domingo, 20 de octubre de 2024
miércoles, 4 de septiembre de 2024
El hombre del terno blanco
jueves, 29 de diciembre de 2022
LA MUJER DEL CALZONCITO ROJO
*Foto intervenida
ChavelaVargas cantaba, te vi llegar/ y
sentí la presencia de un ser desconocido,la ranchera inolvidable de José
Alfredo Jiménez, cuando escuché el taconeo de la mujer, que se sentó a mi lado,
impertérrita en la barra del bar. Apenas la perfilaba por el rabillo del ojo,
cuando pidió desde esa distancia suya que lastimaba, una cerveza Corona. No
tengo, le respondió el barman, pero si no le molesta la Heineken.Y la mujer
me apetece, le dice sin mirarlo, mientras enciende un cigarrillo, que
extrae de su pitillera. Yo, apenas observaba como quien asiste a un ritual. Me
molestaba esa manera de actuar la mujer, poniendo fronteras ante todos. Estaba
a punto de irme, y buscaba unos billetes en la cartera para pagar la cuenta,
cuando ella me dice, mirándome por primera vez a la cara, veo que está
tomando cerveza. Déjeme brindarle una. Entonces vi sus ojos almendrados,
atrapados en una piel morena de desierto y sus labios, asomando en su cara,
sensitivamente gordezuelos, Me sentí turbado, Creo que así debió sentirse
Ulises cuando vio la primera vez a Circe, la maga de su regreso a Ítaca-
Serían las dos de la mañana, nos habíamos
tomado cada uno alrededor de catorce cervezas, cuando la policía entró al bar,
y lo hizo cerrar. Uno de los policías gritó, tienen licencia hasta las doce,
y son las dos de la mañana. Cierren y no les dejamos comparendo alguno. La
mujer no quiso que pagara, yo invité la escucho susurrar.
Toda la noche me había pasado con las
ganas de besar sus labios gordezuelos y ahora, me imaginé que ella tomaría su
camino, y que yo tomaría el mío, rumbo a la soledad de mi apartaco por
los lados de la albarrada que da al río.
Ya en la calle, me tomé confianza y la
abracé. No miento. Ella me besó, y en un susurró, me dice, me recuerdas a un
amor que tuve. Entonces le muerdo suavemente los labios, y caminamos a mi apartaco,
a trancos.
Las cervezas hacían ya su efecto.
Torpemente nos desnudamos, después de abrir la ventana que daba a la albarrada
del río. Volví a morder sus labios, y sentí su piel quemando la mía como una esperma
viva. Luego fueron fuegos artificiales.
Me levanté tarde, en eso de las diez de
la mañana. La cabeza a punto de hacerme explosión. Ella no estaba. Sólo su
calzoncito rojo tirado en el suelo. Lo alcé y lo colgué en la percha como mi
mejor trofeo La busqué luego por toda la ciudad, y no había rastro de ella. El
barman del bar donde estuvimos bebiendo, me dice que, se acuerda de mí, pero de
la mujer no. Dejé de buscarla con una tristeza insondable, porque la verdad, me
había enamorado de ella.
Semanas después del encuentro, leo en el
periódico de la mañana que, la mujer del bar, (la foto del diario era sorprendentemente
la suya), la misma que estuvo conmigo, se había tirado al río hace un año, y se
había ahogado. En oficio religioso se celebraría el primer aniversario de su
muerte. Entonces, observo el calzoncito rojo, colgando de la percha de mi
cuarto, y un escalofrío me estremece todo el cuerpo
viernes, 28 de octubre de 2022
Noche de brujas
*Foto intervenida
¿Me acompañas amor, a una fiesta de
máscaras, la noche de brujas? Él parecía no escucharla, pues siguió bebiendo su
cerveza, ahí en la barra , atento a la canción que Fito Páez cantaba en la pantalla gigante: "Estas
en el club Calavera /En el refugio Monteagudo te abrazan con el corazón/ Fui a
cantar una noche con el piano /Y un cartel escrito con dolor decía que la calle
no es un buen lugar/ Para vivir, mucho menos para morir/ Transmítelo,
transmítelo /"
-Amor, ¿me escuchaste? -
-Claro que te escuché, y tú ya sabes lo
que pienso al respecto. Esa fiestecita gringa no me entusiasma ni un poquito.
