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miércoles, 8 de enero de 2014

Al que no le gusta el gusto tampoco le gusto yo*

Desinterés propio de principio de año. Todo me vale gorro. Escribir, leer, seguir mis tratamientos, arreglarme, en fin. Esto es normal, todo volverá a interesarme en algún tiempo, siempre pasa. Enero es un mes tan sin embargo como febrero y marzo. En tanto llega de nuevo el interés por lo que sea, me quedo mirando en lontananza mientras me rasco la panza, (verso sin esfuerzo) y me como los dulces que me dejaron Los Reyes Magos (esos si me interesan. los dulces no Los Reyes), ¿Gustan? Tengo chocolates, paletas, cacahuates, chiclosos, tamarindos, mazapanes, gomitas, chicles, barras de chocolate, frituras, etc. Estos Reyes me conocen muy bien. En fin, pongamonos gordos, hay que seguir honrando el primer lugar que tiene Mexico de obesidad en el mundo. ¡Ñam ñam ñam ñam ñam! ¡Delicious!* (*Hoy me robe dos frases, una de una canción popular mexicana y otra de Mochila de Dora la exploradora) ¡Dios apiadate de mi, que bajo he caído!

sábado, 24 de noviembre de 2012

Nada es verdad, nada es mentira y bla bla bla





Nadie ha vivido al tope si en su casa no ha tenido dos hombres enfermos al mismo tiempo. Eso es adrenalina pura no payasadas.

Uno de los mayores retos a los que me ha enfrentado el destino sucedió ayer cuando al buen Barry se le ocurrió que le cocinara arroz.

¡ARROZ!

Los ojos se me saltaron, los calzones se me cayeron, el corazón se paralizó. ¡Gulp!

¡Por dios! ¿Quién en esta vida le pide a su hermosa esposa que le prepare arroz? NADIE a menos claro que el buen hombre esté enfermo y la hermosa y bella consorte quiera agradarle, pm.

Seguramente aquel que pide que le preparen arroz nunca en su =)(/&(= vida lo ha hecho. No sabe que debe  tener un cuidado adecuado y saber exactamente las proporciones precisas para que el platillo salga esponjadito y de rechupete.

Un buen amigo me decía ayer que si conocía la cocina -con eso de que nunca entro ahí- 
-Claro que la conozco- respondí.

Y es verdad, la cocina es donde se guardan todos esos hermosos objetos que sirven para presumir con las visitas cuando llegan a comer y actuamos como si de veras fuéramos muy educaditos.
¡Madres! Si cuando comemos sin cubiertos sabe más rico. Eso de chuparse los dedos o los huesitos del pollo es casi casi un orgasmo culinario. Casi, tampoco es para tanto.

En fin, la cocina también encierra aparatejos que facilitan el trabajo de las mamás que se quiebran la cabeza pensando qué hacer de comer.
Ahí también se guardan las croquetas de los chihuahuas, las de Calixto y todos esos artilugios que sirven para preparar brebajes mágicos, léase malteadas, cafés, thés y bla bla bla. ¡Ah si y aguas de frutas!
Y es el lugar dónde el buen Barry prepara mi desayuno para asegurarse de que por lo menos eso coma en todo el día. Ya saben, eso no se me da.

En la cocina a veces -muy pocas- renacen los aromas deliciosos con los que atraía a mi familia a la hora de la comida pero se esfuman tan pronto como dura un suspiro.
.
Así pues, sí conozco la cocina.

Pero de eso no se trata esto.

Se trata de que poniendo al límite mi paciencia y tolerancia, el día de ayer -con dos hombres enfermos en casa- tuve que preparar un arroz blanco que salió de pocas pocas pulgas. Eso es según quien se lo coma, opina sobre ello.

He aquí las expresiones de los comensales:

Barry: -Este arroz parece engrudo, no me lo voy a comer, me voy a enfermar más. ¿Tú me quieres matar o qué? ¿Cuánta agua le pusiste? ¿Acaso no sabes preparar arroz? Mejor no me lo como.

Bruno: Está muy rico mamá, ¿me sirves más? 
Es verdad Honguito te salió muy bueno, no le hagas caso al Barry.

la MaLquEridA: Soy muy valiente pero este arroz me pone friki, mejor no me lo como, no vaya a pasar lo que en Caborca.

