Este verano, Novio y yo teníamos pensado ir a París.
Así que cuando rompimos, en pleno arranque colérico/victimista levanté el brazo y grité:
-Pues este año yo me voy al extranjero de vacaciones, aunque tenga que ir sola.
-¿Te vas a de vacaciones? -preguntó Hermano Pequeño.
-Sí, por mis ovarios que sí.
-¿A dónde?
-A París.
-Pues yo también quiero.
-Pues nos vamos los dos.
-Pues bueno.
-Pues vale.
-Pues me alegro.
A los pocos días estábamos hablando de nuestro viaje cuando nos oyó Hermano Mediano.
-¿Os vais a París? -preguntó.
-Sí.
-Ya, claro, y a mí nadie me dice nada, sólo porque me avergüence de que me vean en público con vosotros ya hala, a pensar que no voy a querer ir, pues teneis razón, ladillofílicos, oligofrénicos, piojosexuales: no iría con unos tarados comem**rd* como vosotros ni aunque me arrastraran de las p*l*t*s; no sé a quién odio más, si a la molestia testicular o al sodomita de caballos, pero el día que lo decida ya os pondré un fax, escoria gorgonita.
-¿Quieres venir? -pregunté.
-Vale.
Total, que meses después Novio volvió a ser Novio.
-Ahora podremos hacer ese viaje a París -dijo, todo arrobado.
-Bueno...
-¿Qué?
-Es que iba a ir con mis hermanos.
-...
-Pero tú también puedes venir.
-...
-Será divertido.
-Mira, ahora que lo pienso, creo que tengo una reunión.
-Si no te he dicho la fecha, hombre...
-No importa: seguro que tendré reunión.
Pobrecillo, si es que en el trabajo le explotan.
continuará...