de Tian Xiao. Ahora que Tian Xiao
había ido al sur para reclamar su identidad como el Príncipe Heredero, el Príncipe Jing
An probablemente obtuvo un inesperado dolor de cabeza al enfrentarse a la situación
actual.
Por lo tanto... parecía que le había pedido a la Secta del Viento Nevado que
asesinara a Tian Xiao.
El Líder de Secta guardó silencio por un momento antes de hablar. —Debido a que
tus sentimientos han sido conmovidos por este hombre, Yu Yao, eso nunca debería
sucederle a ningún asesino. Quiero que lo elimines personalmente.
Yu Yao dejó caer la cabeza sin decir ni una palabra. Había recibido su misión y
abandonado la Secta del Viento Nevado ese día.
Capítulo 9

Aniquilar la vida de Tian Xiao era algo muy fácil de decir, pero Yu Yao
no podía hacerlo. Nunca había sabido que fallaría en un cometido algún día.
Cuando volvió a entrar en las partes del sur, ya era pleno verano. Yu Yao había
llegado a la Cuidad Yue. Aquí era donde se podían encontrar rastros de la familia real
restante de la dinastía anterior, viviendo en tierras que ocupaban ilegalmente. La
declaración del regreso del antiguo Príncipe Heredero había sido anunciada sobre la
torre de la puerta de la ciudad. Posteriormente, se le ordenó a la milicia que subiera
al norte, recuperando un inmenso territorio. Yu Yao lo pensó durante mucho tiempo,
pero no pudo fabular qué debió haber parecido Tian Xiao sobre esa torre en la puerta
de la ciudad.
Vivió en la ciudad durante unos cuantos días, y finalmente llegó el día en que Tian
Xiao tomó posesión de su cargo.
En el abrasador calor del verano, toda la ciudad debajo de él estaba abarrotada de
gente. Tian Xiao vestía túnicas de dragón alternadas entre negro y rojo mientras
estaba de pie en el más distante centro. El Príncipe Jing An y el viejo funcionario que
lo había recibido en la ciudad estaban parados a su lado. Quizás su ropa era
demasiado seria o su escenario demasiado importante, mas Yu Yao podía ver un aura
suprema y reinante sobre Tian Xiao. O quizás esto era lo que la gente quería decir
con "el temperamento nace de las raíces". Mientras lo miraba desde la distancia,
sentía que este Tian Xiao se sentía muy desconocido, pero también sentía que tenía
una buena oportunidad de convertirse en un buen emperador en el futuro.
Debajo de la torre de la puerta de la ciudad, miles de personas se centraban en
Tian Xiao. Un funcionario que estaba a su lado le entregó a Tian Xiao un pergamino
que parecía un edicto imperial. Tian Xiao lo tomó, pero solo lo sostuvo y no lo leyó.
Después de un largo rato, todos comenzaron a sentirlo extraño. Algunas personas
miraron hacia arriba, una ofensa de autoridad, pero solo vieron que su Príncipe
Heredero parecía haber perdido su espíritu, mirando fija y perplejamente a alguien en
medio de la multitud debajo de la torre de la ciudad.
—¡Yu Yao! —La llamó por su nombre, arrojando directamente el edicto imperial en
sus manos. No le importó lo digno que era su ropaje, a punto de saltar de la torre
para encontrar a esa persona. La gente a su lado formó de inmediato un círculo de
pánico a su alrededor y, a pesar de la etiqueta, todos lo jalaron de vuelta. Sin
embargo, aunque la ropa del Príncipe Heredero estaba capturada en las manos de
otras personas, se quitó la ropa frente a todos y saltó de la torre. Todos quedaron
llenos de gran alarma. Solo vieron una figura brincando desde la multitud,
moviéndose rápidamente para salvar al Príncipe Heredero y llevarlo a un lugar seguro
en el suelo.
—¡Yu Yao! —Los ojos de Tian Xiao se enrojecieron de inmediato—. Dijeron que me
vendiste. ¿Ya no me quieres?
Yu Yao asintió con la cabeza. —Sí.
