Previously in Lorz...
Misis Rabit no se entera.
Cuando llegamos a Londres estaba lloviendo.
-No os preocupéis -anuncié a mis acompañantes-. He mirado el tiempo para el fin de semana, y solo van a caer cuatro gotas.
Cuando salimos del metro estaba lloviendo.
-¡No pasa nada! -grité a través de una cortina de agua-. Cuatro gotas.
Entonces nos perdimos. No fue culpa nuestra: Londres está mal hecho. Tardamos casi una hora en darnos cuenta de que la acera izquierda tenía un nombre y la derecha otro, y luego otra hora más en darnos cuenta de que estábamos en la calle, no en la avenida y luego, ejem, en darnos cuenta de que yo había mirado mal la dirección del hotel, que estábamos desde el principio en la calle correcta y que ya habíamos pasado por delante del hotel tres veces.
Para cuando entramos en la recepción estábamos empapados hasta los pelos del sobaco.
Cuando quisimos salir, seguía diluviando.
-Sed bienvenidos -nos dijo Misis Rabit, la recepcionista, con una sonrisa de oreja a oreja- y disfrutad del maravilloso clima de Londres.
-¡Cuatro gotas! ¡Cuatro gotas!
Llovía mientras íbamos de camino al metro.
Llovía mientras buscábamos el teatro.
Llovía durante la representación (creo).
Llovía mientras buscábamos un sitio para cenar.
Y al final, mientras estábamos cenando, exploté.
-¡No lo entiendo! ¡Lo miré en internet y ponía que solo iban a caer cuatro gotas!
-No puede ser, lo has tenido que entender mal. ¿Qué ponía exactamente?
-Bueno, poner, lo que se dice poner... era un dibujito.
-Ay... Y ese dibujito, ¿cómo era exactamente?
-Espera, que tengo aquí las ceras de Bebé-chan y te lo hago en un momento... ¿Mira, ves?:
Cuatro gotas.
Mostrando entradas con la etiqueta viaje a londres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta viaje a londres. Mostrar todas las entradas
24 julio 2014
17 julio 2014
Dinópolis 5
Previously in Lorz...
Que parezca un accidente.
El problema de Londres es que todo está en inglés; hasta las personas.
Por suerte yo ya había previsto esa posibilidad, y me había pasado los tres meses anteriores viendo Peppa Pig en versión original.
-Yo me ocupo de hablar con los indígenas -les dije a mis hermanos.
-Vale, pero no les digas que vienes con nosotros.
Mi primera misión al llegar a Londres fue ir a comprar bagels para desayunar.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije a la tendera- AI GUANT FOR BEICON AN CHIQUEN BEIGUELS, PLIIIIIIIIS?
-¿Pan normal o integral?
-AI AM PEPA PIG AN DIS IS MAI LIDEL BRODER YORCH.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Luego fui a comprar los billetes de autobús.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije al busero-. AI GUANT FOR BAS TIQUETS TU LONDON, PLIIIIIIIS?
-¿Ida y vuelta?
-NOU.
-Aquí tienes: cuatro billetes solo ida a Londres.
-CENQUIUUUU!!! GÜER IS DE BAS?
-Sigue recto, cuando veas las escaleras baja un piso y luego a la derecha. ¿Lo has entendido?
-GRANPAS LIDEL TREIN GOUS CHU-CHU-CHU.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Cuando llegamos a Londres nuestro primer paso fue ir al albergue a soltar nuestras cosas.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije al recepcionista-. GÜI GUANT A RUM, PLIIIIIS?
-Tenéis reserva?
-BONG BING BUM, BUM BONG BING, BING BONG BINGLI BANGLI BUM.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Me encantan los ingleses: todos me ven cara de niña.
Continuará...
Que parezca un accidente.
El problema de Londres es que todo está en inglés; hasta las personas.
Por suerte yo ya había previsto esa posibilidad, y me había pasado los tres meses anteriores viendo Peppa Pig en versión original.
Y tan original.
-Yo me ocupo de hablar con los indígenas -les dije a mis hermanos.
-Vale, pero no les digas que vienes con nosotros.
Mi primera misión al llegar a Londres fue ir a comprar bagels para desayunar.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije a la tendera- AI GUANT FOR BEICON AN CHIQUEN BEIGUELS, PLIIIIIIIIS?
-¿Pan normal o integral?
-AI AM PEPA PIG AN DIS IS MAI LIDEL BRODER YORCH.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Luego fui a comprar los billetes de autobús.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije al busero-. AI GUANT FOR BAS TIQUETS TU LONDON, PLIIIIIIIS?
-¿Ida y vuelta?