Benito Tiki: Gruar grusr putosgrrr grrrtodos

Babo Alejandro: Ababababa grrr dénmelo grrr a mi grrar me lo grrr como todo ababababaa, ¿No ven que estoy muy flaco? abababa grrrr.




Calixto: Miau miau miau no miau me gusta miauuuu el arroz miauuuuuu. Dénselo miauuuuu al Babo puto miauuuuu que siempre miauuuuuu me corretea miauuuuuu.

Laura: No opino porque no vive aquí.

Y es que ya se me olvidó cuantas tazas de agua son por cada taza de arroz. Me acuerdo que era una-una pero Barry dice que es 1-2 y así lo hice porque él preguntó a las que saben -Cocineras expertas a las que el arroz les sale muy rico- ¡Ay si ay si! ¡Mis huevos también saben rico y no presumo!

Así pues, visto lo visto, la cacerola quedó prácticamente llena. No sé qué voy a hacer. Pero es que de verdad yo no tuve la culpa. Dije claramente que no cocino y si antes me salía delicioso era porque tenía el toque especial que da el amar la cocina.

Hoy la amo pero solamente cuando Barry me llama a desayunar.

Al rato llega una víctim... digo Laura que al igual que Babo Alejandro se come todo lo que le doy así sean piedras o engrudo en forma de arroz.





¿Gustan? Acuérdense que la comida no se tira y los amigo están en las buenas, las malas, las peores y en situaciones extremas como esta.

¿Les sirvo una cucharada aunque sea? Pueden pasársela con agua o si no pueden cerrar los ojos y así no ven lo que se comen. Digan que si, acuérdense también que hay mucha gente que no tiene qué comer en el mundo.

¿Si?














martes, 6 de noviembre de 2012

Despeinando los elotes





Las leyes después de un tiempo resultan obsoletas. Hay que cambiarlas después de un tiempo porque todo se vuelve un caos. Lo que antes era bueno en este momento ya no lo es. 

El caso es que después de un pequeño viaje a Querétaro (Hace como tres años), encontré una placa con una leyenda que adopté como ley desde entonces.

¨En esta casa la reina no cocina¨

Después de media vida de preparar deliciosos platillos porque eso si cocino muy rico. Decidí no volver a hacerlo porque mi cerebro se secó. Ya no me gustaba la cocina.
Mi familia se abstuvo de rebatir, adaptándose a lo que yo quisiera. De cualquier forma ya nadie come en casa porque todos trabajan. No importaba mucho que no hubiera comida preparada.

Regalé muchos de los electrodomésticos que usaba. Con lo que me quedé fue un aparatejo que sirve como licuadora y fue todo.

El chiste es que después de saber que estoy muy jodida en salud, Nueris (La mamá de La Bella) me ha traído su licuadora para que pueda preparar mi comida.

Así pues que desde ayer debo preparar mis alimentos porque de algún modo me siento agradecida por la acción de Nueris.

Ayer no cociné porque me dio flojera pero hoy ya no hay excusa. He decidido preparar uno de los mejores platos que preparo: Pollo sin piel en salsa verde con calabacitas y champiñones.
Haré arroz blanco y agua de sandía.

La ley que impuse hace tiempo se ha vuelto obsoleta. Regresaré a la cocina a despeinar elotes y a llorar al desnudar a las cebollas, como me dijo un día El Poeta.

Hoy comencé la mañana haciendo el desayuno de Bruno. (Ayer preparé la cena, ¡No lo puedo creer!) Le hice hot cakes -Hace mucho tiempo pedía que los hiciera- y me sentí muy bien.





Mñeh! la verdad que preparar hot cakes no tiene gracia, cualquiera los hace. La cocina sigue sin gustarme pero qué se le va a hacer.

Quejarme de todo es inherente a mi, ustedes pasen a disculpar.

Y como hoy no tengo pretexto empezaré desde temprano a preparar la comida. Mi ley se ha quedado colgada en lo alto de la cocina y yo estoy abajo, ahí en la estufa como señora antigua.
Rodeada de deliciosos olores que ayudan a sobrellevar este clima frío. Con mi delantal puesto tarareó una melodía triste mientras espero la llegada de mi familia, enfundada en un chalequito para cuidarme los dolores de espalda.

