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12 enero 2025

PEQUEÑAS DIFERENCIAS

 Pequeñas diferencias.


¡Hay que coger el toro por los cuernos! 

Podríamos traducirlo como la necesidad de tomar una decisión drástica ante una situación de gravedad, requiere valor y conlleva un esfuerzo. En unas ocasiones implica enfrentarse a una situación, en otras apoyar una causa y en otras mantenerse firme contra viento y marea. Pero siempre es una decisión drástica se espera que funcione. Pero hay veces que el encaramiento, el apoyo y el empecinamiento no son coger el toro por los cuernos sino, más bien esperar a que te embista. Pequeñas diferencias, que partiendo de la misma actitud, tienen un resultado muy diferente. Antes de coger al toro por los cuernos hay que pensar cómo y para qué se va a hacer.

Hoy Fernando Savater nos regala en TheObjetive.com un artículo que titula “La gorda y la horda”, Don Fernando coge el toro por los cuernos y se despacha con los que le han criticado por llamar gorda a una gorda a la vez que reflexiona sobre la relatividad de ciertas críticas. Uno puede estar muy ofendido porque a una mujer con sobrepeso se le llame gorda, pero no tiene porqué ofenderse por una burla a sus creencias religiosas. Pequeñas diferencias de opinión que traen consigo que se pretenda reglamentar una gradación de las ofensas. Con qué me puedo sentir ofendido y cuanto de ofendido: una crítica a Alá es una ofensa de 10, pero una burla a Dios es un cero. El mismo concepto, el mismo Dios, pero una pequeña diferencia en cuanto a la forma de nombrarlo. Si a un calvo le llaman calvo no se tiene que ofender porque es cierto, pero si a una gorda le llaman gorda es ofensivo porque es cierto. Pequeñas diferencias.

Publica ElDebate.com un artículo en la sección motor escrito por Iván Mingo y que se titula “  «Un coche eléctrico nuevo a cambio de un viejo BMW Serie 3»: Pekín arrincona a las marcas europeas en China” en él se informa de los problemas que tienen las marcas europeas de automóviles - especialmente las alemanas BMW, Mercedes, Audi y Porche- y la caída de las ventas de sus modelos en un mercado chino en el que las empresas chinas se están quedando con todo el pastel. Hace también mención al hecho de que el gobierno chino apoya y estimula la venta de vehículos chinos. De cara a la industria del automóvil tanto las autoridades chinas como las europeas han cogido el toro por los cuernos. Los gobernantes chinos se han puesto detrás de sus empresas y prestan su apoyo. Los europeos se han puesto frente a sus empresas y le ponen un poco difícil la supervivencia. Pequeñas diferencias, de estar enfrente a estar al frente; que derivarán en progreso para unos y retraso para otros.

ABC.es publica en la tercera un artículo de Hector Schamis, se llama “Remigración y reportación”, no se critica en él a los emigrantes, sino a las políticas de inmigración que se siguen y se plantea lo idóneo o no de la multiculturalidad, que para el autor significa el establecimiento de ciudadanías fragmentadas que puede ir contra el principio de igualdad ante la ley. La verdad es testaruda y si Europa está donde está es gracias a su cultura, de la misma forma que los chinos van progresando a pasos agigantados gracias a su cultura, pero también a la asimilación de otros rasgos culturales. No conviven dos culturas en China, de la misma forma que no hay dos culturas en los países árabes, en ellos su cultura los mantiene en estructuras sociales casi medievales. Si los inmigrantes pretenden hacer una nueva Europa con su aportación cultural lo más probable es que los países que les han acogido se conviertan en una copia de aquellos de los que se vieron obligados a emigrar. Pequeñas diferencias que pueden dar al traste con la sociedad que conocemos.

Y es que nos guste o no, las grandes desigualdades se originan a partir de pequeñas diferencias.  

02 diciembre 2024

NAVIDAD Y EUROPA (Una explicación de los extremismos)

Navidad y Europa (Una explicación de los extremismos).


Hoy en eldebate.com aparece una noticia con el titular “El PP consigue que se ponga un Belen en la Eurcámara por tercer año. <<una parte de Europa quiere borrar la huella cristiana>>” lo firma Doña Clara González y es, lo que podríamos denominar, una noticia discreta. Está hacia el final de la página web editada, en la sección de religión. Una parte del diario muy específica y quizás para lectores muy específicos. Si uno lee el artículo descubrirá que es una entrevista a la eurodiputada Isabel Benjumeda, que ha sido la promotora de esta idea.

Pero es que cuando uno se mueve en el ámbito de las instituciones internacionales, la mayor parte de las ocasiones le ocurre lo que a Don Quijote: con la iglesia hemos topado. Y es que la religión es un tema muy delicado, tanto que ha habido y hay guerras, persecuciones y asesinatos en defensa y nombre del que cada uno considera verdadero Dios y que, a poco que reflexionemos, es el mismo Dios para todos y que la materia de discordia, en sí, es la manera de adorarle y practicar la fe y sus principios.

Hay religiones modernas, quizás el ejemplo más actual es el medioambientalismo que nos sujeta. En una sociedad que ante un desastre ha modificado el tradicional “Es la voluntad de Dios” a “Es culpa del cambio climático”, a los que ponen en duda las causas del cambio climático ya no se les llama herejes, sino negacionistas. Y la Agenda 2030 viene a ser el equivalente a sus mandamientos y su logo una muestra de militancia parecida a la cruz cristiana. Puede que haya nuevas costumbres, pero los mismos hábitos.