-NOU.
-Aquí tienes: cuatro billetes solo ida a Londres.
-CENQUIUUUU!!! GÜER IS DE BAS?
-Sigue recto, cuando veas las escaleras baja un piso y luego a la derecha. ¿Lo has entendido?
-GRANPAS LIDEL TREIN GOUS CHU-CHU-CHU.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Cuando llegamos a Londres nuestro primer paso fue ir al albergue a soltar nuestras cosas.
-JELOU, MISIS RABIT -le dije al recepcionista-. GÜI GUANT A RUM, PLIIIIIS?
-Tenéis reserva?
-BONG BING BUM, BUM BONG BING, BING BONG BINGLI BANGLI BUM.
-Eh... ¿Te acompaña algún adulto responsable?
Me encantan los ingleses: todos me ven cara de niña.
Continuará...
29 agosto 2008
Viaje a Londres, fin
En capítulos anteriores...
Como a la ida usamos el teletransporte, a la vuelta cogimos el avión.
Lo primero que hice al pisar suelo español fue llamar al Hombre Malo para preguntarle por mi cobaya.
El Hombre Malo me tranquilizó rápidamente.
-No te preocupes por Arale-Chan, la hemos cuidado perfectamente y está muy feliz.
-¿De verdad?
-Sí, ¡si hasta canta!-¿Canta? ¿Cómo que canta?
-Sí, hace un sonidito.
Bien, ha llegado el momento de hacer una aclaración: cuando traje a Arale-Chan a casa visité todas las páginas web sobre cobayas que existen para informarme.
Hay cientos, a cual más horrorosa, por cierto.
Pues en ninguna de ellas se menciona que las cobayas canten, así que las declaraciones de su tutor legal temporal me preocuparon un poco.
-¿Qué tipo de sonidito?
-Algo así como "piyú-piyú".
-Es el ruido que hace cuando tiene hambre.
-¡Pues lo hace continuamente!No sé por qué eso no me tranquiliza demasiado
PD: El Hombre Malo y sus compañeros de piso han cuidado a Arale-Chan tan bien que no se quería venir conmigo.
Cabrones.
Estooooo... quiero decir... ¡gracias a todos por tomaros tantas molestias!
Como a la ida usamos el teletransporte, a la vuelta cogimos el avión.
Lo primero que hice al pisar suelo español fue llamar al Hombre Malo para preguntarle por mi cobaya.
El Hombre Malo me tranquilizó rápidamente.
-No te preocupes por Arale-Chan, la hemos cuidado perfectamente y está muy feliz.
-¿De verdad?
-Sí, ¡si hasta canta!-¿Canta? ¿Cómo que canta?
-Sí, hace un sonidito.
Bien, ha llegado el momento de hacer una aclaración: cuando traje a Arale-Chan a casa visité todas las páginas web sobre cobayas que existen para informarme.
Hay cientos, a cual más horrorosa, por cierto.
Pues en ninguna de ellas se menciona que las cobayas canten, así que las declaraciones de su tutor legal temporal me preocuparon un poco.
-¿Qué tipo de sonidito?
-Algo así como "piyú-piyú".
-Es el ruido que hace cuando tiene hambre.
-¡Pues lo hace continuamente!No sé por qué eso no me tranquiliza demasiado
PD: El Hombre Malo y sus compañeros de piso han cuidado a Arale-Chan tan bien que no se quería venir conmigo.
Cabrones.
Estooooo... quiero decir... ¡gracias a todos por tomaros tantas molestias!
27 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 7
En capítulos anteriores...
Londres es como el mercadillo de mi pueblo y yo soy un puto lunni.
Cuando ya me había acostumbrado a los extranjeros llegó el momento de volver a casa.
Yo pensaba que los ingleses nos dejarían irnos, porque la gente habitualmente me da muchas facilidades para que me vaya de los sitios, pero resultó que en esto son tan raros como en lo demás.
Para empezar calculamos un poco mal la hora y llegamos al aeropuerto unas tres horas antes de lo previsto, así que no nos dejaron embarcar porque parece ser que el avión todavía no estaba preparado.
Nos tiramos en el suelo, y entonces llegaron unos señores de uniforme con un perrito.
El secuestro de perritos debe ser muy común, porque todos los señores llevaban metralleta, y cuando el perrito se acercaba a alguien todos corrían en esa dirección.
A pesar de todo me hubiera gustado que el perrito se acercara, y le propuse a ZaraJota sacer una galleta para ver si venía, pero me dijo que como se me ocurriera tratar de atraer la atención del perro del cualquier forma o manera saldría corriendo y no le volvería a ver en la vida.