Si se ponen a ver esta entrada no tiene ningún chiste pero si la analizan concienzudamente se darán cuenta que así es.














martes, 31 de enero de 2012

Notorious





Mi familia y allegados saben de sobra que soy mamona en exceso. Demasiado chocante para comer y pulcra hasta más no poder. No como en la calle y si lo hago el lugar debe pasar mis estándares de higiene si no lo siento mucho pero no como y a ver cómo le hacen.

En esa fama que tengo, saben también que hay una especial aversión a los asiáticos y todo lo que huela a chino, japonés y ojos rasgados. No es nada contra nadie en particular pero hay algo que no termina de gustarme.

¨Debes educar tu paladar¨ me dijeron un día y aí voy de madreardiente. Quise darme una oportunidad de comer otras cosas que no sea lo que siempre pido cuando tengo que comer en la calle: Bistec asado sin lechuga ni verdura y papas. Nada que tenga que ver con cosas crudas.
O si no pido tacos dorados de pollo sin lechuga, jitomate, crema ni nada más que queso. ¿A qué me sabe? pregunta la familia y respondo que rico porque es la verdad.

Toda esta historia de mamonés viene a cuento porque ayer acepté educar mi paladar y comer comida japonesa, no lo hubiera hecho, todo iba bien hasta que comí un rollito de sepasumadre envuelto en la chingada.
De ahí no he parado. El dolor de estómago es desesperante. Me duele la cabeza. He estado en el baño mil millones de veces, tuve un poco de fiebre anoche y no pude dormir.

Hoy sigo en lo mismo y todo por querer educar mi paladar cuando como dice Barry: ¨Tu eres de tacos y quesadillas, no te quieras hacer la muy muy¨ . 
Yo lo mandé a chingar a su madre (en mi mente, mensa no soy) y le digo que un enfermo lo que quiere es que lo apapachen y no que lo regañen.

Barry quiere que me tome un thé, ni que estuviera enferma. Los thés me dan mucho asco, por eso digo que soy mamona en exceso.

Siendo demasiado dramática por cualquier cosita lloro pero esto se está pasando de tueste. Me siento muy mal. Tendré que ir al médico -con lo que los odio- y esperar a que mi cuerpo desaparezca todo vestigio de comida japonesa.

Todo por querer probar otra cosa.
No puedo hacer sentir mal a mi hijo porque él me convenció de comer esa madre, ´tonces debo aguantar, eso si no sé cuánto. Estuve pensando que si el pescado o los camarones o la lechuga o la chingada pudieran haber tenido una bacteria, me enchina el cuero.

Yo lloro.

Mejor voy a leer mis chistes a ver si así me río y se me olvida es maldito olor que traigo en la nariz y que nada más recordarlo los ojos se me hacen bizcos.

Y yo jáctandome que ya sé comer con palillos chinos.

Me duele mucho el cerebro (si tengo aunque no parezca) Me duele la panza y todo lo que puede doler, eso me duele.
Estoy enferma y debo aguantar los regaños, porque de esos si no me salvo. Aguantar además que se rían de mí porque lloro. 
De algo estoy plenamente convencida JAMÁS en la vida vuelvo a comer comida china, japonesa ni la chingada, prefiero tacos pero limpios.

Me duele la cabeza y todo lo demás ¿ya dije?
´toy enfermita y lloro.

















miércoles, 16 de febrero de 2011

Camino sembrado de fe.





Nunca sé la fecha en que llegan, sólo sé que cuando aparecen, se aproxima Semana Santa. Sabía que iban a llegar cuando sin querer, veía camiones adornados con flores de papel y estandartes de la virgen de Guadalupe.

Mis hermanos y yo, salíamos corriendo a verlos y nos quedábamos ahí hasta que se terminaban.
Eran filas y filas inmensas de personas que llegaban al pueblecito en que nací. Cantando a la virgen de Guadalupe, venían primero las mujeres y los niños. Atrás los hombres. Traían banderas del país, estandartes de la virgen y el nombre del lugar de donde provienen.
La mayoría con sombreros y chamarras gruesas. Gabanes y cobijas que menguaban el frío que hacía en las noches cuando el invierno aún no había recogido su helada cabellera.
Nunca dejan de cantar. He observado sus caras que por lo general vienen sonrientes. No importa la edad que tengan, siempre sonríen y cantan. No pierden la alegría a pesar de los cientos de kilómetros que recorren a pie para llegar a la Basílica de Guadalupe a dar gracias a la virgen.