-Pues voy a ir de todos modos -le enfatiza
la mujer, con un brote de lágrima-Los amigos de la empresa vamos a montar una
comparsa parodia de la muerte.
-Ve tranquila a tu fiesta de brujas - le
dijo tiernamente. Yo prefiero el bar. Aquí se dan situaciones, que bien valen la
pena para un buen reportaje de la noche (asomó su alma de periodista)- Le dio
un beso. Salieron a la Gran avenida, y tomaron sendos taxis que, los llevarían
a sus apartamentos.
El primero de noviembre, El tabloide, estremecía la tranquilidad de la Gran avenida con la nefasta noticia: "Joven periodista, baleado a la entrada de bar La treinta, la noche de brujas, por una comparsa de la muerte.
jueves, 14 de abril de 2022
VAGABUNDO DE LA NOCHE
°Foto intervenida
Vagabundo de la noche
me emborracho de estrellas y de lunas.
En algún bar de la ciudad
desteñido por el orín del tiempo,
habrá en la barra un lugar
para beber una cerveza.
Una mujer de ojos sin destino
quizás me hable de aventuras de amor
en las Islas Caimán,
en las Azores.
Me mirará con sus ojos que no miran,
asombrada de que Bob Marley
aún suene en la rocola
("tú dices que amas la lluvia,
Sin embargo usas paraguas
cuando llueve..." *),
se bajará de la barra con la música adentro
del raggae,
me tenderá las manos
y bailaremos con espasmos
sensuales en crescendo
Quizás la luna amanezca con nosotros,
entre por la ventana del árido motel,
y el Bob Marley de mis adentros,
le diga a la mujer que me mira sin mirar:
déjame estar entre tus piernas,
que se mueren de frío las mías.
*Traducida de la canción original
viernes, 4 de marzo de 2022
Felicidad la mía
Felicidad la mía,
cuando me
mira bajo la sombra de sus pestañas,
anunciándome entre profundos suspiros
la epifanía de su dulce beso
beso tierno.
Felicidad la mía,
la de aquellas horas de la brisa fría que eriza
la pelusita de sus brazos,
y ella se aferra aterida buscando calor
en mi cuerpo
Felicidad la mía,
en esa hora del bar,
entre cervezas,
y el susurro Natalia Lafourcade:
“Si yo encontrara un alma como la mía
Un alma que, al mirarme, sin
decir nada
Me lo dijese todo con la mirada”
Felicidad la mía
cada vez que se me viene un verso a la cabeza,
y en acordes me dice la guitarra
cuán vivo estás, cuánto existes.
Felicidad la mía, y la de ella,
llegar al alba con las sábanas empapadas,
y los gallos cantando,
epinicios de nuestro amor
epinicios del amor nuestro
*Foto intervenida
sábado, 13 de marzo de 2021
Celajes
Foto de internet
Ella,
l
canta a Brassens, y Moustaki
en un bar viejo
de la Cartagena amurallada.
Bar lastimero
como un barco escorado por las brisas del Caribe,
en la playa.
Entre aguardiente y aguardiente
se siente libre
de ese dolor impreciso,
que agrieta el alma
cuando el amor muere.
Libre,
tan libre
como un pañuelo al aire,
gavia rota
lunes, 7 de mayo de 2018
Lo que no puede el olvido
Foto de intervención
Todo te recuerda, amor,
hasta el viejo bar
donde nos conocimos.
En la ruina y descalabro
de sus muebles viejos
(mesas y sillas enredadas),
aún está la barra donde nos dimos
el primer beso,
y Mercedes,
cantaba aquella canción
que sentíamos justamente nuestra:
"Uno vuelve siempre
a los viejos sitios
donde amó la vida
y entonces comprende
como están de ausentes
las cosas queridas"