Es lo bonito que tiene la vida en común, está llena de sorpresas: hasta ese momento yo no tenía ni idea de que a ZaraJota le dieran miedo los perros.
Cuando por fin nos dijeron que bueno, que vale ("good, it cost") que podíamos pasar, fuimos al mostrador con los billetes. No queríamos embarcar nada, pero cuando vieron la maleta nos dijeron que no la podíamos meter como equipaje de mano porque ya llevábamos otro bulto como equipaje de mano: mi bolso.
Traté de explicarle a la señorita que eso no era equipaje de mano, que era un bolso, y que además yo nunca lo llevo en la mano, sino en bandolera, pero la pobre no me entendió, así que tuvimos que facturar la maleta.
Yo creía que con eso ya estaba todo hecho, pero resulta que para entrar al avión hay que pasar unas pruebas, como en un concurso.
Primero tienes que enseñar todos tus líquidos.
Segundo tienes que pasar tu equipaje-de-mano-que-en-realidad-es-de-bandolera por un escaner.
Tercero tienes que pasar tu cuerpo humano por un detector.
Si esta prueba la haces mal te dejan recuperar puntos cacheándote.
Cuarto tienes que recuperar tus cosas, que salen por una cinta transportadora tan rodeada de señores con metralleta que tienes que dar saltitos para ver si de verdad son tus cosas o no.
Y cuando crees que ya lo has pasado todo, tuerces a la izquiera en un pasillo y te encuentras agazapado otro escaner, y te dicen que te quites los zapatos.
-Jo -le dije a ZaraJota-, si son superbonitos.
-Es por si llevas algo peligroso dentro -me explicó.
Pues a ver:
Llevo cuatro días en un hotel con baño compartido, así que las duchas han sido, por decirlo de alguna forma, someras.
Me dejé la crema para la cosa purulenta y asquerosa en Madrid (Spain), y si no tengo crema a mano para ponérmela después no puedo usar jabón.
La ropa limpia se me mezcló con la sucia el segundo día, y como todos mis calcetines son iguales no tengo ni idea de si me he estado poniendo siempre los mismos.
Llevo desde las ocho de la mañana pateando Londres (Guayó Miní) con un calor bastante impropio de un país extranjero.
¿Que si llevo algo peligroso en mis zapatos?
¡Pues claro que sí: una peste que echa de espaldas!
Traté de explicarle a ZaraJota que si me quitaba los zapatos nos iban a detener por masacre indiscriminada en aeropuerto, pero ZaraJota le quitó importancia.
-No te preocupes, nadie va a notar nada.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque detrás nuestra vienen 30 adolescentes y ya han empezado a desabrocharse los cordones.
Creo que ha llegado el momento de despedirme de mis seres queridos.
Londres es como el mercadillo de mi pueblo y yo soy un puto lunni.
Cuando ya me había acostumbrado a los extranjeros llegó el momento de volver a casa.
Yo pensaba que los ingleses nos dejarían irnos, porque la gente habitualmente me da muchas facilidades para que me vaya de los sitios, pero resultó que en esto son tan raros como en lo demás.
Para empezar calculamos un poco mal la hora y llegamos al aeropuerto unas tres horas antes de lo previsto, así que no nos dejaron embarcar porque parece ser que el avión todavía no estaba preparado.
Nos tiramos en el suelo, y entonces llegaron unos señores de uniforme con un perrito.
El secuestro de perritos debe ser muy común, porque todos los señores llevaban metralleta, y cuando el perrito se acercaba a alguien todos corrían en esa dirección.
A pesar de todo me hubiera gustado que el perrito se acercara, y le propuse a ZaraJota sacer una galleta para ver si venía, pero me dijo que como se me ocurriera tratar de atraer la atención del perro del cualquier forma o manera saldría corriendo y no le volvería a ver en la vida.
Es lo bonito que tiene la vida en común, está llena de sorpresas: hasta ese momento yo no tenía ni idea de que a ZaraJota le dieran miedo los perros.
Cuando por fin nos dijeron que bueno, que vale ("good, it cost") que podíamos pasar, fuimos al mostrador con los billetes. No queríamos embarcar nada, pero cuando vieron la maleta nos dijeron que no la podíamos meter como equipaje de mano porque ya llevábamos otro bulto como equipaje de mano: mi bolso.
Traté de explicarle a la señorita que eso no era equipaje de mano, que era un bolso, y que además yo nunca lo llevo en la mano, sino en bandolera, pero la pobre no me entendió, así que tuvimos que facturar la maleta.
Yo creía que con eso ya estaba todo hecho, pero resulta que para entrar al avión hay que pasar unas pruebas, como en un concurso.