Cuando era pequeña, mi casa que tenía una sala grande albergaba algunos de esos peregrinos. Mamá los dejaba quedarse en la sala a dormir. Les ofrecía comida y café pero ellos sólo querían descansar para al día siguiente levantarse temprano y seguir su camino.
Tendían su cobija en el suelo y se dormían sin hacer ruido.
Nosotros curiosos los veíamos sin entender porqué esa gente extraña estaba en casa durmiendo en la sala. Mamá nos corría de ahí y decía que nos quedáramos quietos sentados en el comedor de la cocina. Pero era cosa imposible en media docena de chamacos. Empezábamos a cuchichear pero la voz gruesa de mi padre con un ¡A callar! nos dejaba quietecitos.

Mis hermanos y yo nos quedábamos agarrados de las manos, sin hablar hasta que mamá nos llamaba a cenar. Observando, ellos nos sonreían y se quedaban viendo el cielo blanco de la casa hasta que el cansancio los dormía.
A la mañana siguiente así como llegaban se iban. Sin hacer ruido. Nos levantábamos corriendo para verlos pero la desilusión se pintaba en nuestros ojos: Los peregrinos se habían marchado.

Me he preguntado durante tantos años qué es lo que los mueve a caminar tantos kilómetros para ver a la Virgen. No lo sé, quizá sea la fe, esa que dicen mueve montañas y que en algunos casos quisiera tener.









jueves, 3 de febrero de 2011

Tamales y mujeres desafinadas.








Ayer fue 2 de febrero, Día de la Candelaria. Día en que los mexicanos pagan con tamales haber sacado el muñeco-perdón niño dios-el 6 de enero.
Se hace una fiesta con tamales y van todos los que uno quiera. Eso dicen porque nunca he ido a una tamaliza.
Snif! que vida vacía tengo.

En casa Barry y yo nos sacamos el muñeco-niño dios pues-, y como no si solo él y yo la partimos (la rosca).
Él dijo que en la noche cenaríamos nuestro rico y delicioso tamal calientito, hasta escuchaba el sonsonete de los vendedores de tamales ¨pida sus ricos y deliciosos tamales calientitos, hay de dulce, de chile y de mole, pida sus ricos y deliciosos tamales calientitos¨. ¨Pida sus ricos y deliciosos tamales calientitos¨, así hasta el fin.

Me saboree desde la mañana mi rico y delicioso tamal calientito verde porque no me gusta de otro sabor. Nada de sabores exóticos ni nada de eso. Verde o de mole y ya.

En todos lados se hablaba de los tamales y saldar la deuda del 2 de febrero. Hasta Jean Claude que está en régimen dietético nos dijo que hoy le llevásemos uno de los que nos dieran o hiciéramos.

Pero esperé cerca del final de la noche a que llegara Barry para saldar la deuda cosa que nunca sucedió porque no llegó con  mi rico y delicioso tamal calientito.

Y cuando pregunté el porqué me dijo que se fue a un bar. Entonces yo como soy modelo antiguo y en mi vida he visitado bares (no es cosa de risa) le pregunté si en los bares hay mujeres desafinadas como dice P´Pito o sea de mala nota.

Y él dijo que depende a cual bar vaya (hasta en los bares hay clases mmmta). 

Mi mente empezó a trabajar de prisa porque Barry estaba muy raro (ajá me dije). Le pregunté si había bebido mucho y él dijo que no pero como no acostumbra beber se marea hasta con rompope. Estaba muy graciosito y todo le daba risa  (mmm que raro estás Barry ).
Su cara estaba extrañamente roja y la lengua se le hacia trapo (mmm). Se empezó a poner la pijama haciendo strep tease o sea Barry por dios!.
Mis chihuahuas y yo nos quedábamos viendo dubitativamente.

Me preparó mi cena (eso si me gusta) mientras no le quitaba la vista de encima. Él sólo se reía (vaya con Barry).