Cuando estaba en la OTAN y llegaba la Navidad la nota de felicitación, no se le podía llamar crisma, era un tema de invierno y un texto “Season greetings” (Saludos de temporada), la organización llevaba su laicismo al extremo. Pero hasta los turcos sabían que era Navidad. No había Belen, pero si un árbol adornado y un calendario de adviento. Parece ser que los seguidores de la Agenda 2030 todavía no se han planteado lo sostenible de adornar un árbol, todo llegará.

Pero la sociedad europea se encuentra perdida, a los negacionistas del cambio climático se suman otros peores: los que quieren negar el pasado y diseñar un futuro. Fruto de ello es la negación de las bases cristianas de Europa. Guste o no guste si el fundamento de la cultura europea, occidental, es de base greco-romana, el cristianismo (un complemento de base judía) es la que la mantuvo viva durante la Edad Media y el que permitió su desarrollo posterior. Nos guste o no nuestra cultura occidental se ha desarrollado gracias al cristianismo.

Se habla de cultura europea cuando se anuncia una película, pero nuestros políticos hablan de multiculturalidad, una coexistencia entre culturas en una misma sociedad. La cultura sobrepasa la expresión artística, es una forma de pensar una forma de comportarse y una forma de evolucionar. Si Velázquez, Cervantes, Picasso o Van Goht son parte de nuestra cultura, también lo son Aristóteles, Hegel, Voltaire o Hobbes. Si la Biblia ha influido en nuestra cultura no lo han hecho El Corán ni la Bhagavadgita . Si don Quijote es un producto de nuestra cultura, no lo es Gilgamesh o los personajes del  Mahabharata. No son estancas, por lo menos la occidental, Aladino o Simbad, personajes de las Mil y una noches, han tenido acceso al cine o a los cuentos. Pero los diseñadores de ese futuro multicultural exigen el sacrificio de costumbres e ideas, a la vez que la adopción de nuevos conceptos que se dan automáticamente como buenos.

Ese radicalismo multicultural propugna la pérdida de lo que nos identifica, de lo que nos ha traído a este presente. No deja evolucionar a la sociedad sino que pretende dirigirla, Es lógico que surja un movimiento en defensa de la identidad como contrapeso, en ocasiones igual de radical. Una sociedad libre evolucionaría por si sola, con independencia de líderes, falsos profetas, que le marquen el rumbo o la velocidad. 


23 noviembre 2006

UN EXPERIMENTO FALLIDO

La verdad es que cuando hablan del problema de Oriente Medio se suele hablar del conflicto Palestino Israelí, en realidad siempre ha sido un eterno problema, con fronteras diferentes pero continuas desde las Cruzadas hasta ahora. La verdad es que si lo analizamos con cierta perspectiva histórica la creación del Estado de Israel es un fracaso de dos ideas que en la actualidad son recientes y depositarias de muchas ilusiones: La Alianza de Civilizaciones y la sociedad multicultural.
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En definitiva la creación del Estado de Israel es el producto de una emigración de los judios a Tierra Santa y una decisión de unas Naciones Unidas espantadas ante el genocidio que perpetraron los nazis. Esta decisión de regalar una tierra en la que los antiguos judios habitaron hace dos mil años sería equiparable a que las Naciones Unidas decidiesen promover la independencia de una parte del estado de California y dársela a los indios navajo, que para eso fueron los dueños de esta tierra hace unos quinientos años.
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Una vez producido el error político nos encontramos con una más que justificable intolerancia palestina a compartir su tierra, de nada habría servido decirles que gracias a la aportación judía su crecimiento del PIB habría aumentado, era su propiedad lo que sentían en peligro. De la misma forma, e igual de justificable, existía la intolerancia judía de compartir la tierra que el mundo le había concedido. El caso es que gracias a esta falta de compresión Oriente Medio ha estado en guerra desde 1947. Nos guste o no es un fracaso de política migratoria y de absorción de esos emigrantes. Ya hemos visto, gracias a la documentación histórica, que un movimiento migratorio descontrolado termina en un colapso.
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La segunda conclusión que podemos extraer es la incapacidad para solucionarlo, ya sea por vía militar como diplomática, aunque Israel sea más homogéneo para representar que los palestinos, Rabin fue asesinado, ya que no todos los judios le iban a apoyar, Arafat, con bastante más carisma y más representatividad que Abu Massen, no pudo ser la voz de los palestinos, que no estubieron conformes con los acuerdos establecidos. Esta falta de representatividad para establecer un acuerdo local no es más que una muestra de la imposibilidad de una Alianza entre Civilizaciones. Ya es difícil la convivencia, de momento la alianza es imposible.
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Creo que la solución del conflicto debe basarse primero en una moderación que hoy no existe, ambas partes están más radicalizadas, y cada vez que una de las dos cede en algo es interpretado por todos como un signo de debilidad y asumido como una derrota, no como un paso hacia la convivencia. En segundo lugar, lograda y establecida esa moderación, el final del conflicto no vendrá definido por el establecimiento de un estado palestino y un estado israelí, sino por israelíes y palestinos representados por un mismo gobierno y viviendo en un mismo territorio. Como ya dije anteriormente pongo más esperanzas en un acuerdo entre civilizados que en una alianza de civilizaciones.
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