Primero tienes que enseñar todos tus líquidos.
Segundo tienes que pasar tu equipaje-de-mano-que-en-realidad-es-de-bandolera por un escaner.
Tercero tienes que pasar tu cuerpo humano por un detector.
Si esta prueba la haces mal te dejan recuperar puntos cacheándote.
Cuarto tienes que recuperar tus cosas, que salen por una cinta transportadora tan rodeada de señores con metralleta que tienes que dar saltitos para ver si de verdad son tus cosas o no.
Y cuando crees que ya lo has pasado todo, tuerces a la izquiera en un pasillo y te encuentras agazapado otro escaner, y te dicen que te quites los zapatos.
-Jo -le dije a ZaraJota-, si son superbonitos.
-Es por si llevas algo peligroso dentro -me explicó.
Pues a ver:
Llevo cuatro días en un hotel con baño compartido, así que las duchas han sido, por decirlo de alguna forma, someras.
Me dejé la crema para la cosa purulenta y asquerosa en Madrid (Spain), y si no tengo crema a mano para ponérmela después no puedo usar jabón.
La ropa limpia se me mezcló con la sucia el segundo día, y como todos mis calcetines son iguales no tengo ni idea de si me he estado poniendo siempre los mismos.
Llevo desde las ocho de la mañana pateando Londres (Guayó Miní) con un calor bastante impropio de un país extranjero.
¿Que si llevo algo peligroso en mis zapatos?
¡Pues claro que sí: una peste que echa de espaldas!
Traté de explicarle a ZaraJota que si me quitaba los zapatos nos iban a detener por masacre indiscriminada en aeropuerto, pero ZaraJota le quitó importancia.
-No te preocupes, nadie va a notar nada.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque detrás nuestra vienen 30 adolescentes y ya han empezado a desabrocharse los cordones.
Creo que ha llegado el momento de despedirme de mis seres queridos.
19 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 6
En capítulos anteriores...
El príncipe Guillermo no existe. Hay que joderse.
Después de un disgusto como ese sólo hay una forma de recuperarse: ir de compras.
Y si eres más raro que un piojo verde el mejor lugar para ir de compras es el mercado de Candem, que es como el Rastro de Madrid pero más bonito, más limpio y más ordenado.
Vaya, que se parece al Rastro de Madrid lo que un huevo a una castaña.
Un huevo de gallina, claro, porque un huevo de persona si que se da un aire a una castaña.
Es decir, si has bebido suficiente.
Aquí destapé la verdad sobre otra de las grandes mentiras que se cuentan sobre Londres, a saber: en realidad en Londres no hay muchos españoles. Lo que pasa es que gritan más que el resto de las nacionalidades juntas.
Además los españoles en Londres sufren un extraño proceso metamórfico y se transforman todos en andaluces de pronto.
De verdad.
Es escalofriante.
Yo ya iba andaluza de casa, así que me quedé tal cual, pero no le quitaba ojo a ZaraJota por si se ponía a cantar "Sevilla tiene un color especial".
El resultado sonoro es que si vas a Candem y cierras los ojos es como estar en el mercadillo de mi pueblo, pero con olor a kebab. Bien pensado, quizá había que poner un kebab en el mercadillo de mi pueblo, llamarlo "The Candem Experience" y cobrar entrada.
Coñoooo. ..
Intenté explicárselo a ZaraJota razonadamente:
-¡Y UNA MIERDAAAA! ¡QUE YO NO ME SUBO AHÍ NI AUNQUE REPARTAN CARAMELOS!
-Lorz, para ya, que estás montando el número.
-¡ME LA PELA!
-Mira, esa niña no tiene miedo.-¡PORQUE ES EXTRANJERA Y ESTÚPIDA!
Al final no tuve que subir, porque había tanta gente que me subieron en vilo, y una vez arriba no me quedó más remedio que resignarme.
-¡NO QUIERO MORIIIIIIIIIR! ¡POR LO QUE MÁS QUIERAS PARA ESTE PUTO CHISME QUE ME QUIERO BAJAAAAAAAAAAAR!
Cuando por fin escap... salimos del Londonai eran las siete de la tarde y todo estaba cerrado.
Pero todo-todo.
Además yo estaba muy cansada de gritar por mi vida y ZaraJota de sentir vergüenza ajena, así que nos fuimos a dormir.
Debían ser la ocho de la tarde cuando nos metimos en la cama.
-Jo -le dije a Zarajota- me siento como un puto lunni.
El príncipe Guillermo no existe. Hay que joderse.
Después de un disgusto como ese sólo hay una forma de recuperarse: ir de compras.