Le pregunté si las mujeres lo habían besado y se reía, (ajá de nuevo). Si bailó con alguna y seguía riéndose (recontra ajá). Y por último le pregunté que si le gustaba que otras mujeres lo besaran y estalló en carcajadas (chingaos pos qué traís?) mientras se me acercaba peligrosamente.

No es que le tuviera miedo sólo es que las pocas veces que Barry bebe se transforma en pulpo. Con sus tentáculos quiere andar agarrando cu... cualquier cosa, lo que pueda, así que es mejor poner perros de por medio. Agarré a mi Babito porque Benito Tiki es gruñón hasta para las caricias y lo puse como escudo para que el tentáculo de Barry no me alcanzara.
Siguió haciendo la cena mientras mis ojitos escudriñaban cada centímetro de su cara y por si las moscas le dije que se la lavara (la cara, de eso hablamos).

Siguió riéndose y me dijo que preguntas haces Chikis (¡grrr!) eso quiere decir que si a todo lo que le pregunté.

Eso duele... pero... 

¿y mi tamal?.





miércoles, 14 de julio de 2010

No lo veas extraño... no me gusta comer.



Si bien es cierto que tengo un carácter de la chingada, también es cierto que pongo mucho de mi para no explotar muy fácil. Es cierto que a veces quiero agarrar la guitarra y azotársela en la cabeza a más de uno pero eso no quiere decir nada.

También es cierto que algunas veces - cuando no puedo controlarme - digo: ¨Me mato¨ , ¨Me mato¨,  pero eso no quiere decir que lo vaya hacer.

Y también es cierto que sigo sin querer comer. He tenido varios - muchos - problemas con mi familia por eso pero no puedo evitarlo. No me gusta comer sola y por más que quiera hacerlo, me cuesta mucho trabajo comer cuando no hay nadie.

Me regañan - ya estoy grande para eso - , me acusan - ya estoy grande para eso -, incluso comen otra vez con tal que yo coma. Como un sandwich o cualquier cosa para que cuando me tome las pastillas no me duela la panza y es todo. O un trozo de pan y un poco de yoghurt cuando siento - casi nunca - hambre.

Pongo la alarma del reloj para recordarme que debo comer, pero la apago  y sigo en lo que estoy.
He comido a las diez de la noche si es que acaso eso se puede llamar comer y eso para que mi familia deje de regañarme.

No puedo hacerlo... no puedo comer sola. Hasta mis pobres chihuahuas la pagan porque si no como a veces ellos tampoco.

El insomnio se ha ido un poco, debido al cansancio que últimamente se ha apoderado de mi pero algo bueno debía pasar digo yo.

Todo esto arriba escrito, seguramente será algo de lo que le diga mi familia hoy a la terapeuta. Ella a pesar de defenderme siempre creo que esta vez no lo hará y merecido me lo tengo, pero no puedo hacer mucho.

Hoy de verdad es un día importante porque la terapeuta ha pedido que Barry vaya para darnos de alta. Puede ser que nos dé vacaciones a Kiku y a mi - si nos va bien -  pero tenemos que seguir yendo ella y yo. Si sigo así, nunca me dará de alta.

Me gusta ir con ella. me hace sentir bien pero ya me cansé. El camino es largo y tedioso y con la lluvia se pone peor. Las avenidas de inundan y el tráfico se pone insoportable. Mi familia pasa por esto del tráfico todos los días y de verdad los admiro pero ya quiero quedarme en casita.

Puedo controlar mi carácter - hago esfuerzos sobrehumanos - pero lo logro. También puedo dejar de hablar de la muerte - bueno no, eso si me cuesta trabajo - pero trato de pensar menos en ella. Creo que ya me acostumbré a su nombre y ya no me asusta.

Puedo también tratar de dormir contando estrellas o palabras sueltas. O como últimamente lo hago - sueño mis cuentos - y así duermo unas pocas horas, pero duermo al fin.

Sobre lo de comer - ni hablar - no puedo. Por más que quiera no puedo. Aunque diga: ¨si puedo¨... ¨si puedo¨... ¨si puedo¨ , la verdad es que no puedo.