La cara de Tian Xiao palideció. Le agarró la manga, y después de mucho tiempo,
solo pudo pronunciar dos oraciones. —No debes abandonarme. Te escucharé por
completo.
Yu Yao de repente se echó a reír. —Tian Xiao, ¿qué te gusta de mí? No soy para
nada buena contigo. —Tian Xiao no sabía cómo responder. Yu Yao lo ayudó—. Solo te
gusto porque en ese lugar solitario, me viste primero. Por lo tanto, te arrojaste a mí
como un idiota. No te gusto realmente.
—Gustas. —Tian Xiao quería explicarse ansiosamente, pero no pudo obligarse a
hacerlo—. Solo me gustas tú. Te conocí y solo te conocí a ti, así que solo me gustas
tú.
—Tian Xiao, en este mundo, hay muchas más cosas que valen la pena que te
gusten —dijo Yu Yao—. Hoy te ayudaré a barrer dos hojas que obstaculizan tu visión,
¿de acuerdo?
El corazón de Tian Xiao de repente se llenó de pánico. Estiró la mano para abrazar
a Yu Yao, pero Yu Yao brincó y saltó sobre la piedra caliza de la torre en la puerta de
la ciudad, usando su qinggong. La gente en las murallas de la ciudad no creía que
lanzaría un ataque tan repentino. Yu Yao desenvainó su espada y el frío borde
destelló bajo la luz, apuntando al Príncipe Jing An, quien estaba rodeado por sus
guardaespaldas.
Con el aura de la muerte rodeándola, su espada fue fatal. Solo atacó y no se
defendió mientras se abría camino entre los guardaespaldas alrededor del Príncipe
Jing An, empujando. El filo de su espada no entró en su carne, sino que su fuerza
interna atravesó directamente su corazón; un sentimiento que Yu Yao conocía bien. El
Príncipe Jing An levantó la vista y retrocedió, su boca llena de sangre fresca. Yu Yao
supo que ya no sería capaz de vivir.
Al mismo tiempo, sangre fresca también explotó de su boca. Su corazón había sido
apuñalado con una espada. El guardia usó más fuerza y la empujó de la muralla de la
ciudad mientras aún estaba viva.
Poco a poco, el cielo se alejaba cada vez más. Yu Yao de repente pensó en ese día,
cuando Tian Xiao había dicho que la luna estaba muy cerca. En ese momento no
había entendido sus sentimientos, pero ahora, parecía haber entendido un poco lo
que había dicho. Por cada centímetro que saltaba, y por cada centímetro que caía, la
distancia entre el cielo y la tierra se acercaba cada vez más, paulatinamente.
Con un "bang", el mundo se volvió silencioso y desolado.
Sus ojos llenos de sangre parecían ver la cara impactada y apenada de Tian Xiao.
—Yu Yao... ¡Yu Yao! —vio sus labios moverse, casi roncamente llamando su nombre.
Era una lástima que ya hubiera perdido la capacidad de audición. Y ya no era capaz
de decir nada tampoco. La sangre en las comisuras de su boca fluía
inconscientemente. Tian Xiao lucía igual de indefenso y asustado que un niño que se
había perdido.
Quería levantar la mano y tocarle la cabeza, decirle que no estuviera triste, pero ya
había perdido toda su fuerza.
Yu Yao sabía que estaba muy triste, pero la tristeza siempre es temporal.
En el futuro, tendría más tiempo para mirar las flores de primavera, las lluvias de
verano, las hojas que caen en otoño y la nieve del invierno. Podría casarse con una
consorte más hermosa y tener una vida más colorida. Se merecía vivir mejor que ella,
y no solo mirarla a ella, alguien que estaba entorpeciendo su visión.
Tian Xiao fue muy bueno con ella, y no sabía cómo pagarle. De esta manera...
quizás podía considerarse que le había retribuido un poco.
Antes de cerrar los ojos, Yu Yao pensó repentinamente que, en el pasado, debería
haberse reído más con Tian Xiao. No debería haberlo sumido en temor todo el tiempo.
En realidad, a ella también le había gustado...

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