Y si eres más raro que un piojo verde el mejor lugar para ir de compras es el mercado de Candem, que es como el Rastro de Madrid pero más bonito, más limpio y más ordenado.
Vaya, que se parece al Rastro de Madrid lo que un huevo a una castaña.
Un huevo de gallina, claro, porque un huevo de persona si que se da un aire a una castaña.
Es decir, si has bebido suficiente.
Aquí destapé la verdad sobre otra de las grandes mentiras que se cuentan sobre Londres, a saber: en realidad en Londres no hay muchos españoles. Lo que pasa es que gritan más que el resto de las nacionalidades juntas.
Además los españoles en Londres sufren un extraño proceso metamórfico y se transforman todos en andaluces de pronto.
De verdad.
Es escalofriante.
Yo ya iba andaluza de casa, así que me quedé tal cual, pero no le quitaba ojo a ZaraJota por si se ponía a cantar "Sevilla tiene un color especial".
El resultado sonoro es que si vas a Candem y cierras los ojos es como estar en el mercadillo de mi pueblo, pero con olor a kebab. Bien pensado, quizá había que poner un kebab en el mercadillo de mi pueblo, llamarlo "The Candem Experience" y cobrar entrada.
Después fuimos a una cosa que se llama Londonai, se escribe London Eye y es una noria grande.
Muy grande.
Supergrande.
Una de las consecuencias más trágicas de medir metro y medio es que las alturas me dan miedo, y más si se trata de encaramarse a una frágil estructura de metal dentro de lo que parecía una bola de plástico para hámsters gigantes.
Muy grande.
Supergrande.
Una de las consecuencias más trágicas de medir metro y medio es que las alturas me dan miedo, y más si se trata de encaramarse a una frágil estructura de metal dentro de lo que parecía una bola de plástico para hámsters gigantes.
Intenté explicárselo a ZaraJota razonadamente:
-¡Y UNA MIERDAAAA! ¡QUE YO NO ME SUBO AHÍ NI AUNQUE REPARTAN CARAMELOS!
-Lorz, para ya, que estás montando el número.
-¡ME LA PELA!
-Mira, esa niña no tiene miedo.-¡PORQUE ES EXTRANJERA Y ESTÚPIDA!
Al final no tuve que subir, porque había tanta gente que me subieron en vilo, y una vez arriba no me quedó más remedio que resignarme.
-¡NO QUIERO MORIIIIIIIIIR! ¡POR LO QUE MÁS QUIERAS PARA ESTE PUTO CHISME QUE ME QUIERO BAJAAAAAAAAAAAR!
Cuando por fin escap... salimos del Londonai eran las siete de la tarde y todo estaba cerrado.
Pero todo-todo.
Además yo estaba muy cansada de gritar por mi vida y ZaraJota de sentir vergüenza ajena, así que nos fuimos a dormir.
Debían ser la ocho de la tarde cuando nos metimos en la cama.
-Jo -le dije a Zarajota- me siento como un puto lunni.
14 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 5 (lo del culo, jijiji)
En capítulos anteriores...
ZaraJota y Lorz se han teletransportado a Londres y han descubierto que en el hotel hay menos cuartos de baño de los que corresponde.
Lo primero que fuimos a ver después de dejar las maletas en el hotel fue Buckingham.
Resulta que cuando está la reina dentro no te dejan entrar, pero por si acaso le pregunté al guardia de la puerta.
-Esquiusmi -le grité al guardia-, güer is príncipe Guillermo.
Bien, no os lo vais a creer: el guardia NUNCA había oído hablar del príncipe Guillermo.
NUNCA.
Es difícil asumirlo, lo sé, pero en el fondo lo sabía desde el principio: en realidad el principe Guillermo no existe. Los ingleses se lo inventaron porque les dió rabia que nuestro príncipe fuera más guapo que el suyo.
Que fuerte...
Fui rápidamente a contárselo a ZaraJota, pero no pareció impresionado en absoluto.
-¿Has probado a preguntar por el prince William?
-Pues claro que no, a mí el prins Güilian me da igual. ¡A quién quiero lamer es al príncipe Guillermo!
Últimamente ZaraJota llora mucho.
Debe ser por la crisis de los 30.
ZaraJota y Lorz se han teletransportado a Londres y han descubierto que en el hotel hay menos cuartos de baño de los que corresponde.
Lo primero que fuimos a ver después de dejar las maletas en el hotel fue Buckingham.
Resulta que cuando está la reina dentro no te dejan entrar, pero por si acaso le pregunté al guardia de la puerta.
-Esquiusmi -le grité al guardia-, güer is príncipe Guillermo.