Cambiar una forma de vida que se ha llevado por más de 300 años es difícil pero cambiar MI forma de vida eso si que es tarea imposible.
No puedo ser un dulce y una linda. Hablar de flores y del cielo azul no se me da. Menos del amor... nunca hablo del amor. Pero de la muerte si se me da fácil je.

Quitarme lo gruñona y terca es en extremo difícil.
No quiero que mi vida sea un cuento de nunca acabar.
Las sesiones de terapia ya me cansaron.
Ya no quiero ir.
Ya no.
Ya...

Ya... ya sé que debo ir...

Osht!.







 

martes, 15 de junio de 2010

Ya stá.



Hace poco la abuela estuvo muy enferma tanto que casi la daban por muerta. Tuvieron que hacer muchos esfuerzos sus hijos y todos los que la rodeamos para que ella decidiera seguir viviendo.

Hablarle de su hijo consentido, llevar a su nieto más pequeño para que lo viera desde la ventana. Ver a los otros nietos, a las nueras, a los yernos, en fin a la familia para que viera que todos estuvieron- estuvimos- pendientes de ella y que queríamos que saliera adelante si es que ella así lo quería.
Siempre he dicho que cuando uno ya no tiene ganas de estar en este mundo hay que dejarlo ir sin dolor. Es mejor para todos y se evitan muchos sufrimientos.

En ese entonces yo hice una promesa que sabía que me costaría mucho cumplir y por eso la hice. De alguna manera quería que la abuela viera que sin decírselo la quiero mucho.
La promesa me costaría uno y la mitad del otro, perdonando la expresión, es sólo para dar a entender lo que me costó cumplir.

La familia de Barry siendo del barrio bravo tiene una costumbre muy arraigada que es la de comer ¨migas¨  platillo que en lo personal nunca me ha gustado. Con verlas mi estomaguito se hace agua. Pienso que es comida para perros sin ofender a nadie.
Cuando hacen ese guisado me invitan a comer sólo para ver la cara que hago al mencionarme la palabra ¨migas¨. Obvio me hacen algo diferente porque ni en sueños como eso. Todos me ven y se ríen de mi, osht!.

El domingo después de tanto se llegó el momento de cumplir la promesa y he cumplido. Había dicho que no diría de qué se trataba pero ya estando en esto que más da decirlo. He cumplido y han estado ahí los que debían estar, Barry, mis hijos y la abuela por supuesto que sólo me dirigió una mirada pícara. Estaban también otros hermanos y sobrinos de Barry.

Todos vieron el trabajo que me costó hacer lo que tenía que hacer. Duró cerca de media hora mi martirio pero lo hice, con angustia reflejada en mi rostro pero lo hice que caray, todo fuera como comer eso que comí... ¨migas¨. Comía una cucharada y tomaba un sorbo de refresco. Otra cucharada y otro sorbo de refresco y así... y así... y así...

Mi hijo y Barry me veían con pena, como diciendo: ¨come Chikis ya te falta poco, no pasa nada, anda una cucharadita más¨, bueno es lo que yo ví en sus ojos pues.

Cuando terminé de comer con mucho esfuerzo, Barry me ofreció más pero me le quedé viendo con cara de ¨en casa hablamos¨.

He cumplido y la satisfacción que me queda es muy grande, de nuevo como que me llamo Flor de María he cumplido.

Aí stá agüela lo que te dije, no leerás esto pero si sé de tres que lo harán y te lo dirán.

Cumplí abuela siéntete orgullosa de mi, mira que comer eso no cualquiera eh?. De una cosa estoy cierta, puedo vivir lo que me resta de vida sin comer ¨migas¨ .

Me gustó haber hecho esa promesa porque para algunos puede ser cómica y hasta tonta pero para mi y mi familia lo que representa vale mucho... darle una sonrisa a la abuela.

Porque vaya que se rió de mi.

¡¡¡CUMPLÍ AGÜELA!!!.










miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lengua, dientes y burbujas.

Son mis compañeros. Van para todos lados donde vaya yo. Y aunque no soy su consentida, me cuidan muy bien. Son unos verdaderos guaruras.

Benito Tiki, llegó a mi vida hace seis años. Yo no quería a los perros.
Le hablaron a mi hija para decirle que si quería un chihuahua, ya que donde él estaba, había conejos y estaba dando cuenta de ellos. Mis hijos insistieron y yo acepté a regañadientes.

Cuando llegó y vi que no era chihuahua pequeñito, no lo quise, pero lo acepté. Mi primera reacción fué bañarlo, entonces lo bañé con la manguera del patio, mis hijos pensaban que era muy desalmada por hacer eso.
Ladró hasta una semana después que llegó. Todos nos quedamos sorprendidos, pensábamos que estaba mudo... un perro mudo.

Ha superado su miedo a las escobas, supongo que lo espantaban con eso. Es muy educado. Rasguña la puerta ó se nos queda viendo para que le abramos para ir al baño. Cuando entra, espera que le limpiemos la colita con una toallita de bebé, jeje
Si, le limpiamos la colita a los perros porque están dentro de la casa y en la noche les limpiamos las patitas y les cambiamos su suéter para que se duerman.

Después de todo son parte de nuestra familia, los cuidamos como tal.

Hace cerca de seis meses estuvo a punto de morir y no sabíamos porqué, hasta que lo llevamos al veterinario y nos dijo que estaba enfermo del hígado y de los riñones, estaba muy flaco.
O se moría ó le dábamos un tratamiento que no sabemos cuanto tiempo le dé más de vida, decidimos el tratamiento. ¿Para qué lo querríamos sin poder moverse, esperando solo su muerte?. Ahora está muy gordito y es muy tragón, ha subido mucho de peso. Le sacaron casi todos sus dientes y se ha vuelto muy gruñón. Mi dedo gordo y mi mano han probado ya las mordidas del ¨abuelo¨ como le dice Muny, su consentido.
Se llama Benito porque cuando lo vi, le dije a mis hijos, ¨tiene cara de Benito¨, no sé cuál es la cara de Benito, pero a mi me lo pareció.
Y Tiki, porque así le decía cuando le hablaba... tiki...tiki...tiki.
Cuando se duerme, debido a que le sacaron los dientes, se le sale la lengüita y nos da mucha risa, sorry Tiki.





Babo Alejandro llegó hace dos años.
Lo encontramos en la calle, Kiku y yo. Nos dió mucha lástima porque tiene especto fiero por los colmillos que  tiene de fuera. De todos lados lo espantaban con patadas o con agua. ¡Pobrecito!.
Pero no podíamos tener otro perro. La casa es chica y no cabíamos más. Así que Barry y Kiku le dieron de comer y se lo llevaron a unas cuantas calles para que no diera con nosotros.

Cuando Muny llegó de trabajar, nos dijo que un perrito lo había seguido hasta la casa, era Babo Alejandro, decidimos que se había ganado su lugar en la casa por el solo hecho de haberse regresado de lejos y dar con los ingratos de nosotros.

Su vida ha sido más fácil. Benito le había allanado el camino conmigo.

Se llama Babo porque a Muny le gusta un cantante que así se llama y Alejandro, por un novio que le gustaba a Kiku.
Es muy inquieto y ladra mucho. Razón por la cual Muny no lo aguanta, ni yo. Pero con solo gritarle se queda quieto... a veces... casi nunca.
Es el joven de las mascotas.








Otro más que es mi mascota, pero que no hace nada porque se la pasa, nada y nada y nada,  es Jason Enrique.
Mi pez beta, que llegó a sustituir a Mauricio que a su vez sustituyó a Roberto. A ellos yo los he bautizado... a todos.
Es muy quieto y cuando ve que voy bajando las escaleras, empieza a moverse en su pecera porque sabe que le doy de comer.
Casi se come seis bolitas de alimento en el día.
Tiene dos años con nosotros, llegó en diciembre. Se llama Jason porque me gusta un actor de películas chafas que se llama Jason Statham y enrique, OBVIO por Enrique Bunbury.
Hace muchas burbujas en su pecera.









Ellos son mis mascotas, mis consentidos, aunque yo solo lo  sea de Jason Enrique porque los chihuahuas solo me hacen caso cuando no hay nadie.
Tan importantes son para mi que les he escrito este post.
Se las presento.
Un gusto.




martes, 22 de septiembre de 2009

Mis hijos... los otros.