Bien, no os lo vais a creer: el guardia NUNCA había oído hablar del príncipe Guillermo.
NUNCA.
Es difícil asumirlo, lo sé, pero en el fondo lo sabía desde el principio: en realidad el principe Guillermo no existe. Los ingleses se lo inventaron porque les dió rabia que nuestro príncipe fuera más guapo que el suyo.
Que fuerte...
Fui rápidamente a contárselo a ZaraJota, pero no pareció impresionado en absoluto.
-¿Has probado a preguntar por el prince William?
-Pues claro que no, a mí el prins Güilian me da igual. ¡A quién quiero lamer es al príncipe Guillermo!
Últimamente ZaraJota llora mucho.
Debe ser por la crisis de los 30.
12 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 4
En capítulos anteriores...
¡ZaraJota y Lorz se han teletransportado a Londres!
La verdad sea dicha, lo del teletransporte no está tan bien como parece, porque no te deja en el propio Londres sino en una cosa que se llama Gatgüic, y luego hay que coger el tren.
Al principio mola, porque el tren está lleno de indígenas ingleses y eso, pero pasados diez minutos a los indígenas les empezó a mosquear que les señalara y me riera, y ZaraJota me dijo que o paraba o se bajaba en la próxima estación y me dejaba sola con todos los indígenas cabreaos, así que tuve que parar y empecé a aburrirme un güevo.
Lo único que me animaba era que el destino era la estación de King Cross, ¡y podría ver el andén 9 y 3/4, de dónde sale el expreso a Hogwarts!
Todavía no la han terminado.
Pero cuando llegamos King Cross estaba en obras, y no pudimos entrar, y yo me enfurruñé porque ZaraJota no me dejó preguntar si ahora que el tren no podía salir habían puesto un servicio alternativo de autobuses.
Las cosas no mejoraron al llegar al hotel.
ZaraJota estuvo hablando raro con la recepcionista y luego se volvió para hablar conmigo.
-Lorz -dijo con su tono de no-voy-a-rebajarme-a-su-nivel-, ¿es posible que en la página web donde hiciste la reserva pusiera algo como "shared bathroom"?-Sí, lo ponía por todas partes: "shared bathroom, 1 bathroom/4 bedrooms".
-¿Y no te pareció raro?
-Sí, un poco... Pero pensé que mira que bien, un cuarto de baño aprobado por todas las audiencias y encima si coges 4 habitaciónes te regalan un cuarto de baño.
Varios tranquilizantes más tarde ZaraJota me explicó que en la habitación no había cuarto de baño, que estaba en el pasillo, y que tendríamos que compartirlo con los huéspedes de otras tres habitaciones.
-Jo -le dije-, pues deberían avisarte cuando haces la reserva.
¡ZaraJota y Lorz se han teletransportado a Londres!
La verdad sea dicha, lo del teletransporte no está tan bien como parece, porque no te deja en el propio Londres sino en una cosa que se llama Gatgüic, y luego hay que coger el tren.
Al principio mola, porque el tren está lleno de indígenas ingleses y eso, pero pasados diez minutos a los indígenas les empezó a mosquear que les señalara y me riera, y ZaraJota me dijo que o paraba o se bajaba en la próxima estación y me dejaba sola con todos los indígenas cabreaos, así que tuve que parar y empecé a aburrirme un güevo.
Lo único que me animaba era que el destino era la estación de King Cross, ¡y podría ver el andén 9 y 3/4, de dónde sale el expreso a Hogwarts!
Pero cuando llegamos King Cross estaba en obras, y no pudimos entrar, y yo me enfurruñé porque ZaraJota no me dejó preguntar si ahora que el tren no podía salir habían puesto un servicio alternativo de autobuses.
Las cosas no mejoraron al llegar al hotel.
ZaraJota estuvo hablando raro con la recepcionista y luego se volvió para hablar conmigo.
-Lorz -dijo con su tono de no-voy-a-rebajarme-a-su-nivel-, ¿es posible que en la página web donde hiciste la reserva pusiera algo como "shared bathroom"?-Sí, lo ponía por todas partes: "shared bathroom, 1 bathroom/4 bedrooms".
-¿Y no te pareció raro?
-Sí, un poco... Pero pensé que mira que bien, un cuarto de baño aprobado por todas las audiencias y encima si coges 4 habitaciónes te regalan un cuarto de baño.
Varios tranquilizantes más tarde ZaraJota me explicó que en la habitación no había cuarto de baño, que estaba en el pasillo, y que tendríamos que compartirlo con los huéspedes de otras tres habitaciones.
-Jo -le dije-, pues deberían avisarte cuando haces la reserva.
07 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 3
En capítulos anteriores...
ZaraJota y Lorz lo han conseguido: ¡se van de vacaciones a Londres!
El día del viaje el despertador sonó a las cinco de la mañana.
-Joooooo... no quiero levantarmeeeeeeeee...
-¿Quieres ir a Londres o no? -me dijo ZaraJota.
-Sí, pero más tarde. A las 12 o así.
-Fuiste tú la que compró los billetes.
-¡Ponía hora de llegada las 10!
-Por última vez: con hora de llegada no se refiere a la hora a la que hay que llegar al aeropuerto.Pues no lo entiendo.
El taxi pasó a recogernos a las 5:30, y de camino al aeropuerto al taxista le sonó el movil y lo cogió sin el manos libres ni nada. Yo quise darle una colleja porque hablar por teléfono mientras se conduce está muy mal, pero ZaraJota me dijo que si quería que nos matáramos o qué y empezó a repetir "que viajecito me espera, que viajecito me espera" mientras se balanceaba adelante y atrás. Debe ser algún tipo de adivinanza catalana o algo.
Llegamos al aeropuerto a las 5:40 y el avión no salía hasta las 7:30, así que le propuse a ZaraJota volver a casa y dormir un ratito, pero no quiso.
Aguafiestas.
En vez de eso hicimos una cola larguísima para facturar porque en nuestro mismo avión iban un montón de adolescentes japoneses. Al principio pensé jo, como mola, pero luego me di cuenta de que ninguno tenía superpoderes, ni mascotas molonas, ni nada, y empecé a aburrirme mogollón.
Al menos el vuelo fue rápido: estaba el capitán dándonos la bienvenida y al minuto siguiente estaba ZaraJota zarandeándome y gritando que me despertara de una puñetera vez, que ya estábamos en Londres.
Le pregunté si nos habíamos teletransportado y soltó una lagrimita.
Me lo tomaré como un sí.
ZaraJota y Lorz lo han conseguido: ¡se van de vacaciones a Londres!
El día del viaje el despertador sonó a las cinco de la mañana.
-Joooooo... no quiero levantarmeeeeeeeee...
-¿Quieres ir a Londres o no? -me dijo ZaraJota.
-Sí, pero más tarde. A las 12 o así.
-Fuiste tú la que compró los billetes.
-¡Ponía hora de llegada las 10!
-Por última vez: con hora de llegada no se refiere a la hora a la que hay que llegar al aeropuerto.Pues no lo entiendo.
El taxi pasó a recogernos a las 5:30, y de camino al aeropuerto al taxista le sonó el movil y lo cogió sin el manos libres ni nada. Yo quise darle una colleja porque hablar por teléfono mientras se conduce está muy mal, pero ZaraJota me dijo que si quería que nos matáramos o qué y empezó a repetir "que viajecito me espera, que viajecito me espera" mientras se balanceaba adelante y atrás. Debe ser algún tipo de adivinanza catalana o algo.
Llegamos al aeropuerto a las 5:40 y el avión no salía hasta las 7:30, así que le propuse a ZaraJota volver a casa y dormir un ratito, pero no quiso.
Aguafiestas.
En vez de eso hicimos una cola larguísima para facturar porque en nuestro mismo avión iban un montón de adolescentes japoneses. Al principio pensé jo, como mola, pero luego me di cuenta de que ninguno tenía superpoderes, ni mascotas molonas, ni nada, y empecé a aburrirme mogollón.
Al menos el vuelo fue rápido: estaba el capitán dándonos la bienvenida y al minuto siguiente estaba ZaraJota zarandeándome y gritando que me despertara de una puñetera vez, que ya estábamos en Londres.
Le pregunté si nos habíamos teletransportado y soltó una lagrimita.
Me lo tomaré como un sí.
05 agosto 2008
Viaje a Londres, parte 2
En capitulos anteriores...
ZaraJota y Lorz planean irse de vacaciones a Londres.
¿Conseguirán nuestros héroes su propósito?
Ya no somos niños.
Somos adultos.
Adultos serios y con responsabilidades.
ZaraJota y Lorz planean irse de vacaciones a Londres.
¿Conseguirán nuestros héroes su propósito?
Ya no somos niños.
Somos adultos.
Adultos serios y con responsabilidades.
Bueno, al menos una responsabilidad:
El problema que tiene es que para ella la comida NUNCA es suficiente.
Digna hija de sus padres, la jodía...
La primera idea fue dejarla con mis padres. Mi madre estaba entusiasmada. El problema era el gato, por si trataba de comérselo... Es decir, por si Arale-Chan trataba de comérselo.