Se levantaba a las cuatro de la mañana para dar de desayunar a mi padre  y esperar que se fuera a trabajar.
Ya no se dormía. Empezaba a preparar los guisados del día. Hacia chicharrón con salsa verde, papas con longaniza, arroz, papas con huevo, frijoles refritos, picadillo y salsa verde...mucha.

Preparaba todo, los trastos en donde pondría los guisados y después empezaba a levantar a la bola de chamacos para darles de desayunar y que nos fuéramos a la escuela.

Nos arreglaba, nos hacia las trenzas je! y nos revisaba los útiles a los más chicos. Nos íbamos a la escuela en lo que ella terminaba de hacer los guisados, para que a las 10 de la mañana se fuera a vender. Todo lo ponía en una bolsa grande de mandado y entonces salía de la casa rumbo a la escuela.

A las 10.30 ella ya estaba instalada, con su puesto de tacos para chamacos de primaria. Y empezaban a llegar como mariposas revoloteando.

¡Me da uno de chicharrón!,
¡Me da uno de papas con longaniza!,
¡A  mi me da dos de huevo!,
¡Yo quiero uno de frijoles!,
y así, todos gritando esperando a ser atendidos. Le ayudábamos a mi madre para que no se fueran sin pagar, porque sino el negocio no funcionaría.
Muchas veces le pedían que les prestara ¨dos tacos y mañana se los pagaban, se lo juro Señora, mañana se los pago¨y aunque sabía que no se los pagarían, ella se los prestaba, bueno en realidad un taco porque había algunos que al otro día era lo mismo y traían dinero pero nunca pagaban.
Algunos niños llegaban y se sentaban atrás de donde estaba mi madre... esperando pacientemente.
Cuando los descubría, ya sabía que pasaba.
No llevaban dinero, pero no pedían nada. Es entonces que mamá les daba un taco de arroz y si los veía con mucha hambre- que casi era siempre- les daba un taco más... ó dos.
Antes de terminar el recreo, ya se habían acabado los tacos, pero no la salsa.
Llegaban los más pobres y pedían a mi madre que les regalara un taco, pero solo había quedado salsa... solo  salsa.
Y no importaba, ellos lo aceptaban porque no tenían nada en el estómago.
Se acababan las tortillas, la salsa, todo.
Empezábamos a guardar los trastos vacíos y mamá guardaba la bolsita del dinero y se iba para la casa mientras nosotros entrábamos de nuevo a clase.

Llegaba cansada a casa, pero tranquila.

Había conseguido dinero para dar de comer a sus hijos...los de su casa,
Y también les había dado algo de comer a sus otros hijos... a los de la escuela.

Ahora, había que empezar a preparar los hongos, las flores de calabaza, el huitlacoche,  para las quesadillas que vendía en la tarde, a la puerta de mi casa y además la comida para nosotros... once hijos y un esposo.

Ésa era mi madre.





Musa con cuernos

PARA LA MALQUERIDA

La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Es beso de agua y luz de ciegos en el desierto diario. La leo y me leo. La leo y la siento. La leo y la quiero. Vamos de la mano desconocidos y alejados por los caminos rotos y astillados de la vida cansada y del tiempo huraño. Refunfuñamos por todo y hasta en el infierno tienen miedo de que un día aciago lleguen nuestros pasos. Chocamos con mil horas arañamos las rutinas odiamos la compasión nos dan risa los ángeles y mucha pena los diablos. Nos cansa todo y más que nada el resto de los humanos. A veces herviríamos a los que nos rodean y otras daríamos la vida por hacer reír a un chavo. La Malque es un corazón de sol escondido y mil silencios largos. Toro Salvaje

Porque siempre queda espacio para nuevas libertades.

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Ángeles de la fe

Yo traigo la verdad en mi palabra Vengo a decirte de un niño sin abrigo. Vengo a decir que hay inviernos que nos muerden, de la falta de un amigo. Vengo a contarte que hay luces que nos hieren, que existen noches sin whiskys ni placeres. Vengo a decirte que está cerca tu condena. Hoy una madre murió de pena. Déjame cantar, tengo vergüenza de ser humano como tú, en tu presencia. Descubrirme a mí mismo y en tu figura qué poca cosa somos sin ternura.