La segunda opción fue Sark.
Pensé que se iba a negar, pero parecía entusiasmado.
-No te precupes por nada -me dijo-. Cuidaré de tu comida de emergencia como si fuera mía.-¡¡¡No es comida de emergencia!!!
-Cierto. Nadie nos obliga a esperar a que haya una emergencia para comérnosla.-¡¡¡No puedes comerte a mi cobaya!!!
-Claro que no. Antes habría que cocinarla.
No sé por qué, pero me dio la impresión de que con Sark no iba a estar a salvo.
Mi última opción era el Hombre Malo.
Sí, estaba desesperada.
El Hombre Malo aceptó cuidar de la cobaya, y sobornamos a sus compañeros de piso con salmorejo para que no se quejaran.
Llevamos al bicho al piso...
Bien.
Explicamos al Hombre Malo los cuidados que necesita...
"Tú ponle comida a troche y moche y ella es feliz".El Hombre Malo cogió en brazos al bicho...
"Que mona que es".
Y entonces vino la pregunta:
-¿Le gusta que la lancen al techo?No volveré a verla, lo sé.
28 julio 2008
Viaje a Londres, parte 1
Este año ZaraJota™ y yo habíamos decidido irnos de vacaciones a Londres.
Nos habían avisado de que Londres es una ciudad cara, pero pensamos que si lo preparábamos con tiempo y lo planificábamos bien nos saldría más o menos apañado de precio. Además teníamos que asegurarnos de que coincidían las vacaciones de los dos, así que las pedimos con mucha antelación en nuestras respectivas empresas.
En enero, más o menos.
A los dos nos dijeron enseguida que sí, pero después de eso yo he cambiado de puesto varias veces, y cada vez las tenía que volver a pedir.
El último cambio fue a finales de junio, volví a pedirlas, pero sin muchas esperanzas de que me las dieran a tiempo.
Pasaron los días y los días y no recibía respuesta, así que me rendí y le dije a ZaraJota™ que tendríamos que dejarlo para otra ocasión...
Y de pronto un día se me acerca mi jefa.
-Oye Lorz, que ya tenemos tus vacaciones.
-¿Sí? ¿Para cuándo?
-Para dentro de tres días.
A la mierda la preparación y la planificación.
Nos habían avisado de que Londres es una ciudad cara, pero pensamos que si lo preparábamos con tiempo y lo planificábamos bien nos saldría más o menos apañado de precio. Además teníamos que asegurarnos de que coincidían las vacaciones de los dos, así que las pedimos con mucha antelación en nuestras respectivas empresas.
En enero, más o menos.
A los dos nos dijeron enseguida que sí, pero después de eso yo he cambiado de puesto varias veces, y cada vez las tenía que volver a pedir.
El último cambio fue a finales de junio, volví a pedirlas, pero sin muchas esperanzas de que me las dieran a tiempo.
Pasaron los días y los días y no recibía respuesta, así que me rendí y le dije a ZaraJota™ que tendríamos que dejarlo para otra ocasión...
Y de pronto un día se me acerca mi jefa.
-Oye Lorz, que ya tenemos tus vacaciones.
-¿Sí? ¿Para cuándo?
-Para dentro de tres días.
A la mierda la preparación y la planificación.
18 julio 2008
Vacaciones de verano para mí
Hola.
Mañana es sábado y voy a levantarme a las cinco de la mañana.
Aunque no lo parezca, no se debe a que tenga problemas mentales, sino a que me voy a Londres con ZaraJota™ para ver a ver Wicked the Musical.
Bien pensado, a lo mejor lo de los problemas mentales no es del todo descartable.
Voy a estar fuera unos días, porque ya que vamos queremos aprovechar la variada oferta cultural que ofrece Londres.
...ejem...
Que quiero hacerme una foto con la estatua de Freddie Mercury, ¿qué pasa?
Nos vemos a la vuelta... si no me arrestan por intentar lamer al príncipe Guillermo, claro.
Mañana es sábado y voy a levantarme a las cinco de la mañana.
Aunque no lo parezca, no se debe a que tenga problemas mentales, sino a que me voy a Londres con ZaraJota™ para ver a ver Wicked the Musical.
Bien pensado, a lo mejor lo de los problemas mentales no es del todo descartable.
Voy a estar fuera unos días, porque ya que vamos queremos aprovechar la variada oferta cultural que ofrece Londres.
...ejem...
Que quiero hacerme una foto con la estatua de Freddie Mercury, ¿qué pasa?
Nos vemos a la vuelta... si no me arrestan por intentar lamer al príncipe Guillermo, claro.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)